Santiago de Chile, abril 12. El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, trató de explicar este lunes los múltiples casos de pedofilia que afectan a sacerdotes católicos relacionando los abusos sexuales con la homosexualidad, en momentos en que la jerarquía de la Iglesia Católica afronta una intensa tormenta por la avalancha de casos de abusos clericales que están saliendo a la luz pública en todo el mundo.
'Han demostrado muchos sicólogos, muchos siquiatras que no hay relación entre celibato y pedofilia, pero muchos otros han demostrado -y me han dicho recientemente- que hay relación entre homosexualidad y pedofilia', dijo Bertone. 'Esto es verdad, este es el problema', agregó, según declaraciones transmitidas por radio Cooperativa.
Bertone, de visita en Chile, aludió al tema luego de inaugurar la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal chilena, al ser consultado si el fin del celibato terminaría con los casos de pedofilia en la Iglesia Católica.
Reiteró que la Iglesia nunca ha impedido las investigaciones de pedofilia que involucran a sacerdotes y obispos.
En Chile la Iglesia Católica ocultó en 1987 la situación que afectó al obispo Francisco José Cox, arzobispo de La Serena, 470 kilómetros al norte de Santiago, que fue obligado a renunciar por su actitud pedófila. Fue trasladado a Santiago, posteriormente lo llevaron a Roma, a Colombia y ahora está recluido en Alemania.
El cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, confirmó años después que Cox fue removido por 'conductas impropias' con niños.
El escándalo de la pedofilia clerical ha embadurnado incluso al mismo Papa, quien al parecer protegió o no fue suficientemente enérgico con al menos dos religiosos acusados de abusos sexuales contra menores. Benedicto XVI se dispone a viajar a Malta, donde hay un movimiento de civiles interesados en exigir al Papa que se disculpe públicamente, y en septiembre el sumo pontífice viajará a Gran Bretaña, donde algunos abogados ya debaten si Benedicto XVI es inmune a un posible proceso judicial, como responsable de la Iglesia Católica.
Benedicto aislado en su torre de marfil
Ya mucho antes de ingresar a la vida del Vaticano, el papa Benedicto XVI era conocido como un teólogo y profesor universitario, autor de más de 40 libros y con un nutrido grupo de admiradores que respetaban su prodigiosa memoria y su mente brillante.
En su currículum, no obstante, brilla por su ausencia el servicio como párroco de iglesia.
Joseph Ratzinger, el futuro Papa, trabajó apenas 15 meses en una parroquia desde que hizo sus votos hace 59 años y ello puede ayudar a explicar sus problemas para lidiar con la crisis generada por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
Para empezar, alimenta la impresión de que se trata de un pontífice desconectado de la realidad, que no comprende la magnitud del malestar que hay en el mundo en torno al escándalo, y de que ni el Vaticano ni Benedicto han hecho lo suficiente para enfrentar la crisis.
El legado de Benedicto, quien el viernes cumplirá 83 años, bien podría depender de que adopte una actitud más abierta y exprese remordimiento en un lenguaje claro, sin las explicaciones rebuscadas tratando de justificar lo injustificable que han caracterizado los pronunciamientos del Vaticano hasta ahora.
'El papa Ratzinger, más lúcido de muchos de los que lo defienden, debe evitar ser sofocado por el profesor Ratzinger', opinó Marco Politi, veterano periodista especializado en el Vaticano, en una columna de la semana pasada en el diario Il Fatto.
En su Alemania natal, la prestigiosa revista Der Spiegel ya ha proclamado su papado un fracaso. En su último número habla de 'la tragedia de un hombre que quería escribir libros y a quien, hacia el final de su vida, se le encomendó una tarea sobrehumana, el papado'.
Hasta los admiradores del pontífice admiten que no es un buen administrador. 'Benedicto XVI es infalible solo en la enseñanza de la fe, no como gerente administrativo', afirmó el reverendo Joseph Fessio, quien escribió su tesis doctoral bajo la supervisión de Ratzinger y participa en las discusiones anuales de estudiantes que organiza Benedicto todos los veranos para sus ex discípulos.
Algunos detractores de Benedicto sostienen que su principal problema es que se rodea de asesores que no están calificados. 'No tiene gente de primer nivel la su alrededor. Pero él es quien selecciona a la gente que lo rodea', comentó el reverendo Richard McBrien, teólogo de la Universidad de Notre Dame y frecuente crítico del pontífice.
McBrien opina que, si bien Ratzinger sirvió poco tiempo como párroco, sus cinco años como arzobispo de Múnich y de Freisingn le dieron amplia experiencia en el manejo de situaciones en el mundo real. Indicó que Ratzinger estuvo pendiente de los detalles administrativos más minúsculos en ese período y también cuando asumió como jefe de la Congregación de la Doctrina de la Fe.
Sin embargo, uno de los casos de abusos más escandalosos se produjo precisamente cuando él estuvo en Múnich: en la década de 1980, Ratzinger aprobó un tratamiento terapéutico para un sacerdote sospechoso de pedofilia, pero se permitió que el religioso reanudase su tarea pastoral mientras se sometía a una terapia.
El Vaticano ha dicho que el vicario de Ratzinger asumió toda la responsabilidad por haber permitido que el reverendo Peter Hullermann reanudase su labor pastoral y que el futuro papa jamás estuvo al tanto del asunto. En 1986 Hullermann recibió una sentencia en suspenso por haber molestado a un muchacho.
Al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Ratzinger resistió los pedidos de una diócesis californiana de que se le quitasen los hábitos a un sacerdote acusado de atar y molestar a dos niños, según correspondencia obtenida por la AP.
El abogado del Vaticano sostiene que el obispo de California era responsable de asegurarse de que el sacerdote, reverendo Stephen Kiesle, no cometía abusos mientras en Roma se estudiaba la posibilidad de quitarle los hábitos. 'Los antecedentes del papa como profesor de teología no tienen relación alguna con la controversia actual. Es tan solo una de las excusas que esgrimen los defensores del papa', dijo McBrien a la AP.
Hay algunos indicios de que la Iglesia finalmente está comprendiendo la gravedad de la situación. La propia Congregación para la Doctrina de la Fe, habituada a proteger el secreto del Vaticano, se muestra más abierta y prometió colocar en su portal una guía sobre cómo lidiar con denuncias de abusos sexuales. En una carta reciente a los obispos irlandeses, Benedicto pidió mayor cooperación con las autoridades civiles en casos de abusos y dijo que recibirá a más víctimas de abusos.
Peder Noergaard-Hoejen, teólogo danés de una comisión católico-luterana que promueve una mayor comprensión entre las dos fes, dice que la Iglesia Católica se muestra hoy un poco más abierta, pero que Benedicto tal vez no sea la persona indicada para ser papa. 'Era muy bueno para la posición que tenía antes de llegar al papado, porque era una posición intelectual', afirmó. 'Desde ya que es importante poder pensar, pero Ratzinger, el papa Benedicto XVI, no es un político. Es el típico profesor alemán'.