Nueva York, noviembre 24. Los comentarios del papa Benedicto XVI sobre los condones y su papel en la prevención del sida han generado confusión en algunos casos, rechazo en otros, entre los sectores conservadores de la Iglesia Católica romana.
Varios católicos ortodoxos han dicho que esperan un pronunciamiento más formal del pontífice. Hay quienes afirman que el periodismo está tergiversando las palabras del papa, y no faltan los que dicen que el vocero papal, reverendo Frederico Lombardi, no citó correctamente a Benedicto, cuando dijo que en aras de prevenir el sida, era válido el uso del condón incluso si eso suponía el riesgo de evitar un embarazo. 'Sería un mal menor', dijo Benedicto XVI, citado por Lombardi.
'Es un lío', expresó John Haas, presidente del Cdentro Nacional de Bioética Católica de Filadelfia, que asesora a líderes eclesiásticos, hospitales e incluso las oficinas del Vaticano. 'No sé si el Papa dijo lo que Lombardi le atribuyó'.
El revuelo gira en torno a comentarios de Benedicto en un nuevo libro, 'La luz del mundo: El papa, la iglesia y los signos de los tiempos que corren'. En una charla con el autor sobre el sida en África, Benedicto dijo que, para alguna gente, como las prostitutas, el uso de condones puede ser un reflejo de la responsabilidad moral que asumen porque la idea es 'reducir el riesgo de contagio' a otros.
En una conferencia de prensa el martes en Roma, Lombardi declaró que Benedicto sabía que su comentario generaría un intenso debate y que el papa no aludió a los prostitutos varones solamente, sino a 'hombres, mujeres y transexuales'.
El papa no habló de usar los condones como método anticonceptivo, algo que la Iglesia Católica Romana condena, y dijo que los condones no son una 'solución real ni moral' al problema del sida.
Sus palabras, no obstante, se prestaron a distintas interpretaciones.
Jenn Giroux, directora ejecutiva de Human Life International America, que promueve las enseñanzas de la iglesia en torno a la anticoncepción, el aborto y otros asuntos morales, opinó que el Vaticano debe aclarar su postura.
'Estoy siguiendo esto de cerca, como todo el mundo, antes de hacer un pronunciamiento', manifestó Giroux, enfermera y madre de nueve hijos.
Germain Grisez, prominente teólogo que asesora a obispos, sostuvo que alentar el uso de condones para prevenir enfermedades podría ser 'pernicioso' porque da por sentado que la persona no puede tomar decisiones buenas, con un sustento moral. Y lamentó el que los comentarios del papa 'puedan ser mal usados --y lo están siendo-- para sembrar dudas sobre las enseñanzas católicas'.
Haas, experto también en enseñanzas morales de la iglesia, dijo que está recibiendo numerosas llamadas de obispos que se sienten confundidos por los comentarios de Lombardi.
Las enseñanzas de la Iglesia Católica nunca prohibieron el uso de condones para protegerse del VIH. De hecho, la iglesia no tiene una posición oficial al respecto.
Los comentarios del papa en una entrevista para un libro no constituyen una doctrina oficial de la iglesia, dicen elementos conservadores. Agregan que el pontífice simplemente hizo notar que, al usar un condón, una persona con VIH muestra cierto sentido moral.
'Creo que no hay nada nuevo, que las enseñanzas de la iglesia no han cambiado', expresó el reverendo Joseph Fessio, de Ignatius Press, la editorial que publicó la edición inglesa del libro, en una entrevista telefónica desde Roma.
El cardenal Odilio Pedro Scherer, de la arquidiócesis de Sao Paulo, descartó que el comentario del papa refleje un cambio en la posición de la iglesia sobre el uso de preservativos. Indicó que Benedicto XVI simplemente flexibilizó su uso para casos de prostitución.
'No cambió la posición moral en el uso del preservativo. La iglesia es contraria a la banalización de la sexualidad', declaró Scherer. Agregó que el preservativo es un 'último recurso' para evitar la propagación de enfermedades.
'Vamos a tener un largo período de confusión', pronosticó Russell Shaw, redactor de la publicación católica Our Sunday Visitor y ex portavoz de la conferencia de obispos estadounidenses. 'Lo obispos -especialmente el clero- tendrán que ir a sus diócesis y, les guste o no, empezar a hablar claramente de lo que ha sucedido'.