Centroamérica / Violencia

Nicaragua multiplica las protestas contra Ortega

El sábado 12 se cumplieron 25 días de crisis en Nicaragua y las protestas y cortes de ruta se registraron en ciudades de ocho departamentos del país. En Masaya, agentes de seguridad, grupos de choque y manifestantes protagonizaron la jornada más violenta. El Ejército anuncia que no participará en actos de represión y la Iglesia pide calma y diálogo a las partes. 


Domingo, 13 de mayo de 2018
AFP / El Faro

Managua, NICARAGUA. Decenas de heridos e incendios dejaron este sábado 12 los enfrentamientos entre manifestantes, antimotines y fuerzas de choque en la ciudad nicaragüense de Masaya, denunciaron sacerdotes y pobladores, que imploraron al gobierno el cese de la represión.

'Lamento los incidentes que en este momento se están dando, es verdaderamente triste que nos estemos enfrentando. Me han comunicado que hay una muerte, que hay varios heridos, invito a todos a buscar cómo parar esta situación que está llevando más dolor al pueblo', escribió en un comunicado el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal.

Según el periódico Confidencial, Heriberto Antonio Rodríguez, de 45 años, fue la víctima mortal. 'Falleció de inmediato al recibir un impacto de bala detrás de oreja, confirmó Danilo Martínez, responsable regional de la ANPDH en  Rivas, Masaya, Granada y Carazo', escribió el medio. 

25 días después del inicio de las protestas, la cifra de víctimas mortales ya superó las cinco decenas, según organismos de derechos humanos, y se ha convertido en la peor matanza de la posguerra nicaragüense. 

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, demandó por su lado en redes sociales que el presidente Daniel Ortega 'explique claramente lo que sucede en Masaya, que detenga a las fuerzas represivas y muestre su voluntad de querer evitar un caos social'.

Álvaro Leiva, representante de la Asociación Nicaragüense de Protección de Derechos Humanos (ANPD), informó que habían más de 100 heridos en Masaya desde que se iniciaron los disturbios en la noche del viernes.

En Masaya se registraron decenas de heridos, incendios y un fallecido, según organismos de derechos humanos. Foto: AFP.
En Masaya se registraron decenas de heridos, incendios y un fallecido, según organismos de derechos humanos. Foto: AFP.

Mientras se registraban los enfrentamientos, el presidente Daniel Ortega llamó a poner fin a la violencia en Masaya y subrayó que 'la paz es el camino y la única puerta a la convivencia'.

'Queremos reiterar el llamado y el compromiso de ponerle fin a la muerte y la destrucción. Que no se siga derramando sangre de hermanos', señaló Ortega en un comunicado que fue leído en televisión.

Un médico de las brigadas voluntarias que trabajan en Masaya, que pidió no ser identificado, dijo a la AFP que sólo en su puesto sanitario llegaron más de 25 personas heridas, varias de ellas por impacto de bala.

El sacerdote de la iglesia San Miguel, Edwin Román, dijo a la AFP que Masaya 'es un campo de batalla' y que en medio del caos grupos de delincuentes incendiaron la alcaldía, el mercado de artesanía y algunos negocios y viviendas de la ciudad.

'Condenamos la represión que está viviendo el pueblo de Masaya. Hacemos un llamado al gobierno para que ordene a la policía que no siga disparando contra el pueblo', demandó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Los enfrentamientos en Masaya comenzaron la noche del viernes y se extendieron el sábado 12, como parte de las manifestaciones contra el gobierno que estremecen al país desde el 18 de abril y han dejado 51 muertos hasta el momento.

El presidente Ortega aceptó el viernes cesar la represión para facilitar un diálogo que será mediado por la iglesia católica, pero aún no se ha fijado la fecha para su celebración.

El Ejército se divorcia de Ortega

El gobierno del presidente Ortega enfrentó ste sábado nuevas protestas y cortes de rutas en reclamo de una democratización del país, mientras el episcopado busca apaciguar los ánimos para fijar fecha a un diálogo que ponga fin a la crisis que deja 51 muertos en menos de un mes.

El Ejército, por su parte, tomó distancia del mandatario al anunciar que sus efectivos no reprimirán a los manifestantes antigubernamentales.

'No tenemos porque reprimir (..) creemos que el diálogo es la solución para resolver la actual crisis', dijo a la AFP el portavoz del Ejército, el coronel Manuel Guevara.

Desde la madrugada del viernes, las protestas se extendieron en al menos ocho departamentos del país, donde se registraron enfrentamientos entre manifestantes, policías y fuerzas de choque del gobierno.

En las ciudades de Matagalpa, Estelí y en el histórico barrio indígena de Monimbó de Masaya (sur) -antiguos enclaves de la lucha sandinista contra la dictadura de los Somoza (1934-1979)- los manifestantes levantaron barricadas. En Masaya, los efectivos antimotines intentaron despejar las calles lanzando gases lacrimógenos.

Manifestantes se enfrentan a grupos antimotines en la ciudad de Masaya. Foto: AFP.
Manifestantes se enfrentan a grupos antimotines en la ciudad de Masaya. Foto: AFP.

'Que se vayan'

En Chontales (este), más de mil campesinos bloquearon el tráfico, afectando el paso de los camiones que trasladan alimentos a los mercados de la capital.

En Managua, en el Mercado Oriental, el mayor centro de compras de Nicaragua, los comerciantes construyeron barricadas con adoquines para defenderse de los saqueadores, que el viernes intentaron arrasar con sus negocios y repudiaron al gobierno.

'¡Que se vayan!', coreaban en alusión a Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

Cientos de estudiantes universitarios se manifestaron el sábado en la capital para exigir justicia por los muertos en las protestas.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, lamentó en un tuit la muerte de más manifestantes y solicitó a 'Nicaragua que permita la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)'.

En paralelo, el gobierno denunció la quema de dos alcaldías, una casa del oficialista Partido Sandinista y un camión por parte de 'grupos vandálicos', a los que acusa de tratar de 'desestabilizar' el país. Informó, además, que la casa de la diputada nicaragüense ante el Parlamento Centroamericano, Jacaranda Fernández, fue saqueada por delincuentes.

Entre el diálogo y la violencia

La intensa jornada de protestas se produce en medio de los esfuerzos que realiza la Conferencia Episcopal para calmar los ánimos y convocar a un dialogo, en el cual fungirán como mediadores.

Pero ante un nuevo empuje represivo del gobierno en los últimos días, los obispos urgieron a Ortega a frenar la violencia y permitir el ingreso de la CIDH como paso previo al diálogo.

También instaron a Ortega a dar 'signos creíbles de su voluntad de diálogo', suprimiendo 'los cuerpos paramilitares y fuerzas de choque'.

Ortega respondió señalando que 'estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados (por los obispos), tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos', aunque no específico cómo ni cuándo procederá a cumplir las demandas.

Las protestas comenzaron el 18 de abril en rechazo de una reforma del seguro social, que desencadenó protestas en todo el país ante la ira que causó la represión del gobierno y para reclamar democracia y libertad.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) contabiliza hasta el momento 51 muertos y más de 400 heridos.

A juicio del exdiplomático y analista Róger Guevara, Nicaragua intentará superar la crisis mediante 'un diálogo que no parece avanzar, pero que es lo más saludable dentro del plano de soluciones pacíficas pese al rencor que hay por las vidas perdidas', dijo a la AFP

Consideró que el diálogo debe analizar la renuncia de la pareja presidencial, un escenario que admite sin embargo complicado de alcanzar y que podría generar más violencia en el país.

'Igual que Somoza'

Ortega, un exguerrillero de 72 años, gobernó tras la victoria de la revolución sandinista (1979-90) que puso fin a la dinastía de la familia Somoza y retornó al poder en 2007.

'La gente exige un cambio porque llegó a la convicción de que el régimen (de Ortega) no tiene nada que ofrecer para el futuro del país', advirtió en su blog el exdiputado de la disidencia sandinista, el abogado y economista Enrique Sáenz.

Ortega es 'igual que Somoza. La diferencia está en que Somoza enfrentaba una insurrección armada (y) Ortega se ensaña en una insurrección cívica desarmada', apuntó Sáenz.

Mientras tanto, los manifestantes continuaban empeñados en seguir derrumbando los famosos 'árboles de la vida', enormes estructuras metálicas que simbolizan el poder de la pareja presidencial y que fueron construidos en varias ciudades en Nicaragua.

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