La familia del artista Fernando Llort se pronunció la tarde de este domingo exigiendo al Estado que haga cumplir la Ley de Protección de Patrimonio Cultural y obligue, con base en ella, a que se reconstruya el mosaico que adornaba la fachada de la Catedral Metropolitana, destruido por orden de la Iglesia Católica.
Los parientes de Llort y uno de los colaboradores del artista dieron conferencia de prensa horas después de que el arzobispo de San Salvador, monseñor José Escobar Alas, justificara la destrucción del mosaico alegando que con el deterioro sufrido a lo largo de los 15 años el mural se había convertido en una amenaza para los visitantes del templo.
La familia Llort rechazó las razones del arzobispo, y este a su vez, en sus explicaciones, entró en contradicción con el párroco de catedral sobre las razones que la jerarquía católica tuvo para ordenar desmontar a cincelazos y con taladro la obra inaugurada en 1997.
La Secretaría de Cultura había comenzado el trámite para declarar patrimonio cultural el mosaico. El lunes, sin embargo, las autoridades de la Iglesia Católica comenzaron a destruirlo y en tres días han dado dos versiones contradictorias sobre la razón que los movió: el viernes dijeron que el mosaico estorbaría a una imagen de mármol que instalarían en el frente del templo, y este domingo dijeron que la razón es que por su deterioro se ha convertido en un peligro para el público.
'Nosotros apreciamos mucho la obra, de colores bellísimos, pero constatamos -por desdicha- el deterioro que tuvo en 15 años y no le vimos posibilidad de que permaneciera la obra', dijo este domingo el arzobispo.
Escobar Alas explicó que los trabajos iniciaron como un proyecto para dar una mano de pintura al templo y que en el proceso de examen de la fachada, los técnicos contratados se percataron de que los azulejos que componen las icónicas figuras que Llort hizo famosas en su taller de artesanías de La Palma, estaban dañadas. Algunas se estaban despegando, otras estaban muy decoloradas y en general todas resultaban muy quebradizas.
'En un principio pensamos en la restauración', explicó el arzobispo, pero luego entendieron que hubiera sido una tarea demasiado difícil, si no imposible. En este punto no coincide el ingeniero Roberto Suárez, colaborador de Llort en la elaboración del mosaico, quien horas más tarde participó de la conferencia de prensa de la familia del artista. Según Suárez, la obra ni se decolora, como dijeron los encargados de retirar el mural, ni obliga a botarla por completo cuando alguna pieza ha sufrido daño, sino que se puede sustituir pieza por pieza en caso de necesidad.
La fachada de Catedral con el mosaico de Llort está orientada hacia el sur y enfrente tiene la plaza Gerardo Barrios. Entre ambos, plaza y templo, han sido testigos de momentos clave de la vida sociopolítica de El Salvador, antes y después de la obra del artista. Antes, por ejemplo, fueron escenario de múltiples manifestaciones políticas en los años 70 y 80 y también de una brutal represión que dejó decenas de fallecidos. En 1980, francotiradores del gobierno atacaron a la muchedumbre reunida para despedirse de monseñor Óscar Romero, asesinado el 24 de marzo de ese año y cuyo funeral se realizaba en ese momento.
Después de la obra de Llort, en marzo de 2011, esa fachada vio llegar al presidente estadounidense Barack Obama, quien llegó a la cripta a rendir tributo a monseñor Romero.
Cuando el templo estrenó el mural de Llort, el país se dio durante unos meses a debatir sobre la estética general de la catedral y sobre las supuestas incompatibilidades estilísticas de sus componentes arquitectónicos y de decoración. Los salvadoreños terminaron bautizando el mosaico como 'la toallona', dado que las obras de Llort ya habían sido reproducidas incluso en enormes toallas decorativas.
Escobar Alas subrayó este domingo que la Iglesia aprecia el arte y a los artistas, pero insistió en que restaurar el mosaico era prácticamente imposible y lo mejor era desmontarlo. 'Nosotros solo vemos que un mosaico como el que estaba no soporta las inclemencias del tiempo', dijo. Admitió que nunca notificaron a Llort sobre la decisión de destruirle su obra, como tampoco consultaron a la Secretaría de Cultura sobre la posibilidad de intervenir la obra.
La Ley de Patrimonio Cultural establece que nadie puede alterar o destruir una obra o un bien declarado patrimonio cultural o en proceso de ser declarado patrimonio cultural, a menos que tenga la autorización de la Dirección de Patrimonio Cultural. Cuando los periodistas le preguntaron si estaba al tanto de que la Secretaría de Cultura ya anunció un proceso de investigación y de posible imposición de multas a los responsables de la destrucción de la obra de Llort, Escobar Alas dijo que no sabía nada. 'Espero que no lo hagan... mejor que nos ayuden a construir una réplica', dijo.
El arzobispo dijo que pedirán a Llort que construya una réplica en el interior de la catedral, aunque de menor tamaño. 'No hemos platicado todavía con don Fernando, ojalá podamos hacer de nuevo el mosaico a una escala menor para tenerlo en el interior'.
El viernes pasado, El Mundo publicó una nota en la que recogía la razón que daba el párroco de catedral, William Recinos, para haber ordenado la destrucción del mosaico. Según Recinos, hay una decisión de instalar en el frente de la catedral una imagen de mármol, y su estética o estilo la hace incompatible con el mosaico. Por lo tanto, había que quitar el mosaico. 'Se busca que la imagen del Divino Salvador del Mundo combine. Es una estatua de mármol que donará un artista y los mosaicos le quitarían su belleza', explicó, citado en la nota de dicho periódico.
La cita no fue, al parecer, nada dicho al azar ni por descuido, porque Recinos amplió a El Mundo que la decisión también se sometió a consulta con la feligresía, y esta se había mostrado de acuerdo con la sustitución del mosaico por la estatua.
Recinos no reveló quién era el artista donante, pero el arzobispo sí lo hizo este domingo, aunque desmintió la razón de la destrucción esbozada por el párroco. 'Alguien comentó que se quitaba para poner una imagen del Divino Salvador. Eso no es cierto, y no sé por qué esa persona dijo eso', mencionó Escobar Alas, sin citar al sacerdote. 'En todo caso, no afectaba, pero sí es verdad que hay un artista, Camilo Bonilla, que ha pedido permiso de poner una imagen del Divino Salvador del Mundo en la parte de arriba (de la fachada). No estamos seguros de si lo va a hacer o no, pero él ha ofrecido, y nosotros estamos para apoyar el arte de nuestros conciudadanos sobre todo'. Dijo que Bonilla hizo su petición hace aproximadamente un año.
El viernes, la Secretaría de Cultura publicó un comunicado en el que decía lamentar y condenaba la 'intervención' en la fachada de la catedral. 'Ha sido severamente dañado el mural de azulejos elaborado por el artista Fernando Llort', decía la Secretaría. 'Esta acción viola la Ley de Protección de Patrimonio Cultural', sentenciaba la institución.
El arzobispo admitió que no solicitaron autorización para botar el mosaico, pero alegó que no sabía que se encontraba en proceso de ser declarado patrimonio cultural. 'La verdad es que no, no lo hicimos', dijo en conferencia de prensa. 'Yo no sabía que estaba en proceso de declararse patrimonio cultural'.
El prelado se hizo acompañar de tres miembros de la empresa a cargo de la remoción de la obra de Llort. “Una firma de ingenieros y arquitectos estudió el caso para poder restaurar, pero la verdad es que la restauración es imposible porque la cerámica no puede ser restaurada, solo sustituida, y si cambiamos una pieza con un color nuevo ya es distinta a las demás”, dijo Escobar Alas.
Los representantes de Servicios Inmobiliarios Molina parafrasearon al arzobispo reiterando que era imposible salvar las piezas del mosaico, aduciendo que tenían fisuras no tan evidentes a simple vista. Ante las preguntas de los periodistas, tanto Escobar Alas como los representantes de la compañía dijeron que no habían pedido autorización para eliminar las piezas del mosaico.
La Ley de Protección de Patrimino Cultural también dispone que en caso de daño o destrucción a un bien patrimonial, se procederá a su restauración o reconstrucción bajo supervisión de la Secretaría de Cultura. La familia de Llort pidió la tarde de este domingo que se cumpla este punto y que el mosaico sea reconstruido en la fachada del templo.
La hija del artista, María José Llort, y el ingeniero Roberto Suárez, dijeron sentirse ofendidos por la decisión de la Iglesia Católica. “Las declaraciones de Monseñor no tenían sentido, eran ilógicas e incongruentes. Es cuestión de respeto, de tratar con dignidad la obra del artista. A ellos les hizo falta la gentileza de preguntar. Mi papá está triste y consternado. Las piezas fueron taladradas y tiradas como ripio en un camión”, aseguró María José, al mostrar parte de los azulejos rotos que su hermano Juan Pablo recogió el viernes en la entrada de catedral.
Otro de los hijos de autor, Fernando, también se comunicó con los medios vía celular desde Australia. “Lo mejor es restaurar el mural y por eso vamos a luchar', dijo, afirmando que toda la obra de su padre está considerada como patrimonio cultural por la Dirección Nacional de Arte de la Secretaría de Cultura.
La familia Llort apela al artículo 42 de la Ley de Protección de Patrimino Cultural. “Si un bien cultural monumental se destruyere o dañare por caso fortuito o fuerza mayor, se deberá proceder a su restauración o reconstrucción, de acuerdo a su estructura arquitectónica original, bajo la supervisión de la Secretaría de Cultura”, establece la normativa.
El ingeniero Suárez rebatió los argumentos de Monseñor asegurando que las piezas de cerámica no se decoloraban por su naturaleza, y explicó que el cambio en el tono de estas se debió al clima y otros elementos en la zona, como el humo de los buses. El hecho de que el mural estuviese seccionado por pequeñas piezas permitía poder cambiar únicamente las piezas dañadas.
Suárez también aprovechó la ocasión para recordar que la creación del mosaico en 1997 fue iniciativa de monseñor Fernando Sáenz Lacalle, quien desde la Fundación Catedral solicitó la ayuda de Llort para crear el mural de la fachada. En ese momento la falta de capital llevó a la Iglesia a invitar a sus feligreses para que donaran cierta cantidad de dinero que les acreditaba como 'dueños' de una de las 3,000 piezas que hacen el mosaico. “La obra no solo era de Fernando, era un proyecto de familia. El pueblo lo hizo y si lo quieren de vuelta, que les pregunten. Yo como salvadoreño quisiera ver las cerámicas que compré puestas donde estaban. Hay que evitar eso de que en vez de pedir permiso pedimos perdón”, dijo Suárez, asegurando que la situación tenía que servir de precedente en favor de la obra de todos los artistas salvadoreños.
Escobar Alas aseguró que algunas de las piezas del mosaico fueron guardadas para tratar de replicar algo de la obra original en el interior. Dijo que no podía decir dónde las tenían guardadas, ya que si uno tiene algo de mucho valor no anda divulgando dónde lo guarda.
Vea vídeo 'Desde la Palma, con paz y amor', un reportaje gráfico del trabajo de Fernando Llort, incluído la construcción de la fachada de catedral.