En la columna pasada, en la parte I de este artículo, estuvimos hablando de las raíces de la creación de esa bebida que llamamos “Americano Espresso”. Hoy, esa explicación tomará todo su sentido. Pero antes de concluir acerca de las diferencias entre el Americano Espresso y el Americano Filtro, necesitamos explorar algunos elementos.
Un “Americano Espresso”... ¡pues se hace con espresso! ¿Pero en qué consiste exactamente un espresso? Lo más seguro es que escribiré una columna completa acerca de lo que es un espresso, pero por el momento, lo que deben saber es que un espresso es una bebida que resulta de la extracción de los “aceites”, de la esencia de los granos de café. Como se trata de un proceso de concentración de los componentes solubles del grano de café, su cantidad es mínima. Usualmente, un espresso sencillo equivale a una onza o a una onza y media. Entonces se tiene que agregar agua caliente para poder servir una taza de 8 o 10 onzas y conseguir esa bebida llamada “Americano Espresso.”
Cada barista sabe que una de las tareas más difíciles que hay en su oficio consiste en lograr una extracción de espresso perfecta. Se requieren largos entrenamientos, horas de prácticas y mucha paciencia para hacerlo.
¿Por qué entonces, poner tanto empeño en sacar un buen espresso que resulta ser el concentrado de las esencias del café, con el nivel de dificultad que eso representa, para después echarle agua caliente y volverlo a diluir? ¡Buena pregunta y ya conocen parte de la respuesta! Todo se encuentra en lo que explicaba la semana pasada. El Americano Espresso no se concibió buscando la mejor forma de servir un espresso. La idea era simplemente de encontrar la forma de poder comercializar el espresso, frente a un público estadounidense que no tenía ni la más mínima idea de lo que era un espresso. La meta era simplemente facilitar la penetración de mercado de los coffee shops y su expansión con un producto conocido en apariencia: ¡una taza de café!
¿Qué sentido tiene eso? Realmente muy poco. De hecho, en Europa, esa bebida tiene poco sentido. Pero ya que tenemos que vivir con ella, fuera útil entenderla. ¿Será que el Americano Espresso y el Americano Filtro tienen un perfil de taza igual? ¡No, no y no! Son dos bebidas con un perfil de taza bien diferente.
Para escribir esta columna he preparado dos tazas de café con la misma mezcla de espresso que utiliza Ben’s Coffee. Una fue preparada en filtro, para dar un Americano Filtro, y la otra con espresso y así conseguir el Americano Espresso. Era importante utilizar el mismo tipo de café, pues si hubiéramos utilizado dos cafés o mezclas de cafés distintos, el perfil de las tazas hubiera asegurado de antemano un resultado diferente, pero no por el tipo de preparación sino por el tipo de café utilizado. Después las probé y las analicé para poder comentarles mis conclusiones.
A nivel aromático, el Americano Filtro demuestra mucha más intensidad. Las notas expresadas son penetrantes y se distinguen con más facilidad. El Americano Espresso resultó tener buen aroma, pero con notas más opacadas. Al final, tenía simplemente olor a... ¡café tostado! Otra categoría en la cual se destacó la versión filtro fue la acidez, mucho más vibrante y brillante. Su contraparte Americano Espresso no mostraba acidez alguna. En cuanto al cuerpo, he observado similitudes, pues ambas tazas tenían excelente cuerpo. Sin embargo, pude notar una diferencia en cuanto al tipo de cuerpo, más redondo y completo a nivel filtro, y muy cremoso y sedoso en cuanto al americano espresso. El sabor era muy similar, pues el perfil de esa mezcla espresso hace resaltar principalmente notas achocolatadas, a cacao oscuro, aunque el Americano Espresso hizo resaltar todavía más las características de ese tueste oscuro de la mezcla espresso. Finalmente, ambas tazas mostraron buena dulzura.
En resumen, si usted prefiere una taza de café muy aromática, con carácter propio y atributos claros y la posibilidad de conseguir una acidez brillante, les aconsejo la preparación filtro. Si usted prefiere sentir un café con cuerpo cremoso y las profundas notas del tueste oscuro, opte por el Americano Espresso.
¿Qué piensa Ben de todo eso? ¿Qué escogería yo?, me van a preguntar. Mire, personalmente, yo creo que es un poco insensato esforzarse tanto para sacar la perfecta onza de espresso, para después ahogarla bajo siete onzas de agua.
Pero como ya entendieron, el nacimiento del Americano Espresso respondió a la necesidad de popularizar los coffee shops y su producto principal; el espresso, en los Estados Unidos de América y no a la búsqueda de una bebida de café perfecta. Yo pienso que si alguien quiere experimentar el sabor del espresso, es mejor hacerlo tomándolo puro. Si buscan descubrir las cualidades únicas de una finca de café o de una región de producción, hay que prepararlo con un filtro, o vía la prensa francesa. La próxima semana les explicaré justamente les secretos del aparato llamado prensa francesa y cómo utilizarlo exitosamente. Feliz semana y acuérdese de hacernos sus preguntas vía el facebook de Ben’s Coffee.
