En medio de unas islas paradisíacas del Caribe hondureño, comunidades de pescadores garífunas viven en la miseria y en permanente conflicto con las autoridades que les prohíben pescar. Los Cayos Cochinos son un reflejo del istmo: un edén para los turistas y una mina de oro para grandes empresarios, a costa de la sobrevivencia de los pobladores locales.