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'Los requisitos básicos para ingresar no deberían de ser ni negociables ni voluntarios'

Ni en la Universidad de El Salvador ni en las universidades privadas. De estas últimas, son escasas las que se preocupan por dar enseñanza de calidad, pues lo que predomina es el afán mercantilista. El país ya atraviesa una crisis de mediocridad profesional, y por eso ninguna institución de educación superior debería tener requisitos de ingreso y promoción laxos.


Domingo, 27 de marzo de 2011
Rodrigo Baires Quezada

Óscar Picardo Joao ve en las tomas anuales de la Universidad de El Salvador, realizadas por supuestos estudiantes de nuevo ingreso, la punta del témpano de las deficiencias del sistema de educación nacional. “Se tiene un sistema educativo, en todos los niveles, para gente que tiene oportunidades económicas y otro para los que no las tienen”, dice.

Sin capacidad de poder pagar, el sistema envía a estos bachilleres a tocar las puertas de la UES, en su carrera por ascender socialmente en el ámbito laboral. El de la Universidad de El Salvador es un problema heredado. “Porque esta masa crítica de estudiantes mal preparados, a los que se le dijo que ‘sabían’ porque se les dio un título académico, son los que cada año buscan una oportunidad en la UES... y los resultados de sus exámenes nos repiten lo que ya sabemos: existe un bajo nivel académico, y al aceptarlos, ya es la Universidad la que asume la responsabilidad de hacer de ellos buenos profesionales”, responde.

¿El problema está en la cantidad y en la calidad de bachilleres que el sistema educativo nacional está haciendo?
Ese es el inicio. Aquí hay un problema estructural de gran magnitud. La cifra escandalosa de bachilleres que se gradúa es solo una parte de ello.

¿Eso es malo?
Es que hay un desbalance, que empezó cuando se echó a andar la reforma educativa de 1995. Hay una desproporción entre la cantidad de gente que viene de educación básica, en donde se ha logrado aumentar la matrícula.
 
¿Es un problema aumentar la matrícula?
No. El problema es cómo se ha hecho. Todas las políticas educativas en América Latina se enfocaron en lograr la cobertura al costo que sea. Y “al costo que sea” significa, inclusive, promoción automática en los primeros grados. Que tengas o no las notas no es importante, te pasan para que no desertés de la escuela. La teoría es que si el niño repite, el niño deserta. Las políticas en estos años fueron de cobertura absoluta en educación básica al costo que sea para mantener a los niños dentro de la escuela. Esa era la filosofía, entre comillas, positiva. Inclusive, para lograr esa cobertura, se hizo el doble turno: mañana y tarde; y, si se podía, la noche. Estas políticas, que hoy por hoy logran cerca del 95% de cobertura a nivel básico...

… ¿Sacrificando calidad educativa?
Sí, hasta las últimas consecuencias porque la promoción automática es “pase, aunque no sepa nada”. Eso es criminal. Ahorita estamos empezando a cosechar la promoción automática, el volumen de gente. Tenés un problema de volumen de gente a pesar que este caudal de alumnos empieza a decantarse, porque cuando llegan a quinto, sexto grado y tercer ciclo se empiezan a ir del sistema educativo. Al final logramos una cobertura del 40% en educación media. De cada 10 muchachos que entran, solo cuatro llegan al final. A pesar de eso, logramos una tasa anual de bachilleres cercana a los 75 mil alumnos y con una capacidad de absorción a nivel superior a nivel público muy limitada, a diferencia de otros países de la región, como Costa Rica u Honduras, que tienen varias universidades públicas. Aquí solo tenemos una, la Universidad de El Salvador y una treintena de universidades privadas.

Tenemos 75 mil bachilleres…
… Pero entra solo una tercera parte, unos 25 mil bachilleres, entre los que pueden pagar y los que entran a la UES. 50 mil se quedarían afuera.

Ya la población de la UES supera los 50 mil estudiantes, con una absorción anual que anda por  los 9 mil o 9 mil 500 estudiantes...
... Sí, pero la tasa de graduación también es lenta en la UES. Hay mucha gente que se tarda años en salir, no los cinco o seis de su carrera. Eso también genera tapones en los flujos de estudiantes en el campus.

Según datos de las autoridades universitarias, el promedio ronda los 8 años de estudio. Y se tiene un poco menos de 120 dólares mensuales, asumiendo que todo el dinero del presupuesto de la UES repercute de manera directa en el alumno, por cada estudiante. Hablamos de un presupuesto bajo para una demanda alta.
Correcto. De nuevo es un problema estructural: Estamos invirtiendo en educación el 2.8% o el 2.9% del producto interno bruto. De eso, la receta que le queda a la UES es, tomando en cuenta el nivel de demanda y exigencia, sumamente limitada. Y estamos generando un caldo de cultivo para una crisis tremenda a nivel profesional, en términos de calidad, y de este tipo de conflictos (la toma de las instalaciones), que siento que de no atenderse ahora se van a ir agravando cada vez más.

En la evaluación institucional 2007-2008 de la Dirección de Educación Superior, con 46 mil estudiantes, se decía que la UES contaba con “la infraestructura e instalaciones básicas para  el desarrollo de las actividades administrativas y académicas” y las describía como “aceptables  en relación al cumplimiento de normas básicas pedagógicas”. Ahora supera a los 50 mil estudiantes y la construcción de nueva infraestructura y de personal docente han sido mínimas, ¿qué tipo de educación se está dando a los alumnos?
Hay estudios técnicos que te dicen la cantidad ideal de alumnos en un grupo. No es lo mismo un profesor que te está atendiendo a 35 o 30 estudiantes que entrar a una sala con 150 o 200. ¿Cómo atendés sus necesidades de aprendizaje? ¿Cómo los evalúas? Y luego están los recursos disponibles: si tenés un laboratorio para 25 ó 50 personas y terminás metiendo 100, obviamente mucha gente se quedará sin hacer las prácticas como se debería. Y todo eso va sumando y al final se repite lo que nos dicen las pruebas internacionales: los estudiantes conocen pero no comprenden y no pueden aplicar sus conocimientos. Es como si te diera clases de radio o vídeo y te enseño la foto de una grabadora o de una cámara, pero nunca podés practicar con ella, ni siquiera tocarla.

¿No hay una solución presupuestaria, no hay una solución técnica para evitar esta crisis?
No, pero esto solo es una vertiente del problema de la UES. Insisto, la otra es la calidad de gente que llega desde el sistema de educación básica y media.

La nota promedio de los aspirantes para el ciclo 01-2011 fue de 3.63 sobre 10.
Eso está mucho más abajo del promedio nacional. La PAES está entre el 4.5 y el 5.5 o 5.6. En 2010, fue de 5.14 a nivel nacional. Y entiendo la lógica que muchos de estos muchachos vienen de hogares de escasos recursos y pasaron por un sistema educativo que no les exigió mucho, que les mintió, pero no por ello están capacitados para entrar a estudios superiores.

Ahí existe una diferencia entre los privados y los públicos.
Sí, la mayoría de colegios privados de buena calidad que trasciende el programa de estudios, que te pide 200 días de educación al año, mil horas. En el sector privado, el promedio es de 180 o 190 días año...

… ¿Y en el público?
Con costos, 70 días dedicados al aprendizaje de los alumnos. ¿Qué te encontrás en el sector público? Que el vocabulario inicial tiene un rango de 600 a 4 mil palabras, los alumnos de cuarto grado escriben un promedio de 6.3 páginas al año, no se lee todos los días, hay alumnos de cuatro o cinco edades diferentes en una misma aula, el docente puede ser inexperto... Y esa es la gran diferencia en la PAES.

Cerca del 60% del ingreso anual de estudiantes proviene del sector público. Pero de nada sirve, entonces, admitir a todos si no tienen la calidad ni la capacidad para estudiar a nivel superior.
No, no se resuelve nada admitiendo a todos los estudiantes. Que entren estos muchachos a la Universidad es un espejismo y que puedan ir navegando entre materias durante años con esos estándares solo termina haciendo un daño al país. Ya estamos teniendo problemas con la calidad profesional. Se le está haciendo un daño con repercusiones muy críticas al país.

Volvemos de nuevo a la raíz del problema…
… Sí, todos los estudios internacionales sobre la educación de El Salvador, desde 2006 o 2007, nos dicen lo mismo: “Nuestros estudiantes conocen pero no comprenden ni aplican lo que conocen”. El estudiante logra asimilar teóricamente algo pero no lo puede pasar a la práctica. Estamos en el sótano de todas las evaluaciones. Y tenemos signos de esto en diferentes informes, como el estado de la ciencia 2010, el de vinculación universidad-empresa o el informe de competitividad del World Economic Forum (WEF). Todo el mundo te está diciendo que El Salvador tiene problemas de innovación, calidad científica y calidad del sistema educativo. El informe de WEF ubica la educación universitaria del país en el número 101; el área más crítica, la innovación; y en educación en general se tienen datos preocupantes. Nos vienen diciendo: “El futuro del país tiene que ver con su sistema educativo y no lo están viendo”. Pero aquí, siento que el tema educativo no está en la agenda de Casa Presidencial, no está en la agenda del ministro de Educación.

¿No se está haciendo nada?
No, se están haciendo cosas: los uniformes, los útiles escolares, el vaso de leche…

… Sí, pero no dejan de ser proyectos focalizados para ciertas poblaciones, siempre apuntando a mantener la cantidad de estudiantes y no a la calidad.
Sí, están ayudando a esta gente. Está bien recibir un vaso de leche, los zapatos y los útiles para niños de escasos recursos; lo de los uniformes es más cuestionable. Pero no estamos atacando el problema de fondo.

Por lo que cuenta, me pareciera que las reformas y planes siempre han sido en educación básica y media y poco o nada se ha hecho en educación superior.
Claro, es que es un nivel que no preocupa a los líderes del país porque ellos mandan a sus hijos a estudiar fuera y tienen una cierta garantía de que sus hijos serán buenos profesionales. Al final, la pelota le queda a la clase media para abajo, quienes se tienen que batir con las dos o tres universidades privadas que hacen un esfuerzo para brindar una educación de calidad y con la UES.

¿Qué se tendría que hacer a nivel universitario? Digo esto porque de qué sirve sacar a los mejores bachilleres del mundo si luego se enfrentarán con universidades con niveles mediocres, producto del desgate del mismo sistema.
Ahí hay que trabajar en dos vías. Mientras empezás a preparar las condiciones de la materia prima que llegará a la universidad, no te podés esperar 15 ó 20 años para trabajar con las universidades. Ahí hay dos o tres temas a discutir, como la educación superior para el trabajo y la profesional, que son dos líneas claras; y cambiar la visión mercantilista de algunas universidades privadas que, a pesar de ser instituciones educativas sin fines de lucro, han servido para enriquecer a cierta gente.

¿Cuál es la cobertura que pueden alcanzar estas 37 universidades e instituciones privadas de educación superior?
Entre ellas, se podría absorber toda la matrícula que se genera, pero el problema es que la gente no tiene los recursos para pagar. Y yo creo que ahí es donde podría haber una política de compra de cupos a las privadas para solucionar el ingreso de la UES, si esta ya está realmente colapsada. Hubo una iniciativa en la gestión presidencial pasada, apoyada por algunos estudios, en donde se planteaba la posibilidad de tener un sistema mixto, una universidad de interés social, con un sistema mixto, como en la UCA de Nicaragua.

En otros países, el sistema de educación terciaria no necesariamente incluye educación superior para todos. Suena mal, pero así es.
Claro, países como Alemania y Japón tienen un doble o hasta un triple estándar de educación superior. Se tiene un sistema educativo para la formación de técnicos, que en el país está muy desvalorizada, y se tiene un nivel de formación general universitaria, que es lo que podríamos llamar la formación profesional; y, en Japón, tienen un tercero, un nivel científico, gente que se dedica a enseñar y a crear en todos los campos de la ciencia. En Alemania, por ejemplo, dependiendo de tus notas, el sistema educativo te orienta al nivel técnico o al universitario. Este sistema incluye que al destacarse como técnico se puede seguir a nivel universitario. En nuestro caso, está infravalorizado el estudio técnico, todo el mundo quiere ser licenciado, y resulta que obtener este título en muchas universidades privadas es fácil.

¿Fácil?
Sí, porque hay universidades privadas que no tienen ningún control de admisión. Esto hay que decirlo en voz alta. Entonces tenemos gente que se puede graduar con niveles académicos bajos solo por el hecho de tener poder adquisitivo. Esta gente presenta su título, su partida de nacimiento o DUI, paga su matrícula y ya están dentro. Esto está clarísimo y es otro tema crítico. En el mundo de las privadas tenés 12 universidades acreditadas y el resto sin acreditar. Y lo mismo sucede en educación básica y media a nivel privado, donde tenés colegios con procesos de selección muy críticos, como en el Externado San José y el Liceo Salvadoreño, pero tenés otros colegios donde pagás y entrás. La conclusión es que hay un doble estándar en todo el sistema. Respeto y entiendo que la acreditación es voluntaria, pero los requisitos básicos para ingresar no deberían de ser ni negociables ni voluntarios.

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