Las lluvias que entre el 10 y el 19 de octubre pasados provocaron precipitaciones históricas en El Salvador causaron daños por 840 millones de dólares, aseguró este lunes el presidente de la República, Mauricio Funes, al presentar ante la comunidad internacional un balance aún preliminar elaborado por el gobierno y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Según el gobernante, la tormenta 12-E perjudicó directamente a uno de cada 20 salvadoreños y el rubro con más costos fue el del sector productivo, estimados en unos 300 millones de dólares. Esto impactará en las previsiones de cosechas récord que la administración predecía para los cultivos de maíz y frijol, admitió Funes.
El presidente dijo que, como consecuencia de la tormenta, la economía crecerá mucho menos que lo previsto, que ya era poco comparado con el resto de Latinoamérica. El producto interno bruto iba a crecer un 2.1%, según la administración, pero luego de 12-E la estimación es de un aumento del 1.4% del PIB.
El miércoles pasado, el presidente había dicho que, preliminarmente, los daños directos por las lluvias subían a un mínimo de 650 millones de dólares, y que si a eso se agregaba los costos indirectos, las pérdidas podrían alcanzar unos mil millones. Este lunes dijo que a los 840 millones todavía faltaría agregar las pérdidas domésticas que solo serán cuantificables cuando todas las familias evacuadas (más de 55,000 en los días de mayor intensidad de lluvias), una vez de regreso en sus viviendas, puedan estimarlas. 'Todavía hablamos de un informe preliminar porque aún hay miles de familias que siguen en los albergues y miles de familias recién regresadas a sus casas que están evaluando las pérdidas', dijo.
De los 840 millones en pérdidas: 300 corresponden al sector productivo, 260.58 millones a daños a la infraestructura, otros 207.8 millones por daños en viviendas, escuelas y centros de salud, y 70 millones más en daños ambientales.
Funes enfatizó que 12-E ha sido, de lejos, el mayor fenómeno meteorológico que ha sufrido El Salvador desde cuando se registran, en la década de las 60.
El presidente aprovechó para recriminar a la prensa la publicidad de un informe divulgad por Naciones Unidas la semana pasada, en Ginebra, que calificaba a El Salvador como el país más violento del mundo, debido a su tasa de homicidios. Las cifras utilizadas en el informe correspondían al quinquenio 2004-2009, así que el presidente tildó el documento como 'anacrónico'. 'Si acaso unos meses de mi gobierno estarían incluidos en dicho informe, pero de todas formas ya se sabe que la nación hermana de Honduras tiene una mayor tasa de homicidios que El Salvador', matizó.
El Salvador cerró 2010 con una tasa de aproximadamente 67 asesinatos por cada 100 mil habitantes, mientras Honduras registró unos 77 por cada 100 mil. En el continente, entonces, El Salvador fue el segundo país con mayor incidencia de homicidios.