{"code":"23856","sect":"El Salvador","sect_slug":"el-salvador","hits":"8337","link":"https:\/\/elfaro.net\/es\/201912\/el_salvador\/23856","link_edit":"","name":"La masacre ignorada del r\u00edo Lempa","slug":"la-masacre-ignorada-del-rio-lempa","info":"Siete mil personas huyeron del municipio de Victoria en marzo de 1981 para escapar, a trav\u00e9s del r\u00edo Lempa, de un operativo militar. La Comisi\u00f3n de la Verdad le dedic\u00f3 tres l\u00edneas a este episodio y fij\u00f3 la cifra de v\u00edctimas en poco m\u00e1s de 200, entre muertos y desaparecidos. Esta es la historia detr\u00e1s de una de las primeras tres grandes masacres de la guerra, ignorada por a\u00f1os de la historia oficial, pero no de la memoria de los sobrevivientes, que no olvidan a sus muertos ni dejan caducar su petici\u00f3n de justicia.","mtag":"Impunidad","noun":{"html":"Nelson Rauda, Andr\u00e9s Dimas y Claudia Palacios","data":{"nelson-rauda":{"sort":"","slug":"nelson-rauda","path":"nelson_rauda","name":"Nelson Rauda","edge":"0","init":"0"},"andres-dimas":{"sort":"","slug":"andres-dimas","path":"andres_dimas","name":"Andr\u00e9s Dimas","edge":"0","init":"1"},"claudia-palacios":{"sort":"","slug":"claudia-palacios","path":"claudia_palacios","name":"Claudia Palacios","edge":"1","init":"0"}}},"view":"8337","pict":{"cms-image-000032617-jpg":{"feat":"0","sort":"32617","name":"cms-image-000032617.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032617.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032617.jpg","back":"","slug":"cms-image-000032617-jpg","text":"<p>Portada del Diario de Hoy del 17 de enero de 1979. Gerardo Leiva es el quinto de izquierda a derecha en la segunda fila.<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EPortada del Diario de Hoy del 17 de enero de 1979. Gerardo Leiva es el quinto de izquierda a derecha en la segunda fila.\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000032616-jpg":{"feat":"0","sort":"32616","name":"cms-image-000032616.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032616.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032616.jpg","back":"","slug":"cms-image-000032616-jpg","text":"<p>Entre el 17 y 18 de marzo de 1981 unas 7 mil personas intentaron cruzar el R\u00edo Lempa en este lugar conocido como Piedras Coloradas. Foto: Carlos Barrera<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EEntre el 17 y 18 de marzo de 1981 unas 7 mil personas intentaron cruzar el R\u00edo Lempa en este lugar conocido como Piedras Coloradas. Foto: Carlos Barrera\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000032615-jpg":{"feat":"0","sort":"32615","name":"cms-image-000032615.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032615.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032615.jpg","back":"","slug":"cms-image-000032615-jpg","text":"<p>Gerardo Leiva a la orilla del R\u00edo Lempa en el lugar donde, hace 38 a\u00f1os, ayud\u00f3 a unas 30 personas a cruzar al lado hondure\u00f1o. Foto: Carlos Barrera<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EGerardo Leiva a la orilla del R\u00edo Lempa en el lugar donde, hace 38 a\u00f1os, ayud\u00f3 a unas 30 personas a cruzar al lado hondure\u00f1o. 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Foto: Fred Ramos.\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000032613-jpg":{"feat":"0","sort":"32613","name":"cms-image-000032613.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032613.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032613.jpg","back":"","slug":"cms-image-000032613-jpg","text":"<p>Una mujer descansa cerca del r\u00edo Lempa el 17 de marzo del 2019, tras una peregrinaci\u00f3n que conmemora el d\u00eda de la huida del pueblo de Santa Marta hacia Honduras. Foto: Fred Ramos.<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EUna mujer descansa cerca del r\u00edo Lempa el 17 de marzo del 2019, tras una peregrinaci\u00f3n que conmemora el d\u00eda de la huida del pueblo de Santa Marta hacia Honduras. Foto: Fred Ramos.\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000032612-jpg":{"feat":"0","sort":"32612","name":"cms-image-000032612.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032612.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032612.jpg","back":"","slug":"cms-image-000032612-jpg","text":"<p>Instalaciones del Destacamento Militar N\u00famero 2 en Sensuntepeque, Caba\u00f1as. El DM2 es se\u00f1alado como la principal unidad responsable del operativo de marzo de 1981 que termin\u00f3 en la masacre del r\u00edo Lempa. Foto: Carlos Barrera<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EInstalaciones del Destacamento Militar N\u00famero 2 en Sensuntepeque, Caba\u00f1as. El DM2 es se\u00f1alado como la principal unidad responsable del operativo de marzo de 1981 que termin\u00f3 en la masacre del r\u00edo Lempa. 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Foto: Carlos Barrera\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000032609-jpg":{"feat":"0","sort":"32609","name":"cms-image-000032609.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032609.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000032609.jpg","back":"","slug":"cms-image-000032609-jpg","text":"<p>Peregrinaci\u00f3n de Santa Marta a Piedras Coloradas para conmemorar la guinda del 17 y 18 de marzo de 1981. Foto: Fred Ramos<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EPeregrinaci\u00f3n de Santa Marta a Piedras Coloradas para conmemorar la guinda del 17 y 18 de marzo de 1981. 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Como Dolores no sab\u00eda nadar, \u00e9l improvis\u00f3 un salvavidas con una mata de huerta y su mujer se aferr\u00f3 al tallo mientras \u00e9l pataleaba en el agua y se impulsaba con el brazo derecho. Brazada, patadas, brazada, patadas, Gerardo Leiva luchaba contra un Lempa que estaba crecido, agitado y turbio aquella ma\u00f1ana del 18 de marzo de 1981. Al igual que muchos otros, recuerda esas aguas como un vidrio que se romp\u00eda, que salpicaba y her\u00eda con las esquirlas de las bombas que estallaban en el agua o en las rocas, y de las r\u00e1fagas de metralleta que disparaba un helic\u00f3ptero de la Fuerza A\u00e9rea.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECuando por fin llegaron a la orilla, ten\u00eda a Honduras a los pies. Atr\u00e1s, el r\u00edo, El Salvador y un \u00e9xodo humano agolpado en la otra ribera, aglutinado y desesperado. La comunidad de Santa Marta estaba en una encrucijada de proporciones b\u00edblicas. No hab\u00eda vuelta atr\u00e1s: o aquellos 7 mil campesinos, pobre enjambre sin panal, se lanzaban a un r\u00edo que explotaba, o se arriesgaban a ser alcanzados por un Ej\u00e9rcito que, desde hac\u00eda tres d\u00edas, inundaba la zona a la caza de los \u201csubversivos\u201d, \u201cterroristas\u201d y \u201cguerrilleros\u201d de los cantones cercanos al municipio de Victoria, Caba\u00f1as, en el norte de El Salvador.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEntre los que hu\u00edan estaban los hermanos, hermanas, abuelos, suegros, sobrinos y vecinos de Gerardo Leiva. Impacientes, todos rogaban a quienes sab\u00edan nadar que regresaran por ellos. \u201cEscuchaba lamentos de personas. Tanto de ni\u00f1os como de gente adulta. Gritaban que por favor los pasaran. Como no eran muchos los que pod\u00edan nadar\u2026\u201d, recuerda Gerardo, que sin pensarlo mucho y contra su instinto de supervivencia, regres\u00f3 sin soltar el triste salvavidas (brazada, patadas, brazada, patadas) hasta la orilla salvadore\u00f1a: \u201cYo no le voy a decir que me sent\u00eda con valor, porque acu\u00e9rdese que para eso todos tenemos miedo, en especial sabiendo que lo que a uno le espera es la muerte\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32615 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Gerardo Leiva a la orilla del R\u00edo Lempa en el lugar donde, hace 38 a\u00f1os, ayud\u00f3 a unas 30 personas a cruzar al lado hondure\u00f1o. Foto: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Gerardo Leiva a la orilla del R\u00edo Lempa en el lugar donde, hace 38 a\u00f1os, ayud\u00f3 a unas 30 personas a cruzar al lado hondure\u00f1o. Foto: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl Lempa de antes, como el de ahora, es el principal r\u00edo de El Salvador. Una vena de m\u00e1s de 360 kil\u00f3metros que atraviesa el pa\u00eds y sirve de frontera natural con Guatemala y Honduras. En la ribera de Piedras Coloradas, el punto exacto en el que ocurri\u00f3 esta masacre ignorada por la historia, hay unos 50 metros de distancia entre orilla y orilla. El helic\u00f3ptero que se asomaba de cuando en cuando apareci\u00f3 del lado de la presa El Guayabo. \u201cSaltaron r\u00edo abajo y vinieron a ametrallar y roquetear\u201d, cuenta Gerardo 38 a\u00f1os despu\u00e9s, frente al lugar en el que vio por \u00faltima vez a su cu\u00f1ado y en el que murieron decenas de personas. A algunos se los llev\u00f3 la corriente, ahogados; a otros, las balas los atravesaron o murieron reventados por las bombas.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EGerardo dice que nad\u00f3 unas sesenta veces, (brazada, patadas, brazada, patadas) de ida y vuelta, por ese r\u00edo ametrallado y bombardeado. No lo tiene claro, porque nadie se pone a sacar cuentas en medio de una masacre, pero \u00e9l cree haber salvado a unas 30 personas (brazada, patadas, brazada, patadas) desde las 6 de la ma\u00f1ana hasta que se cans\u00f3 y se le acalambraron los m\u00fasculos (brazada\u2026 patadas... brazada\u2026 patadas) cerca de las cinco. En una de las vueltas, el helic\u00f3ptero lanz\u00f3 una bomba all\u00e1 por donde \u00e9l cruzaba, y se salv\u00f3 de milagro. \u201cPor la tarde embosc\u00f3 otro helic\u00f3ptero y me avent\u00e9 debajo de una piedra. El roquetazo me lo pone encima, pero como la piedra era grand\u00edsima no me hizo nada. No porque ya no estuviera\u201d, cuenta.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EOtros no tuvieron su suerte. La suerte de un hombre que vio morir a familiares y amigos. \u201cCuando comenz\u00f3 a ametrallar hab\u00eda gente que iba pasando. Esa gente tom\u00f3 a soltarse y a esa gente se la llev\u00f3 el r\u00edo\u201d, dice. Otros m\u00e1s fueron vencidos por la corriente y el cansancio. A Juan Jos\u00e9 Bonilla Ascencio, el cu\u00f1ado de Gerardo, \u201cle agarraron los calambres casi al centro del r\u00edo. Ya no pudo llegar a la otra orilla\u201d. A Juan Jos\u00e9 nunca m\u00e1s lo vieron.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EA Pedrina Hern\u00e1ndez tambi\u00e9n casi se la traga el Lempa. Una explosi\u00f3n la dej\u00f3 inconsciente. Cruz\u00f3 agarrada de un lazo que unos hombres hab\u00edan logrado amarrar entre extremos, pero antes de eso un morterazo le explot\u00f3 cerca. \u201cSi as\u00ed fuera, la muerte no se siente, porque uno siente un solo vergazo. De ah\u00ed pierde uno el conocimiento\u201d, reflexiona Pedrina. Cuando volvi\u00f3 en s\u00ed, cerca suyo estaba el cad\u00e1ver de un joven. Sangraba, ten\u00eda la cabeza destrozada por las esquirlas. Pedrina flaque\u00f3. \u201cYo ah\u00ed, en mi mente, dud\u00e9 del Se\u00f1or. Y dije: \u2018Se\u00f1or bendito, pero \u00bfqu\u00e9 es lo que hemos hecho nosotros para estar en esta situaci\u00f3n?\u2019\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003ELos muertos que no est\u00e1n en los libros\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl per\u00edodo entre 1980 y 1983 fue el m\u00e1s salvaje de la guerra civil salvadore\u00f1a. La Comisi\u00f3n de la Verdad de Naciones Unidas lo describe como el de \u201cla institucionalizaci\u00f3n de la violencia\u201d. De ese per\u00edodo, la historia oficial de la guerra de El Salvador, retratada en el informe de la Comisi\u00f3n, cuenta con detalle dos masacres emblem\u00e1ticas: un a\u00f1o antes del \u00e9xodo de Santa Marta, en mayo de 1980, alrededor de 600 campesinos fueron asesinados en las riberas del r\u00edo \u003Ca href=\"https:\/\/www.elfaro.net\/es\/201405\/video\/15374\/Las-Aradas-masacre-en-seis-actos.htm\"\u003E Sumpul\u003C\/a\u003E, frontera de Chalatenango con Honduras, tambi\u00e9n en el norte del pa\u00eds. El Ej\u00e9rcito salvadore\u00f1o persigui\u00f3 a los campesinos hasta el r\u00edo y les dispar\u00f3 mientras cruzaban. Del otro lado, tropas hondure\u00f1as los remataron mientras un helic\u00f3ptero bombardeaba y disparaba a los que intentaban huir de la barbarie. M\u00e1s de un a\u00f1o despu\u00e9s, en diciembre de 1981, el Estado masacr\u00f3 a un millar de campesinos, m\u00e1s de la mitad ni\u00f1os, en \u003Ca href=\"http:\/\/mozote.elfaro.net\/inicio\"\u003E El Mozote\u003C\/a\u003E y los caser\u00edos aleda\u00f1os, en el departamento de Moraz\u00e1n, en un operativo denominado \u201ctierra arrasada\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPero se escribi\u00f3 muy poco sobre la masacre del Lempa. Ni siquiera la consigna oficial de perd\u00f3n y olvido promulgada al final de la guerra aplica en este caso. No se puede olvidar algo que ni se reconoce.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELa muerte o desaparici\u00f3n de m\u00e1s de doscientas personas en aquellas aguas en 1981 apenas fue mencionada en tres l\u00edneas por la Comisi\u00f3n de la Verdad: \u201cEl 17 de marzo, al intentar cruzar el R\u00edo Lempa hacia Honduras, un grupo de miles de campesinos es atacado por aire y tierra, a consecuencia del ataque se reportan entre 20 y 30 muertos y 189 personas desaparecidas\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32608 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Monumento con los nombres de algunas de las personas que murieron al intentar cruzar el R\u00edo Lempa en el lugar conocido como Piedras Coloradas. Foto: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Monumento con los nombres de algunas de las personas que murieron al intentar cruzar el R\u00edo Lempa en el lugar conocido como Piedras Coloradas. Foto: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPero las v\u00edctimas mortales y los desaparecidos puede que sean m\u00e1s, seg\u00fan los relatos de los sobrevivientes, los \u00fanicos que cada a\u00f1o conmemoran aquel \u00e9xodo brutal y la repoblaci\u00f3n del norte de Caba\u00f1as. Y aunque parte de este relato fue rese\u00f1ado por medios internacionales, por \u003Ca href=\"https:\/\/unfinishedsentences.org\/es\/reports\/foia-rio-lempa\/\"\u003Euna oeneg\u00e9 \u003C\/a\u003E y defensores de derechos humanos en El Salvador y Estados Unidos, la del Lempa sigue siendo una masacre no contada. Es dif\u00edcil explicar por qu\u00e9 se olvida una tragedia con 189 desaparecidos seg\u00fan una nota del New York Times publicada en junio del 81. Quiz\u00e1 perviva un sentido de que, como en Santa Marta hab\u00eda una c\u00e9lula guerrillera, aquellos operativos que comenzaron en marzo estaban justificados. Que se lo merec\u00edan. Esa era, de hecho, la l\u00f3gica de los militares.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ENotas de Diario El Mundo y El Diario de Hoy publicadas entre el 15 y el 19 de marzo del 81 dan cuenta de un amplio operativo de \u201cdesalojo y limpieza de extremistas\u201d en Caba\u00f1as. Seg\u00fan public\u00f3 El Mundo el 16 de marzo, \u201cdado que los combates continuaban hoy en la zona norte de Villa Victoria, y la situaci\u00f3n se consideraba todav\u00eda grave, el Destacamento de Frontera #2 ya hab\u00eda recibido refuerzos de otros departamentos inmediatos, y la Fuerza A\u00e9rea Salvadore\u00f1a tambi\u00e9n se hab\u00eda unido al desmantelamiento y desalojo de los extremistas\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EUn d\u00eda despu\u00e9s, el mismo peri\u00f3dico consign\u00f3 con fuentes del Ej\u00e9rcito que en el operativo participaron elementos de la \u201cCuarta Brigada en El Para\u00edso, departamento de Chalatenango, el Destacamento de Frontera #2 de Sensuntepeque; el Destacamento #5 de San Vicente; la Brigada de Artiller\u00eda de San Juan Opico y unidades especiales de la Guardia Nacional, Polic\u00eda de Hacienda y cuerpos de servicio territorial, conocedores de la zona agreste de Caba\u00f1as que act\u00faan como chaneques\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELa guerra no fue gentil con los neutrales. En esta zona, miles de habitantes quedaron atrapados. Ancianos, mujeres y ni\u00f1os, alrededor de 7 mil personas, todas sujeto de protecci\u00f3n del derecho humanitario internacional, quedaron desprotegidas en ese El Salvador sin ley de inicios de los 80.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EGerardo Leiva, uno de los 40 \u201csubversivos\u201d por los que el Ej\u00e9rcito ten\u00eda su ojo puesto en Santa Marta, se retuerce de rabia al recordar lo que para \u00e9l fue una injusticia. \u00c9l, que form\u00f3 parte de la c\u00e9lula que m\u00e1s tarde se convertir\u00eda en un basti\u00f3n de la Resistencia Nacional (RN), no concibe por qu\u00e9 ten\u00edan que ensa\u00f1arse con los civiles. \u201c\u00a1Ven\u00edan mujeres con ni\u00f1os tiernitos, reci\u00e9n criando, de dos d\u00edas de haber criado! \u00a1Tambi\u00e9n con ni\u00f1os m\u00e1s grandecitos en los brazos; otros que empezaban a caminar! \u00a1As\u00ed, lo m\u00e1s, solo era gente civil!\u201d, denuncia.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003ELa quema de Santa Marta\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPara marzo de 1981 la corriente anticomunista hab\u00eda llevado al Ej\u00e9rcito salvadore\u00f1o hasta los poblados de la zona norte de Caba\u00f1as. En Santa Marta, para aquellas fechas, una corriente revolucionaria tambi\u00e9n hab\u00eda logrado un caudal de adeptos que la hac\u00eda pensar que estaba preparada para intentar prevenir un exterminio.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEntre las filas de ese n\u00facleo guerrillero estaba Gerardo Leiva, el nadador rescatista, que ten\u00eda 27 a\u00f1os y dos de pertenecer a esa c\u00e9lula cuando acompa\u00f1\u00f3 el \u00e9xodo de siete mil civiles hasta las orillas del Lempa. Tambi\u00e9n estaba Carlos Bonilla, quien detect\u00f3 al Ej\u00e9rcito avanzando como una repunta verde olivo hacia Santa Marta, en la ma\u00f1ana del 15 de marzo del 81. Para entonces, el centinela Bonilla ten\u00eda 39 a\u00f1os y era jefe de escuadra de la RN. Apostado en un cerro, vio los camiones del Ej\u00e9rcito que se dirig\u00edan a Victoria, el municipio al que pertenece Santa Marta. \u201cVimos que hormigueaba el ej\u00e9rcito, as\u00ed se ve\u00eda c\u00f3mo se mov\u00eda\u201d, dice, serpenteando en el aire con una de sus manos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32610 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Carlos Bonilla naci\u00f3 en Santa Marta en septiembre de 1942. \u00c9l fue jefe de escuadra de la Resistencia Nacional. Para la masacre del Lempa, Bonilla fue un centinela que advirti\u00f3 la llegada del Ej\u00e9rcito a Santa Marta para que la poblaci\u00f3n pudiera huir. Foto: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Carlos Bonilla naci\u00f3 en Santa Marta en septiembre de 1942. \u00c9l fue jefe de escuadra de la Resistencia Nacional. Para la masacre del Lempa, Bonilla fue un centinela que advirti\u00f3 la llegada del Ej\u00e9rcito a Santa Marta para que la poblaci\u00f3n pudiera huir. Foto: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EComo ocurre con la mayor\u00eda de campesinos convertidos en guerrilleros, esa c\u00e9lula de la Resistencia Nacional se aliment\u00f3 de la desigualdad. Comunidades pobres y reprimidas fueron caldo de cultivo para la guerrilla en todo el pa\u00eds. Los habitantes de Santa Marta eran colonos de fincas. Viv\u00edan dentro de las haciendas que trabajaban, pero los frutos de su trabajo se los llevaban los due\u00f1os de las tierras. En El Salvador de finales de los 70, el 5 % m\u00e1s rico acaparaba el 38 % del ingreso nacional; mientras que el 40 % del pa\u00eds se peleaba por el 7.5 % de las migajas. El Salvador ten\u00eda la distribuci\u00f3n del ingreso m\u00e1s desigual de Am\u00e9rica Latina.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEn ese r\u00edo revuelto, la teolog\u00eda de la liberaci\u00f3n de la iglesia cat\u00f3lica, con su opci\u00f3n preferencial por los pobres y los sacerdotes Rutilio Grande y monse\u00f1or \u00d3scar Arnulfo Romero como protagonistas, sacudi\u00f3 las bases de muchas comunidades. Aunque Romero y Grande no comulgaban con la causa guerrillera, por todo el pa\u00eds hubo catequistas que crearon comunidades eclesiales de base, focos de comuni\u00f3n religiosa pero tambi\u00e9n de reflexi\u00f3n pol\u00edtica. Uno de esos lleg\u00f3 a Santa Marta y, entre estudios b\u00edblicos y reuniones de organizaci\u00f3n, convenci\u00f3 a 40 campesinos para que lucharan en contracorriente. Para enero del 79, esos 40 convencidos ya estaban aliados al Frente de Acci\u00f3n Popular Unificado (FAPU), el brazo social de la RN, una de las cinco organizaciones que integr\u00f3 la guerrilla del FMLN.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEn su primera gran misi\u00f3n, los 40 campesinos de Santa Marta viajaron hasta San Salvador y enfilaron hacia la sede de la Cruz Roja, la embajada de M\u00e9xico y la sede de la Organizaci\u00f3n de Estados Americanos (OEA). El objetivo era protestar pac\u00edficamente por la detenci\u00f3n de Lil Milagro Ram\u00edrez, poetisa y lideresa de la RN, capturada en 1977 y presa pol\u00edtica en la Guardia Nacional.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl 15 de enero, los campesinos durmieron en el centro de retiros \u201cEl Despertar\u201d, en la colonia San Antonio Abad de la capital. A la ma\u00f1ana siguiente, apoyados por guerrilleros armados de la RN, tomaron la Cruz Roja. La protesta fue repelida por la Guardia Nacional, que rode\u00f3 el edificio; los guerrilleros huyeron y los 40 campesinos quedaron atrapados. Entre ellos, Gerardo Leiva.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEsa aventura qued\u00f3 registrada en una foto en la portada de El Diario de Hoy del 17 de enero del 79. Gerardo aparece casi al centro de la segunda fila. Es alto: sus hombros est\u00e1n por encima de los dos otros j\u00f3venes que lo rodean. Tiene el pelo negro, todav\u00eda sin canas, y un bigote menos profuso que ahora. En la imagen los ojos se le entrecierran, quiz\u00e1 por la luz del sol. La nariz aguile\u00f1a lo hace inconfundible. Gerardo y sus compa\u00f1eros aparecen bajo un titular que pudo haberles costado la vida:\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32617 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Portada del Diario de Hoy del 17 de enero de 1979. Gerardo Leiva es el quinto de izquierda a derecha en la segunda fila.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Portada del Diario de Hoy del 17 de enero de 1979. Gerardo Leiva es el quinto de izquierda a derecha en la segunda fila. \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELos guardias los subieron a camiones y los enviaron al cuartel. Estuvieron m\u00e1s de siete horas en interrogatorios. Gerardo dice que nunca se pusieron de acuerdo, pero cree que todos dieron la misma versi\u00f3n: hab\u00edan sido enga\u00f1ados por hombres desconocidos que les dijeron que iban a una excursi\u00f3n a la capital. Les creyeron. O les hicieron creer que les creyeron. Antonio Corleto, entonces director de la Guardia, dijo a El Diario de Hoy: \u201ccampesinos que ocuparon la Cruz Roja fueron dejados en libertad en vista de haberse comprobado que fueron enga\u00f1ados para realizar la acci\u00f3n\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECuatro d\u00edas despu\u00e9s, un comando de la Guardia asesin\u00f3 al sacerdote Octavio Ortiz Luna, director de \u201cEl Despertar\u201d, el lugar donde Gerardo y los suyos hab\u00edan descansado. Esa casa \u003Ca href=\"https:\/\/www.laprensagrafica.com\/revistas\/Luz-en-El-Despertar-20150322-0006.html\"\u003E era propiedad del Arzobispado de San Salvador \u003C\/a\u003E . El cuerpo del cura fue encontrado con el cr\u00e1neo destrozado. La Guardia consideraba que El Despertar era \u201cel disfraz de un centro de actividades del grupo subversivo FARN\/ FAPU\u201d, seg\u00fan \u003Ca href=\"http:\/\/biblioteca.utec.edu.sv\/hemeroteca\/svdca\/files\/19790120_asesinato_sarcedote_Octavio_Ortiz_Luna_en_casa_de_retiro\/Epaper_EDH\/#p=1\"\u003E un comunicado que EDH public\u00f3 el domingo 21 de enero \u003C\/a\u003E . Ese mismo d\u00eda, monse\u00f1or \u00d3scar Arnulfo Romero calific\u00f3 ese comunicado de \u201cmentiroso de principio al fin\u201d en \u003Ca href=\"http:\/\/servicioskoinonia.org\/romero\/homilias\/B\/790121.htm\"\u003E su homil\u00eda \u003C\/a\u003E . Romero dijo que El Despertar no ten\u00eda \u201clas intenciones de fomentar all\u00ed guerrilleros\u201d, sino \u201cgrupos de cristianos con criterios de evangelio, que naturalmente son criterios muy peligrosos en nuestro tiempo\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u00bfAlguien mencion\u00f3 a El Despertar en los interrogatorios d\u00edas antes del asesinato del padre Ortiz? Es posible, pero lo cierto es que todos los capturados en la toma de la Cruz Roja fueron liberados y enviados a casa, a Caba\u00f1as, sin reparar en que la inteligencia militar, que para esos a\u00f1os ya funcionaba como una m\u00e1quina aceitada para perseguir opositores, no se olvidar\u00eda de ellos. El Ej\u00e9rcito, \u003Ca href=\"https:\/\/www.elfaro.net\/es\/201512\/el_salvador\/17578\/Los-archivos-secretos-de-la-dictadura.htm\"\u003E que acostumbraba fichar a sus enemigos \u003C\/a\u003E , ya ten\u00eda sus nombres, fotos y su rol en un evento de protesta. Gerardo y otros sobrevivientes coinciden en que esa fue la \u201cquema\u201d de Santa Marta. A partir de entonces, el pueblo qued\u00f3 marcado como una comunidad guerrillera y los hizo blanco de m\u00faltiples incursiones militares. En una de ellas, en noviembre del 80, Leiva tuvo que enterrar a varios amigos y un t\u00edo. \u201cA mi t\u00edo lo mataron el 21 de noviembre de 1980. Se llamaba Enemesio Rivas Leiva. Lo hall\u00e9 atado\u2026 de pies y manos, y\u2026 (Leiva se detiene 25 segundos, en los que emite un quejido, le brotan las l\u00e1grimas, toma un sorbo de agua, se aclara la garganta)\u2026 con un disparo que le pegaron ac\u00e1 (se toca la frente) que le explot\u00f3 todo esto (se lleva las manos a la cabeza) y con un pu\u00f1o de trapos en la boca\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPara marzo del 81, para que algo as\u00ed no volviera ocurrir, la c\u00e9lula guerrillera prepar\u00f3 a centinelas como Carlos Bonilla, quien ten\u00eda otra preocupaci\u00f3n cuando dio la alerta de que el Ej\u00e9rcito se desbocaba hacia Santa Marta. Ten\u00eda se\u00f1alados en rojo los primeros d\u00edas de marzo porque su esposa estaba embarazada de gemelos. Ella rompi\u00f3 fuente el mismo d\u00eda en que entr\u00f3 el Ej\u00e9rcito a la zona. Sus superiores en la guerrilla lo relevaron de su puesto, pero le asignaron otra misi\u00f3n. \u201cMe dijeron: acompa\u00f1\u00e1 a tu esposa, pero ten\u00e9s la tarea de comunicarles a las otras comunidades y caser\u00edos que se muevan, que se empiecen a mover\u201d. Al llegar a casa supo que una de las gemelas hab\u00eda muerto, de manera que lo primero que hizo fue enterrarla. No hubo tiempo para m\u00e1s luto.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EMientras Carlos Bonilla cumpl\u00eda con su cometido, otros guerrilleros intentaban ser un dique que detuviera el avance de los soldados. En su edici\u00f3n del 16 de marzo del 81, El Mundo report\u00f3 que el d\u00eda anterior miembros del Destacamento de Frontera #2 (DM-2) de Sensuntepeque hab\u00edan sostenido \u201crecios combates en Villa Victoria\u201d contra miembros de la guerrilla. Los enfrentamientos empezaron en el cant\u00f3n El Zapote, en camino hacia Santa Marta y Villa Dolores. Seg\u00fan la publicaci\u00f3n, en la zona hab\u00edan \u201ccampamentos guerrilleros\u201d y \u201cpistas de aterrizaje donde reciben armas en helic\u00f3pteros procedentes de Nicaragua\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPara aquellas fechas, el comandante del Destacamento de Frontera #2 era Juan Francisco Tejada. Hab\u00eda empezado en su cargo el 1\u00ba de octubre de 1980 y termin\u00f3 el 31 de julio de 1981, seg\u00fan una lista revelada por el Ministerio de Defensa en cumplimiento de la Ley de acceso a la informaci\u00f3n. Uno de los guerrilleros en aquella maniobra de dique, o en los \u201crecios combates\u201d que narraba el Ej\u00e9rcito, era Mois\u00e9s, un excombatiente que accede a contar su historia con la condici\u00f3n del anonimato. En aquel entonces Mois\u00e9s ten\u00eda 37 a\u00f1os. \u201cEl objetivo era mantener la posici\u00f3n un rato, sostener eso siquiera un poquito mientras que la gente se escond\u00eda o caminaba o la sacaban\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EMois\u00e9s dice que sus jefes hab\u00edan analizado la situaci\u00f3n y \u201cestaban sabedores de que no se sosten\u00eda\u201d. La c\u00e9lula guerrillera estaba armada, pero nada que ver con el nivel de un ej\u00e9rcito que recib\u00eda millones de d\u00f3lares en apoyo militar de Estados Unidos, incluida una flota de 12 helic\u00f3pteros \u201cHuey\u201d artillados UH-1H. \u201cNo pod\u00edan decir 'que no se quiten los compa\u00f1eros de ah\u00ed'. Los mataban a todos. Se hubieran quedado sin nada de gente\u201d, dice Mois\u00e9s. La instrucci\u00f3n era ganar tiempo. El dique resisti\u00f3 dos d\u00edas, suficientes para que siete mil almas alcanzar a llegar al Lempa.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003ELa caravana que termin\u00f3 en Honduras\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELas explosiones que se o\u00edan cada vez m\u00e1s cerca convencieron a Lucila Membre\u00f1o de que ten\u00eda que correr. \u201cSi nos tiraron unos 50 morterazos no fue nada\u201d, dice Lucila. Ten\u00eda 34 a\u00f1os, viv\u00eda en el caser\u00edo San Felipe, y sali\u00f3 de su casa con sus cinco hijos el 16 de marzo. El mayor ten\u00eda siete a\u00f1os; las gemelas, cinco; otro ni\u00f1o, tres y uno m\u00e1s que no caminaba.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECon sus cinco hijos a cuestas, sali\u00f3 a esconderse en unas cuevas, con el resto de la gente, guiada por guerrilleros que intentaban proteger a esa masa. Lucila no era guerrillera, su compa\u00f1ero de vida s\u00ed. La guerra no distingu\u00eda esas l\u00edneas borrosas entre combatientes y no combatientes.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEn ese camino tambi\u00e9n iba Pedrina Hern\u00e1ndez, la mujer que horas despu\u00e9s se desmayar\u00eda en el cauce del Lempa. Sab\u00eda que el camino ser\u00eda duro. Por eso le remord\u00eda la conciencia por no haber calzado a su hijo. \u201cYo lloraba en silencio porque el ni\u00f1o tra\u00eda rajaditos los dedos de los pies, porque yo no tuve chance de ponerle las botillas siquiera\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32613 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Una mujer descansa cerca del r\u00edo Lempa el 17 de marzo del 2019, tras una peregrinaci\u00f3n que conmemora el d\u00eda de la huida del pueblo de Santa Marta hacia Honduras. Foto: Fred Ramos.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Una mujer descansa cerca del r\u00edo Lempa el 17 de marzo del 2019, tras una peregrinaci\u00f3n que conmemora el d\u00eda de la huida del pueblo de Santa Marta hacia Honduras. Foto: Fred Ramos. \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEn la noche del 17 de marzo, mujeres como Pedrina y Lucila confluyeron en Pe\u00f1a Blanca. La guerrilla decidi\u00f3 que ese fuera el punto de concentraci\u00f3n antes de cruzar el r\u00edo hacia Honduras. All\u00ed lleg\u00f3 gente de El Zapote, de San Felipe, El Portezuelo, El Rodeo, San Justo, El Junquillo o La Pinte, entre otros. Todos eran poblados evacuados para evitar que el Ej\u00e9rcito hiciera en ellos lo que ya hizo en el Sumpul: arrasar. A estas alturas, 38 a\u00f1os despu\u00e9s de la masacre, quiz\u00e1 no haya sobreviviente que no redondee el n\u00famero de desplazados en siete mil personas. Y puede que no estuvieran equivocados. La Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa envi\u00f3 el 25 de marzo del 81, ocho d\u00edas despu\u00e9s de la masacre, un cable al Secretario de Estado. El cable C05655047 cita un reporte de prensa del 24 de marzo que toma como fuente a la Coordinadora Nacional de Solidaridad con el Pueblo Salvadore\u00f1o (CNSPS), que registr\u00f3 6 mil personas intentando cruzar el r\u00edo el 18 de marzo. M\u00e1s adelante dice que al finalizar el d\u00eda ese n\u00famero hab\u00eda ascendido a 7 mil.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl cable tambi\u00e9n cita un reporte solicitado por la embajada al director local de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en el que se cifra el n\u00famero de refugiados en 4 mil, mientras que el Gobierno hondure\u00f1o contabiliz\u00f3 3 mil 500.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECuando la gente lleg\u00f3 a Pe\u00f1a Blanca, la guerrilla ya ten\u00eda claro que la ruta de escape pasaba por el Lempa hasta el poblado de Los Hern\u00e1ndez, ya en Honduras. Desde el 80, tras las primeras incursiones del Ej\u00e9rcito, decenas de salvadore\u00f1os hab\u00edan encontrado refugio en ese lugar. Solo faltaba determinar por d\u00f3nde cruzar. La guerrilla mand\u00f3 un grupo de avanzada para explorar. Estos llegaron a La Angostura, pero ah\u00ed detectaron \u201cun cord\u00f3n de militares salvadore\u00f1os\u201d, recuerda Mois\u00e9s. \u201cBajamos suavecito y entanatamos la ropa\u201d, dice. Esa era una de las formas de cruzar el r\u00edo: juntar la ropa en bultos (entanatar) dentro de bolsas pl\u00e1sticas o de nylon para improvisar flotadores.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EMois\u00e9s se tir\u00f3 primero al r\u00edo. Sujetaba el flotador con uno de sus brazos. Su compa\u00f1ero, Alejandro Recinos, \u201cChandito\u201d, como no pod\u00eda nadar, se colg\u00f3 de la bolsa. Avanzaron en mitad de la noche, sin m\u00e1s sonido que el de sus extremidades en el agua, cubiertos en la oscuridad. Casi llegaron a la otra orilla.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u201cEllos estaban en un pe\u00f1\u00f3n del lado de Honduras\u201d, dice Mois\u00e9s. \u201cCuando sintieron que iba a salir me cayeron rafagazos. Me ba\u00f1aron\u201d. Mois\u00e9s cree que les aventaron unos mil tiros. Para salvarse solt\u00f3 la bolsa y se sumergi\u00f3 en el agua. Chandito tambi\u00e9n se solt\u00f3 de la bolsa, y su cuerpo fue arrastrado por el r\u00edo. Cuando se corri\u00f3 la voz de la muerte de Chandito, la caravana entendi\u00f3 que ten\u00edan que cruzar r\u00e1pido y que no pod\u00edan hacerlo por La Angostura.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EDecidieron dirigirse hacia Piedras Coloradas.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Ciframe src=\"https:\/\/www.youtube.com\/embed\/_JT9D6gi7-I\" width=\"560\" height=\"315\" frameborder=\"0\" allowfullscreen=\"\"\u003E\u003C\/iframe\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003ELos testigos \u201cinternacionales\u201d\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EUn grito despert\u00f3 a Nora Alfaro en la madrugada del 18 de marzo. Para entonces, Nora y su familia llevaban cuatro meses en Los Hern\u00e1ndez. Su cu\u00f1ado, un jefe guerrillero, los llev\u00f3 a Honduras para salvarla de las amenazas que hab\u00edan sufrido en El Salvador. \u201cComo a las 12 de la noche lleg\u00f3 el compa\u00f1ero Regino. Dijo: 'compa\u00f1eros, lev\u00e1ntense, vienen nuestros hermanos para ac\u00e1. El que tenga ma\u00edz cocido que se levante a hacer tortillas y el que no, que vaya a traer ma\u00edz'\u201d. Nora obedeci\u00f3. Entre ese grupo de gente que echaba tortillas hab\u00eda una joven estadounidense de 26 a\u00f1os, nacida en Fort Wayne, Indiana, que quiso ir a ver qu\u00e9 pasaba en el Lempa. Junto a otros voluntarios hondure\u00f1os de C\u00e1ritas, camin\u00f3 hasta el r\u00edo. \u201cEra una caminata de 10 o 15 minutos. Hab\u00eda tiroteos. Hab\u00eda que escondernos tras los cerros\u201d, dice ahora Yvonne Dilling. Ha cumplido 64 a\u00f1os.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECuando lleg\u00f3 al r\u00edo encontr\u00f3 algo de orden en medio del caos. Salvavidas como Gerardo Leiva pasaban gente con ramas o bolsas entanatadas. En la orilla hondure\u00f1a, otras personas los recib\u00edan. A ella le pidieron que ayudara a pasar ni\u00f1os, as\u00ed que Yvonne empez\u00f3 a nadar (patada, brazada, patada, brazada) hasta la otra orilla. Y as\u00ed comenz\u00f3 a pasar ni\u00f1os que se guindaban de su espalda o que se aferraban a su camisa. De ida eran puras patadas y brazadas, patadas y brazadas, pero de regreso Yvonne se convert\u00eda ella misma en un tronco humano salvavidas, que flotaba y se dejaba arrastrar por la corriente, en diagonal, hasta alcanzar la ribera hondure\u00f1a.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E38 a\u00f1os despu\u00e9s de la masacre, el testimonio de Yvonne sigue siendo vital. No solo porque coincide con lo que cuentan los sobrevivientes, sino por su nacionalidad. Para los que claman justicia, al ser ella una \u201cinternacional\u201d y colaboradora de una organizaci\u00f3n humanitaria, su palabra sirve como prueba en un pa\u00eds al que le cuesta creer a sus v\u00edctimas.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EYvonne tambi\u00e9n se escond\u00eda debajo de las piedras cuando los helic\u00f3pteros llegaban a hacer destrozos. \u201cEl helic\u00f3ptero baj\u00f3 en picada. Una y otra vez\u201d, dice. En una de tantas, los que estaban en medio del r\u00edo no alcanzaron a protegerse. \u201cEn vez de correr por la orilla, saltaron al agua. Ah\u00ed se aferraron a una roca volc\u00e1nica. Cada vez que el helic\u00f3ptero descend\u00eda, ellos se sumerg\u00edan en el agua\u201d. A Yvonne la sorprendi\u00f3 la crueldad. \u201cEl soldado del helic\u00f3ptero estaba incre\u00edblemente concentrado en matar gente. Una y otra vez hizo fuego con la ametralladora. Una vez baj\u00f3 tanto que casi toca los \u00e1rboles sobre nosotros\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELas muertes que presenci\u00f3 le han quedado grabadas. \u201cRecuerdo que vi a un ni\u00f1o morir. Estaba en la orilla y se espant\u00f3. Se tir\u00f3 al r\u00edo \u00e9l solo y lo mat\u00f3 el helic\u00f3ptero. Un arco de balas le atraves\u00f3 la espalda\u201d. Tambi\u00e9n vio c\u00f3mo una esquirla de mortero mat\u00f3 a una anciana bajo una roca. A otros se los trag\u00f3 el agua. \u201cCuando alguien se ahoga, uno no lo ve ahogarse, simplemente desaparece\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32616 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Entre el 17 y 18 de marzo de 1981 unas 7 mil personas intentaron cruzar el R\u00edo Lempa en este lugar conocido como Piedras Coloradas. Foto: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Entre el 17 y 18 de marzo de 1981 unas 7 mil personas intentaron cruzar el R\u00edo Lempa en este lugar conocido como Piedras Coloradas. Foto: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPero Yvonne no fue la \u00fanica extranjera que atestigu\u00f3 la masacre. Alexander Dressler (Lahnstein, Alemania, 1948), corresponsal para asuntos de Am\u00e9rica Latina en el San Diego Union Tribune, estaba en Honduras entrevistando al sacerdote Fausto Milla, un veterano comprometido con los pobres de aquel pa\u00eds centroamericano, cuando recibieron noticias de la masacre. Eran las 8:30 de la noche del 18 de marzo del 81. Dressler se subi\u00f3 al auto de Milla y condujeron toda la noche hasta que llegaron a Los Hern\u00e1ndez, a la ma\u00f1ana siguiente.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EAh\u00ed, Dressler recibi\u00f3 testimonio de familiares de al menos 55 muertos y cientos de desaparecidos. Mientras registraba el caos en su libreta, un padre desesperado por haber perdido a su hijo peque\u00f1o le pidi\u00f3 ayuda. Dressler lo acompa\u00f1\u00f3 hasta el r\u00edo. Unos metros antes de alcanzar la ribera, el periodista escuch\u00f3 unos quejidos. No encontr\u00f3 al hijo del hombre que lo llev\u00f3 al Lempa, pero s\u00ed a Segunda, una ni\u00f1a de ocho o nueve a\u00f1os. \u201cParado frente a Segunda, pude ver que la hab\u00eda herido una bala de grueso calibre. Su cadera se hab\u00eda rasgado y ten\u00eda la herida abierta y llena de gusanos\u201d, dice. Dressler no supo cu\u00e1ndo hab\u00eda sido herida Segunda. \u201cSu t\u00eda ten\u00eda miedo de entrar a Honduras a pedir ayuda. Ten\u00eda miedo de ser baleada. Por eso se hab\u00edan quedado debajo de un \u00e1rbol por varias horas\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EComo en la masacre del Sumpul, en las riberas del Lempa, del lado hondure\u00f1o, tropas de ese pa\u00eds deten\u00edan a los refugiados. A algunos los dejaban pasar, pero a otros los ajusticiaban sin medias palabras. Dressler us\u00f3 su nacionalidad como salvoconducto en el camino de regreso a Los Hern\u00e1ndez. \u201cNo pueden llevar a la ni\u00f1a a ninguna parte\u201d, le dijo un sargento hondure\u00f1o. \u201cEs muy probable que sea la hija de un guerrillero, de un comunista\u201d. Dressler enloqueci\u00f3: \u201cSi quiere me dispara, pero vamos a llevar a esta ni\u00f1a para que sea atendida\u201d, le contest\u00f3. Luego le pregunt\u00f3 al sargento qu\u00e9 cre\u00eda que pasar\u00eda si mataban a un periodista estadounidense. Tras su arrebato, ech\u00f3 a andar y empez\u00f3 a enumerar sus pasos. Un paso, dos pasos, tres pasos\u2026 \u201cPens\u00e9 que si llegaba hasta diez, no me disparar\u00eda\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECuando llegaron a Los Hern\u00e1ndez, Dressler busc\u00f3 a los rebeldes. \u201cEstaba tan encabronado porque yo ten\u00eda una hija de m\u00e1s o menos la edad de Segunda. Le dije a un guerrillero: \u00a1yo me quiero incorporar (a la guerrilla), yo quiero matar a esos hijos de puta!\u201d. Un combatiente de las Fuerzas Populares de Liberaci\u00f3n (FPL), una de las dos facciones de la guerrilla que se hicieron fuertes en Caba\u00f1as, lo reconvino. \u201cLo mejor que pod\u00e9s hacer es dar testigo al mundo de lo que pas\u00f3 ac\u00e1\u201d. La guerra no solo se lucha con armas. El guerrillero le entreg\u00f3 a Dressler grabaciones en audio y rollos de fotos en blanco y negro que conten\u00edan evidencia de la masacre. El 25 de marzo del 81, Dressler public\u00f3 en su peri\u00f3dico la noticia de la masacre del Lempa.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECon las fotograf\u00edas y su testimonio, el programa News Nightline, de la cadena estadounidense ABC, transmiti\u00f3 un corto documental sobre los hechos. En Nueva York, Dressler ampli\u00f3 su testimonio. La cobertura de la masacre del Lempa fue la \u00faltima de un Dressler harto de solo atestiguar los hechos. Tras publicar su documental sobre la guerrilla,\u003Ca title=\"Ver en Youtube: In the name of the people\" href=\"https:\/\/www.youtube.com\/watch?reload=9&v=lHO-WiiZba0\" target=\"_blank\"\u003E In The Name of The People\u003C\/a\u003E (1985), renunci\u00f3 al periodismo. Ahora trabaja en una organizaci\u00f3n internacional contra los abusos de la ni\u00f1ez. \u201cLa masacre del r\u00edo Lempa cambi\u00f3 mi vida\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003EOtra masacre negada\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPese a las evidencias recolectadas, pese a los cables internos que confirmaban el \u00e9xodo de miles de refugiados, el Gobierno estadounidense neg\u00f3 los reportes. Howard Lane, entonces vocero de la embajada norteamericana en San Salvador, dijo al San Diego Union Tribune que \u201cesas noticias sobre masacres dependen del punto de vista que se adopte al contarlas\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPero Estados Unidos estuvo enterado de lo que ocurri\u00f3 en el r\u00edo Lempa desde la semana siguiente a los hechos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl Centro para Derechos Humanos de la Universidad de Washington (UWCHR, por sus siglas en ingl\u00e9s) se ha dedicado por a\u00f1os a desclasificar informaci\u00f3n secreta en Estados Unidos sobre la guerra civil en El Salvador. El 25 de marzo del 81, el mismo d\u00eda que Dressler public\u00f3 su reportaje, la embajada estadounidense en Honduras envi\u00f3 a Washington un mensaje titulado \u201cPresunta nueva masacre de refugiados\u201d. El cable C05655047 se refiere a una fuente period\u00edstica \u201cque vio varios cad\u00e1veres de mujeres y ni\u00f1os flotando en el r\u00edo Lempa\u201d. El cable asegura: \u201cque el incidente parece reflejar los recientes operativos del Gobierno de El Salvador para eliminar los bastiones de la guerrilla en Chalatenango y Caba\u00f1as. No hay dudas de que los operativos se realizaron hasta la frontera, posiblemente incluso m\u00e1s all\u00e1 de la frontera hondure\u00f1a\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl 26 de marzo, el Ej\u00e9rcito salvadore\u00f1o public\u00f3 en La Prensa Gr\u00e1fica un comunicado negando que hubiera ocurrido una masacre en el r\u00edo Lempa y desacreditando a Dressler. El comunicado acusaba al periodista de \u201cenga\u00f1ar a los lectores, radioescuchas y televidentes para justificar su permanencia en El Salvador\u201d. Asimismo, el comunicado descart\u00f3 cualquier participaci\u00f3n militar de las fuerzas armadas hondure\u00f1as.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl cable C05655046, de San Salvador a Washington, se hizo eco el 27 de marzo de este comunicado y tambi\u00e9n cita a un observador de la OEA no identificado, quien visit\u00f3 el campamento de refugiados de La Virtud, en Honduras, d\u00edas despu\u00e9s de la masacre. Seg\u00fan el enviado de la OEA, no pudo comprobar en las entrevistas con los refugiados salvadore\u00f1os elementos sobre una \u201cdram\u00e1tica\u201d masacre.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32609 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Peregrinaci\u00f3n de Santa Marta a Piedras Coloradas para conmemorar la guinda del 17 y 18 de marzo de 1981. Foto: Fred Ramos\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Peregrinaci\u00f3n de Santa Marta a Piedras Coloradas para conmemorar la guinda del 17 y 18 de marzo de 1981. Foto: Fred Ramos \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl 1 de junio, en su primera rueda de prensa como embajador en El Salvador de la administraci\u00f3n Reagan, Deane Hinton \u003Ca href=\"https:\/\/unfinishedsentences.org\/es\/reports\/foia-rio-lempa\/c05655050\/\"\u003E defendi\u00f3 p\u00fablicamente \u003C\/a\u003E la postura del Gobierno salvadore\u00f1o sobre la masacre del r\u00edo Lempa, aunque su embajada ya ten\u00eda informaci\u00f3n sobre el asesinato de civiles en el r\u00edo. El propio Hinton, en un \u003Ca href=\"http:\/\/www.latinamericanstudies.org\/elsalvador\/cables.htm\"\u003E cable del 7 de noviembre \u003C\/a\u003E del mismo a\u00f1o, citado por el Miami Herald, afirm\u00f3 que es \u201cinquietante tener informes y detalles sobre masacres de mujeres y ni\u00f1os a lo largo del r\u00edo Lempa\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Ciframe src=\"https:\/\/www.youtube.com\/embed\/fYBhAzdOpuI\" width=\"560\" height=\"315\" frameborder=\"0\" allowfullscreen=\"\"\u003E\u003C\/iframe\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003EMorir en un desierto llamado Honduras\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EDel lado hondure\u00f1o, el centinela Carlos Bonilla encontr\u00f3 un sequedal. Calor. El sol de marzo brillando a plenitud. Los \u00e1rboles secos. Sin hojas. Sin sombra. Sin brisa. Ten\u00eda la garganta tan seca que un traguito de agua era un cuchillo que le rasgaba por dentro. Como \u00e9l, miles de salvadore\u00f1os encontraron, a la otra orilla del r\u00edo, una tierra \u00e1rida, un desierto al que hab\u00edan llegado despojados de todo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELo primero que encontraron fue m\u00e1s muerte. Cuando reci\u00e9n hab\u00edan pasado el Lempa, el Ej\u00e9rcito hondure\u00f1o buscaba guerrilleros entre los que hu\u00edan. Carlos era guerrillero pero hab\u00eda entregado su arma a sus compa\u00f1eros cuando le ordenaron ir a cuidar a su esposa e hija reci\u00e9n nacida. No ten\u00eda nada m\u00e1s que a la ni\u00f1a de tres d\u00edas en los brazos, la ropa puesta y unos zapatos. \u201cAndate antes de que tu esposa se muera del susto\u201d, le advirti\u00f3 un soldado, y le dej\u00f3 irse. Apenas hab\u00eda caminado una cuadra cuando escuch\u00f3 la r\u00e1faga de balas a sus espaldas. Volte\u00f3 a ver y vio a otros hombres tendidos en el piso. \u201cA ellos no les preguntaron nada, solo les dispararon\u201d, dice.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELa muerte acompa\u00f1\u00f3 a la caravana de refugiados hasta Honduras adentro. Ya en los campos de refugiados, Lucila La\u00ednez, entonces de 35 a\u00f1os, dice que miraba a los ni\u00f1os convertirse en esqueletos y apagarse, uno tras otro. Durmieron en el suelo, sobre cartones, pl\u00e1sticos o sobre la pura tierra; a la intemperie, con los perros con los que compart\u00edan espacio y las pulgas que se les pegaban a las piernas y brazos. Las familias de Los Hern\u00e1ndez vaciaron sus propias alacenas para compartir con los inesperados visitantes, abrieron sus puertas y pusieron a disposici\u00f3n sus camas, hamacas y petates, pero la amabilidad no alcanzaba para cobijar a tantos miles.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEsta gente, que hab\u00eda sobrevivido a un r\u00edo mortal, ahora se ahogaba en agua estancada. La vida no mejor\u00f3 cuando Naciones Unidas traslad\u00f3 a la mayor\u00eda de refugiados desde Los Hern\u00e1ndez hasta La Virtud. Lucila sent\u00eda que la lona de su champa se le pegaba a la cabeza al mediod\u00eda, cuando el sol pegaba m\u00e1s fuerte. El calor. Y la escasez de agua otra vez. Sin letrinas ni sistemas de alcantarillado, la quebrada era la \u00fanica fuente de agua. Y no tard\u00f3 en contaminarse con las heces de millares de refugiados.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EAh\u00ed comenz\u00f3 la epidemia. La gente sufr\u00eda diarreas y v\u00f3mitos y a los d\u00edas fallec\u00edan. Hay d\u00edas en que la gente cont\u00f3 hasta siete v\u00edctimas. \u201cYo donde miraba un ni\u00f1o, delgadito, esqueletillo, que solo los ojitos chirriaban\u2026 \u00a1No!, dec\u00eda yo, \u00a1se me van a morir mis ni\u00f1os aqu\u00ed!\u201d. Temiendo por sus hijos, Lucila y su compa\u00f1ero decidieron regresar a su cant\u00f3n. Y as\u00ed como ellos, otros cientos hicieron lo mismo. Patadas, brazadas, patadas, brazadas, volvieron a El Salvador.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ESolo a sufrir otra masacre.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32618 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Refugiados salvadore\u00f1os en La Virtud, Honduras, en 1981. Imagen cortes\u00eda de Alexander Dressler\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Refugiados salvadore\u00f1os en La Virtud, Honduras, en 1981. Imagen cortes\u00eda de Alexander Dressler \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003ELos masacrados de Santa Cruz\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPara noviembre de 1981, en los cantones vecinos de Santa Marta y Pe\u00f1a Blanca hab\u00eda unas mil quinientas personas intentando hacer vida entre los escombros que dej\u00f3 la invasi\u00f3n de marzo. Entre ellas hab\u00eda mujeres y hombres j\u00f3venes, junto a sus familias, que hab\u00edan regresado del refugio en Honduras. Algunos hab\u00eda sido reclutados por la guerrilla. Otros, simplemente, no quer\u00edan morir ni ver morir a sus hijos en La Virtud.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ELa relativa tranquilidad con la que vivieron durante alg\u00fan tiempo en aquellos poblados que se presum\u00edan desolados cambi\u00f3 la ma\u00f1ana del 11 de noviembre. A los o\u00eddos del Ej\u00e9rcito lleg\u00f3 el rumor de que la guerrilla hab\u00eda regresado a Santa Marta, y Julia despert\u00f3 en el cant\u00f3n Pe\u00f1a Blanca con el rumor de las balas y las explosiones acechando su comunidad. Sinti\u00f3 su cuerpo entumecerse por el miedo. Se acercaba, como una tormenta, una nueva incursi\u00f3n militar en la zona.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EMuchos pensaron que el Ej\u00e9rcito los dejar\u00eda en paz, que no pod\u00eda quitarles m\u00e1s. Hab\u00edan saqueado y quemado sus casas, acabaron con sus milpas y robaron sus animales. Pero durante los operativos de tierra arrasada, el Ej\u00e9rcito justificaba su sed de destrucci\u00f3n tras una met\u00e1fora: \u201chay que quitarle el agua al pez\u201d. El pez era la guerrilla, y el agua el ambiente en el que le era posible vivir, la poblaci\u00f3n civil que, seg\u00fan el Ej\u00e9rcito, los apoyaba.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPara noviembre de 1981, el Destacamento Militar #2 (DM-2) de Sensuntepeque ten\u00eda un nuevo comandante: \u003Ca href=\"\/es\/201504\/noticias\/16904\/Investigaci%C3%B3n-se%C3%B1ala-responsabilidad-de-coronel-Ochoa-P%C3%A9rez-en-masacre-en-Caba%C3%B1as.htm\"\u003E el teniente coronel Sigifredo Ochoa P\u00e9rez \u003C\/a\u003E , uno de los jefes militares salvadore\u00f1os que contaban con el agrado de Estados Unidos y que, tras la guerra, devino en pol\u00edtico y diputado. A aquel otro operativo Ochoa P\u00e9rez lo llam\u00f3 \u201cOperaci\u00f3n Limpieza\u201d. Cuando arrasaron el cant\u00f3n de Julia, el coronel dio declaraciones a La Prensa Gr\u00e1fica sobre el \u00e9xito de la incursi\u00f3n: dijo que se desplegaron 1,200 efectivos para acabar con 8 \u201ccampamentos extremistas\u201d, de 300 personas cada uno, en Pe\u00f1as Blancas, un lugar que describi\u00f3 como \u201cel principal reducto de extremistas\u201d en Caba\u00f1as. El saldo de bajas de \u201cextremistas\u201d fue de 250, dijo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl coronel no mencion\u00f3 una palabra sobre la masacre que ocurri\u00f3 a partir del operativo. Julia no la olvida. El coronel asegura que lo suyo fue combatir guerrilleros, no civiles, no campesinos. El coronel asegura que \u00e9l no viol\u00f3 derechos humanos y se jacta de que su nombre no aparece en el informe de la Comisi\u00f3n de la Verdad. Esto \u00faltimo es cierto, pero las v\u00edctimas no entienden c\u00f3mo es que su nombre y apellidos no llegaron hasta el documento.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32612 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Instalaciones del Destacamento Militar N\u00famero 2 en Sensuntepeque, Caba\u00f1as. El DM2 es se\u00f1alado como la principal unidad responsable del operativo de marzo de 1981 que termin\u00f3 en la masacre del r\u00edo Lempa. Foto: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Instalaciones del Destacamento Militar N\u00famero 2 en Sensuntepeque, Caba\u00f1as. El DM2 es se\u00f1alado como la principal unidad responsable del operativo de marzo de 1981 que termin\u00f3 en la masacre del r\u00edo Lempa. Foto: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEn la tarde del 14 de noviembre, despu\u00e9s de tres d\u00edas de combate con el Ej\u00e9rcito, conscientes de que no lograr\u00edan detener el avance de las tropas por m\u00e1s tiempo, la guerrilla volvi\u00f3 a reunir a la poblaci\u00f3n en Pe\u00f1a Blanca. \u201cDijeron: Vamos a hacer la salida, porque aqu\u00ed nos van a matar a toditos. Aqu\u00ed no van a dejar ni uno\u201d, recuerda Julia, que sali\u00f3 de su casa con su hijo de dos a\u00f1os en brazos y su hija de doce.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEsta vez, la columna de gente no escapar\u00eda a trav\u00e9s de las aguas de Lempa. Los militares hab\u00edan aprendido la lecci\u00f3n de marzo y pusieron tres cercos alrededor de la zona. Cercaron la orilla del r\u00edo. Seg\u00fan testigos, del lado hondure\u00f1o bloquearon el camino a Los Hern\u00e1ndez y tambi\u00e9n se apostaron en los cerros aleda\u00f1os. La \u00fanica salida, dijo la guerrilla, era atravesar el cord\u00f3n militar por su punto m\u00e1s d\u00e9bil: el caser\u00edo de Santa Cruz, en el cant\u00f3n Trinidad, de Ilobasco, donde solo hab\u00eda un puesto de Guardia Nacional ubicado en los remanentes de lo que alguna vez hab\u00eda sido una escuela p\u00fablica. \u201cAqu\u00ed nos vamos a ir a romper cerco a como sea. Que muera el que muera y el que quede vivo que siga corriendo\u201d, recuerda Julia que les dec\u00edan los guerrilleros. La guinda, la huida, empez\u00f3 a las 11 de la noche.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ESi en marzo todos cruzaron el r\u00edo debajo de las balas y las explosiones, en noviembre aquella guinda fue como atravesar un r\u00edo de fuego. El Ej\u00e9rcito disparaba a todo lo que se moviera. Los cuerpos de quienes eran atravesados por las balas quedaban tendidos en el camino y la poblaci\u00f3n cruzaba, gateando, sobre ellos. Los sobrevivientes recuerdan que hab\u00eda luna llena, como tambi\u00e9n recuerdan la alfombra de muertos que quedaba en el camino.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EJulia Ayala estaba llegando a la escuela junto a su hija de 12 a\u00f1os y su hijo de dos, cuando un grupo de vecinos regres\u00f3 para advertirles: el Ej\u00e9rcito se hab\u00eda aprendido el santo y se\u00f1a de la guerrilla y estaban enga\u00f1ando a quienes cruzaban.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u201cMataron a Eliseo, mataron a Mingo\u201d, dec\u00edan. Eran dos jefes guerrilleros. \u201cLa guerrilla se retir\u00f3. Estamos solos. Retrocedan, no pasen por la escuela. Ah\u00ed est\u00e1n diciendo los soldados: \u2018pasen, compas, y despu\u00e9s los matan\u2019\u201d, advirtieron a Julia.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EElla obedeci\u00f3 y tom\u00f3 otro camino. Sin gu\u00edas que lo orientaran, un grupo se refugi\u00f3 en el monte para esperar el alba, pero el Ej\u00e9rcito comenz\u00f3 a bombardear los cerros. Sin saber qu\u00e9 hacer, Julia se tir\u00f3 en el suelo junto a su hija. Al hijo menor lo apret\u00f3 contra su pecho para calmarle el llanto. \u201cEst\u00e1bamos tirados, cuando sent\u00ed que una bala me enterr\u00f3 el brazo en la tierra, y sent\u00ed los tumbos de sangre por el cuerpo\u201d, dice Julia, mientras se toca la cicatriz que le caus\u00f3 aquel disparo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u201c\u00a1Ag\u00e1rreme el ni\u00f1o!\u201d, pidi\u00f3 Julia a su hija mayor. \u201c\u00a1Mam\u00e1, el ni\u00f1o est\u00e1 muerto!\u201d, le contest\u00f3 ella. La bala que le hab\u00eda atravesado el brazo tambi\u00e9n hab\u00eda matado a su hijo. Julia abraz\u00f3 el cuerpo sin vida del ni\u00f1o un largo rato, hasta que escuch\u00f3 a la tropa que se acercaba por entre los montes. \u201cEntonces, dije con el coraz\u00f3n: \u2018Dice el Se\u00f1or ay\u00fadate que te ayudar\u00e9\u2019. Y me levant\u00e9 y puse al ni\u00f1o as\u00ed, en un zacatalito. Bien recuerdo\u2026\u201d. Julia hace una larga pausa antes de desenterrar este pedazo de su memoria: \u201cRecuerdo la camisita que ten\u00eda, un suetercito blanco. En la agon\u00eda, \u00e9l se zaf\u00f3 una manguita y la manita la ten\u00eda atravesada (en el pecho). As\u00ed lo dej\u00e9 y hu\u00ed\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EJulia encontr\u00f3 la salvaci\u00f3n de nuevo en el agua. Corri\u00f3 hasta encontrar a otro grupo de sobrevivientes escondido en una quebrada cercana. As\u00ed vivieron cinco d\u00edas m\u00e1s. Huyendo por las noches, de quebrada en quebrada, hasta que encontraron otro paso por el r\u00edo Lempa que no estaba custodiado por el Ej\u00e9rcito. Volvieron a Honduras y no salieron de ah\u00ed hasta seis a\u00f1os despu\u00e9s. Hasta que, avanzada la guerra, y con la guerrilla con mayor control de sus bastiones militares, la mayor\u00eda de refugiados decidieron repoblar Santa Marta.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cstrong\u003ELa justicia que no llega\u003C\/strong\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EAhora Gerardo Leiva ha atravesado hasta la otra orilla del sal\u00f3n comunal de Santa Marta y levanta de una silla a su esposa, que se le aferra al cuerpo y baila con \u00e9l al son de una cumbia. Paso adelante, paso atr\u00e1s, paso adelante, paso atr\u00e1s. Algunas canciones despu\u00e9s, Gerardo Leiva ya no baila con Dolores, sino con otra compa\u00f1era que se ha quedado sin pareja. Y luego con otra, y luego con otra m\u00e1s. Gerardo Leiva y los sobrevivientes de la masacre del r\u00edo Lempa sonr\u00eden, celebran, pero no olvidan.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32611 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Gerardo Leiva y su esposa Dolores Bonilla de Leiva durante el baile dedicado a los adultos en conmemoraci\u00f3n del 32 aniversario del retorno a Santa Marta. Foto: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Gerardo Leiva y su esposa Dolores Bonilla de Leiva durante el baile dedicado a los adultos en conmemoraci\u00f3n del 32 aniversario del retorno a Santa Marta. Foto: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ECada 10 de octubre, los sobrevivientes conmemoran la primera repoblaci\u00f3n desde el campamento de refugiados de Mesa Grande en Honduras, el lugar en el que se terminaron resguardando por m\u00e1s de cinco a\u00f1os tras el infierno de La Virtud. Fue el fin de un exilio que comenz\u00f3 aquel 17 de marzo en que se lanzaron a un crecido r\u00edo Lempa para huir del ej\u00e9rcito.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EMuchos, como Gerardo, quedaron despu\u00e9s de tanta muerte y tanta masacre m\u00e1s convencidos de la causa guerrillera, y nadaron en esa corriente hasta que se firm\u00f3 de la paz en 1992. Santa Marta, todav\u00eda hoy, vive bajo una estricta consigna comunitaria: tienen su propia autoridad representada en una directiva y una cooperativa, una especie de consejo de ancianos que dirime los conflictos y regula el uso de tierras.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEl primer grupo de pobladores retorn\u00f3 al cant\u00f3n el 10 de octubre de 1987. Encontraron sus hogares borrados hasta los cimientos por los combates, el tiempo y la naturaleza. Aquel a\u00f1o la guerra civil arreciaba, pero la vuelta fue una decisi\u00f3n pol\u00edtica. \u201cFue parte de la estrategia de repoblamiento, porque la guerrilla se hab\u00eda quedado sin base social\u201d, dice ahora Eduardo Sancho, mejor conocido como Ferm\u00e1n Cienfuegos, excomandante de la Resistencia Nacional. Agua para el pez.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEn una de las paredes de la casa comunal, todav\u00eda hoy sobrevive un mural de las masacres. Es una acuarela que narra el cruce del Lempa, los bombardeos previos, la masacre en el r\u00edo. En medio de todos los relatos, hay un detalle en que todos los sobrevivientes coinciden y que tambi\u00e9n est\u00e1 plasmado en la pintura: est\u00e1n convencidos de que la conspiraci\u00f3n y la sa\u00f1a contra ellos era tal que el Gobierno decidi\u00f3 aquel d\u00eda abrir las compuertas de la represa 5 de Noviembre para que el caudal del r\u00edo creciera y se los tragara.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EEsa versi\u00f3n es dif\u00edcil de comprobar, pero forma parte de la tradici\u00f3n oral con la que de generaci\u00f3n en generaci\u00f3n ha sido contada la masacre. Marzo es \u00e9poca seca en El Salvador y tradicionalmente las represas se abren en la \u00e9poca lluviosa, cuando el agua est\u00e1 por superar el nivel m\u00e1ximo al que pueden operar. En respuesta a una solicitud de informaci\u00f3n, la Comisi\u00f3n Ejecutiva Hidroel\u00e9ctrica del R\u00edo Lempa (CEL) dijo que no tiene registros de las descargas de la presa 5 de Noviembre de aquel marzo. En los d\u00edas previos a la masacre solo llovi\u00f3 el 15 de marzo: 31.5 mil\u00edmetros, seg\u00fan los registros del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EAlejados de la tristeza que provoca el recuerdo de aquella masacre, la fiesta de octubre abarrota la calle principal de Santa Marta, que se inunda de ventas. Las casas se abren de par en par para recibir invitados y en las cocinas de le\u00f1a se preparan tamales por cientos. En el pueblo brota alegr\u00eda. A la plazuela asfaltada del cant\u00f3n llegan juegos mec\u00e1nicos para los nietos de los sobrevivientes; en los corredores se siembran los juegos de azar. Hay tragos, cervezas, baile, cantos, algarab\u00eda\u2026 salvavidas para evitar que la impunidad de aquella masacre los hunda, porque nunca nadie ha sido juzgado por aquellas muertes de civiles y pareciera que la impunidad a veces quiere llevarse hasta el recuerdo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EPero Gerardo Leiva no olvida.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003ENo puede.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003EUn d\u00eda antes de la fiesta, a la orilla de un inmenso r\u00edo Lempa, Gerardo Leiva vuelve a hacer su principal denuncia, una que parece que morir\u00e1 pronunciando, palabras m\u00e1s, palabras menos, hasta que no le queden m\u00e1s fuerzas:\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u201c\u00a1Nosotros quisi\u00e9ramos justicia!\u201d, dice Gerardo Leiva. \u201cNos gustar\u00eda que las personas materiales como intelectuales los pusieran en tela de juicio, en donde paguen tantos cr\u00edmenes. Este caso de ac\u00e1 no solo ahorita lo hemos contado, tenemos a\u00f1os y a\u00f1os poniendo una denuncia y no se ha visto nada claro de la justicia salvadore\u00f1a, a pesar de que lo que ocurri\u00f3 ac\u00e1 son cr\u00edmenes de lesa humanidad\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1333&ImageId=32614 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Ofrenda floral lanzada al r\u00edo Lempa en conmemoraci\u00f3n de los muertos y desaparecidos durante un operativo militar en marzo de 1981. Aunque la cifra de v\u00edctimas es inexacta, se habla al menos de 30 fallecidos y 200 desaparecidos. Foto: Fred Ramos.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Ofrenda floral lanzada al r\u00edo Lempa en conmemoraci\u00f3n de los muertos y desaparecidos durante un operativo militar en marzo de 1981. Aunque la cifra de v\u00edctimas es inexacta, se habla al menos de 30 fallecidos y 200 desaparecidos. Foto: Fred Ramos. \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cbr \/\u003E \u003Cem\u003E\u003Cstrong\u003ENota de la Redacci\u00f3n\u003C\/strong\u003E: El n\u00famero de v\u00edctimas de la masacre del r\u00edo Lempa es, hasta la fecha, indeterminado. En 2014 el Tribunal de Justicia Restaurativa de la Universidad Centroamericana (UCA), un mecanismo de reparaci\u00f3n que no es vinculante para el sistema judicial, estim\u00f3 que ese n\u00famero ronda los 100 fallecidos y 400 desaparecidos. La Comisi\u00f3n de la Verdad cifra las v\u00edctimas en 30 fallecidos y 189 desaparecidos, el n\u00famero que report\u00f3 tambi\u00e9n el New York Times en 1981.\u003C\/em\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cem\u003EPara este reportaje se pidi\u00f3 una reacci\u00f3n oficial del Ministerio de la Defensa de El Salvador, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta. Un portavoz del Ej\u00e9rcito hondure\u00f1o dijo que no ten\u00edan informaci\u00f3n sobre la participaci\u00f3n de sus unidades en el operativo de marzo de 1981 a las orillas del r\u00edo Lempa.\u003C\/em\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp dir=\"ltr\"\u003E\u003Cem\u003EJulio Larrama, jefe de la unidad de cr\u00edmenes de guerra de la Fiscal\u00eda General de El Salvador, confirm\u00f3 que est\u00e1n investigando el caso de la masacre del Lempa, y que le dan la misma prioridad que a los otros 187 casos de cr\u00edmenes de guerra que su unidad tiene en proceso. Organizaciones de derechos humanos ya han cuestionado a la Fiscal\u00eda por la falta de recursos que otorga a la investigaci\u00f3n de los cr\u00edmenes de la guerra, y por la falta de importancia que dan a estos casos.\u003C\/em\u003E\u003C\/p\u003E"}