EF Foto / Migración

¿Creer o no creer a AMLO? El dilema de la caravana


Lunes, 21 de enero de 2019
Víctor Peña

Los migrantes centroamericanos recibidos por funcionarios del Instituto Nacional de Migración de México (INM) que les ofrecían acreditaciones para entrar al país. En el puente Rodolfo Robles, sobre el río Suchiate, frontera natural con Guatemala, muchos esperaban la credencial la noche del viernes 18 de enero.
Los migrantes centroamericanos recibidos por funcionarios del Instituto Nacional de Migración de México (INM) que les ofrecían acreditaciones para entrar al país. En el puente Rodolfo Robles, sobre el río Suchiate, frontera natural con Guatemala, muchos esperaban la credencial la noche del viernes 18 de enero.

 

Al menos 2,000 migrantes de la última caravana no creyeron en las promesas del presidente López Obrador. La madrugada del viernes 18 de enero, abrieron los portones de la aduana sin que ninguna autoridad se los impidiera. Unos saltaron las rejas y entraron a México en caravana, hacia la ciudad de Tapachula.
Al menos 2,000 migrantes de la última caravana no creyeron en las promesas del presidente López Obrador. La madrugada del viernes 18 de enero, abrieron los portones de la aduana sin que ninguna autoridad se los impidiera. Unos saltaron las rejas y entraron a México en caravana, hacia la ciudad de Tapachula.

 

El parque de la ciudad de Ayutla, en la frontera Tecún Umán, Guatemala, luce desde hace meses como un campamento permanente de migrantes que pretenden ingresar a México. Una familia descansa la noche del viernes 18 de enero en esa plaza.
El parque de la ciudad de Ayutla, en la frontera Tecún Umán, Guatemala, luce desde hace meses como un campamento permanente de migrantes que pretenden ingresar a México. Una familia descansa la noche del viernes 18 de enero en esa plaza.

 

Un grupo de hondureños descansa frente a una vivienda en Ciudad Hidalgo, Chiapas, México, después de descreer en la propuesta oficial de México, cruzar la frontera y caminar por tres horas, el 18 de enero. En esa vivienda, a los migrantes les regalaron comida, agua y frutas para el camino.
Un grupo de hondureños descansa frente a una vivienda en Ciudad Hidalgo, Chiapas, México, después de descreer en la propuesta oficial de México, cruzar la frontera y caminar por tres horas, el 18 de enero. En esa vivienda, a los migrantes les regalaron comida, agua y frutas para el camino.

 

El jueves 17 de enero, las familias de la caravana ya conocían el plan del gobierno mexicano. En horas de la tarde, muchos comenzaron a abarrotar el puente Rodolfo Robles para someterse al registro. Algunos permanecían incrédulos sobre una medida que no tiene precedentes en la política migratoria mexicana de este siglo.
El jueves 17 de enero, las familias de la caravana ya conocían el plan del gobierno mexicano. En horas de la tarde, muchos comenzaron a abarrotar el puente Rodolfo Robles para someterse al registro. Algunos permanecían incrédulos sobre una medida que no tiene precedentes en la política migratoria mexicana de este siglo.

 

Isaac Ascencio, de 28 años (izquierda), y Vladimir Crespín, de 25, se autoretratan en la aduana Ciudad Hidalgo, tras recibir sus pulseras. Con esa pulsera es posible pasar a Ciudad Hidalgo. Los datos del migrante quedan registrados en el código que va en la pulsera y, tras un máximo de cinco días de espera, quienes la conservan reciben un documento para poder transitar por México. Ambos migrantes en la foto son salvadoreños. Isaac era vendedor de dulces en el municipio de Quezaltepeque, La Libertad. Ganaba $6 al día, después de pagar dos dólares diarios al Barrio 18, pagar sus pasajes, su comida y los dulces. Decidió caminar con su amigo, y ahora han decidido quedarse en México.
Isaac Ascencio, de 28 años (izquierda), y Vladimir Crespín, de 25, se autoretratan en la aduana Ciudad Hidalgo, tras recibir sus pulseras. Con esa pulsera es posible pasar a Ciudad Hidalgo. Los datos del migrante quedan registrados en el código que va en la pulsera y, tras un máximo de cinco días de espera, quienes la conservan reciben un documento para poder transitar por México. Ambos migrantes en la foto son salvadoreños. Isaac era vendedor de dulces en el municipio de Quezaltepeque, La Libertad. Ganaba $6 al día, después de pagar dos dólares diarios al Barrio 18, pagar sus pasajes, su comida y los dulces. Decidió caminar con su amigo, y ahora han decidido quedarse en México.

 

Elvin Martínez, hondureño de 32 años, muestra la credencial que le ha otorgado el gobierno mexicano. Su trámite duró dos días. Ahora ya cuenta con un documento que le permite trabajar y transitar por México durante un año. Elvin esperaba a sus amigos, que aún no recibían la credencial, para seguir su camino juntos.
Elvin Martínez, hondureño de 32 años, muestra la credencial que le ha otorgado el gobierno mexicano. Su trámite duró dos días. Ahora ya cuenta con un documento que le permite trabajar y transitar por México durante un año. Elvin esperaba a sus amigos, que aún no recibían la credencial, para seguir su camino juntos.

 

Las riberas del río Suchiate es el hogar temporal de muchos que han aceptado los beneficios que ofrece el gobierno mexicano. Los migrantes se establecen cerca del afluente para hacer sus tareas de aseo personal en las primeras horas de la mañana.
Las riberas del río Suchiate es el hogar temporal de muchos que han aceptado los beneficios que ofrece el gobierno mexicano. Los migrantes se establecen cerca del afluente para hacer sus tareas de aseo personal en las primeras horas de la mañana.

 

Esta familia hondureña montó su hogar sobre las líneas del tren que atraviesan el puente Rodolfo Robles. La frontera entre Guatemala y México luce como un campo de refugiados. 
Esta familia hondureña montó su hogar sobre las líneas del tren que atraviesan el puente Rodolfo Robles. La frontera entre Guatemala y México luce como un campo de refugiados. 

 

 

Este grupo de amigos salió desde Choluteca, Honduras. Montaron una mini caravana desde su pueblo. Se incorporaron en Ciudad de Guatemala a la caravana. Su destino deseado era Estados Unidos, pero la nueva política mexicana les hizo cambiar el rumbo y han decidio buscar opciones de trabajo en México.
Este grupo de amigos salió desde Choluteca, Honduras. Montaron una mini caravana desde su pueblo. Se incorporaron en Ciudad de Guatemala a la caravana. Su destino deseado era Estados Unidos, pero la nueva política mexicana les hizo cambiar el rumbo y han decidio buscar opciones de trabajo en México.

 

Una familia hondureña empuja dos carriolas con bebés ya del lado mexicano, tras pasar el puente fronterizo Rodolfo Robles, la madrugada del viernes 18 de enero. Eran los últimos de los más de 2,000 migrantes que cruzaron el portón sin esperar el proceso ofrecido por el gobierno mexicano. Cuando la mayoría pasó, las autoridades cerraron el portón. Los migrantes en la imagen eran los últimos. Al ver el portón cerrado, buscaron otro acceso, donde cruzaron frente a la mirada de las autoridades del INM, sin ninguna oposición. 
Una familia hondureña empuja dos carriolas con bebés ya del lado mexicano, tras pasar el puente fronterizo Rodolfo Robles, la madrugada del viernes 18 de enero. Eran los últimos de los más de 2,000 migrantes que cruzaron el portón sin esperar el proceso ofrecido por el gobierno mexicano. Cuando la mayoría pasó, las autoridades cerraron el portón. Los migrantes en la imagen eran los últimos. Al ver el portón cerrado, buscaron otro acceso, donde cruzaron frente a la mirada de las autoridades del INM, sin ninguna oposición. 

Salvadoreños y hondureños de la caravana esperaban frente al portón de la aduana Ciudad Hidalgo la madrugada del viernes 18 de enero. Más de 2,000 cruzaron el portón sin someterse a ningún registro, desconfiando de las autoridades. Los convencidos se fiaron de la entrega de credenciales y, con el paso de los días, el tiempo les ha dado la razón. Los carnés que permiten el libre tránsito han ido llegando. Los que desconfiaron siguieron su instinto. Muchos de ellos ya habían pasado por México como indocumentados y algunos habían confiado en el anterior gobierno como parte de la primer caravana que partió el 12 de octubre de 2018 de Honduras. Los que en aquel entonces aceptaron seguir el trámite desde el puente fronterizo fueron engañados por el gobierno mexicano y paulatinamente deportados o encerrados en centros de detención. 
Salvadoreños y hondureños de la caravana esperaban frente al portón de la aduana Ciudad Hidalgo la madrugada del viernes 18 de enero. Más de 2,000 cruzaron el portón sin someterse a ningún registro, desconfiando de las autoridades. Los convencidos se fiaron de la entrega de credenciales y, con el paso de los días, el tiempo les ha dado la razón. Los carnés que permiten el libre tránsito han ido llegando. Los que desconfiaron siguieron su instinto. Muchos de ellos ya habían pasado por México como indocumentados y algunos habían confiado en el anterior gobierno como parte de la primer caravana que partió el 12 de octubre de 2018 de Honduras. Los que en aquel entonces aceptaron seguir el trámite desde el puente fronterizo fueron engañados por el gobierno mexicano y paulatinamente deportados o encerrados en centros de detención. 

 

El sábado 19 de enero, la aduana Tecún Umán se abarrotó. Más centroamericanos llegaron en pequeñas caravanas desde El Salvador y Honduras. Algunas de estas caravanas habían planificado su salida antes de que México recibiera con apertura a la primer caravana.
El sábado 19 de enero, la aduana Tecún Umán se abarrotó. Más centroamericanos llegaron en pequeñas caravanas desde El Salvador y Honduras. Algunas de estas caravanas habían planificado su salida antes de que México recibiera con apertura a la primer caravana.

 

Aníbal Muñoz, originario de Progreso, Honduras. Con 29 años ha intentado su viaje tres veces hacia Estados Unidos. Esperaba en la frontera Tecún Umán hasta que México le otorgue su credencial por un año. Aníbal lava su ropa en el río Suchiate, y asegura que ha abandonado la idea de Estados Unidos a cambio de intentar una vida en México.
Aníbal Muñoz, originario de Progreso, Honduras. Con 29 años ha intentado su viaje tres veces hacia Estados Unidos. Esperaba en la frontera Tecún Umán hasta que México le otorgue su credencial por un año. Aníbal lava su ropa en el río Suchiate, y asegura que ha abandonado la idea de Estados Unidos a cambio de intentar una vida en México.

 

Las caravanas centroamericanas siguieron llegando a la frontera Tecún Umán, Guatemala, luego de la llegada de la enorme caravana que llegó el 17 de enero. El viernes 18, una enorme columna de migrantes que no creyeron en la oferta de AMLO siguieron su incursión en México. En la imagen, los migrantes caminan a la altura del desvío entre el municipio de Metapa de Domínguez y la ciudad de Tapachula, Chiapas.
Las caravanas centroamericanas siguieron llegando a la frontera Tecún Umán, Guatemala, luego de la llegada de la enorme caravana que llegó el 17 de enero. El viernes 18, una enorme columna de migrantes que no creyeron en la oferta de AMLO siguieron su incursión en México. En la imagen, los migrantes caminan a la altura del desvío entre el municipio de Metapa de Domínguez y la ciudad de Tapachula, Chiapas.

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.