El tópico de que E.U.A. sigue considerando a la región como su patio trasero y le presta bastante poca atención, podrá tener sus defensores, pero la realidad es que la región avanza y con ello obliga a los E.U.A. a tener que modificar actitudes.
No es un adarme, que el presidente del país que durante años dio millones de dólares para luchar contra el partido que llevó al presidente Funes a la presidencia, haya visitado la tumba de Monseñor Romero, ¡Todo un símbolo!, no de El Salvador, sino de Hispanoamérica por la conquista de la dignidad de los marginados y oprimidos. Esa estancia en el sepulcro de Monseñor Romero es algo más que un acto protocolario.
El discurso de Obama en la Cumbre de Trinidad y Tobago en 2009, del que se esperaban grandes cosas, fue bastante insustancial, pero Obama sabía que la región se merecía algo más, se impuso la realidad nacional norteamericana, en donde Obama ha tenido que jugar muy fuerte y había que priorizar. Por otra parte, la región no es uniforme como antes, hoy hay como mínimo dos grandes maneras de entender las relaciones con los E.U.A. y dentro de esas dos subzonas hay variaciones.
Este viaje en sí es una buena prueba de ello. Una zona es Centroamérica y el Caribe, que la representa El Salvador, en este caso, no olvidemos que el presidente de México hace poco viajó a Washington y la otra zona es Brasil, aceptando que Brasil ya es, en este momento, un país con voz propia, que podrá estar molesto de que los E.U.A. no le apoyan en la ONU como cree que se merece; pero también no se puede olvidar que Lula, en ocasiones, estiró demasiado la cuerda queriendo estar bien con “dios y con el diablo”.
Buena prueba de ello es que ahora Obama ha ido a Brasil y Chile, el otro país que, claramente apuesta por un modelo de democracia totalmente acorde con los E.U.A. hecho que no está tan claro con Brasil, que mantiene líneas de comunicación con el otro modelo que impera en Iberoamérica, el del populismo socialista bolivariano.
Las dos corrientes han tenido sus más y sus menos durante los primeros años del mandato de Obama, y eso ha lastrado la comunicación; si a ello se unió el problema de Honduras, las tensiones estaban servidas.
Parece ser que poco a poco la realidad se impone, el populismo bolivariano se inclina más hacia una situación de confrontación, sirva como test Gadafi, con todo lo que ello está significando en la comunidad internacional global, por ello algunos de los partidarios del movimiento se van alejando de él. José Mújica, el ex guerrillero vociferante de los primeros tiempos, hoy aparece como un socialdemócrata burocrático. El paraguayo Fernando Lugo, que más de una vez se dejó arrebatar por los fervores socialistas bolivarianos, hoy quiere que el capital extranjero y los mercados sean sus compañeros de viaje. A pesar de los esfuerzos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, por alinear al El Salvador con Venezuela, Funes no consistió y hoy ha tenido su recompensa, Obama ha visitado con él el panteón de Monseñor Romero.
Los E.U.A. saben que si siguen descuidando la región ésta se decantará por el otro polo de poder: China. Posiblemente ellos no acaban de captar la influencia y el nivel de penetración de China en la región y quizás por ello no se habían aprestado a contrarrestarla, pero hoy la política internacional es global y buena prueba de ello son las revueltas “democráticas” de los países árabes y aún no se ha valorado, dado lo reciente del suceso, lo que significará en la geopolítica mundial el desastre del Japón, que aun no ha acabado, con todo lo que ello puede significar de recursos, poderío industrial etc. sin duda tendrá una fuerte repercusión en todo el panorama asiático.
No podemos ignorar que en esta crisis global el precio de las materias primas no ha caído y la razón esencial ha sido la demanda china. Esto ha significado mucho para los países de la zona iberoamericana, en donde algunos están creciendo significativamente. Tal es el caso de Chile que también tuvo un pavoroso terremoto.
E.U.A. sabe todo esto y el viaje de Obama, que ha estado bastante alejado de la región, tiene la intención de recuperar tiempo e influencia perdidos. Los norteamericanos saben que las cosas ya no serán nunca como antes y que hay fuerzas y actores que han entrado en la región para quedarse e influir muy seriamente.
Así mismo algunos países como Brasil y Chile quieren y pueden jugar en la primera división internacional y desean ser mejor tratados, por ello desean que las promesas se cumplan y los acuerdos lleguen, no se puede seguir que el azúcar, banano, café, algunos minerales, la maquila, la exportación de automóviles de México, o el turismo sean tratados como cosas menores cuando otros productos, gracias a China, adquieren valores superiores. E.U.A. debe darse cuenta de que las reglas del juego están cambiando y ellos deben cambiar, en estos momentos. La impresión es que les va mejor a los países del sur, mas acercados a China que a los países del norte iberoamericano, más dependientes de E.U.A.
Pero en una economía global esto puede cambiar de la noche a la mañana y si China e India ceden algo de terreno, pues ellos también pueden tener problemas con sus trabajadores, todos ven la televisión y las redes sociales se expanden, las cosas pueden cambiar pero para ello los E.U.A. deben estar presentes y no lejanos.
Quizás esta sea la mejor conclusión del viaje de Obama a la zona.
