{"code":"24054","sect":"Columnas","sect_slug":"columnas","hits":"6382","link":"https:\/\/elfaro.net\/es\/202002\/columnas\/24054","link_edit":"","name":"9F: el retorno del esplendor autoritario","slug":"9f-el-retorno-del-esplendor-autoritario","info":"Las im\u00e1genes del 9F fueron tan reveladoras que muestran al autoritarismo cl\u00e1sico proponiendo una f\u00f3rmula en la que el poder presidencial podr\u00eda subordinar a los otros \u00f3rganos de gobierno.","mtag":"Pol\u00edtica","noun":{"html":"Roberto Turcios","data":{"roberto-turcios":{"sort":"","slug":"roberto-turcios","path":"roberto_turcios","name":"Roberto Turcios","edge":"0","init":"0"}}},"view":"6382","pict":{"cms-image-000031851-jpg":{"feat":"1","sort":"31851","name":"cms-image-000031851.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000031851.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000031851.jpg","back":"","slug":"cms-image-000031851-jpg","text":"<p><em>Roberto Turcios es historiador salvadore\u00f1o.\u00a0Es egresado de la Licenciatura en Ciencias Jur\u00eddicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador y Licenciado en Filosof\u00eda por la Universidad Centroamericana \u201cJos\u00e9 Sime\u00f3n Ca\u00f1as\u201d, UCA.\u00a0<\/em><em>Fue director del Centro de Estudios Tendencia y de la revista Tendencias (1992-2000) y asesor del Secretario T\u00e9cnico de la Presidencia de la Rep\u00fablica (2009-2014).\u00a0Es autor de los libros \"Los a\u00f1os del general\", \"Rebeli\u00f3n\" y \"Autoritarismo y Modernizaci\u00f3n\".<\/em><\/p>","capt":"\u003Cp\u003E\u003Cem\u003ERoberto Turcios es historiador salvadore\u00f1o.\u00a0Es egresado de la Licenciatura en Ciencias Jur\u00eddicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador y Licenciado en Filosof\u00eda por la Universidad Centroamericana \u201cJos\u00e9 Sime\u00f3n Ca\u00f1as\u201d, UCA.\u00a0\u003C\/em\u003E\u003Cem\u003EFue director del Centro de Estudios Tendencia y de la revista Tendencias (1992-2000) y asesor del Secretario T\u00e9cnico de la Presidencia de la Rep\u00fablica (2009-2014).\u00a0Es autor de los libros \"Los a\u00f1os del general\", \"Rebeli\u00f3n\" y \"Autoritarismo y Modernizaci\u00f3n\".\u003C\/em\u003E\u003C\/p\u003E"}},"pict_main__sort":31851,"date":{"live":"2020\/02\/21"},"data_post_dateLive_YY":"2020","data_post_dateLive_MM":"02","data_post_dateLive_DD":"21","text":"\u003Cp\u003EEl instante congel\u00f3 nuestra pol\u00edtica: el presidente habl\u00f3 a miles de sus seguidores y entr\u00f3 al Sal\u00f3n Azul; con la cabeza inclinada y las manos sobre la cara, guard\u00f3 silencio, mientras oraba rodeado por un grupo de uniformados que portaba armas largas. Ese domingo 9 de febrero, el pasado autoritario apareci\u00f3 vigoroso y sugerente, arrollando a la joven democracia salvadore\u00f1a. De esa manera dram\u00e1tica se manifest\u00f3 la crisis actual de la pol\u00edtica salvadore\u00f1a.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEl domingo 9 de febrero hizo saltar un instante del pasado con im\u00e1genes del autoritarismo. Este ha sido cultural e ideol\u00f3gico; tambi\u00e9n pol\u00edtico e institucional. Y sigue vivo en todos esos campos. A lo largo del siglo XX, la presidencia mostr\u00f3 el ejercicio autoritario como su tendencia dominante: le importaba el dictado de la autoridad, no el imperio de la ley. En el altar de la formalidad legal estaba la Constituci\u00f3n; en la realidad cruda y dura dominaba, en general, la autoridad presidencial amparada en el despliegue de las fuerzas militares. Los otros poderes ejecutaban las funciones que les correspond\u00edan, siempre que no contrariaran las decisiones del Ejecutivo. La separaci\u00f3n de poderes era una ilusi\u00f3n, porque al final de cuentas la voluntad presidencial defin\u00eda el curso de todo el Gobierno. \u00a0\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ECuando nuestra Rep\u00fablica est\u00e1 por cumplir los 200 a\u00f1os, una agrupaci\u00f3n militar ocup\u00f3 el sal\u00f3n legislativo. El pol\u00edtico m\u00e1s popular de la posguerra se sent\u00f3 frente a un grupo de diputados, rodeado por un dispositivo militar de ocupaci\u00f3n. Aquello habr\u00eda asombrado a los diputados fundadores; los hombres de la Asamblea de 1823, quienes aspiraban a una Centroam\u00e9rica unida, federal, republicana y laica.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ELos instantes del domingo 9 de febrero mostraron los sustratos culturales e ideol\u00f3gicos del autoritarismo, tan llenos de vigor que hicieron ofertas para el futuro. La intromisi\u00f3n de los uniformados con armas largas y chalecos en el sal\u00f3n legislativo fue un irrespeto a la institucionalidad. Nada en la ley, por ning\u00fan lado, les da derecho a ocupar los espacios pol\u00edticos de la Rep\u00fablica. Los jefes militares deber\u00edan revisar sus textos de Historia y de su nueva doctrina; con esa base podr\u00edan analizar la operaci\u00f3n del domingo y presentar conclusiones razonables. Dice un historiador que los militares forman una de las profesiones que estudia las derrotas. \u00a1Y aquel domingo no hubo victorias!\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEn nuestra sociedad, el autoritarismo goza de mucho aprecio. Por esa raz\u00f3n representa un peligro para una democracia constitucional reciente. El autoritarismo tiene en el primer lugar de sus querencias a la autoridad, en el segundo a la letra de la ley, no a su vigencia; y entre sus prioridades no est\u00e1n los derechos de la ciudadan\u00eda. Desde antes del calendario comenz\u00f3 la pol\u00edtica del siglo XX, en El Salvador. En 1898, Tom\u00e1s Regalado conspir\u00f3 contra sus colegas liberales, los derroc\u00f3 y se puso al frente del nuevo gobierno. Llam\u00f3 al orden, abandon\u00f3 pol\u00edticas emblem\u00e1ticas de su partido, como un proyecto de uni\u00f3n centroamericana en marcha, pact\u00f3 con representantes de un liberalismo repudiado por su generaci\u00f3n y encabez\u00f3 la reorganizaci\u00f3n del Ej\u00e9rcito. Regalado, el presidente m\u00e1s joven en todo el siglo, lider\u00f3 un bloque de poder en torno a los intereses cafetaleros, termin\u00f3 su periodo provisional, inici\u00f3 otro, el propio, y se neg\u00f3 a continuar. Form\u00f3 las bases del autoritarismo moderno, logr\u00f3 estabilidad con la posici\u00f3n dominante del Ej\u00e9rcito, que permiti\u00f3 las sucesiones presidenciales pac\u00edficas hasta la dictadura, en la cuarta d\u00e9cada. Si el autoritarismo admiti\u00f3 la existencia formal de la oposici\u00f3n, la dictadura proclam\u00f3 su autosuficiencia.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EDurante la dictadura de Maximiliano Hern\u00e1ndez Mart\u00ednez nada era ilegal, porque \u00e9l encarnaba la ley; si una norma lo contrariaba, hab\u00eda que cambiar la norma. Cuando la Constituci\u00f3n vigente imped\u00eda sus planes, entonces, cambi\u00f3 la Constituci\u00f3n. \u00a1Y se acab\u00f3 el problema normativo con el aplauso de sus seguidores! La organizaci\u00f3n ciudadana derrot\u00f3 a la dictadura, pero no a su esp\u00edritu, que se prolong\u00f3 en la remodelaci\u00f3n siguiente del autoritarismo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ELos instantes del domingo dejaron detalles superficiales, as\u00ed como algunos profundos e inquietantes, porque parecen calcos del esplendor autoritario. Los l\u00edderes de aquel tiempo, en las coyunturas cruciales, tend\u00edan a invocar el principio de autoridad con citas constitucionales. Cuando \u00d3scar Osorio, el l\u00edder de un movimiento que se proclam\u00f3 revolucionario, decidi\u00f3 una gran operaci\u00f3n represiva, invoc\u00f3 a la Constituci\u00f3n de 1950 que apenas ten\u00eda unos meses de edad. As\u00ed transit\u00f3 de una promesa democr\u00e1tica y del viraje constitucional hacia la instalaci\u00f3n del segundo per\u00edodo del autoritarismo. Y desde entonces, ese r\u00e9gimen pol\u00edtico no par\u00f3 de crecer. Fue posdictatorial, represivo y, al inicio, laico. Las mujeres y los hombres que derrotaron a la dictadura y quienes participaron en las formulaciones constitucionales de 1950 debatieron con las invocaciones religiosas y defendieron la educaci\u00f3n p\u00fablica laica. Sus \u00e1nimos no tienen nada que ver con el af\u00e1n contempor\u00e1neo de decir oraciones en cualquier evento gubernamental.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEn medio de un mar de autoritarismo y de peque\u00f1as islas de fundaci\u00f3n democr\u00e1tica, los instantes del domingo se vieron como un florecimiento de las ra\u00edces de la sociedad. El autoritarismo ha dominado coyunturas cruciales con espejismos de prepotencia. Los comandantes que dirigieron el ataque de la Fuerza Armada a Honduras creyeron que la victoria estaba despu\u00e9s de Nueva Ocotepeque y Nacaome; con una mayor\u00eda abrumadora de la sociedad aplaudi\u00e9ndoles, ordenaron el ataque. Y cayeron en uno de los errores m\u00e1s caros del autoritarismo: sobrestimaron los recursos nacionales y subestimaron los de Honduras; cuando el error fue ineludible, prometieron un viraje reformista y, por eso mismo, adoptaron el enfoque de la seguridad nacional, terminando con una corta apertura electoral. Volvieron al fraude, decretaron la clausura de la Universidad de El Salvador, aumentaron la represi\u00f3n y cancelaron un proyecto de reforma agraria. Bajo esas condiciones, se edific\u00f3 la antesala de la guerra por la err\u00e1tica conducci\u00f3n autoritaria.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ELa conducci\u00f3n autoritaria del Estado nos instal\u00f3 en la guerra civil. La sobreestimaci\u00f3n de sus fuerzas fue un error recurrente del bloque del autoritarismo, en el que participaba el mando de la Fuerza Armada como grupo dirigente, un n\u00facleo intelectual y la c\u00fapula de los titulares de la agroexportaci\u00f3n. El espejismo de 1969 se extendi\u00f3 m\u00e1s all\u00e1 del bloque dominante. Las mujeres y los hombres trabajadores, empleados y comerciantes clamaron por la guerra. El periodismo, sin sentido cr\u00edtico y con vocaci\u00f3n sumisa, fue vocero multiplicador de los fervores nacionalistas. Aquel fue un desatino del bloque dominante que cont\u00f3 con el aplauso de la mayor\u00eda de la poblaci\u00f3n y la actitud sumisa del periodismo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EY desde aquel error nos fue como en feria. Tuvimos operaciones de exterminio dirigidas por oficiales forjados en la contrainsurgencia, dictada por los Estados Unidos, que nos llevaron a una cita con el horror; tambi\u00e9n los revolucionarios asumieron el derecho a emitir sentencias inapelables de muerte. Despu\u00e9s vivimos una d\u00e9cada con la guerra m\u00e1s larga, destructiva y mort\u00edfera de toda nuestra historia.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EA pesar de su secuela desastrosa, el autoritarismo sigue vivo, da se\u00f1ales de renovaci\u00f3n y parece vigoroso. Las im\u00e1genes del domingo 9 de febrero fueron tan reveladoras que muestran al autoritarismo cl\u00e1sico proponiendo una f\u00f3rmula en la que el poder presidencial podr\u00eda subordinar a los otros \u00f3rganos de gobierno. M\u00e1s inquietantes resultan las im\u00e1genes si se agregan otras: las correspondientes a los aniversarios de la Independencia y los Acuerdos de Paz. El primero fue de ostentaci\u00f3n militarista; el segundo, de silencio. \u00bfC\u00f3mo podemos entender esos mensajes simb\u00f3licos? Tal vez con el discurso de la seguridad: los argumentos que reiteran nuestra intranquilidad cotidiana y proponen el despliegue militar permanente, acompa\u00f1ado de los s\u00edmbolos viriles del autoritarismo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ES\u00ed, vivimos acosados por la inseguridad. De los Estados Unidos llegaron las pandillas y se multiplicaron en los estanques de la cultura autoritaria. Otra vez, nuestra sociedad fue la matriz de fen\u00f3menos explosivos que se extendieron desde la marginalidad. Cuando comenzaban a ejecutarse los Acuerdos de Paz, las pandillas extendieron sus poderes hasta configurar una guerra nueva. Y los gobiernos, uno tras otro, con sus recursos materiales y simb\u00f3licos, caracterizaron como terroristas a los j\u00f3venes delincuentes e impulsaron estrategias policial militares en su contra, mientras buscaban ventajas pol\u00edticas con ellos bajo la mesa. Ahora, la seguridad est\u00e1 en el coraz\u00f3n de la estrategia de poder, la cual renueva s\u00edmbolos y, al mismo tiempo, conserva figuras seculares del autoritarismo, buscando la reestructuraci\u00f3n de alianzas y bloques. Esta coyuntura es de tr\u00e1nsitos y cambios, destacando el descr\u00e9dito de los grandes partidos de la posguerra, la c\u00f3lera de la ciudadan\u00eda por los casos de corrupci\u00f3n y la popularidad del presidente Bukele; tambi\u00e9n est\u00e1n surgiendo tendencias nuevas, entre ellas una que reclama por la democracia.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEl domingo 9 de febrero, el presidente de la Rep\u00fablica, joven, arrollador y popular, pareci\u00f3 que tomaba el rol de comandante viejo y autoritario: se puso la ropa del pasado. Irrumpi\u00f3 en el sal\u00f3n legislativo, se sent\u00f3 en el lugar del presidente, or\u00f3 y sali\u00f3 a pedirle paciencia a sus seguidores para definir la suerte de la Asamblea. Ese desenfado autoritario ha sido el art\u00edfice de la actual coyuntura cr\u00edtica; y, para complicar m\u00e1s las cosas, ha subordinado a los comandantes de la Fuerza Armada y a los jefes de la PNC en la configuraci\u00f3n de un inconfundible despliegue militar que desaf\u00eda la institucionalidad. Del simbolismo represivo a la acci\u00f3n material, quiz\u00e1, todav\u00eda quedan un par de pasos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=2000&ImageHeight=1291&ImageId=31851 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Roberto Turcios es historiador salvadore\u00f1o.\u00a0Es egresado de la Licenciatura en Ciencias Jur\u00eddicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador y Licenciado en Filosof\u00eda por la Universidad Centroamericana \u201cJos\u00e9 Sime\u00f3n Ca\u00f1as\u201d, UCA.\u00a0 Fue director del Centro de Estudios Tendencia y de la revista Tendencias (1992-2000) y asesor del Secretario T\u00e9cnico de la Presidencia de la Rep\u00fablica (2009-2014).\u00a0Es autor de los libros \"Los a\u00f1os del general\", \"Rebeli\u00f3n\" y \"Autoritarismo y Modernizaci\u00f3n\".\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Roberto Turcios es historiador salvadore\u00f1o.\u00a0Es egresado de la Licenciatura en Ciencias Jur\u00eddicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador y Licenciado en Filosof\u00eda por la Universidad Centroamericana \u201cJos\u00e9 Sime\u00f3n Ca\u00f1as\u201d, UCA.\u00a0 Fue director del Centro de Estudios Tendencia y de la revista Tendencias (1992-2000) y asesor del Secretario T\u00e9cnico de la Presidencia de la Rep\u00fablica (2009-2014).\u00a0Es autor de los libros \"Los a\u00f1os del general\", \"Rebeli\u00f3n\" y \"Autoritarismo y Modernizaci\u00f3n\". \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E"}