Columnas / Política

Los desafíos del Infod: hechos y datos

Luego de publicar 'Los Desafíos del Infod', Carlos Rodríguez, actual director de la institución, presentó una respuesta que trata de explicar cuánto se ha avanzado en un año. El debate, sin embargo, continúa.

Miércoles, 3 de abril de 2019
Óscar Picardo Joao

En los debates educativos –que siempre son necesarios y bienvenidos- un tema crucial son los datos y los hechos. Los supuestos, percepciones y opiniones son una fuente de información importante, pero su lugar es secundario. Luego de publicar el artículo Los Desafíos del Infod , Carlos Rodríguez, actual director de la institución, presentó una respuesta que trata de explicar cuánto se ha avanzado en un año.

En el artículo inicial propusimos dos puntos de vista para el análisis: primero nos preguntamos qué es el Infod, tomando como parámetro dos definiciones oficiales que se contradicen. Luego, a modo de ejemplo, analizamos a la institución a partir de una fotografía basada en el presupuesto 2018. En su respuesta, Rodríguez me cuestiona que no consideré la opinión de todos los actores que se han beneficiado en la institución. Efectivamente, no estudié la opinión de los beneficiarios; y no dudo que algunos docentes, especialistas y académicos vinculados al Plan Nacional de Formación Docente se hayan beneficiado o hayan hecho bien su trabajo, pero esto no resuelve la hipótesis sobre la naturaleza del Infod y su configuración presupuestaria. Sobre el ADN de la institución, Rodríguez habla hasta el final del artículo, dejándonos con más dudas.

Para responder a los cuestionamientos sobre los montos presupuestarios, Rodríguez responde que “el presupuesto inicial no da cuenta totalmente de cómo se usaron finalmente todos los recursos”. Al respecto debemos decir dos cosas: Ya es hora que tengamos una administración moderna y eficiente que evite la doble administración. Además, con esos fondos duplicados podemos hacer muchas cosas por los docentes y escuelas.

Rodríguez justifica que para agilizar los procesos administrativos se decidió por una implementadora (la Universidad Católica de El Salvador, UNICAES). Considerando la situación fiscal del país, esto tiene un costo muy alto (US$ 158,355.95) y, de paso, limitadas justificaciones. En efecto, estas prácticas de utilizar implementadoras se han puesto de moda, pero, siendo honestos, pueden llegar a provocar dispersión e improvisación, duplicación de plazas y opacidad. De hecho, el propio director del Infod anota “que podríamos ahorrarnos si tuviéramos una estructura gubernamental moderna y eficiente”.

Posteriormente explica: “Al revisar el destino de los fondos se puede constatar que no ejecutamos todo lo destinado al sitio Web, el cual será lanzado públicamente, lo mismo sucede con la investigación sobre el escalafón docente para lo cual no logró integrarse un equipo lo suficientemente robusto”. Es claro que hay acciones presupuestadas y no realizadas, y que no hay una respuesta convincente sobre la página web ($14,754.62, muy cara por cierto); corrector de estilo ($4000), movilidad y viajes ($186,840); imagen ($30,000); consultoría de la ley ($ 20,000), y la doble administración ($ 158,355.95). No tengo que comentar más nada al respecto y lo dejo a la interpretación del lector.

Rodríguez también aclara que los montos de remodelación no se hicieron en el edificio sino en los Centros de Formación Docente (CDF) de Santa Tecla, Santa Ana y San Miguel. También justifica que no hay fondos para la infraestructura deseada y que no están satisfechos con las condiciones actuales. A cambio, propone una buena idea: recuperar los edificios de la antigua Escuela Normal Alberto Masferrer, que hoy funciona injustificadamente como un cuartel. Sería interesante saber si ya se hicieron las gestiones con el Ministro de la Defensa para que devuelvan lo prestado.

El tema entre lo presupuestado y lo ejecutado siempre nos lleva a las preguntas límites sobre la eficacia, pero dentro de lo ejecutado hay muchos aspectos polémicos (implementación de sitio web, viajes, corrector de estilo, implementadora, doble administración, alquiler de corto plazo, etcétera) que no quedan muy claros en su respuesta.

Rodríguez me emplaza al decir que este consultor debe saber muy bien la diferencia entre un presupuesto inicial y uno ejecutado. Al respecto aclaro por la alusión realizada, que mis investigaciones, consultorías y proyectos con el MINED, realizados entre 1995 y 2004, fueron bastante estridentes, críticos y muy técnicos, nunca mediadas por lo político.

Pero regresemos a la importancia del Infod y, por ende, la importancia de su nacimiento. Cuando escribí que nació “prematuro” me amparo en las cartas que leí en la Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea Legislativa. 26 de 27 consultas eran negativas o en contra de que se abriera el Infod con diversos argumentos técnicos y legales, incluyendo la opinión de la Dirección Nacional de Educación Superior (ver Dictamen Nº 142). Yo no digo no sea necesario el Infod; de hecho, en 2007, cuando realizamos con Wuilman Herrera el estudio de la Ley de la Carrera Docente, propusimos la creación del Instituto Superior de Estudios Pedagógicos bajo el proyecto nº 1203/OC-ES. La propuesta estaba enmarcada en una reforma legal integral, con funciones específicas definidas, una organización concreta, año sabático para docentes, servicio social pagado para docentes –similar a los médicos- entre otros aspectos. Mi punto al definir lo prematuro trata sobre lo mal que se hacen las cosas: sin considerar las opiniones (es obvio), sin asidero legal, sin presupuesto y sobre todo sin claridad o visión de largo plazo.

Inclusive cuando Rodríguez anota: “Es importante que el Estado se planteara por fin su rol de asumir la planificación de la formación inicial para evitar los desatinos de un modelo que no responde a las necesidades reales del sistema educativo”, la pregunta que nos hacemos es: ¿Y quién define la normativa, los criterios, perfiles y contenidos de la formación docente actual? En efecto, es el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, y es el mismo ministerio quien puede ser más exigente con las universidades que forman docentes; o incluso podría –si cumple los requisitos de la Ley de Educación Superior- asumir al 100 % la formación docente. Pero todo esto no resuelve el problema, la pregunta esencial sigue siendo: ¿Quién quiere ser docente en El Salvador? Si no se resuelve la poco ponderada dignificación docente, haga como se haga la formación docente, nada cambiará. Hay estudios y datos que demandan el atraer, retener a los mejores candidatos. Esto, en las condiciones actuales, no se está haciendo, y lo más importante: si no se reforma la Ley de la Carrera Docente, ningún Infod, ISEP o Escuela Normal resolverá el grave problema que tenemos de calidad y eficiencia.

En su texto, Rodríguez define que es el Infod: “ Una instancia planificadora y reguladora de la formación docente”. Luego se cita lo siguiente: “Finalmente se plasmó en un decreto aprobado el 22 de febrero de 2018, donde se limitan las competencias en materia de evaluación, certificación y acreditación y se priorizan las áreas formativas”. Si agregamos a la definición anterior las formulaciones oficiales citadas en el primer artículo, al final podemos concluir que el Infod puede ser:

Cuadro comparativo de definiciones del Infod

Director del Infod

Dictamen Nº 142 de la Comisión de Cultura y Educación

Decreto 913

(Artículo 2)

Viceministerio de Ciencia y Tecnología

Proceso y ruta a seguir para la habilitación en educación artística (2019)

Una instancia planificadora y reguladora de la formación docente.

Formación inicial de profesionales para el ejercicio de la carrera docente, la formación de postgrado en diferentes especialidades y la actualización de sus conocimientos.

La formación inicial y permanente de profesionales para el ejercicio de la docencia, la formación de postgrado en diferentes especialidades y la

actualización de sus conocimientos.

Fortalecer los procesos de formación inicial y permanente, promover la generación de conocimiento e innovación educativa, así como la formación de postgrado en diferentes especialidades. Su objetivo último es asegurar la calidad educativa mediante la aplicación de métodos pedagógicos, tecnológicos y de investigación al más alto nivel académico y científico

Una instancia de investigación, desarrollo y dinamización del sistema educativo, con el objetivo principal de lograr la calidad educativa

Fuente: elaboración propia con fuentes citadas

Finalmente, Rodríguez define una amplia e importante agenda de lo que ha hecho y hace el Infod (investigación educativa, perfiles de formadores, innovación curricular, etcétera). Me parece muy bien que alguien en el Ministerio proponga estas actividades. Esto no tiene contra-argumentación pese a la dispersión. Es necesaria una instancia que piense la educación y que reflexione bien, partiendo desde varios principios: sostenibilidad fiscal, asidero legal, visión de largo plazo y decisiones tomadas en base a datos, información y conocimiento. Así se hacen políticas públicas educativas. Y si no fuera mucho pedir, agregaría resultados con análisis de costo-eficiencia, porque aquí se ha gastado mucho y los resultados son los mismos.

Finalmente, quedan sobre la mesa los siguientes puntos para el debate:

· Es muy difícil capacitar o formar docentes cuando no tenemos una línea de base sólida sobre las necesidades. Nunca se ha hecho una evaluación censal y rigurosa, y se capacita de manera ineficaz en base a supuestos y a olfato. Por eso las cosas no cambian, y, por ejemplo, tenemos la misma PAES desde 1997. Es necesario evaluar y medir.

· Proponer una hoja de ruta para la reforma de la Ley de la Carrera Docente y la dignificación docente, y aquí enclavar el Infod.

· Es urgente una definición terminal, oficial y concisa de lo que es el Infod, también, de lo que no es y de cuál será su rol.

· Se debe diseñar y establecer un presupuesto con visión de largo plazo; una institución de este tipo no puede estar cada año en ascuas y sin los recursos necesarios.

· También será importante definir el tema de la infraestructura: un contrato de corto plazo -7 meses- demuestra falta de sostenibilidad. A las universidades se les exige patrimonio, al Infod también deberían exigirle.

· Recomendamos eliminar los atajos de las implementadoras para proyectos institucionales de mediano y largo plazo. Una implementadora tiene sentido para algo puntual y de corto plazo.

· Finalmente, propondría en el debate el rol de la UES y la posibilidad de que ésta casa de estudio -y otras privadas con interés y capacidad- cumplan el rol científico con independencia y en colaboración con el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Se ahorraría bastante dinero el Ministerio y le darían aportes con más objetividad. Crear aparatos científicos sin independencia es peligroso (la tradición indica que no habrá autocritica y honestidad). Asimismo, al crear nuevos Institutos Superiores especializados por cada Ministerio, terminaremos con una burocracia muy pesada para una demanda muy limitada y específica.


 

*Óscar Picardo Joao ( opicardo@asu.edu ) es investigador y especialista en política educativa. Licenciado en Filosofía, con maestrías en Teología y Educación y Doctorado en Didáctica y Organización Escolar. Dirige el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia. Foto El Faro: Víctor Peña
*Óscar Picardo Joao ( [email protected] ) es investigador y especialista en política educativa. Licenciado en Filosofía, con maestrías en Teología y Educación y Doctorado en Didáctica y Organización Escolar. Dirige el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia. Foto El Faro: Víctor Peña

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