El Salvador / Coronavirus

Piezas para entender la súbita alza de homicidios

El súbito incremento de asesinatos que inició el viernes 24 de abril sigue planteando una serie de preguntas sin respuestas absolutas de momento: ¿Quiénes están detrás de esas muertes? ¿Por qué ahora? ¿Por qué? La mayor parte de sospechas apuntan hacia la Mara Salvatrucha-13 como autores de estos crímenes. Para las otras dos preguntas apenas comienzan a aparecer elementos para construir una respuesta. Ante el desconcierto, el Gobierno optó por mostrar todo el músculo posible. El Faro conversó con policías, un funcionario y un líder pandillero para buscar piezas de este rompecabezas.


Lunes, 27 de abril de 2020
Carlos Martínez, Óscar Martínez y Efren Lemus

Hace menos de un mes, la Mara Salvatrucha-13 y las dos facciones del Barrio 18 enviaban mensajes conciliatorios y prometían, en sus propias palabras, contener su fuerza criminal en el contexto de la pandemia de COVID-19 que atraviesa el país. Pero el viernes 24 de abril, ese tembloroso equilibrio se rompió y El Salvador terminó el día con 23 asesinatos. El sábado cerró con 13, el domingo con 24 y el lunes la cuenta era de 14 homicidios hasta las ocho de la noche.  

Algo cambió de la noche a la mañana, pero la velocidad a la que han sucedido las cosas deja un rompecabezas difícil de leer, con ausencia de piezas clave, que ha desconcertado a funcionarios de centros penales, a oficiales de policía e incluso a líderes pandilleros. El Salvador tiene un promedio de 3.5 homicidios diarios este año, que iba directo a ser el menos violento del siglo, hasta estos últimos cuatro días. 

El presidente Nayib Bukele atribuyó de inmediato la responsabilidad de estas muertes a “las pandillas”, así en general, y sugirió, como suele hacer, que la oposición política podría estar detrás de estos hechos, sin aportar ninguna evidencia en ninguna dirección. Ordenó de inmediato que se activara un estado de emergencia en todas las cárceles de pandillas y dijo públicamente que la Policía y el Ejército estaban autorizados a usar “fuerza letal” contra los miembros de estas organizaciones que pusieran en riesgo la vida de cualquier persona.

El Gobierno también dio un paso de enormes dimensiones, que deshace la forma en que ha estado organizado el sistema penitenciario desde hace más de una década: Desde el sábado, empezaron a mezclar en celdas compartidas a miembros de estructuras rivales, algo que no ocurría desde la separación total de pandillas en penales o sectores distintos, algo que fue un proceso de años, que implicó motines carcelarios y masacres, y que concluyó en 2004.

Luego de las primeras deducciones, las sospechas sobre la autoría del súbito incremento de asesinatos apuntan a la MS-13, la pandilla que supera por más del doble de miembros a las otras dos grandes estructuras criminales. Esta hipótesis es respaldada por un funcionario de centros penales con acceso a información de inteligencia y también por sus rivales de la pandilla 18 Sureños, que hicieron circular un video en el que aparecen cinco personas encapuchadas y leen un comunicado desmarcándose de los asesinatos. El presidente Bukele dio por válido el video y lo blandió en Twitter como muestra de la efectividad de sus medidas: “Ya salió la primera pandilla diciendo que ya no matarán salvadoreños, faltan 2. Dejen de matar inmediatamente o los que pagarán las consecuencias serán ustedes mismos y sus homeboys”, tuiteó, para concluir con una segunda amenaza un tanto más críptica: “están cerca de ustedes, de sus casas, de sus caletas (escondites), les quedan algunas horas”.

El Faro conversó con un líder pandillero, con un comisionado policial, un agente sobre el terreno, un investigador policial de Crimen Organizado que se dedica a estas estructuras criminales y el funcionario de Centros Penales, para intentar recoger las piezas con las que ellos mismos intentan armar este rompecabezas. 

Gang members of the Mara Salvatruch and both factions of the Barrio 18 gang were mixed by prison officials after a recent rise in murders. Groups of more than 15 inmates remain in cells on Level 2, C Ward, of the Penitentiary Center of the Municipalit of Izalco. April 27, 2020. Photo of El Faro: Víctor Peña.
Gang members of the Mara Salvatruch and both factions of the Barrio 18 gang were mixed by prison officials after a recent rise in murders. Groups of more than 15 inmates remain in cells on Level 2, C Ward, of the Penitentiary Center of the Municipalit of Izalco. April 27, 2020. Photo of El Faro: Víctor Peña.

El silencio de la Mara

El lunes 30 de marzo, la MS-13 inició una especie de campaña de medios de comunicación con el objetivo de dar a conocer que apoyarían las medidas de contención sanitaria impuestas por el Gobierno, reforzándolas con un “toque de queda” obligatorio en todas las comunidades en las que ejerce poder.  

Aunque en un primer momento las dos facciones del Barrio 18 se sumaron a las advertencias, se echaron para atrás días después, cuando la Mara Salvatrucha 13 comenzó a difundir videos de torturas contra quienes circulaban en los barrios sin una excusa que les pareciera válida. En lugar de golpizas, la facción Sureños hizo públicos videos en los que sus miembros repartían víveres entre los habitantes de las comunidades empobrecidas que controla.

Las pandillas dejaron claro que reclamarían también su dosis de protagonismo durante la pandemia. “Tony”, el vocero de la MS-13, incluso se permitió discursar sobre la importancia de salvar vidas de salvadoreños.

En esos días, las cifras de asesinatos llegaron a ser inusualmente bajas para los estándares del país: el 30 de marzo cerró con un homicidio y el 31 con uno más. Marzo cerró con un promedio de 2.1 asesinatos diarios y abril iba por el mismo camino: promediaba 2.3 asesinatos hasta el jueves 23, un día antes de que la violencia cambiara su ritmo.

Aunque el número de asesinatos había venido en picada desde la llegada de Bukele al poder, no ocurrió lo mismo con las extorsiones: en 2019 –año en que gobernó sólo seis meses– el número de denuncias por cobro de la “renta” se incrementaron un 30%. Ninguna pandilla prometió suprimir este delito de cara a la crisis de salud. Sin embargo, las posibilidades de cobrar ese dinero ilícito se vieron afectadas debido a que buena parte de sus víctimas no están generando ingresos.

El vocero de la MS-13 fue muy explícito al respecto: “El tema de las rentas no lo tocamos, porque la percepción del pueblo va a ser ‘¿ven que pueden dejar de cobrarnos, hijos de puta? No la han quitado porque no quieren’. Es estúpido decirles que les vamos a perdonar la renta. Hay gente que se ha tocado los huevos para decirnos que no pueden pagar y se les entiende, pero hay grandes empresas que se están lucrando y a esa gente no le podemos decir que se la queden. Si hacemos un comunicado basado en tema renta toda la gente te va a decir que no tienen, aunque tengan”.

La última vez que “Tony” se conectó a Whatsapp fue el lunes 20 de abril. A partir de ese momento, la Mara volvió a quedar en silencio. Un líder de una de las facciones del Barrio 18 aseguró a El Faro que su organización realizó varios esfuerzos por volver a abrir vías de comunicación con los líderes de la MS-13, sin ningún resultado, ni antes ni después del repunte de homicidios.

“Desde el momento en que no hemos podido hablar con ellos, no podemos descartarlos, pero tampoco se asegura que ellos son. Muchas cosas están dando pauta para pensar en ellos. Los estamos buscando y no han querido… No sabemos si los mensajes les han llegados, pero la lógica era que les llegara el mensaje y no han dado por dónde. Cortaron la comunicación y no la volvieron a reestablecer. Si es pura pelazón de ellos, ¿cuál es el propósito de tirarse así por nada? Está raro. La lógica nos da para pensar en Las Letras (la MS), pero también… No acaba de tener sentido. No es estarlos defendiendo ni mucho menos, pero pendejos no hay que ser”, comentó este líder pandillero que dijo estar igual de desconcertado que el resto del país.

En el video difundido por la facción Sureños del Barrio 18 –al que Bukele dio legitimidad– esa pandilla no solo se desmarca de los asesinatos, sino que hace explícitas sus tres hipótesis: “El día de ayer se dispararon los índices de homicidios y no sabemos si (los responsables son) el mismo gobierno o partidos políticos que siempre han estado detrás de todas estas situaciones de violencia o la pandilla rival (MS)”.

El funcionario de Centros Penales –una persona que conoce profundamente la organización interna de las pandillas– no duda que la Mara Salvatrucha-13 está detrás de estas muertes: “Por la evaluación de la información que tenemos eso nos parece lógico: que son los programas de la MS los que se han activado. Los Revolucionarios están siempre a la expectativa y no creo que se activen; los Sureños siempre son un poco menos violentos, menos equipados. Yo creería que sí es la Mara Salvatrucha. Pero igual, pero no podemos agarrarla sólo contra una pandilla, porque no tenemos información a ciencia cierta”, admitió.

A prison guard disinfects the director of prisons, Osiris Luna, before he enters Level 3 of the Maximum Security Prison in Izalco, in the Department of Sonsonante. Luna held a press conference on April 27 to announce new measures to be taken inside the prisons after an increase in murders the previous weekend. Photo from El Faro: Víctor Peña.
A prison guard disinfects the director of prisons, Osiris Luna, before he enters Level 3 of the Maximum Security Prison in Izalco, in the Department of Sonsonante. Luna held a press conference on April 27 to announce new measures to be taken inside the prisons after an increase in murders the previous weekend. Photo from El Faro: Víctor Peña.

 ¿Por qué?

El día sábado 25 de abril, El Faro habló con un comisionado policial y le pidió una explicación sobre el alza de homicidios registrada desde el viernes. El comisionado pidió omitir su nombre para evitar repercusiones. Aseguró que 'hay un gran temor de la dirección a que se filtre información y que la población en general tenga datos para analizar lo que está ocurriendo. De hecho, desde hace algunas semanas, el acceso al sistema Imperium (sistema interno de información policial) se maneja con mucho celo. A nivel de adentro, el acceso era generalizado. Ahora, hay que solicitarlo en muchos casos'. 

Este lunes 27 de abril, El Faro volvió a contactar al comisionado, quien aseguró, tras haber hablado con diferentes jefes de delegaciones y subdelegaciones, policías que tienen informantes dentro de las pandillas, que él tenía dos certezas para explicar esta alza. 

La primera, dijo, 'es un tema de pisto'. 'Hay muchos pandilleros desesperados porque no tienen ingresos, y no solo con el tema de las extorsiones, sino porque sus familias también son en su mayoría gente que vende en mercados. Tienen un doble impacto durante la pandemia: ni renta ni venta. Y todo en un momento en el que se sienten fuera del cuadro: el tema es el coronavirus y no los homicidios. Fue como un llamado de atención para decir que siguen ahí, con su mismo poder y control de sus zonas', explicó. 

Durante las últimas semanas de marzo y primeras de abril, El Faro conversó con diferentes trabajadores de San Salvador. Algunos restauranteros dijeron que los pandilleros que habitualmente les cobraban la extorsión no habían pasado por ella desde mediados de marzo. Unos taxistas del Centro capitalino, por ejemplo, aseguraron que pagaban cada 15 a los pandilleros de la zona, pero que por primera vez en muchos años, no habían llegado. Uno de los taxistas dijo que él seguía guardando la cuota, porque entendía que la falta de cobro no se debía a ningún tipo de perdón por la emergencia, sino a la imposibilidad de los pandilleros de llegar a zonas muy visibles del Centro en momentos en que la presencia policial y militar es abundante y la circulación de ciudadanos reducida.

La segunda certeza, dijo el comisionado, 'es que durante el despliegue de militares y policías para garantizar la cuarentena, los pandilleros se quejan de un aumento de agresiones, humillaciones y golpizas a ellos y a sus familias. Andan más policías en las calles, no hay licencias de momento, y hay una sensación de que la brutalidad policial ha aumentado en zonas de pandillas'. 

Esta segunda certeza es respaldada también por el funcionario de centros penales, que asegura que la información obtenida por sus fuentes conduce en la misma dirección: “venimos escuchando desde inicios de esta gestión que querían privilegios en las cárceles y también porque en los últimos días la policía los está matando y, a veces, publican en redes sociales a los pandilleros agonizando, y eso iba a desencadenar algo”.

El comisionado dijo no poder ser concluyente acerca de si el aumento de homicidios era una decisión exclusiva de la Mara Salvatrucha 13 o si también involucraba a Barrio 18 Sureños y Revolucionarios. 'Habría que ver cada homicidio, no por municipio, sino por colonia o cantón, porque en un municipio pueden estar las tres', dijo. 'Lo que sí es posible concluir -continuó- es que el Plan Control Territorial no ha conseguido quitarles el control territorial. Con todo y un despliegue inusual de soldados y policías, cuando quieren matar lo hacen'.

Esa misma tarde, El Faro conversó también con un investigador de Crimen Organizado de la Policía. Él ocupa un cargo clave como enlace con el Gobierno y ha trabajado en varios operativos de investigación contra estructuras de las tres principales pandillas en diferentes partes del territorio nacional. El investigador dijo: 'De lado del Gobierno quieren decir que es la oposición, pero no tiene nada que ver. No tenemos nada que indique que el incremento de homicidios tiene que ver con ese tipo de actividad política'.

En los últimos días, varios funcionarios y políticos afines al Gobierno han asegurado que detrás del incremento de homicidios hay intereses políticos. Guillermo Gallegos, el diputado más visible del partido Gana, que llevó a Bukele a la Presidencia, incluso ha asegurado en entrevistas y redes sociales que no le extrañaría que el FMLN y Arena estén detrás de los más de 60 asesinatos. Nadie ha presentado ninguna prueba al respecto. 

El Faro conversó el mismo día con un agente policial del departamento de Cuscatlán. Desde la perspectiva de este policía del nivel básico, que se encarga de patrullajes, el abandono de las medidas de combate a las pandillas ha sido un ingrediente: 'el Plan Control Territorial se dejó pausado, la gente que estaba en los territorios se sacó de ahí, y se enfocaron en las medidas preventivas para evitar el Covid-19. El personal ha estado en controles vehiculares, cuidando bancos, mercados...

Asegura que esta vez, a diferencia de como ocurre usualmente, en los puestos policiales 'la gente de Inteligencia de la Policía no ha dado ninguna información de quiénes están detrás de estos homicidios'.

Workers from the Bureau of Prisons place a metalic plate over the bars of cells in Level 2 of the Izalco Prison. The measure was orderd by President Bukele after a rise in murders. The prisoners will not be able to see each other. We
Workers from the Bureau of Prisons place a metalic plate over the bars of cells in Level 2 of the Izalco Prison. The measure was orderd by President Bukele after a rise in murders. The prisoners will not be able to see each other. We've found that they have been sending messages by signs,' Prison Director Osiris Luna said. Photo from El Faro: Víctor Peña.

“Fuerza Letal”

En medio de un escenario tan revuelto, el Gobierno ha optado por mostrar todo el músculo posible: el sábado 25, a través de Twitter, Bukele ordenó al director general de Centros Penales, Osiris Luna, implementar medidas extremas de aislamiento en los siete penales destinados a pandillas. Un día después, escribió en la misma red social que autorizaba a las fuerzas públicas a usar “fuerza letal” en el combate a las pandillas y enseguida aclaró que el Gobierno correrá con los gastos procesales de los elementos que sean acusados de asesinato “por defender la vida de la gente honrada”.  

Ese mismo día, se anunció que el Gobierno mezclaría en las mismas celdas a miembros de pandillas rivales, revirtiendo así una decisión tomada hace más de una década y que estuvo a la base de la evolución de estas estructuras criminales.

El lunes 27, se hicieron públicos varios videos en los que el Gobierno mostraba el reordenamiento al interior de los centros penales, echando mano de las imágenes vistas hasta la saciedad de pandilleros semidesnudos y esposados, obligados a correr para colocarse en filas humanas inmensas; de requisas al interior de las celdas, de la Policía aplicándoles llaves inmovilizadoras… Con una novedad: se mostraron también imágenes de pandilleros tatuados con la M y con la S, al lado de otros que llevan en el cuerpo el número 18, algo que solo había ocurrido en penales de pandilleros retirados.

Con esta medida, el director de prisiones de El Salvador anunció el fin de las cárceles dedicadas exclusivamente a albergar a miembros de una sola pandilla y el presidente Bukele aprovechó la ocasión para enviar un mensaje sarcástico en su red social favorita: “De ahora en adelante, todas las celdas de pandilleros en nuestro país permanecerán selladas. Ya no se podrá ver hacia afuera de la celda. Esto evitará que puedan comunicarse con señas hacia el pasillo. Estarán adentro, en lo oscuro, con sus amigos de la otra pandilla”, escribió. El funcionario con quien El Faro habló aseguró que la lógica era esa: el Gobierno cree que las órdenes están saliendo luego de que un pandillero es liberado tras haber recibido detalladas instrucciones en su celda. Mezclándolos, es la apuesta, será menos posible que hagan eso. Según el funcionario, no hay ningún plan para que no haya disputas en las celdas estas noches. Confían en que ellos mismos organicen alguna especie de amnistía de su rivalidad allá adentro. 

Durante los últimos días, el Gobierno difundió varias fotografías de pandilleros sentados en fila, engarzados uno con otro con sus piernas, durante los traslados como reacción al incremento de homicidios. Diferentes medios internacionales y organizaciones como Human Right Watch y algunos funcionarios de Naciones Unidas mostraron su preocupación en redes sociales por las medidas tomadas por el Gobierno en tiempos donde la sana distancia se ha convertido en un lema. 

Gang members from Mara Salvatruch 13 and both factions of Barrio 18 were placed together in the same cells. Photo from El Faro: Víctor Peña.
Gang members from Mara Salvatruch 13 and both factions of Barrio 18 were placed together in the same cells. Photo from El Faro: Víctor Peña.

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