{"code":"27110","sect":"El Salvador","sect_slug":"el-salvador","hits":"7663","link":"https:\/\/elfaro.net\/es\/202310\/el_salvador\/27110","link_edit":"","name":"El vecino que me denunci\u00f3","slug":"el-vecino-que-me-denuncio","info":"Gran parte de las capturas efectuadas por la Polic\u00eda y el Ej\u00e9rcito durante el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n se basan \u00fanicamente en llamadas an\u00f3nimas. En la isla del Esp\u00edritu Santo, donde nunca hubo pandillas, algunas personas aprovecharon para denunciar a vecinos con los que ten\u00edan problemas personales o para librarse a s\u00ed mismos de ser capturados.","mtag":"Violencia","noun":{"html":"\u003Cspan class='tint-text--dark' data_href='\/user\/profile\/cmartinez'\u003E Carlos Mart\u00ednez\u003C\/span\u003E","data":{"carlos-martinez":{"sort":"cmartinez","slug":"carlos-martinez","path":"carlos_martinez","name":"Carlos Mart\u00ednez","edge":"0","init":"0"}}},"view":"7663","pict":{"cms-image-000039625-jpg":{"feat":"0","sort":"39625","name":"cms-image-000039625.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039625.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039625.jpg","back":"","slug":"cms-image-000039625-jpg","text":"<p>El embarcadero de la isla Esp\u00edritu Santo es el \u00fanico punto de entrada y salida del lugar. Foto El Faro, Carlos Mart\u00ednez.<\/p>\r\n<p>\u00a0<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EEl embarcadero de la isla Esp\u00edritu Santo es el \u00fanico punto de entrada y salida del lugar. Foto El Faro, Carlos Mart\u00ednez.\u003C\/p\u003E\r\n\u003Cp\u003E\u00a0\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000039626-jpg":{"feat":"0","sort":"39626","name":"cms-image-000039626.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039626.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039626.jpg","back":"","slug":"cms-image-000039626-jpg","text":"<p>Sandra (en la imagen) y Heidi construyeron una choza, hecha de palmas de coco y pl\u00e1stico. En esa misma choza fueron capturadas por la polic\u00eda en abril de 2023. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez.<\/p>","capt":"\u003Cp\u003ESandra (en la imagen) y Heidi construyeron una choza, hecha de palmas de coco y pl\u00e1stico. En esa misma choza fueron capturadas por la polic\u00eda en abril de 2023. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez.\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000039627-jpg":{"feat":"0","sort":"39627","name":"cms-image-000039627.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039627.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039627.jpg","back":"","slug":"cms-image-000039627-jpg","text":"<p>Salvador Antonio, \"To\u00f1o\", fue detenido debido a la denuncia de un vecino. En las im\u00e1genes se muestra a To\u00f1o unos d\u00edas antes de ser capturado por la polic\u00eda y unos d\u00edas despu\u00e9s de ser liberado, tras 11 meses de reclusi\u00f3n, por el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda.<\/p>","capt":"\u003Cp\u003ESalvador Antonio, \"To\u00f1o\", fue detenido debido a la denuncia de un vecino. En las im\u00e1genes se muestra a To\u00f1o unos d\u00edas antes de ser capturado por la polic\u00eda y unos d\u00edas despu\u00e9s de ser liberado, tras 11 meses de reclusi\u00f3n, por el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda.\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000039628-jpg":{"feat":"0","sort":"39628","name":"cms-image-000039628.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039628.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039628.jpg","back":"","slug":"cms-image-000039628-jpg","text":"<p>Sandra (izquierda) y Heidi fueron capturadas en abril de 2023 debido a la llamada de un vecino con el que tuvieron una discusi\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda.<\/p>","capt":"\u003Cp\u003ESandra (izquierda) y Heidi fueron capturadas en abril de 2023 debido a la llamada de un vecino con el que tuvieron una discusi\u00f3n. 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Foto de El Faro: Carlos Barrera\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000037879-jpg":{"feat":"0","sort":"37879","name":"cms-image-000037879.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000037879.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000037879.jpg","back":"","slug":"cms-image-000037879-jpg","text":"<p>En la comunidad El Jobal de la Isla El Esp\u00edritu Santo los ni\u00f1os juegan de pescar, imitan a sus hermanos mayores y a sus padres, ya que en el lugar la mayor\u00eda de familias se sostiene econ\u00f3micamente de la producci\u00f3n de derivados del coco y de la pesca artesanal. Foto de El Faro: Carlos Barrera<\/p>","capt":"\u003Cp\u003EEn la comunidad El Jobal de la Isla El Esp\u00edritu Santo los ni\u00f1os juegan de pescar, imitan a sus hermanos mayores y a sus padres, ya que en el lugar la mayor\u00eda de familias se sostiene econ\u00f3micamente de la producci\u00f3n de derivados del coco y de la pesca artesanal. Foto de El Faro: Carlos Barrera\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000039629-jpg":{"feat":"0","sort":"39629","name":"cms-image-000039629.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039629.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039629.jpg","back":"","slug":"cms-image-000039629-jpg","text":"<p>La lancha \"Mar\u00eda\", en la que se ganaba la vida To\u00f1o, le fue incautada cuando lo detuvieron en el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Ahora se la ha apropiado la Patrulla Naval de la Polic\u00eda, tras rasparle el nombre que ten\u00eda pintado a un costado. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez.<\/p>","capt":"\u003Cp\u003ELa lancha \"Mar\u00eda\", en la que se ganaba la vida To\u00f1o, le fue incautada cuando lo detuvieron en el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Ahora se la ha apropiado la Patrulla Naval de la Polic\u00eda, tras rasparle el nombre que ten\u00eda pintado a un costado. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez.\u003C\/p\u003E"},"cms-image-000039630-jpg":{"feat":"1","sort":"39630","name":"cms-image-000039630.jpg","link":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039630.jpg","path":"https:\/\/elfaro.net\/images\/cms-image-000039630.jpg","back":"","slug":"cms-image-000039630-jpg","text":"<p>La Comunidad El Jobal es parte de la isla Esp\u00edritu Santo de la Bah\u00eda de Jiquilisco, Usulut\u00e1n. All\u00ed funciona una cooperativa de producci\u00f3n de derivados del coco. Seg\u00fan los l\u00edderes comunitarios, all\u00ed viven aproximadamente 1,400 personas. Foto de El Faro: Carlos Barrera<\/p>","capt":"\u003Cp\u003ELa Comunidad El Jobal es parte de la isla Esp\u00edritu Santo de la Bah\u00eda de Jiquilisco, Usulut\u00e1n. All\u00ed funciona una cooperativa de producci\u00f3n de derivados del coco. Seg\u00fan los l\u00edderes comunitarios, all\u00ed viven aproximadamente 1,400 personas. 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Por raro que parezca, a nadie se le hab\u00eda ocurrido antes poner esas tentaciones en el lugar donde todo mundo espera las lanchas que los llevar\u00e1n a tierra firme, o donde atracan las que llegan desde Puerto El Triunfo con gente o cosas. Ah\u00ed andaba Heidi vendiendo y colectando preciosas monedas para vivir. Y ah\u00ed la acechaba, en silencio, la codicia de otros.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EUn d\u00eda de abril, un vecino se acerc\u00f3 con una propuesta envenenada: le ofreci\u00f3 $100 a cambio de tener sexo. Heidi lo rechaz\u00f3 iracunda y el otro se fue celebrando su chanza, ufano, impune, a darse un ba\u00f1o de complicidad\u00a0 con parientes y amigos que se ganaban la vida tambi\u00e9n bajo el techo de l\u00e1mina del kiosco. Las burlas y las humillaciones, la crueldad gratuita, no eran tufos nuevos para Heidi que le vaci\u00f3 un cargador de improperios al insolente y con ello se tuvo como bien resarcida. Pero las palabras dichas no regresan nunca a la boca que las escupi\u00f3 y las que llevan pu\u00f1ales quedan, como una p\u00f3lvora flotante, esperando a ver qui\u00e9n recoge el guante. Aquel d\u00eda lo recogi\u00f3 la pareja de Heidi, que lleg\u00f3 en su mototaxi a esperar clientes al embarcadero y se encontr\u00f3 a su chica echando chispas y que, al enterarse del agravio, sali\u00f3 en defensa del honor mancillado de su mujer.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201c\u00bfQu\u00e9 le dijiste a mi mujer, hijuelagranputa? \u00bfPor qu\u00e9 no ven\u00eds a dec\u00edrmelo a m\u00ed?\u201d, Rugi\u00f3 Sandra, hecha una llama, de pie, frente a la mototaxi donde el otro todav\u00eda se re\u00eda.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cElla lo que necesita es una verga para sentirse mujer y vos no se la pod\u00e9s dar\u201d, contest\u00f3 \u00e9l, tentando a la suerte.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cYo no tengo necesidad de ofrecerle dinero para que est\u00e9 conmigo\u201d, replic\u00f3 ella dando por terminado el di\u00e1logo y pas\u00f3 ya directamente a proponer que las cosas se arreglaran con las manos: \u201cBajate, pues, hijueputa, ven\u00ed a dec\u00edrmelo aqu\u00ed\u201d. Ya hablaremos de Sandra, pero por lo pronto es necesario decir que quiz\u00e1 sin saberlo aquel hombre ten\u00eda delante a la persona m\u00e1s dura con la que se habr\u00e1 topado jam\u00e1s en su vida.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EHicieron falta dos hombres, amigos de Sandra, para contener su furia y conseguir que se sentara. El tipo jam\u00e1s se baj\u00f3 de su mototaxi y, viendo la cosa como estaba, prefiri\u00f3 huir del kiosco que \u00e9l mismo hab\u00eda incendiado.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EUna semana despu\u00e9s, aquel hombre y dos familiares pidieron una cita a las autoridades de la isla para pedirles dos cosas: que quitaran a Sandra el permiso para llevar pasajeros en su mototaxi, alegando que, aunque ellos ten\u00edan m\u00e1s tiempo de trabajar en la isla, ella se sol\u00eda quedar con la mayor\u00eda de clientes y que eso los estaba dejando en la ruina. Tambi\u00e9n pidieron que Heidi pagara un monto de dinero para tener su puesto de venta bajo el techo del kiosco, alegando en este caso que ella no era oriunda de El Esp\u00edritu Santo y que por lo tanto no ten\u00eda derecho a gozar gratuitamente del privilegio de la sombra de aquella l\u00e1mina. Las autoridades rechazaron, por absurdas, ambas peticiones.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ECuatro d\u00edas despu\u00e9s, producto de una denuncia, cerca de 20 soldados y polic\u00edas cercaron de noche la choza hecha de palmas de coco donde viv\u00edan Sandra y Heidi y las arrestaron a las dos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=3000&ImageHeight=4000&ImageId=39628 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Sandra (izquierda) y Heidi fueron capturadas en abril de 2023 debido a la llamada de un vecino con el que tuvieron una discusi\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Sandra (izquierda) y Heidi fueron capturadas en abril de 2023 debido a la llamada de un vecino con el que tuvieron una discusi\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda. \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp align=\"center\"\u003E* * *\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ETo\u00f1o es un marinero. Desde que vino al mundo, hace 52 a\u00f1os, respira la fragancia salada del agua y tuvo al mar como \u00faltimo horizonte. Lleva en la sangre el vaiv\u00e9n de las mareas y se ganaba la vida como capit\u00e1n de la lancha \u201cMar\u00eda\u201d, que no era suya.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EHab\u00eda conseguido un buen trato: la \u201cMar\u00eda\u201d es propiedad de una maestra que ense\u00f1a en la escuela de la pen\u00ednsula Corral de Mulas. Ella cobraba a sus colegas por transportarlos desde Puerto El Triunfo hasta la escuela y, una vez que acababa la jornada escolar, desde la escuela de nuevo a tierra firme. A cambio de conducir la lancha en esas jornadas, le permit\u00eda a To\u00f1o usarla para pasear turistas por las islas de la Bah\u00eda de Jiquilisco y ganarse la vida con ello. Y as\u00ed, rebotando sobre aquellas aguas rodeadas de manglar, To\u00f1o consigui\u00f3 reunir el dinero suficiente para comprar su propia lancha, que era capitaneada por su hijo, Carlos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ESon muchos los lancheros que se ganan la vida recorriendo la Bah\u00eda: los de Puerto El Triunfo, los de Corral de Mulas, los de Madresal, los del Tular, los del Jobal y, desde luego, los de la isla El Esp\u00edritu Santo, como To\u00f1o y su hijo. Y todos hab\u00edan tenido que aceptar el precio de dedicarse al mar: exactamente 25 d\u00f3lares mensuales por lancha, exigidos, bajo la amenaza de la muerte, por los \u003Cem\u003Ehomeboys\u003C\/em\u003E del Barrio 18 Sure\u00f1os, que impon\u00edan su ley criminal en aquellas aguas. De modo que los lancheros se organizaron para lidiar con la extorsi\u00f3n: de forma rotativa, cada mes, uno de ellos cargaba con la obligaci\u00f3n de reunir el dinero de todos y entreg\u00e1rselo a quien la pandilla ordenara. Y as\u00ed era la vida, y as\u00ed sortearon a la muerte aquellos hombres durante a\u00f1os.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEn mayo de 2022, To\u00f1o regresaba de dar un tour a unos turistas cuando la Polic\u00eda lo arrest\u00f3 en el embarcadero de Puerto El Triunfo. As\u00ed, sin m\u00e1s, le dijeron que se olvidara de la \u201cMar\u00eda\u201d y que quedaba arrestado en nombre de la guerra contra las pandillas emprendida por el Gobierno. Ah\u00ed mismo, mientras lo esposaba, el oficial de Polic\u00eda que lo captur\u00f3 le revel\u00f3 que algunos de sus colegas lancheros, de sus mismos vecinos de El Esp\u00edritu Santo, lo hab\u00edan se\u00f1alado a \u00e9l como colaborador del Barrio 18 Sure\u00f1os y que lo hab\u00edan perfilado como una de las personas que cobraba la extorsi\u00f3n a nombre de la pandilla. La cabeza atolondrada, mil preguntas en desbandada como una turba de azacuanes volando, la certeza del metal de las esposas en sus manos, las palabras secas en la boca. Y de pronto, el mundo se le vino a los pies cuando vio que entre los otros lancheros arrestados estaba su hijo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EJuntos entraron al calabozo del puesto policial de Puerto El Triunfo; juntos fueron trasladados luego al penal de Izalco; juntos fueron desnudados y llevados en calzoncillos a una celda hacinada y oscura. \u003Ca href=\"https:\/\/especiales.elfaro.net\/es\/testimonios\/audios\/26929\/como-voy-a-hacer-para-no-abrazar-a-mi-hijo\"\u003ELa humillaci\u00f3n, el hambre como un perro faldero y la amenaza constante de sufrir una paliza\u003C\/a\u003E por las razones m\u00e1s nimias. Juntos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EFueron trasladados a la c\u00e1rcel de Mariona al cabo de un tiempo, vieron a hombres podrirse en vida, comidos por los hongos de la piel. \u00a0\u201cLleg\u00f3 un muchacho llorando porque hab\u00eda perdido el pene, se lo hab\u00edan amputado, se le pudri\u00f3 y nunca lo atendieron. Se le pudri\u00f3 el pene. Llorando, llorando el joven\u201d, recuerda To\u00f1o. Vieron a hombres desmayarse bajo el garrote de los custodios, hombres que no volvieron m\u00e1s. A veces, To\u00f1o velaba el sue\u00f1o de su muchacho, enroscado en un rinc\u00f3n para que Carlos tuviera m\u00e1s espacio. Un d\u00eda, los separaron: un custodio lleg\u00f3 con una lista de internos y se los llev\u00f3 a otro sector de la c\u00e1rcel. Entonces To\u00f1o suplic\u00f3 piedad, mendig\u00f3 irse con su hijo, no importaba bajo qu\u00e9 condiciones. \u201cAqu\u00ed no es un hotel, aqu\u00ed no ped\u00eds gustos, vos est\u00e1s preso\u201d, le respondi\u00f3 el custodio y se march\u00f3 con su hijo. To\u00f1o se qued\u00f3 en aquella oscuridad repleta de siluetas desconocidas. Solo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EAquella fue la \u00faltima vez que vio a Carlos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ELuego de 11 meses de prisi\u00f3n, las autoridades declararon que To\u00f1o era parte de ese porcentaje al que llaman \u201cmargen de error\u201d y lo dejaron libre. Era, como el embarcadero de su isla, algo que tuvo alguna vez mejores tiempos: hab\u00eda perdido dientes y al menos la mitad de su peso, unos huesos vestidos con una piel curtida por el sol y el mar y unos ojos que buscaban en el aire de la libertad los ojos de su hijo. Pero Carlos no estaba. El muchacho no fue liberado.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=4000&ImageHeight=2600&ImageId=39627 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Salvador Antonio, \"To\u00f1o\", fue detenido debido a la denuncia de un vecino. En las im\u00e1genes se muestra a To\u00f1o unos d\u00edas antes de ser capturado por la polic\u00eda y unos d\u00edas despu\u00e9s de ser liberado, tras 11 meses de reclusi\u00f3n, por el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Salvador Antonio, \"To\u00f1o\", fue detenido debido a la denuncia de un vecino. En las im\u00e1genes se muestra a To\u00f1o unos d\u00edas antes de ser capturado por la polic\u00eda y unos d\u00edas despu\u00e9s de ser liberado, tras 11 meses de reclusi\u00f3n, por el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Foto de El Faro: cortes\u00eda. \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ELa lancha \u201cMar\u00eda\u201d flota hoy en el embarcadero de Puerto El Triunfo. Los polic\u00edas de la divisi\u00f3n naval se la apropiaron para hacer sus patrullajes sin otro tr\u00e1mite que el de rasparle sin mucho af\u00e1n el nombre con el que fue bautizada.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ETo\u00f1o ha sembrado en el patio de su casa un almendro y un limonero que han echado ra\u00edces fuertes en la tierra, igual que \u00e9l. No volvi\u00f3 m\u00e1s al mar y en las noches largas y oscuras de insomnio intenta espantar las ideas que le queman por dentro, como una brasa maligna que no se apaga, porque en las aguas de la Bah\u00eda de Jiquilisco, dice, se teme a s\u00ed mismo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp align=\"center\"\u003E* * *\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EToda la isla del Esp\u00edritu Santo era propiedad de un solo hombre, don Roberto Sol. Cada palmo de tierra, cada una de las palmeras sembradas en las 1,500 manzanas plantadas de coco, m\u00e1s unos f\u00e9rtiles sembrad\u00edos de cacao y lim\u00f3n eran suyas. En la pr\u00e1ctica, pose\u00eda tambi\u00e9n a los cientos de personas que plantaban, cuidaban, cosechaban y procesaban su producci\u00f3n. Todo era de \u00e9l, nada era de ellos, salvo el jornal diario de 0.50 centavos de col\u00f3n, con el que malviv\u00edan en barracas, que tambi\u00e9n pertenec\u00edan al hacendado. Varias generaciones crecieron y tuvieron hijos en aquella peque\u00f1a sociedad feudal.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=3000&ImageHeight=2000&ImageId=37879 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"En la comunidad El Jobal de la Isla El Esp\u00edritu Santo los ni\u00f1os juegan de pescar, imitan a sus hermanos mayores y a sus padres, ya que en el lugar la mayor\u00eda de familias se sostiene econ\u00f3micamente de la producci\u00f3n de derivados del coco y de la pesca artesanal. Foto de El Faro: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E En la comunidad El Jobal de la Isla El Esp\u00edritu Santo los ni\u00f1os juegan de pescar, imitan a sus hermanos mayores y a sus padres, ya que en el lugar la mayor\u00eda de familias se sostiene econ\u00f3micamente de la producci\u00f3n de derivados del coco y de la pesca artesanal. Foto de El Faro: Carlos Barrera \u003Cdiv class=\"photographer text_italic rule--ss_l tint-text--idle\"\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EHasta que en 1980, la segunda Junta Revolucionaria de Gobierno emprendi\u00f3 una reforma agraria, que pretend\u00eda emparejar un poco las cosas y as\u00ed evitar el alzamiento armado del campesinado salvadore\u00f1o. As\u00ed que expropi\u00f3 a don Roberto Sol y entreg\u00f3 la isla a los jornaleros, que conformaron una cooperativa para continuar la producci\u00f3n. De todas maneras la guerra era ya imparable y el pa\u00eds se precipit\u00f3 hacia la barbarie por tierra, por aire y por mar. Salvo en esta islita con forma de pulm\u00f3n, donde las aguas saladas y el manglar mantuvieron a raya la Guerra Fr\u00eda que se libraba en el mundo entero.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ETodos se conoc\u00edan, todos eran descendientes de los jornaleros que sirvieron al gran se\u00f1or, todos padecieron la misma hambre y la misma pobreza y todos ten\u00edan la mirada puesta en aquellos cocos que significar\u00edan la diferencia entre la vida y la muerte. Mantuvieron tambi\u00e9n una vieja costumbre: don Roberto Sol hab\u00eda instalado una caseta de control a la entrada de la isla, controlada por la temible Guardia Nacional, para evitar la entrada de personas e ideas for\u00e1neas. As\u00ed que al irse los guardias, la cooperativa contrat\u00f3 a algunos hombres para custodiar la entrada.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ELa guerra sigui\u00f3 su curso sin dejar un solo cad\u00e1ver en la isla; se firm\u00f3 la paz entre la guerrilla y el gobierno y en el Esp\u00edritu Santo poco cambi\u00f3: su traj\u00edn de cocos y mareas se mantuvo inalterable y sigui\u00f3 as\u00ed a\u00fan cuando desde el norte llegaron nuevas acechanzas:\u003Ca href=\"https:\/\/salanegra.elfaro.net\/es\/201208\/cronicas\/9301\/I-El-origen-del-odio.htm\" target=\"_blank\"\u003E las pandillas californianas Barrio 18 y MS-13\u003C\/a\u003E prosperaron entre los escombros de la guerra y echaron ra\u00edces en casi cada rinc\u00f3n de El Salvador. Salvo en la isla. Nunca hubo \u003Cem\u003Ehomeboys \u003C\/em\u003Emalcarados imponiendo su ley, ni \u003Cem\u003Eclicas \u003C\/em\u003Epandilleras, ni balaceras, ni pintadas en los muros ni ninguna de las parafernalias de esa segunda guerra entre n\u00fameros y letras.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ETodos se conocen, todos est\u00e1n medio emparentados y al ver corretear alg\u00fan chiquillo todos saben recitar su \u00e1rbol geneal\u00f3gico de varias generaciones atr\u00e1s. Alguno tiene m\u00e1s que otros, alguna es m\u00e1s pobre, pero la escala de las diferencias econ\u00f3micas no es ilimitada y obscena como ocurre aguas afuera. La isla viv\u00eda una armon\u00eda interrumpida apenas por los exabruptos del alcohol y del f\u00fatbol. \u00a0Al d\u00eda de hoy sigue en pie aquella caseta que sol\u00eda ser controlada por la Guardia Nacional y al d\u00eda de hoy es necesario dejar un documento de identificaci\u00f3n si se quiere ingresar.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=3000&ImageHeight=2250&ImageId=37871 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"La Comunidad El Jobal es parte de la isla Esp\u00edritu Santo de la Bah\u00eda de Jiquilisco, Usulut\u00e1n. All\u00ed funciona una cooperativa de producci\u00f3n de derivados del coco. Seg\u00fan los l\u00edderes comunitarios, all\u00ed viven aproximadamente 1,400 personas. Foto de El Faro: Carlos Barrera\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E La Comunidad El Jobal es parte de la isla Esp\u00edritu Santo de la Bah\u00eda de Jiquilisco, Usulut\u00e1n. All\u00ed funciona una cooperativa de producci\u00f3n de derivados del coco. Seg\u00fan los l\u00edderes comunitarios, all\u00ed viven aproximadamente 1,400 personas. Foto de El Faro: Carlos Barrera \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EAs\u00ed era la vida, como el andar de una yunta de bueyes, a su ritmo, sin reposo, sin carreras, sin sorpresas. Hasta \u003Ca href=\"\/es\/202208\/el_salvador\/26319\/Las-22-capturas-en-El-Esp%C3%ADritu-Santo-la-isla-sin-pandillas.htm\"\u003Eel 13 de mayo de 2022.\u003C\/a\u003E Ese d\u00eda un grupo de soldados y polic\u00edas que patrullaban la isla ordenaron a Carlos que los llevara a Puerto El Triunfo, pero el muchacho les explic\u00f3 que no ten\u00eda combustible suficiente, entonces lo llamaron mentiroso y lo arrestaron. Ordenaron a otro lanchero que los llevara a tierra firme y, al llegar, tambi\u00e9n lo arrestaron. Cuando lleg\u00f3 al embarcadero, Carlos vio que la Polic\u00eda hab\u00eda arrestado tambi\u00e9n a su padre. Ese d\u00eda, la Polic\u00eda arrest\u00f3 a cinco lancheros de El Esp\u00edritu Santo y en los d\u00edas y meses que siguieron fueron capturados, en varias tandas, agricultores, pescadores y curileros.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cDesde el espacio que hay entre las maderas de la casa mir\u00e1bamos Heidi y yo c\u00f3mo se iban llevando a la gente. Mir\u00e1: ah\u00ed llevan a Andr\u00e9s, mir\u00e1 ah\u00ed llevan a Sa\u00fal\u2026\u201d, recuerda Sandra.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E25 personas en total fueron arrestadas en la isla sin pandillas. S\u00f3lo siete han sido liberadas. Y, desde entonces, aquella isla de conocidos y familiares, que consigui\u00f3 sortear dos guerras distintas, comenz\u00f3 a llenarse de rumores malignos y de miradas llenas de pu\u00f1ales.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp align=\"center\"\u003E* * *\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201c\u00bfDecir? \u00a1Los soldados no le dec\u00edan nada a uno! Con una mano te agarraban de la nuca y con la otra del cincho. As\u00ed te levantaban y te tiraban al cami\u00f3n y ya estabas reclutado\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EAs\u00ed recuerda To\u00f1o el inicio de su vida militar. Era un ni\u00f1o de 14 a\u00f1os, nacido en la pen\u00ednsula Madre Sal y un d\u00eda de 1986 su mam\u00e1 lo mand\u00f3 a hacer unas compras a la tienda. Regresando iba cuando apareci\u00f3 el temible cami\u00f3n de reclutamiento y, bajo el procedimiento ya descrito, lo reclut\u00f3. Pas\u00f3 de campesino costero a soldado de la fuerza naval en cuesti\u00f3n de minutos.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cEran seis meses de entrenamiento perro. Hab\u00eda una prueba que era estar tres d\u00edas flotando en mar abierto, con el fusil y el equipo. Te ense\u00f1aban a disparar y todo eso y despu\u00e9s, a la guerra\u201d. No se puede ir a la guerra sin matar.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cSi ten\u00edas capturado a un guerrillero y el superior te ordenaba matarlo, ten\u00edas que matarlo\u201d, dice To\u00f1o, sentado en un taburete en el patio de tierra de su casa donde hoy crece un almendro y un limonero. \u201cNo tuve ni\u00f1ez, ni adolescencia, todo lo que conoc\u00ed a esa edad fue la guerra\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EM\u00e1s de 75,000 muertos dej\u00f3 aquel conflicto salvaje, la \u00faltima gran batalla de la Guerra Fr\u00eda en la Am\u00e9rica Latina. Pero To\u00f1o sobrevivi\u00f3, se estableci\u00f3 en el Esp\u00edritu Santo, se cas\u00f3, tuvo dos hijas y un hijo menor, al que llam\u00f3 Carlos y al que ense\u00f1\u00f3 los secretos del mar. Hasta que en mayo de 2022 pas\u00f3 lo que pas\u00f3.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ETo\u00f1o cree saber qui\u00e9n entre sus vecinos lo denunci\u00f3. No es una especulaci\u00f3n, ni el fruto de un trabajo detectivesco: se lo dijo el polic\u00eda que lo detuvo, con sorna, para justificar su aprehensi\u00f3n y es tambi\u00e9n un rumor extendido entre los isle\u00f1os, que murmuran en voz baja el nombre de un lanchero que no ser\u00e1 escrito en esta historia, para evitar poner otro dedo en una llaga ya muy viva.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ETo\u00f1o se ha conseguido un carrito de tortas, con una peque\u00f1a plancha conectada a un tambo de gas, y ha inaugurado lo que a escala ser\u00eda el primer negocio de comida r\u00e1pida de la isla. Coloca su carrito bajo un \u00e1rbol, al lado de la cancha de f\u00fatbol de la comunidad y despacha en silencio, ajeno a las conversaciones de sus vecinos, con la cabeza fija en la ausencia de su hijo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cSupongo yo que esa fue la manera que tuvo \u00e9l de evitar ser arrestado, echarnos de cabeza a nosotros. Pero aqu\u00ed todos los lancheros ten\u00edamos que pagarle a la pandilla y ahora las autoridades consideran que eso era colaborar con ellos, pero nosotros est\u00e1bamos obligados para evitar que lo mataran a uno o a la familia de uno\u201d, dice, mirando sin parpadear mientras vomita lo que le quema por dentro: \u201cYo no lo perdono, no lo puedo perdonar, pero he buscado de Dios y le pido que me quite los malos pensamientos. Por eso no he vuelto al mar, porque me lo voy a encontrar y a saber lo que pueda pasar\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ENo hay electricidad en su casa para espantar el calor ni para prolongar el d\u00eda. Cuando la luz del sol se va, To\u00f1o y su esposa se tumban, taciturnos, en unas hamacas y a \u00e9l vuelve el recuerdo de una c\u00e1rcel cruel, donde malviven hombres que se pudren en vida, o mueren bajo el garrote despiadado de los custodios, donde el hambre es la \u00fanica certeza y donde est\u00e1 cautivo su muchacho.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EA veces, dice, su mujer intenta adivinar por las noches d\u00f3nde anda su pensamiento, mientras \u00e9l se hamaca en lo oscuro, sin poder desaparecer en los sue\u00f1os, y escucha los susurros del soldado que fue. Entonces aquella brasa que lleva dentro se atiza y en alguna parte cerca de su coraz\u00f3n se desatan incendios mortales.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EPara apagar esos fuegos To\u00f1o huye del agua, donde teme encontrarse a solas con aquel hombre, con el manglar como \u00fanico testigo, y se refugia de s\u00ed mismo tras un carretoncillo de tortas.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=4000&ImageHeight=2600&ImageId=39629 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"La lancha \"Mar\u00eda\", en la que se ganaba la vida To\u00f1o, le fue incautada cuando lo detuvieron en el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Ahora se la ha apropiado la Patrulla Naval de la Polic\u00eda, tras rasparle el nombre que ten\u00eda pintado a un costado. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E La lancha \"Mar\u00eda\", en la que se ganaba la vida To\u00f1o, le fue incautada cuando lo detuvieron en el r\u00e9gimen de excepci\u00f3n. Ahora se la ha apropiado la Patrulla Naval de la Polic\u00eda, tras rasparle el nombre que ten\u00eda pintado a un costado. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez. \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp align=\"center\"\u003E* * *\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ESandra ten\u00eda diez a\u00f1os cuando se atrevi\u00f3 a decir a su abuela que a ella le gustaban las ni\u00f1as. A esa edad, abuela era todo lo que Sandra asociaba al amor y a la seguridad. Su madre la abandon\u00f3 siendo una beb\u00e9, abandon\u00f3 tambi\u00e9n la isla y el pa\u00eds y se fue a probar suerte a Estados Unidos para no volver jam\u00e1s.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EFue criada por abuela y por unos t\u00edos que le hicieron saber muy pronto que ella era una carga, un responsabilidad no pedida y adem\u00e1s que era ella una ni\u00f1a rara. \u201cLas ni\u00f1as ten\u00edan que aprender a tortear, a cocinar para sus maridos, a lavar, y a m\u00ed me gustaba mucho el f\u00fatbol\u201d, dice. Recuerda las palizas que se ganaba cada vez que la descubr\u00edan jugando aquel juego de varones que estaba, para ella, prohibido.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201cVa a tener que toc\u00e1rsela, hija, porque cuando yo me muera no va a haber nadie por usted, sus t\u00edos no la van a querer, usted va a tener que pararse firme, me dijo aquella vez mi abuela y parec\u00eda bruja la se\u00f1ora porque cabal pas\u00f3\u201d. A\u00f1os despu\u00e9s, al morir abuela, los t\u00edos la echaron a la calle y qued\u00f3 abandonada como un perrito solitario en una isla que la hab\u00eda vestido con la letra escarlata.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EHuy\u00f3. Fue a dar con sus huesos debajo de una banca del Parque Libertad, en el centro de San Salvador. Comi\u00f3 de la basura, se junt\u00f3 con otros p\u00e1jaros de ala rota, como ella misma, barri\u00f3 comedores y cuarter\u00edas a cambio de monedas y finalmente consigui\u00f3 trabajo como bultera en el mercado de San Jacinto, donde tambi\u00e9n era una rareza: la \u00fanica mujer en un oficio duro, en el que se gana la vida a punta de fuerza de lomo, descargando camiones enteros de cebollas o de verduras. La apodaron \u201cEl Chavito\u201d.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EUn d\u00eda vio aproximarse un veh\u00edculo a todo trapo, en direcci\u00f3n a una ni\u00f1a que jugaba en la calle y salt\u00f3 por instinto a rescatarla: recuerda haber hecho un salto de pel\u00edcula y ver al carro pasar muy cerca. Es dif\u00edcil decidir si aquello fue una maldici\u00f3n o un golpe de suerte. Al d\u00eda siguiente recibi\u00f3 la llamada del pandillero que controlaba el mercado, era un mando medio de la Mara Salvatrucha-13, cuya palabra era la ley de aquel mercado. La ni\u00f1a que hab\u00eda rescatado era su hija. Le agradeci\u00f3 y le prometi\u00f3 que nadie se meter\u00eda con ella, que no pagar\u00eda extorsi\u00f3n por su trabajo y que no ser\u00eda obligada a hacer favores a la pandilla. Pero tambi\u00e9n le record\u00f3 la regla de la calle: \u201cVos mantenete en el parqueo y ah\u00ed ya sab\u00e9s que ver, o\u00edr y callar\u201d. De todas formas, todos en el mercado sab\u00edan que de la obediencia a esa norma depend\u00eda la vida, as\u00ed que aquello le son\u00f3 a redundancia.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EUn mal d\u00eda la abordaron unos polic\u00edas de civil, que quer\u00edan usarla como informante: le describieron unos veh\u00edculos, donde supuestamente circulaban importantes pandilleros y le pidieron que, al verlos, ella apuntara las placas y se las entregara. Para ponerlo en blanco y negro, aquellos agentes le estaban pidiendo poco menos que un suicidio, sin ofrecerle a cambio nada. Dijo que no. Entonces se la llevaron hasta Zacatecoluca, donde controlaba el Barrio 18. Le amenazaron diciendo que si no se compromet\u00eda a cumplir la tarea encomendada la abandonar\u00edan ah\u00ed, donde ser\u00eda descuartizada por pandilleros que la supondr\u00edan una enemiga. Dijo que no. Entonces la deformaron a golpes. Pero Sandra sobrevivi\u00f3. A los pocos d\u00edas, los mismos polic\u00edas que hab\u00edan buscado su complicidad la arrestaron y la acusaron de ser colaboradora de la MS-13 y un juez la conden\u00f3 a tres a\u00f1os de c\u00e1rcel.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEn el penal de Ilopango, hasta hace poco reservado exclusivamente para mujeres, fue una rusa, una interna que no tiene qui\u00e9n vele por ella desde afuera: no era parte de la pandilla y por lo tanto no era parte de sus beneficios y su familia la hab\u00eda abominado. Acarre\u00f3 a diario cubetas de agua hasta los ba\u00f1os del segundo piso, a cambio de un jab\u00f3n, un rollo de papel higi\u00e9nico o una toalla sanitaria. \u00a0Y ah\u00ed, en aquel fondo entre los fondos, en el templo de todo ego\u00edsmo, contra todo pron\u00f3stico posible, Sandra se reencontr\u00f3 con el amor.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EHeidi era una interna de esa prisi\u00f3n. Fue la primera persona en extenderle una mano a cambio de nada. Se enamoraron y Sandra escuch\u00f3 de nuevo su nombre pronunciado sin mancilla, sin amenaza, sin burla. El brillo cegador de un sentimiento abandonado, que lo llenaba todo a todas horas en todas partes.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003ESandra cumpli\u00f3 su pena y comenz\u00f3 a construir un nido: volvi\u00f3 a la isla de su infancia y con sus manos levant\u00f3 una champita de palmas y pl\u00e1sticos al lado de una laguna verde. Todo lo que pose\u00eda en el mundo estaba ah\u00ed, esperando para ser ofrecido a Heidi, que cumpli\u00f3 su pena al cabo de pocos meses. Juntas aplanaron el terreno, construyeron un bordo de tierra para que la laguna no se desbordara sobre su hogar, durmieron juntas en el suelo de tierra y so\u00f1aron juntas con una vida donde cuidar\u00edan para siempre ese pajarillo esquivo que llevaban las dos en el alma. Y as\u00ed pasaron los a\u00f1os.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u003Cbr\/\u003E \u003Cfigure class=\"pict pict_land pict_move_posc 0 cs_img cs_img--curr rule--ss_c\" data-shot=\"pict\" data-hint=\"pict\"\u003E \u003Cdiv class=\"pict__pobj text-overflow\"\u003E\u003Cimg src=https:\/\/elfaro.net\/get_img?ImageWidth=4000&ImageHeight=2600&ImageId=39626 class=\"pobj\" style=\"max-width: 100%\" rel=\"resizable\" alt=\"Sandra (en la imagen) y Heidi construyeron una choza, hecha de palmas de coco y pl\u00e1stico. En esa misma choza fueron capturadas por la polic\u00eda en abril de 2023. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez.\" \/\u003E\u003C\/div\u003E \u003Cfigcaption class=\"pict__text cs_img_caption folk_content typo_buttons line--ss_s0c line--ss_s0c--auto block full-width text-overflow rule--ss_l relative\"\u003E \u003Cdiv class=\"__content block-inline full-width align-top tint-text--idle relative\"\u003E Sandra (en la imagen) y Heidi construyeron una choza, hecha de palmas de coco y pl\u00e1stico. En esa misma choza fueron capturadas por la polic\u00eda en abril de 2023. Foto de El Faro: Carlos Mart\u00ednez. \u003C\/div\u003E \u003C\/figcaption\u003E \u003C\/figure\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEran las 9 de la noche del 28 de abril de 2022. Noche cerrada, oscura, cuando oyeron pasos alrededor de su casa y una voz que llamaba: \u201c\u00a1Abran la puerta, Polic\u00eda!\u201d. Ambas salieron. Mostraron sus documentos. Sandra fue esposada y conducida al puesto policial de la isla. Heidi la sigui\u00f3 hasta ah\u00ed y al notarla, el polic\u00eda a cargo de la operaci\u00f3n orden\u00f3 detenerla tambi\u00e9n.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E\u201c\u00bfY a ella por qu\u00e9 se la llevan?\u201d, suplic\u00f3 Sandra. \u201cLo mismo que a vos le voy a poner\u201d, respondi\u00f3 el agente. Y se las llevaron.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003E22 d\u00edas despu\u00e9s, una custodia grit\u00f3 el nombre de Sandra al interior de la c\u00e1rcel. Ella pens\u00f3 que ir\u00eda a audiencia, pero le notificaron, sin dar m\u00e1s explicaciones que cuando fue capturada, que quedaba en libertad. No pudo despedirse de Heidi.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EAhora Sandra se toma el tiempo de escribir las iniciales de las dos en el dobladillo de la ropa que lleva a la prisi\u00f3n, para que Heidi sepa que ella est\u00e1 libre y que desde la libertad, la piensa. Sigue trabajando como conductora de mototaxi, sigue siendo la m\u00e1s buscada por los turistas y, adem\u00e1s, cada d\u00eda monta una mesita pl\u00e1stica donde despliega su oferta de panes dulces, una hielera con bolsas de agua y refrescos, una hornilla a gas donde hierve agua para vender caf\u00e9 y una tira de bolsitas de chucher\u00edas. Cuando llegan turistas, una vecina atiende el tenderete, sentada en la silla donde Heidi recibi\u00f3 aquel agravio que lo desencaden\u00f3 todo.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EHace pocas semanas, el mismo polic\u00eda que las arrest\u00f3 a ambas se acerc\u00f3 al kiosco para disculparse con Sandra y le confes\u00f3 lo que ella ya intu\u00eda: fueron esos hombres quienes llegaron tres veces al puesto policial a denunciar a la pareja. Le dijo que hab\u00eda investigado y que lleg\u00f3 a la conclusi\u00f3n de que las acusaciones eran falsas. \u201c\u00bfY por qu\u00e9 no investig\u00f3 antes?\u201d, reclam\u00f3 Sandra.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEl polic\u00eda le recomend\u00f3 que hiciera lo mismo con esos tipos, que los denunciara a modo de venganza. Pero Sandra no quiere mover el agua hasta que su chica est\u00e9 libre. Todos los d\u00edas comparte el kiosco del embarcadero con los hombres que las denunciaron para atender su orgullo herido.\u003C\/p\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cbr\/\u003E\u003Cp\u003EEn el viejo embarcadero, sombra de cosas que fueron y ya no son, quedan anunciadas las cicatrices de una isla que crey\u00f3 haber escapado de las guerras de El Salvador.\u003C\/p\u003E"}