Opinión /

Jóvenes y política


Lunes, 26 de septiembre de 2011
Roberto Cañas

Los jóvenes que hoy tienen entre 18 y 25 años nacieron después de la firma de los Acuerdos de Paz. No vivieron los horrores del conflicto, ni la alegría de celebrar la paz, eran muy chicos. La generación de la postguerra creció con la televisión como niñera, hoy no pueden vivir sin internet y el celular y son la mayoría de la población del país: por eso es clave preguntarse ¿Qué piensan los jóvenes de la política y  de los partidos políticos?

Yo soy docente universitario y todos los días convivo con los estudiantes: los conozco y puedo asegurar que la mayoría tienen, muy poco interés por la política, no sienten que sus intereses estén representados por los partidos políticos. Y se preguntan ¿Qué sentido tiene la democracia y votar en las elecciones si al fin de cuentas sus condiciones materiales de vida no mejoran? Y la verdad es que cuando una sociedad no puede dar educación de calidad a su juventud, ni después darles empleos decentes, hay un problema de sistema grave que necesita resolverse.

Para los jóvenes los diputados y los dirigentes de los partidos políticos están muy desprestigiados, generalmente son vistos por la juventud, como personas cuyo objetivo se limita a vivir de los fondos públicos, entendiendo la política, como una forma de movilidad social más que una manera noble de servir a la sociedad. Esto no nos debería extrañar pues para el caso esta semana se discutió en la Asamblea un Proyecto de ley de Juventud y los diputados no lograron un consenso durante la plenaria para poder aprobar la Ley General de Juventud, postergando una vez más la aprobación de una legislación que puede proteger los derechos de los jóvenes.

Si al aprobarse la ley se beneficiaría a los jóvenes, si la legislación tiene como objetivo crear políticas públicas que garanticen el desarrollo de la juventud y permitir que se elaboren estrategias y programas a ejecutar, con el fin de asegurar sus derechos. Si la ley incluye la creación del Instituto Nacional de Juventud, que tendrá como función formular, dirigir, ejecutar y vigilar el cumplimiento de esta política nacional, que busca incorporar a los jóvenes en el desarrollo del país, mediante oportunidades que posibiliten su desarrollo integral. ¿Por qué no se aprobó? Hay que tener claro que al no crear condiciones para el desarrollo integral de la juventud vamos hacia un suicidio colectivo y parece que los parlamentarios no se dan cuenta.

 

Un indicador importante de la apatía juvenil es el poco interés por sacar el Documento Único de Identidad que es el documento necesario para votar en las próximas elecciones, pues de la meta que era enrolar a 58,411 jóvenes de todo el país solo se inscribieron 13,927, lo que representa el 23.84% de los datos esperados. Dichos resultados se lograron a pesar de que se dio una prórroga que dictaminó la Asamblea Legislativa para aumentar el número de jóvenes con DUI antes del cierre del padrón. Los resultados fueron muy pobres.

Desde agosto de 2008 los jóvenes están esperando que en la Asamblea Legislativa se ratifique la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes que se trata del primer documento de carácter internacional que da soporte jurídico al conjunto de los gobiernos iberoamericanos, para el desarrollo de políticas públicas dirigidas a la promoción y el fortalecimiento de las potencialidades de la juventud de la región, se esperaba que se ratificara la Convención en el marco de la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en el país en 2008, pero la Iglesia Católica y los partidos de la derecha en la Asamblea Legislativa  se opusieron y no se ratificó y finalmente el  Gobierno de Tony Saca no ratificó la Convención Iberoamericana porque según el el texto 'tiene incompatibilidades con nuestra Constitución y con la moral que es aceptable para la sociedad salvadoreña'.

 En la mencionada Convención  se tomaran acuerdos concretos para  ofrecer más oportunidades de desarrollo a los jóvenes, pues el tema principal de la Cumbre fue 'Juventud y Desarrollo'. Hoy es septiembre de 2011 y todavía estamos esperando que se cumpla lo que la Cumbre Iberoamericana de El Salvador produjo que fueron 4 documentos: 1) la Declaración de El Salvador, que contiene una tradicional declaración política; 2) el Compromiso de San Salvador para la Juventud y el Desarrollo, en el que se expresa de manera más específica lo convenido en relación al tema central de la cumbre; 3) el Programa de Acción de San Salvador, que contiene los acuerdos de seguimiento de cumbres anteriores y de asuntos no vinculados directamente con el tema central, han pasado tres años y no ha sucedido nada, y ya nadie se acuerda de la cumbre y no se ha cumplido nada: es la política de la simulacro, de la parafernalia de una Convención de apariencia.

Pero lo más impresionante es, que cuando en el mundo hay una epidemia de indignación que está sublevando a los jóvenes: En la primavera árabe, en Grecia, los indignados de España del 15M y los estudiantes chilenos, en El Salvador pasa muy poco.

Da envidia de la buena, ver el desempeño del Movimiento Estudiantil Chileno que está demostrando que tiene claridad política, capacidad de convocatoria masiva  y que con el uso a fondo las redes sociales a unido a los estudiantes universitarios y secundarios y a otros sectores sociales en un movimiento masivo democrático y participativo que ha puesto en jaque al gobierno chileno.

Lo bueno también del movimiento estudiantil chileno es la creatividad de sus formas de lucha cada día aparecen en la calle con novedades: con disfraces, bailes, besos colectivos que son verdaderamente atractivos y renuevan la forma de hacer lucha social.

Yo me pregunto ¿Cuál es el futuro de los jóvenes? ¿Cómo podemos los salvadoreños tener la certeza que nuestro país pueda mejorar?, si los jóvenes que son los que tomaran las riendas del Estado en el futuro, que son los que tendrán en sus manos la dirección del país no tienen condiciones para tener espacios de de trabajo y recreación y desarrollarse plenamente.


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