"Aquí se muere de hambre solo el que no quiere hacer nada"
Marta dejó de huir hace 16 años. Salió de San Vicente esquivando los golpes de la guerra, los de la pobreza y los de su marido. Llegó a la capital con sus tres hijos pequeños, uno de ellos asomándole en el vientre. Llegó a San Salvador y se afincó, junto a otras 30 familias, en un pedazo de tierra ajeno ubicado sobre la 75a. Avenida Norte, en la calle 15 de Septiembre, de San Antonio Abad. Ahora asegura que, si no hubiera emigrado, no habría podido sacar adelante a su familia. "Me siento feliz con lo que he logrado", dice, mientras palmea las tortillas que hoy le permiten tener algo de qué vivir.
Diego Murcia