Desde hace 30 años, los niños y jóvenes de Tonacatepeque, en el norte de San Salvador, celebran la fiesta de la Calabiuza, que mezcla mitos y leyendas salvadoreñas con la fiesta angloestadounidense de halloween. La Calabiuza se realiza en la víspera del día de los difuntos y culmina con la premiación a la mejor carreta chillona y a los mejores disfraces.