El encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, Robert Blau, envió a finales de julio de 2009 a sus superiores en Washington, un informe en el que resumía con los títulos de 'lo bueno, lo malo y lo feo' las primeras ocho semanas del gobierno del presidente Mauricio Funes.
El cable, fechado 28 de julio, fue escrito cuando se cumplía también un mes del golpe de Estado contra el presidente hondureño Manuel Zelaya, días en que la comunidad internacional, incluyendo al gobierno salvadoreño, pedían el restablecimiento del orden constitucional y el regreso de Zelaya al poder.
El cable, sin embargo, revela el interés de la administración Funes en evitar una salida en falso al pronunciarse públicamente sobre el derrocamiento de Zelaya, sin tener antes claridad sobre la posición que iba a asumir Washington. Según Blau, parte de 'lo bueno' del gobierno de Funes en esas primeras ocho semanas se reflejó, precisamente, en que tanto el presidente como el ministro de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez, consultaron a Estados Unidos antes de fijar posición sobre la crisis hondureña.
Blau reseña que el nuevo gobierno había dado continuidad a la política exterior con una conducción “pragmática” en la que se habían seguido considerando como importantes las relaciones con los Estados Unidos. Tan importante continuaba siendo la relación El Salvador-Estados Unidos, según este cable, que el gobierno salvadoreño incluso consultó con la diplomacia estadounidense antes de reaccionar frente al golpe de Estado del 28 de junio de 2009. “En las horas posteriores a la expulsión del presidente Zelaya hacia Costa Rica, tanto (Hugo) Martínez como (Mauricio) Funes se contactaron con la embajada y con Washington para coordinar la que ha sido una aproximación razonable y responsable a la crisis de su vecino del norte”, reportó Blau.
La felicitación por esa aproximación coordinada con los Estados Unidos, como sería público meses después, vino incluso por parte del mismo presidente estadounidense, Barack Obama, quien en marzo de 2010 felicitó a Funes por su “liderazgo regional” en Centroamérica y por su actitud “pragmática e inteligente” frente a la crisis hondureña.
En este tema, el presidente salvadoreño y su partido, el FMLN, comenzaron a distanciarse poco a poco, porque con el tiempo, Funes comenzó a ablandar su posición ante el régimen de Roberto Micheletti, mientras que los efemelenistas seguían considerando que El Salvador debía mantener una aguda presión contra los golpistas. Al cabo de los meses Funes comenzó una campaña internacional en favor de que Honduras fuera readmitida en la comunidad internacional, y Estados Unidos terminó dándole la espalda a Zelaya.
Para Estados Unidos, según este cable, el trabajo del canciller Hugo Martínez merece ser calificado entre “lo bueno”, gracias a su pragmatismo y pese a ser también considerado un “leal” miembro del partido FMLN.
Entre otras acciones destacables en política exterior, Blau mencionó la continuidad, en los primeros días de Funes, del ex canciller Francisco Lainez en la representación de El Salvador ante
Otro éxito de le embajada de Estados Unidos en El Salvador, calificado como otro buen aspecto del gobierno de Funes, es la atención que este hizo al llamado de la embajada de no cambiar al director ejecutivo de Fomilenio, la entidad encargada de administrar los 461 millones donados por Estados Unidos para el desarrollo de la zona Norte del país. “Exitosamente logramos frenar un movimiento de Funes para remplazar a (José Ángel) Quirós en los primeros días de su gobierno, argumentando que otra interrupción en la administración de Fomilenio podría retrasar el programa de
Además, dice el cable etiquetado como 'SECRETO' y 'NO PARA EXTRANJEROS', otro elemento 'bueno' es que la cooperación militar entre Estados Unidos y El Salvador sigue a un ritmo similar al que se tenía antes de la llegada de Funes al poder. El ministro de Defensa, David Munguía Payés, es un institucionalista interesado en mantener el profesionalismo apolítico de las fuerzas armadas, dice, y tanto el ministro como las fuerzas armadas buscan mantener las relaciones militares con los Estados Unidos.
El cable también hace una observación crítica al manejo fiscal que hizo el presidente Antonio Saca, imputándole haber heredado a su sucesor una crisis económica, para resaltar otra supuesta virtud de la administración Funes. Por un lado, dice que el gobierno de Saca mantenía una baja recaudación de tributos mientras que paralelamente mantenía una serie de subsidios en un año electoral. Esta observación coincide con algunos sectores que criticaban al último gobierno del partido Arena por utilizar irresponsablemente los escasos recursos del Estado en beneficios que terminaban siendo recibidos por los sectores más ricos de la población.
Por el otro lado, el documento resalta la forma en que Funes buscó dar solución a la crisis económica dejada por el gobierno de Saca. La nueva administración, dice el reporte, ha optado por distanciarse de Venezuela, buscando en cambio financiamiento externo en entidades bancarias internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Todas estas valoraciones de Blau sobre El Salvador se suman a otras que, en los primeros cables revelados por Wikileaks sobre este país el martes, reflejan también la cercana relación que el gobierno salvadoreño ha buscado con los Estados Unidos, al punto de pedirle ayuda y expresarle sus temores sobre un posible espionaje de miembros del FMLN al presidente Funes.
Para leer el cable completo: http://www.wikileaks.ch/cable/2009/07/09SANSALVADOR708.html