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Gobierno identifica a salvadoreños entre víctimas de matanza en México

El canciller Hugo Martínez informó la tarde de este jueves que ya se identificó a 15 de los 72 indocumentados asesinados en Tamaulipas, y de ellos, cuatro son salvadoreños. Estados Unidos anunció que cooperará en la investigación de la matanza.

Jueves, 26 de agosto de 2010
Jimena Aguilar

El gobierno de El Salvador confirmó esta tarde que entre los 72 indocumentados asesinados el martes en el norte de México hay salvadoreños, y anunció que ha comenzado a buscar a las familias para notificarles y comenzar el proceso de repatriación de los cadáveres.

De 15 cuerpos reconocidos hasta ahora, cuatro son salvadoreños y se supo eso porque portaban algún tipo de documento que los identificaba con esta nacionalidad, explicó el ministro de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez, en una rueda de prensa.

Hasta el miércoles, la versión de un sobreviviente que logró escapar de los sicarios daba pie a pensar que podía haber salvadoreños entre las víctimas. El ecuatoriano Luis Lala Pomavilla aseguró que en el grupo de indocumentados que intentaban llegar a Estados Unidos había salvadoreños, hondureños, brasileños y ecuatorianos. Dijo que en la ruta en que se trasladaban fueron interceptados por un retén de hombres armados que dijeron ser del cártel de Los Zetas. Como los migrantes se negaran a colaborar con lo que les pedían, comenzaron a ejecutarlos.

El canciller Martínez se reservó la identidad de los salvadoreños muertos, pero sí dijo que son personas de entre 20 y 35 años de edad. Explicó que primero notificarán a los parientes antes de revelar identidades.

El gobierno mexicano había convocado a los cónsules de Honduras, El Salvador, Ecuador y Brasil para iniciar el proceso de investigación e identificación de los cuerpos de los 72 asesinados en el poblado de San Fernando, cerca de Matamoros, una zona que se disputan los cárteles de Los Zetas y el del Golfo.

Los cadáveres fueron localizados en un rancho a unos 160 kilómetros de la frontera de Estados Unidos, luego de Pomavilla avisara la víspera a la armada mexicana.

El gobierno hondureño informó el jueves en un comunicado que ya se ha iniciado el proceso de identificación de los 72 migrantes asesinados.

'Con instrucciones de Cancillería nos hemos trasladado aquí a Tamaulipas... todavía se siguen recopilando huellas, documentos, entonces todavía no podemos confirmar ni siquiera de qué nacionalidades son las 72 personas que encontraron', dijo la cónsul hondureña Sandra Reyes, citada en el comunicado.

'Estamos trabajando en recabar información, no podemos dar una versión oficial de lo que pasa. Estamos reunidos esperando la información que nos están haciendo llegar en la medida que van recopilando las huellas, el ADN, sangre, y las fotografías y todo eso, para cotejar los con los familiares en el caso de que aparezca alguno', agregó.

En El Salvador, el ministro Martínez dijo que por ahora solo se ha podido identificar a 15 de las 72 víctimas porque son aquellas en cuyos cuerpos se encontró documentos de identidad. El funcionario no detalló de qué países son las otras 11 personas ya reconocidas.

Martínez anunció que Cancillería abrirá dos oficinas de atención a los parientes de las víctimas, una en la sede del Ministerio en Ciudad Merliot, y la otra en el Centro de Gobierno. Ahí se brindará la información que vaya surgiendo y donde se guiará a los parientes sobre la ayuda para la repatriación de los cadáveres.

En la mañana de este jueves, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, las fuerzas de seguridad llevaban equipos de refrigeración para los cuerpos de 58 hombres y 14 mujeres masacrados, mientras los investigadores comenzaban el proceso de identificación y por qué fueron asesinados a tiros.

El vocero del departamento estadounidense de Estado P.J. Crowley expresó que su gobierno condena 'este acto de violencia y las muertes de los migrantes. Nosotros cooperaremos totalmente en cualquier manera en que podamos para ayudar a México conforme investiga estos atroces crímenes'.

El sobreviviente ecuatoriano, que escapó con una herida de bala en el cuello, dijo a las autoridades que sus secuestradores se identificaron como miembros de Los Zetas, un cártel de narcotraficantes que controla algunas partes del estado norteño de Tamaulipas de forma tan amplia y brutal, que muchos mexicanos se abstienen de viajar por sus carreteras.

El migrante ecuatoriano Pomavilla llegó al retén el martes. Describió una escena dantesca, con una habitación llena con los cadáveres, algunos apilados.

De confirmarse que el caso constituyó un secuestro masivo a manos de Los Zetas, la masacre de Tamaulipas sería el caso más extremo conocido hasta el momento y la matanza más sangrienta de la lucha contra las drogas en México.

Sin embargo, también ha habido recientemente dos hallazgos de decenas de cadáveres de personas que algunos piensan que podrían ser también víctimas de los narcotraficantes.

El 7 de junio fueron encontrados 55 cadáveres en una fosa en una mina abandonada en el poblado de Taxco. El 14 de julio fueron encontrados otros 51 cuerpos en nueve fosas clandestinas en el Estado de Nuevo León, un lugar que se disputan Los Zetas y el Cártel del Golfo.

El presidente Felipe Calderón dijo que los cárteles tratan cada vez más de reclutar a inmigrantes como peones, una preocupación que también ha sido expresada por políticos estadounidenses que exigen mayor seguridad en la frontera.

El mandatario insistió en que dichas actividades indican que los cárteles han resultado dañados por la contraofensiva que les han presentado miles de soldados y policías federales en sus bastiones y que están desesperados por medios alternativos de ingresos.

Calderón hace con frecuencia el argumento, pero sus críticos replican que los cárteles mexicanos se han vuelto más poderosos y brutales desde que el gobierno lanzó su ofensiva antidrogas a finales de 2006.

'Son ellos los que están recurriendo a la extorsión y al secuestro de migrantes como mecanismo de financiamiento y de reclutamiento, debido a que están enfrentando una situación muy adversa para abastecerse de recursos y de personas', dijo el mandatario.

'La violencia y la falta de escrúpulos de los criminales debe hacernos entender que los enemigos son ellos. Hay que combatirlos duro', escribió el presidente el jueves a través de twitter.

Algunas de las autoridades mexicanas, como el vocero del gabinete de seguridad, Alejandro Poiré, han dado a entender que hasta ahora están surgiendo indicios de participación del crimen organizado en el secuestro sistemático de migrantes. El Faro reveló hace más de un año no solo que el cártel de Los Zetas había hallado en la migración de indocumentados otra fuente para hacer dinero, sino que a menudo tienen como cómplices a diversidad de instituciones del gobierno.

Asimismo, la Comisión de Derechos Humanos de México estimó en un informe que solo en seis meses durante 2009, unos 10 mil migrantes fueron víctimas de secuestro, la mayor parte de ellos señalando a Los Zetas como los responsables.

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