El Consejo Económico y Social, CES, cobró vida oficial en 2009 vía el Decreto Ejecutivo No. 64, donde se definió como un foro institucional permanente para facilitar la concertación alrededor de políticas públicas. Es de carácter consultivo y sus recomendaciones no son vinculantes. Después de un año de existir, la eficacia del CES es cuestionada. La ANEP, por ejemplo, le solicitó al GOES precisar si el tema de los impuestos conduciría a una reforma o a un pacto fiscal. Otra observación es que el CES excluye a los partidos políticos. Ante esta situación, el presidente de la república dispuso crear un Consejo Consultivo (CC), el cual estaría conformado por los últimos cuatro expresidentes de la república y los secretarios generales de los partidos políticos, para abordar temas de nación. A la primera cita del CC asistieron los partidos políticos y el expresidente 2004-2009.
Hay varias versiones sobre los motivos de crear el CC, las cuales van desde corresponsabilizar a las diferentes fuerzas políticas de la crisis socioeconómica que enfrenta el Estado salvadoreño hasta la conveniencia de “tomarse la foto todos juntos” (muestra de unidad) para obsequiársela al presidente Barack Obama durante su próxima visita al país. ¡Qué desazón! Lo que El Salvador necesita es fortalecer su institucionalidad democrática. ¿Qué acuerdos podrían dinamizar al CC? La despartirización de la Corte de Cuentas y el cumplimiento de la resolución de la Corte Suprema de Justicia a favor de las listas abiertas y desbloqueadas.
También conviene distinguir las funciones del CC (alto nivel político) y del CES (múltiple participación sectorial). El CC es un espacio de diálogo político y capaz de convertir los entendimientos en políticas públicas y leyes. En cambio, el CES integra a varios sectores y tiene mayor legitimidad. La sinergia del CC y CES podría proporcionar una mayor gobernabilidad.
El “talón de aquiles” del CES y CC es que no tienen los pies en la tierra. Por una parte, el CC es cupular y de tipo político-partidario. Este hecho genera dudas en la población. ¿Cómo van a promover cambios estructurales y generar transparencia en la gestión pública, quienes se han beneficiado de un fracasado modelo de desarrollo? Por otra parte, el CES deja fuera a los partidos políticos y potencia el diálogo social a nivel sectorial, prescindiendo del abordaje territorial. En otras palabras, ninguno de estos dos mecanismos (CC y CES) tiene una efectiva comunicación con los 262 municipios, catorce departamentos e iniciativas locales de desarrollo.
Poner los pies en la tierra significa crear una comunicación multinivel. Por ello y dada la fuerte contaminación política-partidaria, a la comunidad internacional se le podría solicitar su cooperación para crear e institucionalizar un permanente diálogo sociopolítico en todo el territorio nacional, propiciando así la generación de una “masa crítica” en pro del crecimiento económico con equidad social e intergeneracional.
La ANEP se esfuerza por mejorar su imagen, incidencia y discurso ante el nuevo escenario político. Ello explica que la ANEP haya invitado al expresidente chileno Ricardo Lagos, de centro-izquierda, como conferencista principal del XI ENADE ¿Qué hay de nuevo? A saber. Lo que es claro es que la propuesta ENADE 2011 ha dado un salto de calidad, a pesar de seguir el mismo “libreto”. Por ello, es poco probable un acuerdo nacional que dé paso a un nuevo modelo de desarrollo. El punto con mejores predicciones es el de las concesiones (alianzas público-privadas), las cuales han recibido el aval del actual gobierno y el respaldo moral del expresidente Lagos. Pronto sabremos si los dirigentes políticos y empresariales juegan ajedrez o damas chinas.
