El presidente de la República, Mauricio Funes, pidió a los diputados revertir algunas de las principales disposiciones de la Ley Antitabaco, de tal manera que se excuse a hoteles, bares, discotecas, salas de fiesta, restaurantes y todos los lugares de esparcimiento para mayores de edad como zonas en las que se prohíbe fumar, aun cuando sean espacios cerrados.
La medida propuesta va en contra de lo acordado por los partidos FMLN Y Arena, que hace más de tres semanas derrotaron el veto de Funes a dicha normativa y decidieron flexibilizar algunas de las restricciones, sobre todo las que se refieren a la negativa de permitir fumar incluso en zonas abiertas y al aire libre.
Las reformas a la Ley de Antitabaco que propuso Funes fueron enviadas por la ministra de Salud a la Asamblea esta semana. En ellas el presidente propone 18 modificaciones a la normativa, algunas de ellas relacionadas con artículos que el FMLN y Arena quieren reformar.
Los cambios que propone el Ejecutivo formulan una nueva redacción para el artículo 6, que se refiere a los lugares donde está restringido fumar. La propuesta divide el artículo en tres incisos que definen tres tipos de lugares con restricciones diferentes: restricción plena, restricción relativa y sin restricciones bajo ciertas condiciones. La segunda categoría de estas abre la posibilidad de que sí se pueda fumar en lugares de trabajo privados o en universidades, bajo ciertas restricciones que estarían definidas en un reglamento. Y la tercera categoría es la que abre una oportunidad para fumar en espacios como hoteles, restaurantes y bares.
En el caso de los hoteles la medida establece que se permitirá la habilitación de espacios interiores y habitaciones para fumadores, siempre y cuando estas se encuentren separadas del resto de habitaciones y cuenten con sistemas de ventilación independiente u otros dispositivos para le eliminación de humo. Además, estas zonas deberán ser señalizadas como zonas de fumadores.
Esta ventana que el presidente quiere que se abra, aunque parece una protección para las personas que no fuman, según la Organización Mundial de la Salud es una falacia. Según la página web de la OMS, el humo de cigarrillo termina colándose incluso en los lugares aparentemente más aislados dentro de un edificio. Por eso no es cierto que sea efectivo el aislamiento de zonas para no fumadores. Asimismo, según la OMS no hay una cantidad mínima a partir de la cual el humo de cigarrillo de segunda mano aspirado cause daño. El organismo advierte que por muy pequeña que sea la cantidad de humo que se aspire, se produce daño al organismo.
La OMS subraya que las zonas de fumadores separadas o ventiladas no protegen a los no fumadores contra la inhalación de humo ajeno, y por lo tanto la petición del presidente daría al traste con la intención declarada de la ley de proteger a los fumadores pasivos.
El planteamiento de Funes, además, es contrario a las reformas propuestas por el FMLN y Arena, cuyas bancadas legislativas la semana pasada reiteraron su postura en contra de las áreas interiores en las que se permita fumar. Ambos partidos acordaron no dar ninguna posibilidad a la creación de este tipo de espacios.
Según las estadísticas de la OMS, anualmente mueren en el mundo 600 mil personas no fumadoras expuestas al humo de tabaco. Las muertes son causadas por cáncer, cardiopatías, asma y otras enfermedades. En total, la epidemia de tabaquismo mata cada año a casi 6 millones de personas en todo el mundo, pero una de cada 10 víctimas es una persona que no fuma.
La categoría de restricciones relativas que propone el presidente crearía un grupo de áreas públicas o privadas en las que si cuentan con zonas al aire libre sí se podría fumar: centros de trabajo públicos y privados, instituciones de educación superior, instalaciones deportivas y lugares donde se desarrollen espectáculos públicos, salas de cine, centros culturales y todos los espacios de acceso público donde haya concurrencia de personas.
La categoría de restricción plena propuesta por Funes abarca áreas públicas o privadas comoestablecimientos de salud, centros de educación, lugares de esparcimiento de menores, áreas naturales protegidas, terminales aéreas, terrestres y marítimas y todo tipo de medios de trasporte de pasajeros.
Las propuestas presidenciales también hacen cambios a los artículos que hablan sobre la publicidad. A diferencia de los diputados, el presidente amplía las oportunidades de las empresas y compañías que comercializan tabaco o cualquiera de los productos derivados.
En el caso de la prohibición de la publicidad, la regla excluye a los espacios habilitados para fumar, siempre y cuando la publicidad se coloque en el interior de los mismos. Sin embargo, las restricciones referentes a qué tipo de publicidad podrá usarse, si se trata del logotipo de la marca o de la inclusión de mensajes, será parte del trabajo que deberá incluirse en los reglamentos que emita el Ministerio de Salud.
En los espacios de restricción relativa, como universidades, instalaciones deportivas y zonas donde se desarrollen espectáculos públicos en los que conviven a diario miles de jóvenes, la normativa permite la promoción del tabaco y sus productos. La promoción incluye la realización de actividades que promuevan el consumo, la venta o distribución gratuita de objetos promocionales, la distribución gratuita o mediante concurso u otras medidas promocionales de cigarrillos y sus productos.
Uno de los objetivos de la ley es la disuasión a los jóvenes para que no adquieran la adicción al tabaco. Por eso es que los diputados prohibieron que se expenda cigarrillos en cajetillas con menos de 10 unidades.
Según demuestran estudios recientes de la OMS, cuanto más se expone a los jóvenes a la publicidad sobre el tabaco, más probabilidades habrá de que comiencen a fumar. De aceptarse las reformas presidenciales, El Salvador sería parte del 95% de la población mundial que no está protegida por prohibiciones completas de la publicidad, la promoción y el patrocinio.
Las reformas presidenciales se suman a las acordadas por el FMLN y Arena la semana pasada. A la fecha, ninguno de estos partidos cuenta con una postura frente a la propuesta del Ejecutivo. Los diputados efemelenistas optaron por el silencio mientras analizan las peticiones de Funes. Para que la Asamblea realice cualquier tipo de reforma a la Ley para el Control del Tabaco son necesarios 43 votos favorables en el pleno.
