22 de los 36 vehículos estarían asignados a la Presidencia de
Para
A
El 16 de febrero de este año,
En el segundo caso, que se refiere a la compra de 14 vehículos para
Las anteriores son las primeras dos solicitudes de compra oficial de automotores que realiza el gobierno de Mauricio Funes, y salieron a la luz pública por medio de las licitaciones un poco más de 8 meses después del inicio de esta administración. Hace 10 meses, el 12 de junio de 2009, en una conferencia de prensa, el presidente Funes dijo que en su gobierno se rompería con la práctica de los gobiernos anteriores que compraban nuevos vehículos una vez asumían. “Esto era común que cada gobierno que entraba, cambiaba y compraba nuevos vehículos”, dijo el mandatario, dejando en claro que él iba a hacerlo diferente. Agregó que él iba a implementar una práctica distinta: rotar y reasignar los vehículos para dar cumplimiento a una política de austeridad que él mismo lanzó ese día, en virtud de atender las necesidades económicas del país frente a la crisis económica mundial.
“Se suspenderá entonces, para este ejercicio fiscal, la adquisición de vehículos automotores nuevos, no están autorizadas compras de vehículos nuevos”, dijo. Pero esa política fiscal acabó el 31 de diciembre de 2009 y, al parecer, con nuevo período fiscal (el de 2010) es hora de un cambio... de vehículos. El Faro hizo una serie de contactos con fuentes de la Presidencia, pero ninguna respondió a la solicitud de explicaciones sobre la necesidad de comprar los vehículos.
Aquel 12 de junio, Funes quizás adelantó que las cosas no iban a poder permanecer iguales mucho tiempo. Dijo que tenía asignado un Mercedes Benz que el gobierno de Taiwán donó a la presidencia durante el gobierno de Antonio Saca. Aparte, había otra vehículo para la primera dama. “Y hay ahí algunas camionetas todo terreno, pero que las heredamos en mal estado y entonces se han mandado a reparar y hacer algunos ajustes”, dijo.
Junto a esta flotilla, que hoy se piensa renovar, había en todo el gobierno “asignaciones de vehículos en cantidades excesivas para un solo funcionario”. Por ejemplo, mencionó que el director y subdirector del Instituto Salvadoreño del Seguro Social tenían asignados hasta cuatro vehículos cada uno en la era de Antonio Saca.
“Esos vehículos los podemos reasignar a otras unidades, a otras dependencias que los están necesitando”, dijo el mandatario. La política de austeridad que lanzó ese día, según Funes, obligaría al gobierno a ahorrar y no hacer gastos innecesarios. Y como habían encontrado tantos vehículos en el gobierno –algunos, incluso, con placas particulares- la apuesta del nuevo gobierno sería la reasignación y rotación.
“Nos hemos encontrado con dependencias del Estado que tienen más vehículos de los que necesitan. Por alguna razón fueron comprados, pero haciendo un estudio de las necesidades de vehículos de cada una de las instituciones, hay instituciones que tienen vehículos de más, hay otras instituciones donde escasean los vehículos; entonces ahí vamos a hacer un reciclaje y rotación de recursos vehiculares”, explicó Funes. Esas medidas, sin embargo, se acabaron el 31 de diciembre de 2009.
¿Para qué necesita