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Debate entre párroco y presidente Funes por presa El Chaparral l

El sacerdote Antonio Confesor, que lidera las protestas contra la construcción de la represa en el norte de San Miguel, respondió al gobernante, quien había puesto en duda la representatividad que el religioso tiene entre la comunidad afectada por el embalse. Este jueves, Confesor acompañó una demanda ante la Fiscalía.

Miércoles, 11 de noviembre de 2009
Daniel Valencia

Hace tres semanas, en su primera conferencia de prensa oficial, el presidente Mauricio Funes puso en duda la capacidad que el padre Antonio Confesor pueda tener para representar los intereses de la comunidad perjudicada por el embalse de la presa El Chaparral. Este jueves, el párroco de San Antonio del Mosco no solo aseguró que el mandatario está equivocado, sino que acompañó una denuncia ante la Fiscalía contra personal de la empresa estatal dueña del proyecto, por supuesta invasión de propiedad privada.

En aquella ocasión, Funes anunció también que el secretario de asuntos estratégicos, Francis Hasbún, había iniciado una gira por el oriente del país para escuchar a las comunidades afectadas por la construcción de la represa, pues según el gobernante, había cosas en el proyecto que no se habían hecho bien o que simplemente no se habían llevado a cabo, y por eso había que hacer correcciones.

Unas semanas antes de esas declaraciones, el presidente ya había recibido en los alrededores de Casa Presidencial la visita de una marcha de pobladores del norte de San Miguel, quienes durante media semana acamparon frente a la sede de la presidencia para protestar por la construcción.

Dicha protesta, como otras que ha habido en otros puntos del país, fue encabezada por Confesor, quien dejó claro ante los medios que una de las quejas de los habitantes es que no se les ofrece pago justo a cambio de ceder sus tierras para el desarrollo del proyecto.

“Si no se está pagando un precio justo por sus tierras, hay que pagárselos. Si no se les está dando una ubicación adecuada, de tal manera que ellos puedan en otra zona del país dedicarse a la actividad agrícola a la que se venían dedicando con apoyo del Estado, hay que hacerlo”, dijo el mandatario.

Funes también aludió esa vez a Confesor, cuando recomendó a las comunidades que revisaran a sus intermediarios y representantes. Ese fue el motivo de la última pregunta para el presidente, en esa conferencia. La hizo un periodista radial y le cuestionó si estaba dejando de lado al sacerdote y a su comunidad.

El mandatario, tajante, respondió que él no estaba descalificando a Confesor y que aunque no le interesaba entrar en polémica con él, dijo que Confesor se había otorgado las credenciales de líder de las comunidades afectadas de San Antonio del Mosco él solo, pues insistió en que su interés es escuchar lo que los pobladores digan. “El padre Confesor se ha presentado como un líder espiritual en la zona y tiene todo el derecho de presentarse. Ahora, a mí no me interesa hablar únicamente con los líderes que se autodefinen como tales, a mí me interesa hablar con las comunidades”, dijo Funes.

El periodista radial insistió y le preguntó al mandatario qué opinaba de las reacciones dadas días antes por Confesor, en las cuales decía que Funes se le estaba escondiendo a las comunidades afectadas.

“No tiene sentido que yo polemice con él. No tiene sentido. Él es el padre de una comunidad y yo soy el presidente de la República”, dijo Funes. “Él ha tenido cuanto medio de comunicación ha querido darle espacio. Lo curioso es que esa misma presencia del padre Confesor en los medios no la vimos cuando comenzó el proyecto, y el proyecto empezó con el presidente Saca”.

“Está equivocadito”

Tres semanas después de aquella conferencia, Confesor, el religioso que a fuerza de marchas, apariciones públicas y en medios de comunicación se ha convertido en la imagen del descontento de las comunidades en los alrededores del río Torola que se verán perjudicados por la construcción y por la inundación, asegura que lo que Funes dice sobre la atención a los habitantes no es cierto o no se está haciendo. “No se están reuniendo con todos los afectados”.

Confesor viajó este jueves desde el municipio que lidera  hacia la sede central de la Fiscalía, en Santa Tecla, La Libertad, acompañando a cinco habitantes que pusieron una denuncia contra un ingeniero de la Compañía Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), quien supuestamente ha invadido sus terrenos sin autorización, desde hace seis años, para hacer mediciones y poner ahí mojones.

El sacerdote, con camisa negra, collarín blanco, aprovechó también para denunciar a otro técnico de la autónoma -según él también ha andado “metiendo miedo en la gente” para que esta venda sus terrenos- y para dar declaraciones, en las que le respondió a Funes por las declaraciones de hace tres semanas.

Sobre la visita al municipio de Carolina, que hizo el secretario de asuntos estratégicos, Confesor da una versión diferente a la del presidente.

“Llegaron Hato Hasbún y la viceministra del Ambiente. Yo no sabía, ni la gente afectada sabía, que iban a llegar, y la sorpresa fue que ya llevaban dos reuniones. Llegaron sin avisarle a los afectados y se reunió con un grupito de personas guiados por el señor alcalde de Carolina y un sacerdote de San Luis de la Reina, que no sabíamos cuál era la intención de su presencia, pero estaba en la reunión”, cuenta el cura, que asegura que al saber de la actividad movilizó a 85 campesinos y de noche viajaron hacia Carolina para buscar a la comitiva presidencial.

“Cuando nos vieron llegar hasta se asustaron. El señor Hato Hasbún, junto a la viceministra a lo que llegaron es a querer dividir la situación, a modo de dejar a un lado la lucha de aquellos que estuvimos tres días y dos noches frente a casa presidencial”, dice Confesor.

El sacerdote acusa al Ejecutivo y al presidente de la CEL, Nicolás Salume, de buscar influir en las alcaldías ganadas por el FMLN para que ahora sí apoyen un proyecto que era criticado por el partido de izquierdas cuando era oposición.

Confesor también ataca al FMLN, del cual dice sentirse decepcionado por dejar atrás la lucha que los pueblos del oriente del país empezaron desde el año 2000, cuando en el gobierno de Francisco Flores se anunció el proyecto.

“Flores dijo: he ordenado a  la CEL que construya la presa, se fue y no se construyó. Luego lo dijo Saca: que se haga en mi período. Y se fue y no se ha hecho. La lucha continúa aunque sea solo con el apoyo de Dios”, advierte el sacerdote, que asegura que seguirán oponiéndose al proyecto.

Confesor también encabeza una campaña que pretende recaudar tres millones de dólares, según él para entregárselos a Funes, de tal manera que este tenga cómo saldar la deuda de campaña que adquirió con el empresario Nicolás Salume, padre del presidente de la CEL.

El presidente de la CEL dirigió la autónoma también en el gobierno del partido de derechas que presidió Antonio Saca. Su padre financió la campaña electoral de Funes y este mantuvo en su equipo de gobierno al titular de la compañía hidroeléctrica, lo que le valió al presidente críticas de extraños y de gente de su mismo partido, quienes le imputan falta de ética.

La idea de recaudar ese monto y dárselo al presidente es que este pueda saldar su deuda con Salume padre y así liberarse del supuesto compromiso de mantener en su puesto al presidente de CEL y el proyecto El Chaparral.

En cuanto a las dudas sobre su representatividad de los intereses de la comunidad, Confesor refutó la visión presidencial: “Mauricio sabe, él es inteligente. Sabe que detrás de cada sacerdote, de cada pastor, hay todo un pueblo. ¿Que no seamos representantes? Está equivocadito”, dijo, con una pizca de ironía.

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