La Dirección de Centros Penales prevé presentar este martes a los diputados de la Comisión de Seguridad Pública dos propuestas nuevas sobre el reordenamiento de los reclusorios, y quizás la más atrevida y por la que sospecha saltarán los defensores de los derechos humanos, es la construcción de ocho nuevas penitenciarías a partir de contenedores de carga.
La otra propuesta que el director Douglas Moreno planteará es una escuela para entrenar nuevo personal carcelario, la cual sería una medida complementaria a la introducción de
Las ocho nuevas infraestructuras que presentará Moreno serán construidas de tal manera que se estire el poco presupuesto para liberar las condiciones de hacinamiento dentro del sistema penitenciario. Según Moreno cada construcción tendría un valor de 1.5 millones de dólares. La adición de ocho penitenciarías al sistema significaría un total de 12 millones de dólares.
Cada una de estas edificaciones estaría compuesta por 38 contenedores que llegarán a albergar a 350 reos. Moreno aclara que el plan es que en estos centros penitenciarios se mantenga a privados de libertad con un máximo de 5 años de pena, a aquellos que son de la tercera edad y como último requisito a los que no sean activos dentro de pandillas.
Los 38 contenedores estarían distribuidos en un área de
La maqueta que el director les presentará a los diputados muestra los contenedores distribuidos en el perímetro del área de la cárcel y dispuestos en dos pisos. Moreno cree que algunas organizaciones le podrán reclamar por violaciones a los derechos humanos de los presos, pero para él no es posible que los internos vivan en peores condiciones de las que actualmente hay en los centros penitenciarios salvadoreños.
Esta medida, al igual que el ingreso de la Fuerza Armada a los centros penales, es calificada por Moreno como 'paliativa'. El uso del ejército en las cárceles sigue, a pesar de haber sido anunciado hace 10 días por el presidente, sin decisiones operativas. Luego de casi dos semanas no está claro en cuáles de los 19 centros penales del país se permitirá el ingreso de los militares. Hasta ahora, la búsqueda se ha restringido al estudio de 15 centros, de entre los cuales se escogerá a algunos. Por lo pronto tampoco se ha decidido un número preciso de penales en los que se implementará la medida.
Hay otros detalles en los que ya se ha llegado a una decisión: los miembros del ejército que estén dentro de penales no podrán llevar armas letales, en cambio aquellos que estén en garitones sí podrán portar armas de fuego y estarán facultados para abrir fuego en condiciones de emergencia.
Moreno afirma que él sí ha tenido un plan con delineamientos específicos desde hace un tiempo, pero que este todavía tiene que ser aprobado por el presidente Mauricio Funes. Es decir, falta que se tomen las decisiones claves para echarlo a andar.
El propósito de Moreno con estas medidas es comenzar a generar las condiciones mínimas para revertir la situación en los penales, desde donde se planifica crímenes que se cometen afuera, y donde los custodios a menudo colaboran con los delincuentes.
Uno de los objetivos que se espera cumplir es la depuración del 50% del personal del sistema carcelario. Este porcentaje no está conformado únicamente por custodios. Moreno asegura que a los guardias corrompidos por el crimen organizado se les suma personal administrativo que va desde secretarias y enfermeras hasta médicos, profesores y directores.
La introducción del ejército a los centros penitenciarios no es una medida que se ha pensado sola. Según el funcionario, esta se acompañará por una escuela de formación de personal penitenciario.
Al cabo de un año se introducirán al sistema carcelario nuevos custodios que recibirán un mejor entrenamiento y que serán seleccionados con un sistema más exigente que el actual. Hasta ahora la selección de los custodios ha sido similar a cómo se eligen a los guardias de seguridad privados, aseveró el director. Esta medida contempla la inclusión de mil 811 nuevos elementos civiles. Este proyecto se vuelve importante cuando en algunos centros penitenciarios, como el de San Vicente, se encuentra una proporción de 100 custodios para 2 mil reos.
Este esfuerzo requerirá un refuerzo al presupuesto de 13 millones de dólares, el cual deberá ser permanente. Tanto a los nuevos custodios como a los antiguos se les incentivará con mejores salarios. Esto, aclara Moreno, no podrá significar la duplicación del sueldo por falta de dinero, pero sí se les dará pequeñas ayudas como uniformes y herramientas de trabajo gratis.