El Salvador / Política

'Estoy a favor de la abolición de la Fuerza Armada'

Sulen Ayala saltó a la palestra política salvadoreña como una tuitera y ha trascendido en la opinión pública como una férrea opositora al gobierno Bukele. Es una frecuente invitada y comentarista política en distintos programas de radio y televisión. Quiere ser diputada y ya es candidata. En su paso por la política se ha arropado por distintas banderas en relativamente corto tiempo: Arena, Vamos, y el PDC de Rodolfo Parker. Ayala es abogada de derechas que cree en un Estado pequeño, a tal punto que está a favor de abolir la Fuerza Armada. En esta entrevista, la candidata diputada por el departamento de San Salvador habla sobre su plan para captar el voto desencantado y su preocupación por evitar que Nuevas Ideas tenga el control de la Asamblea. 


Jueves, 17 de diciembre de 2020
María Luz Nóchez

 

Sulen Ayala, candidata a diputada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), por el departamento de San Salvador. Foto de El Faro: Víctor Peña. 
Sulen Ayala, candidata a diputada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), por el departamento de San Salvador. Foto de El Faro: Víctor Peña. 

A finales de julio, ya todos los partidos políticos habían elegido a los candidatos que los representarán en la contienda de 2021. Y aunque aún no ha empezado oficialmente la campaña, la carrera por una curul en la Asamblea ya la están librando algunos de los rostros más reconocidos en redes sociales, radio y televisión. Sulen Ayala es una de ellos. Esta vez el trayecto es cuesta arriba, si se toma en cuenta que según la última encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), el PDC no llega ni al 1 % en la intención de voto para la conformación de la Asamblea, versus el 64 % de Nuevas Ideas.

La candidata dice que comprende ese desencanto porque es de donde ella viene. Del descontento a la planilla de un partido político, sin embargo, hubo una toma del congreso de por medio. “Cuando vi lo que pasó el 9 de febrero de verdad me sentí totalmente defraudada con la clase política”, dice. Para entonces, cuenta, ya había intentado convencer a algunos de sus amigos y conocidos de buscar una candidatura, pero no tuvo éxito. Visto lo visto el 9F, decidió que lo mejor era inscribirse ella misma. “Me cansé de pedirle a la gente que buscara candidatura y decidí que tenía que hacerlo yo”.

Una vez tomada la decisión, encontrar una bandera bajo la cual poner su rostro no fue tan sencillo como esperaba, aunque tenía claro qué puertas no iba a tocar. En su pasado más reciente, la ahora candidata vistió el chaleco tricolor: trabajó como asesora técnica en la Asamblea para David Reyes en 2012 e hizo campaña en pro de las candidaturas de Johnny Wrigth Sol, en 2015, y Javier Simán, a nivel interno, en 2018. Aun así, ni la bandera de Arena ni la de Nuestro Tiempo le resultaron atractivas.

Partiendo de ahí, Vamos era el único de los partidos actualmente inscritos con los que se sentía cómoda. 'Yo cerré la página con Arena el día que decidí votar por Vamos, y eso algunos todavía no me lo perdonan', confiesa. A mediados de febrero inició el proceso de inscripción con ellos. A principios de marzo, sin embargo, hubo un llamado de atención fue el inicio del fin entre Ayala y Vamos. “Les dije que estaba acostumbrada a emitir opiniones y a hacerme cargo de ellas. Y que si me iban a limitar lo que yo puedo decir, nos lo íbamos a tener que pensar”.

Después de ese intercambio, y con la covid-19 haciendo su ingreso al país, el proceso de inscripción se congeló, y nunca más se volvieron a buscar. Ayala estaba a punto de tirar la toalla cuando, de repente, recibió una llamada del PDC. Yo hasta me ofendí, la verdad, cuando recibí esa llamada. Qué pecado, veá. Ja, ja, ja. ¡El PDC!”

Lejos ha quedado ya la vergüenza por esa llamada y ahora hasta le sonroja que le insinúen que podría convertirse en la heredera de Rodolfo Parker en la Asamblea. A la candidata no le molesta que el PDC sea el partido más antiguo ni que en sus bases haya excomandantes guerrilleros. Tampoco le teme a que los votos que su rostro atraiga sirvan como aritmética a favor del diputado Parker, aunque excandidatos le hayan llamado para advertírselo.

Esta entrevista es el resumen de dos horas de conversación con una candidata que dice temerle más a empresarios que quieran financiar su campaña que al disenso dentro del partido. “Soy consciente de que hay mucha gente con la chequera lista para comprar una voluntad”, dice. Y por eso prefiere dejar en claro, desde ya, su postura en temas polémicos, que van desde la educación integral en sexualidad hasta la abolición de la Fuerza Armada.

Al poner su nombre en el buscador, entre los primeros resultados aparece una foto suya vistiendo un chaleco de Arena abrazando al entonces candidato a diputado por Arena Johnny Wright Sol. La fotografía es de apenas hace cinco años y, sin embargo, usted no inscribió su candidatura ni por el partido tricolor ni por el novel Nuestro Tiempo. ¿Qué pasó?
Nunca me afilié. Fui una simpatizante, y si salgo en esa foto con Johnny es porque era full simpatizante; mi hija sale a la par de él. Les ayudé a cuidar urnas y cosas así, pero nunca milité. Trabajé en la Asamblea para David Reyes en 2012, cuando fue su primer período. No nos conocíamos, pero fui recomendada porque él iba estar a cargo de la comisión de Trabajo y previsión social, y yo me dedico al área del derecho laboral. No duré mucho tiempo, estuve nada más seis meses, porque en eso se dio una convulsión con los últimos tránsfugas de Arena y no me sentí cómoda. Había llegado por algo técnico y me estaba metiendo en algo político. No estaba preparada en ese momento, así que decidí retirarme. Desde el 2015 recibí propuestas por Arena para ser suplente o para correr como candidata para alguna estructura territorial. Como soy abogada, siempre me andaban ofreciendo asuntos jurídicos, pero nunca me llamó la atención ser una militante. Si he sido simpatizante, tengo muy buenos amigos adentro de Arena...

¿Qué fue lo que la desencantó de Arena?
Por ejemplo, con el actual gobierno estuvo muy marcada la alineación de muchos diputados, y por más que uno insistiera y les dijera esto no, no escuchaban. Sobre todo el alcalde de San Salvador. Como yo había manifestado mi apoyo a Javier Simán, como que eso me hizo ganarme enemigos automáticos en Arena. Cuando dije que la mejor carta era Javier Simán, automáticamente se levantaron esos detractores que no les gustó mi posición. Recibí amenazas

¿Enemigos como quién? ¿Qué tipo de amenazas?
Gente muy cercana al alcalde (Muyshondt), diciéndome que había escogido el bando equivocado y que ojalá no me vaya a arrepentir de mi decisión. No sé qué quisieron decir con eso, pero me alejé. Y cuando empecé a ver ese coqueteo con el gobierno, esas posiciones flojas, blandas, yo decía: ¿y qué tienen que pensar tanto? Si los estatutos de su partido son claros. ¿Están o no están a favor? Yo soy así, tengo quizá ese defecto, que soy muy definida, muy clara, muy cuadrada en ciertos temas. No me gusta quien se mueve de un lado a otro para ver qué le conviene. El 9 de febrero, en lugar de salir a condenar, de dejar sentada una posición clara, empezaron prácticamente a ceder, sin dejar sentado un precedente. Y luego el discurso del alcalde… Yo le decía el mini me de Bukele, porque salían los soldados juramentándose afuera del Palacio Nacional, y de repente aparecía el alcalde formando a los CAM, repitiendo la misma imagen. Suficiente con uno para que querramos tener su copia. No me gustó. Por eso es que busqué la opción de Vamos.

¿Qué otras funciones cumplió en el partido durante sus años como simpatizante?
Trabajé con David Reyes en 2012 por seis meses. Después me salí. En 2015 les ayudé bastante en la elección, cuando fue la primera vez el voto cruzado. Fui la JEM de San Salvador. De ahí en 2018 les ayudé en el nido, como le dicen ellos, dando asesorías legales. Quizá lo que a ellos les incomodaba eran las críticas que hacía a través de mis redes sociales. Ellos esperaban que yo fuera una cheerleader y que aplaudiera todo. Y yo decía: ¿a cuenta de qué? El solo hecho de haber apoyado a Javier Simán fue una declaración de guerra para el otro bando. Y al final terminé apoyando al candidato de Vamos, y eso no me lo perdonan algunos. Ja, ja, ja. Yo cerré la página con Arena el día que decidí votar por Vamos en la presidencial. No existía ninguna posibilidad de que retrocediera, a menos que hubiera visto un genuino deseo de corregir los errores, de hacer un mea culpa, una autocrítica y que se notara.

¿Cómo se hubiera notado un cambio?
Con Javier. Bueno, tal vez no Javier, sino un Coena revolucionario que tomara en cuenta gente de la sociedad civil, no solo al militante que porque nació y le juró amor y lealtad al mayor. Yo nunca me identifiqué con eso. Y, ya vimos, no se renovaron, no abrieron, no escuchan.

Quiero entender lo de Javier Simán. Es decir, pasaron las internas y él no fue electo como candidato. Pero él luego tampoco buscó ser parte activa del partido.
Con que hubiera sido el propio Carlos Calleja o la misma Carmen Aída, que ya tenían un perfil político. Esperaba ver un Coena renovado por lo menos con alguna de estas caras, no los mismos. Porque empezamos a ver el mismo reciclaje, nada que representara un cambio real.

López Davidson entonces para usted era más de lo mismo.
A tal punto que ya vimos cómo terminó. No representaba nada novedoso, nada que entusiasmara. Sus posiciones sobre temas polémicos, siempre tibio, queriendo quedar bien con unos y con otros. A mí esas cosas no me gustan. Por eso es que dejé de verlos como opción, como mucha gente.

¿Nuestro Tiempo por qué no?
La gente me identifica mucho por esa foto, y como Johnny es prácticamente el creador de Nuestro Tiempo, enlazan. Aprecio muchísimo a Johnny, me llevo muy bien con Juan Valiente, hay muchos en las listas a quienes aprecio mucho. Pero nunca hubo realmente una conversación, reunión... Nunca. Pero sí hay un candidato que me decía: mire, me gusta su perfil. Nosotros estamos acá, platiquemos. Pero nunca me dijo llegate tal día a tal hora en tal lugar. Nunca hubiera aceptado, la verdad.

¿Por qué?
Los temas que manejan son totalmente incompatibles con lo que creo: el famoso tema del aborto y del matrimonio igualitario. Pero si algo les admiraba (a Johnny Wright a Juan Valiente) es que crearon su propio partido. Y eso es plausible, porque crear un partido político en estas condiciones es de valientes, y se los reconozco. No hay ningún partido político con el que ellos se identifiquen, hay que crearlo. Pero claro, ya venían con esos temas y ahí no quepo yo.

Pero en los estatutos de Nuestro Tiempo no está dicho que son pro aborto y matrimonio igualitario, al contrario, aunque haya candidatos que hayan hecho lobby por las causales y para evitar que se reforme la Constitución y se establezca que el matrimonio es solo entre mujer y hombre 'así nacidos'. Y eso es mucho de lo que les critican, que no tienen claridad ideológica.
Eso me espanta todavía más. Si ellos creen que ser tan abiertos y dan la bienvenida al proaborto, al provida, al de izquierda, al de derecha... La verdad no me identifico con eso. A mí me gusta ser definida y aunque sí me podrían recibir, no me voy a sentir cómoda. No somos compatibles.

De ahí entonces que decidiera irse con Vamos.
Tengo un amigo muy cercano que estaba conmigo en Decide. Él me dijo que buscáramos un partido de los nuevos. Me sentía más o menos identificada con ellos porque creo que fui la única persona más o menos mediática que les dio apoyo en redes. Mi intención era darle ánimos a mi amigo para que él se lanzara y de acompañarlo en el camino. Pero cuando vi lo que pasó el 9 de febrero, me sentí totalmente defraudada con la clase política. Estaban más preocupados porque les habían quitado los PPI, por ellos mismos que por lo que pudimos haber perdido. Entonces me dije: estamos a la deriva, con estos diputados que tenemos no vamos a llegar a ningún lado. Me cansé de pedirle a la gente que buscara candidatura y decidí que tenía que hacerlo yo. Y ahí fue cuando me inscribí en el proceso de Vamos.

Y sin embargo su candidatura es con el PDC. ¿Qué pasó?
Todo iba bien. Pero en eso presentaron una pieza de correspondencia a la Asamblea en la que pedían la cancelación de los partidos que habían negociado con las pandillas. Yo tuiteé que no estaba de acuerdo con ese tipo de reformas, porque eso atentaba contra la mal llamada partidocracia y fomentaba la antipolítica. Veníamos del 9 de febrero, y para mí lo que teníamos que hacer era consolidar a los partidos políticos, renovarlos, no hacerlos desaparecer. A partir de esa publicación me llaman del partido -a finales de febrero, principios de marzo- para preguntarme por qué había hecho ese pronunciamiento. Y le dije que porque lo creo rotundamente. Estoy totalmente a favor de que se procesen a las personas que se han sentado a negociar con las pandillas y que se lleve hasta las últimas consecuencias. Pero venir ahorita siquiera a pensar en la posibilidad de cancelar partidos políticos, me parece sumamente grave. Me cuestionaron si estaba a favor de la corrupción y no me gustó, porque se cerraron. No porque pida la cancelación de Arena significa que automáticamente Vamos recogerá esos votos. Me pareció ingenuo. Les dije que estaba acostumbrada a emitir opiniones y a hacerme cargo de ellas. Y les dije: todavía no soy parte del partido, apenas estoy comenzando el proceso. Si me van a limitar lo que puedo decir, nos lo vamos a tener que pensar. En eso vino la pandemia, se congeló todo.

Dice que está a favor de que se procese a quienes han negociado con pandillas. Sin embargo, en entrevista en TCS dijo que estaba a favor de que existiera diálogo. ¿Se está contradiciendo?
Estoy a favor del diálogo, por supuesto, pero no de esos pactos oscuros en donde se está negociando vidas por dinero. Estoy en contra de las medidas extremistas de pena de muerte contra pandilleros, y tampoco creo que la situación se arreglaría metiéndolos a todos en la cárcel. El primer requisito de un diálogo es que las pandillas sean desmanteladas. Y que estén dispuestos a transformar sus vidas. El problema no se va a terminar dándoles dinero para que no delincan. Eso no resuelve nada.El diálogo debe ser transparente de cara a todos, no a oscuras ni con agendas que nadie conoce. Son personas que tienen derecho a una segunda oportunidad.

¿Y eso cómo se logra desde una Asamblea en donde los partidos mayoritarios han negociado con pandillas con fines electorales, pero reniegan de esas acusaciones una vez que se hacen públicas?
Generando opciones para que la gente aprenda a ganarse el pan de forma lícita, como todos. Desde una ley se pueden crear condiciones de acceso a crédito, capacitación para oficios y emprendimientos, y que cada uno decida si va a poder subsistir con medios propios. El Estado debe convertirse en facilitador de condiciones. Si a veces el mismo domicilio de una persona define su va a conseguir trabajo, uno mismo los va orillando. También me pongo en los zapatos de los empresarios y es duro obligarlos a que contraten una cuota, pero todos vamos a tener que hacer un sacrificio y ver qué cedemos para que todos puedan tener esa oportunidad.

Volvamos al tema de Vamos. ¿Quiénes fueron los miembros del partido que le llamaron la atención por su comentario?
El Secretario General, don Josué y su asesor. Lo aprecio y lo entiendo, pues. Está cuidando su marca nueva, pura y no quiere entrar en polémica. Ya no me sentí cómoda y en el proceso, cuando veía posturas de ellos... Incluso el propio Secretario General dijo que había que pasar página con el 9 de febrero... Y no, el 9 de febrero tiene que quedar marcado en la historia, en los libros, eso tiene que ser algo inédito que jamás en la vida tiene que salir de nuestras mentes, para que nunca más se repita. Me desanimé y presenté una carta en donde decía que desistía del proceso.

¿Y en qué nivel estaba el proceso?
Se suponía que iban a empezar las capacitaciones, y a mí nadie me notificó que había que ir. Por eso cuando dije adiós pensé en buscar una candidatura no partidaria. Hice mis sondeos y vi la posibilidad en medio de una pandemia… no las iba a conseguir. Y, bueno, hice mis maletas y se acabó mi entusiasmo. Pensé en retirarme, ja, ja, ja. Gracias a Dios no había dicho nada públicamente, pero en eso recibo una llamada de alguien del PDC que es candidato y me dice: 'Sulen, mirá, es que nos gustaría contar con un perfil como el tuyo. Por lo menos escuchanos'. Yo hasta me ofendí, la verdad, cuando recibí esa llamada. Qué pecado, veá. Ja, ja, ja. El PDC... Y, bueno, lo dejé pasar.

¿Era una ofensa porque el PDC es un partido que apenas logra sus diputados por residuos?
Y porque ya había desaparecido. Yo para la época de Duarte era una niña. Yo no traigo cicatrices, marcas, rencores ni amoríos de esa época porque apenas era una niña. La verdad es que lo dejé pasar y dije: ¿cómo se les ocurre?

¿Cuándo la llamaron?
Eso tuvo que haber sido...finales de mayo. El FMLN nunca iba a ser una opción y además ellos jamás en la vida me dejarían entrar. Gana, menos; Nuevas Ideas, ni se diga. Esos tres los doy total y absolutamente por descartados.

Y, ¿qué la hizo cambiar de opinión respecto al PDC?
Me reuní con el doctor Parker y le dije que había dos cosas que me impedían llegar ahí: la primera era el tarimazo fuera de la CSJ, donde le habían levantado el brazo a magistrados inconstitucionales, y el tema de los 35 asesores. Él me reconoció que el tarimazo contra la Sala de lo Constitucional fue un error político, constitucional; y que lo de los 35 asesores era mentira. Que no tenía ni siquiera uno. Que hay empleados de la fracción, sí, pero no en el número que decía Juan Valiente… Yo solo pedía una cosa: un margen en el que me pueda mover y a veces ir en contra. Pero cosas de fondo, como los estatutos, con los cuales me identifico, me comprometo a estar bajo esa línea. Me dijo que sí, que podía seguir siendo crítica. Me gustó.

Para Sulen Ayala, la prioridad es evitar que el partido del presidente logre mayoría calificada en la Asamblea. La toma del congreso por parte de los militares fue el momento decisivo para buscar una candidatura. Foto de El Faro: Víctor Peña. 
Para Sulen Ayala, la prioridad es evitar que el partido del presidente logre mayoría calificada en la Asamblea. La toma del congreso por parte de los militares fue el momento decisivo para buscar una candidatura. Foto de El Faro: Víctor Peña. 

Usted ha dicho que fue la falta de renovación en Arena lo que terminó de desencantarla, pero Rodolfo Parker no es tampoco un rostro que hable de renovación. Es más, en una entrevista él dijo que candidaturas nuevas, como la suya, no son necesariamente una renovación en el partido.
Él pertenece a otra época, no voy a cuestionar si fue buena o mala. No estoy ahí por él, por el PDC o la trayectoria del partido. Estoy ahí porque en este momento coyuntural ha sabido defender los principios democráticos. Eso me hace sentirme cómoda. Y quiero llegar a ayudarle a defender esos mismos principios, a cerrar filas y, por supuesto, a llevar los temas que me interesan, como que no se tomen la Asamblea, tener un verdadero contrapeso. Si no unimos fuerzas, vamos a perder lo que hemos logrado estos 28 años de paz. Y no estoy dispuesta a que les resulte tan fácil.

El PDC de ahora es un partido que se siente cómodo a la derecha, aunque le da cabida a excomandantes guerrilleros, como Ana Guadalupe Martínez y Facundo Guardado. ¿Dónde se ubica usted dentro de la derecha?
Soy una defensora de los principios de libertad. No me gusta la intervención constante del Estado en cada área de nuestras vidas, hasta en cómo cuidarnos en una pandemia. No estoy de acuerdo. Creo que el ser humano tiene que ser responsable de sí mismo. Defiendo el derecho de que cada quien disfrute el producto de su trabajo, ahí viene el tema de las propiedades. En lo que no creo, rotundamente, es en ese capitalismo voraz que identificó mucho a los gobiernos de derecha, donde hay quejas de que se lucró únicamente un grupito, y el efecto cascada nunca llegó adonde debería de llegar. Por eso seguimos siendo un país tan desigual, por eso tenemos una pobreza tan marcada, porque nunca realmente se le apostó a la base, de abajo para arriba; sino que pensamos que de arriba para abajo iba a llegar y no llegó. Creo en la libre empresa y en el libre mercado, pero también considero que deben de haber reglas claras para permitir una libre competencia. Que no vengan estas grandes corporaciones a arrasar con todo, con los pequeños. Que existan reglas de competencia claras y que se respeten. Ahí sí permitiría la intervención del Estado como un árbitro para que se respeten esas reglas. Creo en un Estado más pequeño.

¿No le da miedo, por ser el PDC un partido que logra sus diputados con residuos, que al final usted va a movilizar a un montón de gente para que la aritmética beneficie a Rodolfo Parker?
Incluso me han dicho 'él solo te usa y se queda con tus votos para reelegirse'. Creo que él tiene suficiente capital político como para ganarse su curul. Es más, creería que con la posición que ha adoptado, tiene suficiente capital incluso para jalar un diputado más en San Salvador. El doctor Parker en más de alguna ocasión ha expresado que ya se siente cansado, que quisiera retirarse de la política, pero que el momento que está viviendo el país no le permite tomar esa decisión, pero que le gustaría tener estos apoyos.

Una heredera...
Por así decirlo. Es más, hay gente que me dice: 'sos la niña de los ojos de Rodolfo Parker'. Y le digo: no sé, ja, ja, ja. A mí él nunca me ha dicho nada. Sería una gran responsabilidad porque no soy orgánica, pero como lo mencioné hace un momento: sí, soy disciplinada y también soy agradecida. Y si el partido me ha dado la oportunidad y quieren que haga carrera y que lleve gente nueva y que le demos un refresh, estoy dispuesta.

Hablemos ahora del escenario si logra una curul. ¿Cuáles son esas prácticas actuales de la Asamblea que buscaría erradicar?
Primero, esa enorme planilla legislativa. Me gustaría conocer de primera mano cuál es la situación en que está el partido, cuántos empleados hay y en calidad de qué, para empezar a ordenar la casa. También tratar de evitar esa práctica de contratar a ese montón de gente.

Quisiera preguntarle por la Ley de Reconciliación Nacional. Usted cree que este país debería de pasar la página porque según alguna gente se reabren 'heridas innecesarias', o más bien cree que este país tiene la obligación de hacer un verdadero trabajo de reparación que ayude a las víctimas a encontrar justicia?
Hay que pasar la página, porque creo que todos, como sea, fuimos víctimas. Yo, a pesar de que era una niña, veo para atrás y digo: púchica, crecimos abajo de las balas, salíamos a ver muertos, y lo veíamos normal. Después vinieron las pandillas y aparecían muertos y lo vemos normal. Y no es normal. La guerrilla se fue a la guerra para defender precisamente principios como la libertad de expresión; y el Ejército defendió la República. Cada uno creía que estaba defendiendo en lo que creía. Pero esa etapa ya pasó, tenemos que seguir viendo hacia adelante. Si hay delitos de lesa humanidad, esos se van a tener que investigar, no hay tiempo que prescriban. Y si hay masacres, por supuesto que hay que llevarlas a los tribunales. Si hay actores polémicos que se dice que dieron órdenes, por supuesto que tienen que enfrentar las consecuencias de sus actos. Pero lo que no estoy de acuerdo es que la guerra y sus actores definan nuestro futuro. Muchos jóvenes que nacieron después de los Acuerdos de Paz, que no conocen nada de la guerra, a veces son los primeros en apoyar las cosas que hace Nayib Bukele: que atente contra los periodistas, contra la libertad de expresión, que a través de las armas quiere imponer una orden, y lo aplauden... No queremos retroceder a eso. Mal o bien esos Acuerdos de Paz eran para que siguiéramos adelante.

¿Usted cree entonces en el 'perdón y olvido''?
Sí. Lo practico en mi vida todo el tiempo. Creo que todos traemos cicatrices, en mi caso de distintas maneras. Y la única forma en la que he podido salir adelante es perdonando. A veces por uno, no porque la otra persona lo merezca. Pero el perdón es salud, es paz. Y si uno toma esa decisión, uno puede seguir con su vida, aunque no pueda corregir el pasado, aunque no pueda enmendar el daño, pero creo que el perdón es fundamental para que podamos seguir adelante como personas y como sociedad.

Las víctimas de El Mozote, por ejemplo, lo que han dicho es que quieren que los hechores reconozcan que fueron responsables de lo que ahí pasó, en lugar de que sigan negando su responsabilidad.
Sí. Yo les entiendo y creo que a veces cuando hemos sido objetos de una agresión o de algo, quisiéramos que la persona que nos ocasionó el daño aceptara que cometió un error. Es como un marido infiel, que uno dice, por lo menos aceptá que me engañaste y pedime perdón. Uno de víctima quisiera ese reconocimiento, pero ahí es donde vienen las consecuencias del perdón. El perdón es por uno, no por la otra persona. Puede que la otra persona nunca reconozca que cometió un daño, que hizo un mal, pero si decido perdonar, como que corta algo, corta ese vínculo negativo que hay. Si la otra persona no lo reconoce y ha cometido un delito, por supuesto que tiene que ser juzgado. Creo que esto más que todo es una decisión personal. Quizás perdió todo en esa masacre y es muy difícil entenderlo y ponernos en sus zapatos, pero creo perfectamente que el perdón puede hacer esos milagros.

Según una encuesta de la UCA publicada en septiembre el 60 % de la población no se siente representada por ninguno de los partidos. Tomando en cuenta que estamos en un contexto en que la gente está más interesada por sobrevivir a la crisis que en las promesas de los políticos, ¿cuál es su estrategia para hacerse potable como candidata para quienes votan en San Salvador?
Ja, ja, ja. Yo estaba en enero así. No creo en el populismo. No puedo andarle ofreciendo a la gente lo que quiere escuchar. Sé que hay mucha gente que no cree, que se siente defraudada, pero que también entiende la gravedad de la situación. Entiende que si Nuevas Ideas alcanza siquiera la mayoría simple y con sus demás aliados logran los 56 votos vamos a estar en serios problemas democráticos. Vender un Estado de derecho, eso nadie lo compra, a nadie le interesa, les interesa el día a día, por eso es que le estoy apostando al tema del empleo.

El empleo es una de las promesas clásicas de campaña que todo el mundo hace. ¿De qué manera específicamente quiere ganarse el voto de los desencantados?
La única estrategia que tengo es seguir siendo la misma persona, que me conozcan y digan: ella no da sorpresas, ella cree en esto, está dispuesta a luchar por esto. Porque vengo de movimientos de la sociedad civil donde lo he hecho de forma voluntaria, donde he incomodado, he movido las instituciones para que se haga esto. No les voy a ofrecer el cielo y la tierra, porque no puedo. Pero quiero que tengan la certeza de que si he dicho que creo en algo y que lo voy a defender, que confíen que me voy a mantener así. Yo no quiero ser ese tipo de diputada que en la noche, en lo oscuro, en la madrugada, levanta la mano o manda al suplente e hizo algo completamente distinto a lo que dijo.

Estos cambios muchas veces tienen que ver con el financiamiento de los partidos o con los padrinos que han financiado la campaña de estos candidatos. Y esto incide y condiciona el voto a la hora de las votaciones. Ya sea por una ley o por elección de funcionarios de segundo grado. ¿Está lista usted para romper con ese esquema y poner por encima el interés general?
Ya empecé. Ja, ja, ja. Hay mucha gente que cree que tengo chequeras atrás de mí.

Mucha gente la vincula, de hecho, con Javier Simán.
Ah, ya quisiera que me estuviera financiando Javier Simán algo. No se lo he pedido, ni me lo ha ofrecido. Pero sí ha habido otra gente que me ha dicho que me paga la campaña, decime cuánto necesitás. Y creo que es tentador.

¿Empresarios?
Me voy a ahorrar el nombre, pero sí es un empresario. 'Yo le pago todo', me dijo. 'La quiero ver en la Asamblea, creo en sus principios'. Y posiblemente sea verdad o posiblemente no. Nunca lo voy a saber porque no acepté. En el camino hay gente que me ha dicho: 'no te preocupés, contá conmigo', pero yo sé que detrás de recibir ese apoyo va a venir después el vuelto. Hasta este momento, no he recibido ningún centavo de nadie ni del partido. Soy consciente de que hay mucha gente con la chequera lista para comprar una voluntad y hasta el momento he dicho que no. Me da miedo siquiera escuchar una llamada de alguien que me diga 'fulanito te quiere conocer'. No quiero escuchar lo que me quieren decir. Evito esos contactos hasta ahorita.

Eso en cuanto al financiamiento de su campaña como diputada. Pero el PDC tiene entre sus principales financistas a Calleja S.A de C.V., que también es financista de Arena y el PCN.
Calleja le da a todo el mundo, ja, ja, ja.

...así como al Ingenio El Ángel.
La familia de Johnny.

Y por ejemplo estos vínculos, incluso para el mismo Johnny Wright, que ha tenido posturas progresistas en temas como el aborto, ha condicionado la elaboración de la Ley Integral de Agua, misma de la que también el PDC fue uno de sus principales impulsores, y que incluía introducir en un ente rector del agua a la empresa privada. Sectores incluso rumoran que quieren privatizar el agua. ¿Usted coincide?
No. Creo que el agua tiene que volverse un servicio eficiente. Tenemos la oportunidad, la primera vez, de contar con un ambientalista reconocido que va como candidato del PDC, y este es uno de sus temas prioritarios. Él ha dicho que no tocamos el tema del agua hasta que esto esté totalmente investigado, consensuado, para que podamos sentar una posición. Ya sea apoyando o rechazando esa propuesta de ley o creando una nueva.

Pero el partido ya tiene una postura respecto a cómo debería de ser.
Yo tengo que hacer un análisis personal y en este caso apoyarme con este ambientalista. Confío plenamente en su criterio de decirme si es conveniente o no y por qué. Yo necesito escuchar eso de primera mano.

La vida política de Ayala ha estado ligada desde siempre a la derecha conservadora. El aborto en causales, Ley de Identidad y la Educación Sexual Integral no tienen cabida en su agenda. Foto de El Faro: Víctor Peña. 
La vida política de Ayala ha estado ligada desde siempre a la derecha conservadora. El aborto en causales, Ley de Identidad y la Educación Sexual Integral no tienen cabida en su agenda. Foto de El Faro: Víctor Peña. 

Hay temas sobre los que históricamente, a la hora de votar o siquiera presentar una iniciativa, han pesado los intereses de los financistas o las creencias personales por sobre el interés general. Empecemos por la despenalización del aborto en causales.
No creo que la muerte resuelva algo. Creo que es irreversible en ese momento. Mucho se habla de la niña embarazada producto de una violación y de permitir que aborte. Siempre revictimizando a la víctima y no atacando el problema de raíz, que es el agresor. También estoy clara que a esa víctima tampoco le estamos dando muchas opciones. Ser crueles en decirle que tiene que tener el hijo y hacerse cargo de él, querrás o no, creo que también es fuerte y es estarla revictimizando. Yo me enfocaría en brindarle soluciones alternativas a la niña.

¿Como cuáles?
Por ejemplo la Ley de adopción. Nadie está obligado a criar un hijo que no puede o no quiere. Creo que vale la pena darle la oportunidad en primer lugar a la criatura, de que viva, y darle la oportunidad de que sea recibido en un hogar que sea amado y esperado. Y la niña, no obligarla de que se haga cargo, porque quizás no puede, no quiere, pero tampoco la vamos a someter a ese trauma. El estereotipo en El Salvador va a ser 'mataste a tu hijo'. Ella tiene que vivir con eso cada día de su vida. Pero si a esa niña le dicen 'le diste la oportunidad a tu hijo de vivir, y está bien, tiene una familia'.

Estamos hablando de que aquí en El Salvador el rango de edades en que suceden esos embarazos adolescentes, que de hecho el Minsal los catalogó como una epidemia, son entre los 10 y 14 años. Además de que sus cuerpos no están preparados para sobrellevar un embarazo, también implica abandonar sus estudios. Que existan causales, además, no lo convierte en obligación. ¿No cree que sería válido que también tengan esta opción?
Yo tengo hijos y sí, más de alguna vez a uno se le cruza: tengo que terminar la carrera, estoy empezando un nuevo trabajo...

Pero estamos hablando de niñas que tienen que dejar la escuela o que a veces ni siquiera han tenido la oportunidad de ir.
Nunca ninguna mujer va a estar preparada para traer un hijo al mundo. Jamás. Esa es mentira. Yo terminé la universidad con una niña en brazos. Tenía que decidir: o cuidarla o estudiar o trabajar. Afortunadamente tomé el camino difícil, que fue tenerla, cuidarla, trabajar y estudiar. Pero no todos van a tener esa posibilidad. Repito, no creo que la muerte resuelva algo. Y cuando lo dejamos opcional, conociendo la irresponsabilidad de mucha gente, que dice: bueno, tengo relaciones, no me cuidé, salgo embarazada, no hay problema: aborto y sigo con mi vida. ¿Qué clase de individuos estamos formando, que me deshago del producto de mis decisiones? No estoy de acuerdo en esto, bajo ningún concepto. Y en el caso más grave de las violaciones, sí creo que el problema hay que atacarlo de raíz. Y la víctima más indefensa de todos, acabar con ella no va a resolver el problema. Tenemos que ir hacia al agresor. Y ya vimos que por alguna razón nos negamos a poner leyes más duras, más fuertespara impedir que estos hechos se sigan dando.

¿Cuál sería su contrapropuesta? La diputada Patricia Valdivieso, por ejemplo, propuso la castración química y la elaboración de una base de datos de violadores.
Educación en todos los sentidos para que esta niña denuncie a la primera, que pierda el miedo de decir 'en mi casa me están haciendo esto o me pasó aquello'. Que podamos nosotros llevarle la solución a la criatura y le digamos que no es normal, si te pasa tenés que denunciarlo. Arrancar el problema de raíz, que pierda el miedo. Y que cuando se haga eso el agresor tenga una pena ejemplar. Yo siempre me iría con el agresor. Siempre.

Pero para que esas penas se cumplan, primero se necesita que dejen de ser los mismos jueces quienes desestiman que haya delito, porque juzgan con base en patrones machistas y justifican la conducta de los victimarios.
Pero no podemos generalizar. La violencia contra la mujer, que antes lo veíamos de menos, hoy es un tema prioritario. Llega una mujer que pone una denuncia, eso tiene prioridad en este momento en ese país. Muchas se van a desestimar, sí, pero más de alguna va a llegar al proceso. Es un camino largo, es como que quisiéramos erradicar el machismo; con algo se empieza. Pero no lo vamos a hacer de la noche a la mañana. Yo sí creo que la educación, penas más fuertes, y vías alternativas para la víctima, son alternas al aborto.

Otra de las iniciativas de ley que ha sido polémica y que conecta directamente con este tema, ya que habla de la importancia de la educación, fue la Ley de Educación sexual y afectividad. Se dijo que lo que se pretendía era instalar el aborto como método anticonceptivo e instalar la 'ideología de género'.
Creo que la educación tiene un límite también. Hay cosas que se enseñan en casa. A esta ley se le cuestionaba mucho de por qué en la calle le van a decir a mis hijos si abortar está bien o no, porque así se entendía. Para mí la educación va más que todo en divulgar derechos y obligaciones: qué derechos tengo como persona, como mujer, como niña, y cómo los puedo hacer valer. Pero ya que el Estado tenga que decirme qué pensar sobre temas tan específicos como la sexualidad, no estoy de acuerdo.

O sea, la educación en sexualidad cree usted que no es competencia del Estado.
Tan profundamente no. Por supuesto, mi hijo recibe anatomía humana y sabe todo lo que ya sabemos biológicamente cómo está preparado... Pero ya venir a meter temas para decir que la niña se cree niño, que hay que dejarla... Creo que ese es un ámbito para el que no estamos preparados.

¿No cree que eso ayudaría a combatir la discriminación contra la población LGBTI?
Esas cosas creo que se aprenden en la casa. Y desgraciadamente tenemos hogares machistas, porque hay mamás machistas. ¿Quién cría ese niño machista? Una mamá. Y a veces las mujeres somos las que más nos quejamos del machismo y somos las principales portavoces y portadoras de ese discurso machista.

Pero si los padres no creen en la diversidad sexual, no va a haber posibilidad de que en la casa se le enseñe a los hijos a no discriminar.
Educación... Yo soy madre, tengo varón, tengo una hija. Soy la transmisora de esas costumbres, tengo que decidir si a mi hijo lo voy a tratar igual que a mi hija, o a mi hija igual que a mi hijo, o les voy a dar un trato distinto. Yo decidí criar a mis hijos igual. Pero esa es mi forma de ver las cosas. Mi hijo juega fútbol y juega solo con niñas. Cuando lo llevé la primera vez quería ver qué me decía al regresar. ¿Qué pensás de jugar con niñas? Es buenísima esa niña, después de cinco minutos se te olvida que es mujer, y ya le estás dando empujones, le estás jalando la pelota. Así es como se combate el machismo, así es como vamos a lograr una igualdad. Cuando nosotras en casa enseñemos que la niña y el niño tienen iguales derechos, pero también responsabilidades.

Otra de las iniciativas de ley que han generado polémica en algunos sectores, y que de hecho el diputado Parker se ofreció en un primer momento a meterla a la Asamblea, fue la Ley de Identidad de Género. Ya me dijo que sobre sexualidad se debe de aprender en casa. Pero qué pasa con estas personas que requieren de una ley...
No sé si requieren, la verdad. Estamos a veces suponiendo que necesitamos crear derechos nuevos. Y yo creo que con lo que tenemos podemos seguir sobreviviendo. Somos iguales ante la ley. Aquí la importancia es si por creerte hombre o mujer tenés derechos más o derechos menos. Yo como mujer me opongo rotundamente a que por ser mujer me traten distinto. Me molesta, me cae mal. Estoy en reuniones toda la vida, y en las organizaciones sociales en donde estado siempre he sido la única mujer. Ahorita si me reúne en el partido, voy a ser la única mujer, y siempre voy a ser la única mujer. Y si hay algo que me molesta es que me quieran tratar distinto. Y es: que hable ella primero por ser mujer, no digan malas palabras porque ella es mujer.

Una Ley de Identidad de Género no es crear un derecho extra, es que se les reconozca según su identidad de género y que en su documento de identidad puedan ser reconocidas como, Amalia, por ejemplo, en lugar de su nombre biológico.
Ahí yo no me comprometería a hacer ningún tipo de apoyos, por lo mismo que ya dije: creo en la igualdad de derechos. Por eso no estoy a favor del matrimonio igualitario, no estoy a favor de que se inmiscuyan en temas como este... No son parte de mi naturaleza. No podría obligarme a ofrecer algo que no cumpliría. Pero estoy 100 % comprometida con los principios democráticos, con la igualdad, la anticorrupción, con la transparencia, que son temas en los que creo que ahí sí podemos encontrar puntos en común.

Mencionaba hace un rato que una de sus posturas inamovibles es la que tiene sobre el actual Fiscal. ¿Usted votaría en contra, entonces, de una posible reelección de Raúl Melara?
Ya lo dejé por escrito en un tuit. No hay posibilidad alguna de que si llego a la Asamblea vote por él. Es más, Rodolfo ya me dijo: 'yo no estaría de acuerdo en apoyar que se destituya, pero ustedes son libres'. Y la mayoría de candidatos del PDC hemos estado a favor de que se destituya a ese Fiscal. Cualquiera diría: hey, no se ponen de acuerdo entre el Secretario General y los candidatos. Momento, es que él nos dijo que nosotros podíamos tener una posición, pero el PDC va a adoptar en este momento esta postura.

La firma de los Acuerdos de Paz daba a la Fuerza Armada un papel que ha sido irrespetado desde los gobiernos de Arena. ¿Debería El Salvador plantearse la abolición de la FA para evitar que se siga usando de manera antojadiza?
Yo sí estaría dispuesta a apoyar una futura abolición de la Fuerza Armada, así mi partido diga lo contrario. He sido tajante y he dicho sin reparos que estoy a favor de la abolición de la Fuerza Armada. Sin restarle los méritos que ha tenido posguerra: que se ha mantenido al margen, que se incorporó muy bien a la vida civil, donde pasé de ver militares en la calle a que solo aparecían en las catástrofes. Pero a partir del 9 de febrero, dejé de verlos como una institución de respeto y empecé a tenerles miedo. Y no me gusta tenerle miedo a un uniformado con arma, porque se supone que están para protegernos y para cuidarnos a nosotros, no para agredirnos. No estoy de acuerdo en tener una Fuerza Armada tan protagonista, cuando no debería de ser así. Creo que ha llegado el momento en que empecemos a ponernos ese tema en la mente. He tenido la oportunidad de decírselo a algunos militares también, aunque me digan que me van a quitar el voto de los militares.

Encontrar una bandera bajo la cual poner su foto no fue tan sencillo como lo esperaba. Aunque ahora corre como candidata del PDC, cuando este partido la buscó se sintió ofendida. Foto de El Faro: Víctor Peña. 
Encontrar una bandera bajo la cual poner su foto no fue tan sencillo como lo esperaba. Aunque ahora corre como candidata del PDC, cuando este partido la buscó se sintió ofendida. Foto de El Faro: Víctor Peña. 

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