Para llegar a Valle Verde hay que pasar por la entrada a Popotlán, territorio de la MS-13. Aliens Force Crew surgió, literalmente, entre pandillas. El grupo lo conforman jóvenes sin empleo, entre los 18 y los 28 años, con educación básica. El nombre, dicen, responde a que su estilo es de gran nivel, de otro planeta, de aliens. Jóvenes que decidieron bailar en medio de la guerra de otros jóvenes. En El Salvador, pensando en la situación de los habitantes de este tipo de colonias, el diputado arenero Norman Quijano, presidente de la Asamblea Legislativa, llegó a proponer en marzo de 2016 que se retirara la dirección del Documento Único de Identidad (DUI). La propuesta no cuajó. A día de hoy, tener en el DUI una direccción de Valle Verde puede costarte la vida en muchas colonias salvadoreñas. Por eso, los Aliens Force Crew han tenido que rechazar múltiples invitaciones a torneos de break dance. La geografía de la violencia marca los espacios donde estos breakers pueden hacer sus maromas. Los aliens aseguran que en algunas ocasiones han tenido que bailar para que pandilleros o policías les crean que no pertenecen a ningún grupo criminal. El estigma y la falta de espacios fuera de las fronteras de sus colonias hizo que en mucho tiempo el grupo se mantuviera en Apopa y asistiera a escasas invitaciones a fiestas patronales y eventos organizados por oenegés. Ahora, con algunas plazas del Centro Histórico rehabilitadas, Aliens Force Crew ha encontrado un espacio seguro para presentarse. El break dance es su única fuente de ingresos. Para aliens, la única razón por la cual han sobrevivido en su entorno violento es el break dance. Tener la mente y el cuerpo en otra cosa, en el próximo paso de baile. El Faro acompañó a los Aliens Force Crew durante la última semana de enero y las dos primeras de febrero de 2019.
Polideportivo de Apopa. Todos los lunes y martes a las 9 de la mañana, el grupo ensaya las coreografías que presentarán el resto de la semana en el Centro Histórico. Edison Portillo, 25 años, conocido como B-boy Edison, es el primero en iniciar la calistenia previa al ensayo de los aliens. 'Ser disciplinados es importante en esto. Si dejás de ensayar, perdés forma física y luego es más complicado hacer algunos pasos’’, dice.
Por el grupo han pasado decenas de jóvenes, más de una década de existencia ha permitido ayudar a muchos a alejarse de la violencia. Durante las prácticas se suman menores que, con el tiempo, serán parte del Aliens Force Crew. 'Muchos se ilusionan cuando nos ven bailar, después se animan y viene a practicar. Así es como inicia todo. Aquí muchos tenemos la voluntad de enseñar y seguramente en muchos barrios de nuestro país quieren aprender, esto ayudaría a muchos jóvenes, así como nos ayudó a nosotros', dice B-boy Wicho, de 25 años y de nombre Luis Morales.
Durante los ensayos, las discusiones son importantes. En las pausas, hablan de las preocupaciones del grupo. Una de las más importantes es cuando un miembro no se reporta. 'Vivimos en lugares complicados. Aquí es importante saber dónde están tus amigos. Cuando alguien no se reporta, nos preocupamos mucho. Nosotros no nos metemos en problemas, pero los problemas muchas veces están en las calles y muchas veces en la Policía, que nos detiene por cómo nos vemos', expresa B-boy Wicho frente a sus compañeros.
Los aliens hacen ensayos en el centro de Apopa para que otros chicos de la zona puedan ser parte. Lo hacen en esa zona para que aquellos que no pueden entrar a Valle Verde asistan.
El grupo está formado por jóvenes de Apopa, de Valle Verde, principalmente. 'Recuerdo que iniciamos porque vimos a unos chavos hacerlo. Al principio, poníamos cartones, ya que nos daba algo de miedo. También recuerdo que aquí en Valle Verde había muchas casas abandonadas. Entonces hicimos limpieza en una y desde la casa de un amigo conectamos extensiones para tener electricidad y así fue como una casa abandonada se convirtió en el único espacio libre para bailar. Ahí nadie nos veía, eso era bueno, porque no sufríamos de acoso de la policía', dice Raúl Antonio Argueta, de 28 años, conocido como B-boy Gaxci, mientras camina en uno de los pasajes de Valle Verde.
Tras la remodelación del Centro Histórico realizada en la alcaldía dirigida por Nayib Bukele (2015-2018), las plazas remozadas se convirtieron en área de trabajo para decenas de artistas que vieron en la afluencia de turismo una oportunidad para explotar su talento recibir una remuneración. Para los B-boys, ha sido una oportunidad única.
'Cuando empezamos una coreografía, las personas nos ven raro; pero, máximo en un minuto, ya tenemos una rueda de público aplaudiendo. Este es el gran escenario que nunca habíamos tenido', dice B-boy Edison desde la plaza Gerardo Barrios.
Alejandra Mangandi tiene 22 años y es la única mujer del grupo. 'Mi aka es B-girl Maga, y tengo 6 años de bailar. Aquí a una mujer le cuesta más. Por ejemplo, a mí me toca hacer las cosas en mi casa. Mis padres han sido un poco cerrados a pesar de que los B-boys me respetan. Asistir a los ensayos y a las presentaciones me cuesta más. También quiero trabajar, pero por el momento no me ha salido nada de empleo. Lo bueno del crew es que aquí todos somos iguales. Si te fijás, me tratan con el mismo respeto, como una integrante más', dice. En la imagen, durante una presentación en el Centro.
A pesar del estigma que existe sobre los jóvenes que vienen de colonias como Valle Verde, los aliens se sienten seguros con la Policía en el Centro Histórico, no así en su zona de residencia: 'Entendemos el estigma que existe hacia nosotros por ser jóvenes y vestir como lo hacemos, vivir donde vivimos. Cuando la Policía nos detiene cerca de nuestras casas o en el bus nos ha tocado bailar para que nos crean que somos B-boys. Nos piden demostración de que no somos delincuentes', dice B-boy Gacxi . En la imagen, policías custodian la plaza Gerardo Barrios, frente al Palacio Nacional, en el Centro de San Salvador. La plaza está rodeada por territorios controlados por la MS-13 y el Barrio 18 Revolucionarios.
'Esta es una cultura que viene de los guetos, por eso nos vemos así, por eso tenemos problemas si queremos entrar a ciertas colonias. Aquí en el Centro nos pararon una vez los miembros de una pandilla, nos rodearon, les tuvimos que bailar para demostrar que somos B boys . Ahora nos rodea un montón de gente que quiere vernos bailar', dice B boy Gaxci
B-boy Gaxci es experto en estructuras metálicas. Desde hace 13 años baila break dance. 'Hace unos meses todavía hice algunos trabajos de estructuras metálicas. Todo se vino abajo cuando ya no salió trabajo. A parte, me tocaba ir a zonas de pandillas contrarias a las de donde yo vivo, y eso me daba miedo. Muchas veces me pidieron el DUI (Documento Único de Identidad), pero yo lo dejaba en casa. Lo de Gaxci nació como un juego, nunca pensé que a este día eso me esté dando de comer', dice desde su casa en Valle Verde.
B-boy Gaxci muestra parte de los trofeos que han ganado en diversos campeonatos de break dance a nivel nacional. 'Ahora esto forma parte de nuestra vida. Para muchas personas esto no significa nada, pero esto es lo único que tenemos. Nosotros decidimos bailar a pesar de que crecimos en medio de la violencia. Cuando iniciamos esto, la pandilla creía que estábamos levantando otra pandilla, y nos acechaban. Con el tiempo se dieron cuenta que estábamos haciendo una cosa totalmente distinta. La Policía creía que éramos de la pandilla y nos golpeaban. A pesar de todo, seguimos, y eso ayudó a muchos de nosotros a huir de la violencia', dice.
B-boy Edison baila desde los 15 años, desde hace diez. 'El break me ha dado mucho, bailar ha sido la única manera por la cual puede salir de El Salvador. Estuve en Panamá y Guatemala. En unos meses hay un campeonato regional en México, y estoy ahorrando para poder asistir. La visa mexicana ya me la negaron una vez, así que estoy analizando la forma en que haré el viaje. Quizá me voy en una caravana. En esto nadie te apoya, como no es fútbol u otro deporte tradicional, nos ven de menos’’, dice.
Henry Mendoza, 28 años, es B-boy Bey, uno de los más experimentados dentro del grupo. Baila desde que tenía 11 años. En la imagen, en la plaza Barrios, hace uno de los pasos más complicados, un 'mortal triple’’. 'Es espectacular cuando la gente te ve, se asombran y aplauden. Son cosas que la gente no ve todos los días y eso les gusta. Para nosotros es genial atraer a las personas y que vean la calidad de lo que hacemos. Antes, por la falta de espacios, no podíamos mostrarnos en las calles. Hoy, los aprovechamos y así la sociedad se da cuenta que no hacemos cosas malas’’, dice.
Los miembros del grupo cuentan el dinero recolectado. Esa tarde hicieron $105, de los cuales cada uno se llevó $15. La jornada duró tres horas, 'Este es el pago. Nos ayuda para comer, para vivir. Así nos divertimos y nos ganamos el alimento en unas horas', explica Gaxci después de repartir el dinero.
La admiración de las personas es tal que al finalizar las rondas de bailes muchos se acercan para pedir fotos a los aliens . Fidel Mondragón (al centro de la imagen) tiene 54 años y dice admirar el trabajo de los jóvenes. 'Es impresionante lo que hacen, esto aleja a la juventud de las cosas malas, ellos deberían recibir el apoyo de otras entidades para que le enseñen a otros jóvenes este tipo de arte', dice.
‘’Soy Walter Antonio, mi aka es B-boy Trueno, tengo 20 años de edad, y 10 de bailar. Yo quería estudiar, pero no pude ir a la universidad por falta de dinero. En este país cuesta encontrar trabajo, ahora encontramos esta oportunidad de mostrar nuestro talento, hacer lo que nos hace felices y de paso ganar algo de dinero’’.
Son las 7:00 de la noche, hora para finalizar la jornada. Las porciones de pastel indican que la tarde estuvo buena y que el viaje en autobús será largo y para cenar habrá que esperar hasta llegar a Valle Verde.
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