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Desde EUA Cnel. Montano niega participación en asesinato de jesuitas

El ex viceministro de Seguridad Pública, uno de los 20 militares salvadoreños acusados en España por el asesinato de los jesuitas, niega haber sido detenido, como dice el auto de la Audiencia Nacional. Asimismo asegura que no tuvo participación en la planificación de la masacre de los sacerdotes, una empleada y la hija de esta, ocurrida el 16 de noviembre de 1989.

Domingo, 12 de junio de 2011
Por Carlos Dada

“Puede decir que a mi nadie me ha venido a decir nada. Que estoy libre y viviendo en el mismo lugar desde hace diez años”, dice vía telefónica, desde Massachussetts, en Estados Unidos, el coronel Inocente Orlando Montano, uno de los 20 ex militares salvadoreños acusados del asesinato de los sacerdotes jesuitas de la UCA en 1989.

La Audiencia Nacional de España, que ha abierto una causa por el crimen, dictó la semana pasada un auto de captura internacional contra todos los acusados, pero el expediente de Montano lo ha tratado aparte. El auto pide la captura de los otros 19 acusados, citándolos uno por uno, y al final agrega: “y del ya reclamado y preso (f. 1933) en pieza aparte INOCENTE ORLANDO MONTANO”.

El Faro tuvo acceso a esta pieza aparte, fechada el 31 de marzo de este año, en la que se establece la localización de Montano en Estados Unidos. Pero, a diferencia de lo que consigna el auto de la Audiencia, Montano no ha sido capturado. “Estoy en libertad, lo que demuestra que todo eso que se dice ahí es una mentira. Han montado una novela contra La Tandona”, dice Montano, en referencia a esa promoción de oficiales de la Escuela Militar de finales de los años 60.

El coronel, ex viceministro de Seguridad Pública, es implicado en el asesinato de los jesuitas porque “participó activamente en la decisión y diseño del asesinato, el 16 de noviembre de 1989, de los sacerdotes jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de su empleada doméstica y de la hija de esta”, según el auto emitido por el juez Eloy Velasco.

El documento de la Audiencia agrega que Montano, “además de oficial del ejército y miembro del gobierno, tenía a su cargo la Radio Cuscatlán, emisora oficial del Estado desde el 11 de noviembre de 1989, que difundió, días antes de los asesinatos, amenazas de muerte contra el rector de la UCA, Ignacio Ellacuría y los jesuitas de esa universidad, a los que se acusaba de ser terroristas y cerebro del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional”.

Según documentos desclasificados y los testimonios de expertos en el juicio, Montano participó en reuniones celebradas el 15 de noviembre de 1989 “en la Escuela Militar y en los cuarteles del Comando Conjunto del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, donde el Alto Mando del Ejército de El Salvador, con la aquiescencia de altos funcionarios del gobierno, se adoptaron medidas urgentes como el asesinato de civiles de gran relevancia intelectual y política, estando presente, Inocente Orlando Montano junto a otros oficiales, cuando el coronel Emilio Ponce dio la orden al coronel Guillermo Alfredo Benavides de asesinar concretamente al padre Ignacio Ellacuría y asegurarse de no dejar testigos, y hacer uso para llevar a cabo tal asesinato, del comando del Batallón Atlacatl (destacado en San Salvador desde el 13 de noviembre de 1989)”.

Al menos parte de esta versión coincide con la de otro de los implicados, el coronel Camilo Hernández Barahona, que en entrevista a El Faro reveló que el director de la Escuela Militar, coronel Guillermo Benavides, les informó que en el Estado Mayor se había decidido “eliminar a líderes izquierdistas”.

Hernández Barahona narra la reunión en la Escuela Militar en la que Benavides habla con sus oficiales a su regreso de una reunión en el Estado Mayor: “Nos dice en ese momento a los oficiales que la situación está bastante crítica y que hay la orden de asesinar a los líderes izquierdistas; así, líderes izquierdistas, y a nosotros nos ha tocado a los de la UCA, al padre Ellacuría. Que ya los comandos del Atlacatl habían ido a hacer un reconocimiento y que sabían dónde estaban”.

Hernández Barahona cuenta también que se decidieron otros asesinatos: “A la Primera Brigada también le habían asignado a unos líderes izquierdistas que estaban en el Camino Real, a esos les iba a tocar la Primera Brigada, que también tenía fuerza para proteger y era la zona de responsabilidad de la Primera Brigada”. Entre esos líderes izquierdistas se encontraba Rubén Zamora, pero ese operativo, por razones desconocidas, no se llevó a cabo.

Montano niega toda participación en los hechos. “Todo esto está fundamentado en mentiras”, dice. “Participé en una reunión en la que hablamos de la defensa de la capital que estaba siendo agredida por los terroristas. Hablamos del plan de defensa para mandar a unidades a repeler ese ataque. No hubo ninguna orden de ataque. Ahí estaba el Presidente (Alfredo Cristiani)”.

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