Fue el Departamento de Estado quien le propuso al presidente Mauricio Funes que enviara tropa salvadoreña a Afganistán, según explicó el mismo Funes, el sábado.
El mandatario explicó que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha solicitado a los países de Naciones Unidas que colaboren en la creación de una fuerza estabilizadora en Afganistán, pero que fue Hillary Clinton, la secretaria de Estado, la que canalizó esa solicitud con El Salvador
'El llamado lo canalizó la OTAN a través del Departamento de Estado. Nos enteramos de esa solicitud en una reunión que tuve con la señora Clinton hace algunos meses. Luego, lo evaluamos al interior de la Fuerza Armada y llegamos al convencimiento de que podíamos participar', precisó Funes.
Las resoluciones 1386 (2001) y 1943 (2010) de la ONU, tratados de los que El Salvador es firmante, establecen la conformación de una fuerza internacional de asistencia a la autoridad de Afganistán en el mantenimiento de la seguridad en la región de Kabul y las zonas circundantes. Son estos tratados los que propiciaron la oferta de Clinton, según Funes.
El mandatario rechazó que el envío de 22 efectivos militares a Afganistán, previsto para el 28 de agosto, responda a un canje con Estados Unidos. 'No está ligado a ningún compromiso, es una alianza estratégica la que tenemos con Estados Unidos y nos colaboramos mutuamente. De la misma manera en que los Estados Unidos van a colaborar en el plan de seguridad, porque es uno de los primeros obstáculos a superar para los asocios para el crecimiento, es la inseguridad, así podemos colaborar nosotros'.
Funes enfatizó el respaldo que el país estará recibiendo en materia de seguridad, por parte de los estadounidenses. 'Están comprometiendo recursos, pero también comprometiendo capacitaciones, está comprometiendo también esfuerzos destinados a generar intercambios de experiencia', detalló.
Para el presidente, el envío de militares a Afganistán es motivo de orgullo y que habla bien del país. Dentro del ministerio de Defensa se evaluó que los militares salvadoreños tenían suficiente experiencia para ayudar a la conformación de cuerpos de seguridad pública de otros países.
El envío de militares salvadoreños a un país invadido por Estados Unidos a finales de 2001 se producirá ocho años después de que el gobierno del presidente Francisco Flores accediera a una petición del Pentágono de colaborar con tropas en la ocupación de Iraq.
Durante su misión en Iraq, los militares salvadoreños sufrieron cinco bajas mortales: dos soldados, dos subsargentos y un capitán. En total, El Salvador aportó unos 3 mil hombres a las operaciones en Iraq, país que Estados Unidos decidió invadir unilateralmente en marzo de 2003. En esa ocasión, el gobierno de Francisco Flores argumentó que el país atendería una resolución de Naciones Unidas, pero luego, diversos medios de comunicación en varios países de Latinoamérica y Estados Unidos fueron revelando que el Pentágono fue el encargado de reclutar colaboradores en la región en un afán de darle legitimidad a la invasión.
