El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Belarmino Jaime, dirigió la mirada al magistrado Ulices del Dios Guzmán, que había permanecido callado durante la sesión plenaria de ese día de noviembre. Luego, como extrayendo moraleja del debate que acababan de tener, le dijo: “Magistrado: el que al cielo escupe, en la cara le cae”.
Jaime se refería a las quejas que había hecho públicas el magistrado Guzmán, cuando en un programa de televisión denunció a su colega Sidney Blanco por haber viajado a un asunto de interés particular con gastos pagados por el Estado.
Al magistrado presidente le pareció desleal la actitud de Guzmán y así se lo hizo saber frente a todo mundo. “Usted es un hombre desleal a la institución, anda haciendo revelaciones que no son ciertas. Yo no reclamo lealtad a las personas para mí, sino para la institución.”
El viaje de Blanco al que Guzmán había hecho alusión era uno a España que le costó más de 2 mil 500 dólares en concepto de viáticos a la Corte Suprema de Justicia. El asunto particular era que el magistrado Blanco había participado como testigo en el Juzgado Central de Instrucción, de la Audiencia Nacional, de España, donde se procesa una demanda contra 14 militares salvadoreños acusados del asesinato de los sacerdotes jesuitas en 1989. Blanco fue fiscal del caso en el juicio por esa matanza, y el jueves 26 de noviembre declaró como testigo ante las autoridades españolas.
Fue dos días antes, en el programa Frente a Frente, cuando Guzmán dio pie a la figura de escupir al cielo que utilizó el presidente de la Corte para reprender a Guzmán. Este dijo que era incorrecto el viaje de Blanco a España catalogado como 'misión oficial', porque iba en calidad de particular y no en representación del máximo tribunal. “Es que así fue, fue testigo en un juicio en otro país, eso no puede ser misión oficial”, insiste Guzmán.
El jueves 26, cuando Blanco declaraba en Madrid, Guzmán repetía en corte plena las quejas que expresó ante cámaras de televisión. El magistrado de la Sala de lo Penal pidió la palabra para pedir la revisión de un viaje costeado por la Corte Suprema de Justicia que le parecía incorrecto. “Simplemente dije que no era correcto que se le diera el carácter de misión oficial a un asunto de interés particular”, explica.
Blanco había salido el domingo 22, cuatro meses después de asumir su cargo de nueve años como magistrado. Al igual que Jaime, Blanco forma parte de la Sala de lo Constitucional. La llegada de los nuevos cinco magistrados elegidos por la Asamblea Legislativa el 17 de julio, supuso un choque inmediato en el máximo tribunal, después de que el mismo Jaime reveló que encontró una serie de abusos de recursos en la institución. Prácticamente de inmediato la Corte se dividió entre quienes querían renovar la institución y los que querían mantener un estatus quo que poco a poco fue recibiendo mayores cuestionamientos. Jaime y Blanco estaban en el primer bando y Guzmán se alineó en el segundo, que se ha resistido a las reformas administrativas que pretende el nuevo presidente del Órgano Judicial.
Cuando Blanco volvió a su trabajo, el lunes 30 de noviembre, ya estaba enterado del reclamo de Guzmán en la televisión y en la Corte. Otro magistrado, que pidió el anonimato, recuerda que el recién llegado estaba muy molesto por la actitud de su compañero. “Se enfureció tanto que al final de ese día ya tenía una investigación sobre una serie de viajes de Guzmán, todos a California y pagados por la Corte Suprema de Justicia', revela.Y era cierto. Blanco llegó al país el lunes, y el martes 1 de diciembre ya tenía preparadas dos hojas de papel bond engrapadas. La primera hoja tenía el siguiente encabezado: “Algunos viajes realizados en 2006, 2007, 2008 y 2009 por el magistrado Ulices del Dios Guzmán”. Esa tarde, Blanco leyó el documento ante el resto de magistrados, incluido Guzmán.
Una de las personas que estuvo en dicha sesión recuerda cómo inició la reunión. 'Cuando comenzó la Corte plena, Sidney Blanco pidió al presidente la palabra para aclarar un punto: dijo que su viaje no había sido en calidad de representación de la Corte, ni en misión oficial y que iba a devolver el dinero que le habían dado en concepto de viáticos”.
Después comenzó a leer sus hallazgos. “Fecha de viaje: 23 y 24 de agosto de 2007. Entidad organizadora: Coalición Centroamericana de los Estados Unidos, Las Vegas, Nevada. Motivo del viaje: Quinta cena de gala en pro de la justicia salvadoreña y del ejemplo para toda Centroamérica. Reconocimiento personal por su ardua labor. Costo: mil 941 dólares con 26 centavos.”
Ese reconocimiento personal era para el magistrado Guzmán. Ahí estaba el magistrado Marcel Orestes Posada, quien también recuerda detalles del asunto. “¿Cómo un reconocimiento personal -que solo le atañe a él- puede ser una misión oficial?', se pregunta.
Orestes Posada habla con indignación sobre aquel encuentro y dice que él aprovechó la ocasión para pedir una investigación de todos los viajes realizados durante la gestión de Agustín García Calderón, quien después de nueve años de ejercer la presidencia del Órgano Judicial, dejó el cargo tras un intento frustrado de reelección.
La lista de misiones oficiales de Guzmán que llevaba Blanco era larga y mientras la leyó todos permanecieron en silencio. Excepto cuando llegó a una de esas misiones oficiales, que sacó risas a varios de ellos. “Tema del viaje: Festival Gastronómico The Pupusa Power...”
-Ja, ja, ja -ríe todavía Orestes Posada-. Es que nos divertimos mucho con esa expresión de la pupusa poderosa... en español es la pupusa poderosa, dicho sin segundo sentido, claro -y vuelve a reír, para luego, de inmediato, poner semblante serio.
Ese viaje fue de cuatro días, 25, 26, 27 y 28 de julio de 2008, organizado por la Cámara de Comercio de El Salvador en California.
El magistrado Blanco leyó las dos páginas en la que estaban los detalles como fechas, costos y motivos de invitación de ocho viajes realizados por el magistrado Guzmán y costeados con fondos públicos por estar etiquetados como “misión oficial”. Cuando Blanco sumó el total de viáticos pagados con dinero público, aclaró que solo había compilado algunos de los periplos. Pero se había guardado algunos detalles. Entonces comentó un caso que según los testigos, hizo cambiar la expresión de Guzmán. '¡Es que estaba rojo!', dice uno de los magistrados. Blanco se refería a un viaje a La Vegas, Nevada: “Primera Cumbre de la Diáspora de Centroamérica. Democracia en el siglo 21”, leyó Blanco, y después comentó: “Continúa diciendo la invitación para el magistrado Ulices del Dios Guzmán: para derrotar el comunismo y consolidar la democracia en Centroamérica es importante que personas como usted sean parte de nuestras libertades, así como la de nuestros amigos y familiares en las fronteras centroamericanas”.
La motivación política quedaba patente en las palabras que leyó Blanco, quien entonces subrayó que él estaba listo para devolver el dinero que le habían entregado para su viaje a España, que era su manera de reconocer lo incorrecto de etiquetar como misión oficial su excursión a España.