El Ágora / Violencia

Ministra de Cultura confirma destitución de funcionario acusado de acoso sexual

Roberto Navarrete, quien por 23 años dirigió el Ballet Folclórico Nacional, fue destituido de su puesto como director a finales de mayo. Desde noviembre 2017 enfrenta un proceso penal en su contra por denuncias de acoso sexual. Mientras los casos se resuelven, el funcionario ha sido relegado a una biblioteca pequeña en San Salvador.


Miércoles, 6 de junio de 2018
María Luz Nóchez

Seis meses después de que tres bailarinas interpusieran una demanda por acoso sexual en contra del director del Ballet Folclórico Nacional (BFN), el Ministerio de Cultura ha separado de su cargo a Roberto Navarrete y lo ha relegado a una pequeña biblioteca en el centro de San Salvador. 

Esta es la segunda degradación contra Navarrete desde que fue acusado, en noviembre de 2017, ante el Juzgado Especializado de Instrucción para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para la Mujer. La decisión del ministerio ocurre, además, luego de que se sumaran tres nuevas denuncias al caso. 

Silvia Elena Regalado, ministra de Cultura, confirmó a El Faro que a finales de mayo había girado la orden de destituir a Navarrete como director del BFN, cargo que ostentaba desde hace 23 años. 

El viernes 1 de junio, a la salida del discurso de rendición de cuentas del cuarto año de gestión del presidente Salvador Sánchez Cerén, El Faro preguntó a Regalado por qué se le había destituido y qué procuraba el ministerio con esta decisión. Regalado respondió: “Se está siguiendo un proceso en contra del maestro y consideramos que lo prudente es pedir eso (su destitución) mientras se esclarece”, dijo.  

La ministra aseguró que, con esta medida, él ya no ostenta ninguna posición de representación del ministerio dentro o fuera del país.

Roberto Navarrete. 3 de mayo de 2017. Foto: Cortesía Ministerio de Cultura 
Roberto Navarrete. 3 de mayo de 2017. Foto: Cortesía Ministerio de Cultura 

Las acusaciones de acoso en contra de Navarrete llegaron a instancias judiciales el 23 de noviembre 2017. A partir de entonces, el funcionario fue enviado a una suerte de exilio a la ex Casa Presidencial para encargarse de crear el archivo sobre la danza en El Salvador. Sin embargo, aun con tres denuncias en curso y medidas cautelares para proteger a las víctimas, él mantenía su cargo como director.

En abril, El Faro publicó los testimonios de Georgina, Jane y Catherine, las denunciantes, junto al de tres mujeres más que, aunque no habían decidido tomar la vía legal, rompieron el silencio para denunciar abusos. Sus historias revelaban un patrón de una conducta repetida en un lapso de al menos 30 años: llamadas y mensajes insistentes, tocamientos e intentos de sometimiento físico. Otras tres, que no acudieron a la Fiscalía, contaron a El Faro situaciones similares y el ofrecimiento de una plaza de trabajo a cambio de sexo.

El funcionario negó las acusaciones y alegó que las denuncias respondían a una venganza por envidia y que la justicia resolvería todo a su favor. “No hay pruebas ni testigos”, dijo.

Posterior a este reportaje, otras tres mujeres decidieron denunciarlo ante la Fiscalía, incluida una de las mujeres que contó su historia a este periódico, pero que no había presentado una denuncia a las autoridades.

El 4 de junio, El Faro buscó a Navarrete para preguntarle si había sido notificado de su nuevo puesto al interior del Ministerio de Cultura, pero este colgó la llamada y tampoco respondió los mensajes enviados a su celular. A El Diario de hoy, en cambio, le dijo que apelará a la decisión de ser removido de su cargo, porque “Es una clara violación a mis derechos”. Fuentes al interior de ministerio confirmaron que en la tarde del martes 5, Navarrete sostuvo una reunión en el despacho de la ministra Regalado junto a su abogado y representantes de Sitramec, el sindicato de la institución al que está adscrito.

Sobre la función que ejercerá el funcionario mientras se lleva a cabo la investigación, la ministra dijo que esa era tarea de Marta Rosales, directora Nacional de Artes. Mientras tanto, él fue removido de oficina nuevamente, y pasó de la ex Casa Presidencial en el barrio San Jacinto a una biblioteca pública municipal adscrita a el Ministerio de Cultura.

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