Francisco: Hace unos días, un amigo periodista me hizo una pregunta y mantuvimos el siguiente diálogo:
—¿Se escribe 'Monseñor Romero' o 'monseñor Romero'? Yo juraría que con inicial mayúscula, pero mi jefe afirma que con minúscula. Siempre me baja las mayúsculas en las notas que escribo sobre el tema. Te comparto la inquietud como sugerencia para tu correspondencia con Ana María.
—La palabra 'monseñor' solo se escribe con mayúscula cuando inicia una oración o frase; de lo contrario, se escribe con inicial minúscula, pues es un título o cargo como cualquier otro: ministra, cardenal, presidente, licenciada, etcétera.
—Eso aplica para otros monseñores, como monseñor Urioste o monseñor Sáenz Lacalle, ¿pero monseñor Romero? Hace meses se lo consulté a una amiga y me dijo que se escribe 'Monseñor Romero' como una excepción. Te compro el razonamiento, pero no la conclusión.
—Esa es una excepción muy católica, pero que no tiene fundamento ortográfico alguno. Es el caso de las mayúsculas llamadas 'de adulación o mayestáticas' (de grandeza o majestad), que la gente escribe porque cree que ello le infunde más importancia a su título o cargo. Incluso hay profesionales o funcionarios públicos que se enojan cuando uno les corrige el uso que hacen de tales mayúsculas.
—¿La palabra 'capitán' es un cargo militar y debe ir con minúscula?
—Siempre.
—Lo entiendo en el caso del capitán Pérez, ¿pero en Capitán América?
—En este caso, Capitán es parte del nombre propio, porque a nadie se le ocurriría llamarle solo América al Capitán América. No es el caso de monseñor Óscar Arnulfo Romero, pues no siempre fue monseñor y, en muchos libros, se le llama Óscar Arnulfo Romero o solo Romero, como la película de Duigan (1989).
—Yo creo que el uso ha hecho de 'Monseñor Romero' un equivalente a un nombre propio. No cuestiono que todos los títulos deben ir en minúscula, por ejemplo, el papa Francisco o el rey Felipe, pero me atrevo a dudar de “Monseñor Romero”.
—La tuya me parece una posición religiosa de veneración a la figura.
—Yo soy ateo y creo que 'Monseñor Romero' se merece la mayúscula y el papa Francisco no.
—Eso es exactamente lo que trato de que entendás, que tu argumento no es gramatical, porque las mayúsculas no 'se merecen', no se otorgan como si fueran un premio o una condecoración y no son más importantes que las minúsculas. Simplemente, su uso responde a unas normas.
—No estoy del todo convencido.
¿Qué opina usted de esta conversación 'feisbuquera', Ana María?
Ana María: ¿Qué es esa palabra que acabas de utilizar? Mal ejemplo estás dando.
F: Perdón, no lo vuelvo a hacer. Pero dígame su opinión.
AM: Tus argumentos son irrebatibles. Pero para que tu amigo se consuele, dile que, si quiere usar mayúsculas, abrevie la palabra 'monseñor': Mons. Romero. Las abreviaturas de los títulos y cargos se escriben con inicial mayúscula, por ejemplo, Lic., Cnel., Dra.
F: Buena solución al problema que plantea a muchos la veneración por monseñor Romero.
AM: Esperemos que este artículo les sirva a tantos profesionales que se indignan cuando ven su título escrito con inicial minúscula. Que recuerden que esto muestra su desconocimiento de las normas ortográficas básicas que debería conocer todo el que se considere buen profesional.
F: Amén.