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Sinfónica prepara obra de protesta y Cultura le cancela concierto

Los músicos de la Orquesta Sinfónica se preparaban a estrenar 'Obertura a capella dedicada a Héctor Samour' en protesta por el despido de dos de los artistas, y se encontraron con la decisión de la Secretaría de Cultura de cancelar el concierto de la noche del jueves.

Viernes, 20 de agosto de 2010
Óscar Luna / Video: Bernat Camps

El conflicto entre la Orquesta Sinfónica y la Secretaría de Cultura llegó este jueves a la cancelación de un concierto, después del despido de dos de los artistas que a finales de julio habían interrumpido dos presentaciones para leer ante el público una demanda de mejora salarial.

Los músicos habían preparado para este último concierto una protesta multitudinaria al estilo de lo que ellos saben hacer: una pieza musical en la que supuestamente todos los integrantes de la Orquesta Sinfónica iban a leer un pronunciamiento para demostrar que el reclamo de hace tres semanas no fue un antojo de solo dos de ellos.

Su sorpresa fue cuando, a media tarde, el administrador de la orquesta, Manuel Ávalos, les informó que el concierto programado para las 8 de la noche en el Teatro Presidente había sido cancelado. La función iba a conmemorar los 125 años de la Cruz Roja Salvadoreña. La cancelación fue tan abrupta que ni siquiera dio tiempo para que se avisara al público, que se presentó al teatro y solo pudo escuchar, frustrado, la queja de los músicos. Estos les explicaron que las autoridades de Cultura no han cumplido sus promesas de integrar a los empleados en un escalafón que les permitiría revisiones salariales periódicas.

Esa demanda es un arrastre que viene desde la gestión de Breni Cuenca como secretaria de Cultura, y que persistió con el actual secretario, Héctor Samour. Tanto la administración de Cuenca (junio 2009-febrero 2010) como la de Samour les prometieron resolver favorablemente la petición de escalafón, pero hasta ahora no ha ocurrido nada en concreto.

Las protestas se fueron agudizando hasta finales de julio, cuando en los conciertos de los días 28 y 29 de julio, el violinista Guillermo Aguirre y el violista Jorge Rodríguez leyeron un comunicado en el que objetaron unas declaraciones del ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, porque interpretaron que estaba anunciando que no iba a ser posible escalafonarlos.

Luego vino la vacación de agosto y dos semanas más tarde, el lunes 16 de agosto, la Secretaría de Cultura anunció a los dos artistas que había decidido despedirlos. 'Por este medio se hace de su conocimiento que de conformidad al acuerdo 036/2010 de fecha trece de agosto del corriente año, se le SUSPENDE a partir de esta fecha en virtud de la interrupción efectuada en los conciertos sinfónicos...', dice la notificación recibida por Aguirre. La que recibió Rodríguez es similar.

Las cartas están firmadas por Patricia Aguilera de Arriaza, jefa de recursos humanos de la Secretaría. Y aunque el primer párrafo de los documentos habla de suspensión, el segundo deja claro el despido. 'Lo anterior en virtud de haberse decidido su destitución', exponen las notificaciones, alegando violaciones a la Ley del Servicio Civil, que es la que regula el trabajo de los empleados públicos, y a la Ley de Ética Gubernamental.

Las notas girada a ambos artistas exponen que la interrupción de los conciertos 'no formaban parte del normal desarrollo de los mismos'.

A partir del despido, los colegas de Aguirre y Rodríguez decidieron solidarizarse y persistir en su presión hacia las autoridades, y por eso para este jueves 19 habían preparado una nueva interrupción, con la que pretendían demostrar al secretario de Cultura que el reclamo es generalizado. La Orquesta Sinfónica Nacional está compuesta por alrededor de 70 personas, entre músicos y personal administrativo. Según el pronunciamiento que redactaron, todos están respaldando a sus compañeros despedidos.

Súbita enfermedad del director

Hasta las 4 de la tarde, los músicos hacían sus preparativos para el concierto con toda normalidad, salvo por la elaboración de un número especial para expresar su reclamo. Un reclamo que ya venía expresándose en escaramuzas públicas desde febrero, cuando los sindicatos de las diferentes dependencias de la Secretaría se lanzaron a la calle. En aquella ocasión pidieron el escalafón frente a Casa Presidencial. La entonces secretaria, Breni Cuenca, aseguró que todo iba a resolverse bien.

Pasado medio año, los miembros de la Sinfónica decidieron subir el volumen a sus demandas e iban a hacer uso de sus dotes musicales esta noche en el Teatro Presidente. Lo que hicieron fue transformar el simple comunicado en un acto al que llamaron 'Obertura a capella dedicada a Héctor Samour'.

'Nosotros, el personal técnico y administrativo de la Orquesta Sinfónica de El Salvador, comunicamos a la respetable audiencia lo siguiente: que estamos siendo víctimas de represalias por parte del señor secretario de Cultura, doctor Héctor Jesús Samour...', inicia el pronunciamiento.

'En una interpretación errada de los hechos, el secretario de Cultura ha entendido que los reclamos realizados constituyen una imperdonable osadía y son expresión individual y única de los dos compañeros (...) ellos solo actuaron como voceros en la divulgación de una expresion previamente consensuada colectivamente por toda la orquesta...', asegura el documento.

Cuando la noticia de la cancelación del concierto llegó a los oídos de los músicos, El Faro llamó repetidas veces al teléfono celular del director de la orquesta, German Cáceres. Este no respondió las llamadas. Sin embargo, quien sí atendió el teléfono fue el jefe de prensa de la Secretaría, Erick Rivera, quien informó que el motivo de la cancelación de la presentación era un problema que tenía Cáceres. 'Está incapacitado y esa es la versión oficial', dijo Rivera. Cuando El Faro le preguntó si la razón no era evitar que los músicos hicieran su denuncia ante la audiencia, lo negó. 'No sabíamos que iban a leer algún comunicado. No hay nada más que decir', acotó.

El Faro, entonces, consultó vía telefónica a un par de integrantes de la Orquesta sobre el estado de salud de Cáceres. Los dos se sorprendieron cuando se les explicó que la Secretaría alegaba mal estado de salud del director, pues hasta alrededor de las 4 de la tarde todos daban por hecho que iban a dar concierto en la noche. 'Yo hablé con el administrador, el señor Manuel Ávalos, y él me dijo que el señor director estaba bien: 'Mire, aquí tengo enfrente al maestro (German Cáceres) y le hablaron de la Secretaría para decirle que no habrá concierto'', relató.

Clásicos con espíritu de rock & roll

La secretaría de la Cultura ve más que justificada la destitución de los dos músicos, pues en un documento oficial les atribuye las siguientes faltas:

- Récord de violencia verbal contra trabajadores de la Secretaría.
- Interrupción de conciertos.
- No realización de conciertos.
- Irrespeto a superiores.
- Uso indebido de bienes.

La carta que se les entregó expresa que ambos faltaron a cinco literales de dos artículos de la Ley del Servicio Civil, que los hacen merecedores de la expulsión.

Los despedidos, sin embargo, se creen víctimas de una represalia desmedida originada en la intolerancia a la posibilidad de que unos empleados puedan reclamar públicamente lo que consideran sus derechos. “De 1 mil 200 trabajadores o más que hay en la Secretaría de Cultura, sólo agarran a dos músicos de la Sinfónica... nos consideramos chivos expiatorios”, dice Guillermo Aguirre, en referencia a que empleados de las diferentes dependencias de la Secretaría de Cultura han estado involucrados en el reclamo de un escalafón.

Cuando en febrero pasado la protesta llegó frente a Casa Presidencial, el mismo presidente Mauricio Funes les hizo una promesa que hasta ahora no se ha cumplido: 'Yo autoricé para que aquellos que venían gozando del escalafón, porque estaban en el Ministerio de Educación, al pasar a la Secretaría de la Cultura bajo responsabilidad de la Presidencia de la República (...) nosotros dijimos que se los íbamos a garantizar (...) es un derecho adquirido que no se lo podemos negar'.

A pesar de la tardanza, Jorge Rodríguez, uno de los despedidos, asegura que el reclamo está cerca de dar frutos. Todo cambió esta semana. 'A última hora, el mismo lunes 16 que nos notificaban sobre esta decisión arbitraria del doctor Samour, casualmente estaban reuniendo al sindicato para avisarle de que el escalafón ya lo habían asegurado para el año que viene, para el 2011. Un poco irónico, en el momento que surgía sacrificaban a dos chivos expiatorios, un poco hasta maquiavélica la cosa'.

Según los músicos, no había ley para negarlo, pero sí para darlo. 'La ley general de educación, en el artículo 65, ahí dice sobre la existencia del escalafón', dice Rodríguez. 'Nosotros pertenecíamos a Educación y cuando llegó el nuevo gobierno Concultura pasó a ser Secretaría de Estado y a incorporarse a casa presidencial; entonces, al retirarnos del presupuesto de educación nadie vio que faltaba gestionar fondos para el escalafón'.

El escalafón consiste en el aumento del 4% por cada tres años trabajados. El director de la orquesta, German Cáceres, se había pronunciado el miércoles en favor de que se concretara el beneficio para los músicos. “Lo único que yo le puedo decir es que espero que esto se solucione de la mejor manera y que esto sea visto en el futuro como un mal entendido... todos queremos que el escalafón suceda”, dijo la noche del miércoles, un día antes de caer enfermo.

La noche del jueves, el Teatro Presidente estaba cerrado. Ahí se presentaron algunas decenas de personas que llegaban a disfrutar la presentación pero se encontraron con la sorpresa de la cancelación. Un puñado de los músicos les explicaron su versión sobre el conflicto y estuvieron tocando algunas piezas durante unos minutos. Poco a poco el telón fue cayendo y todo mundo desapareció. 

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