El excomandante guerrillero y secretario de la presidencia para asuntos de vulnerabilidad, Jorge Meléndez, llegó este lunes enfundado en un traje café oscuro para defenderse de la acusación de asesinato en contra del poeta Roque Dalton. Durante casi cuatro horas permaneció en la sala de audiencias del Juzgado Noveno de Paz de San Salvador para, al final, escuchar un resultado anticipado por los fiscales el viernes anterior: un sobreseimiento definitivo por prescripción del delito.
Una vez con el resultado a su favor, el funcionario dijo estar comprometido con el proceso para establecer una verdad sobre el crimen ocurrido en 1975, pero paradójicamente guardó sus secretos sobre el caso: “Lo que queda pendiente siempre es la demanda de que se conozca la verdad y creo que eso es correcto, eso tiene que quedar establecido (…) Hay un montón de cosas que quisiera expresar, pero prefiero callar porque, insisto, cada vez que se declara de manera parcial, se interpreta de manera parcial”.
A unos dos metros del lugar donde Meléndez daba declaraciones a la prensa, lo escuchaban atentos Juan José y Jorge Dalton, los hijos del poeta que, en mayo de 2010, denunciaron ante la Fiscalía salvadoreña a Meléndez y al asesor en asuntos de pacificación Joaquín Villalobos, como responsables de la ejecución de Dalton, el 10 de mayo de 1975. “Villalobos lo dijo públicamente que fue una decisión colectiva, donde Jorge “Jonás” estaba presente; Jorge “Jonás” estuvo presente en la casa donde fue asesinado mi padre, donde fue secuestrado mi padre, donde se le hizo el juicio y, por lo tanto, tiene que saber todo lo que pasó. Si verdaderamente tiene voluntad del esclarecimiento de la verdad, él sabe todo lo que pasó y podría ayudar mucho a esclarecer el asesinato del poeta meritísimo”, reclamó, exaltado, Jorge Dalton.
El poeta Roque Dalton fue secuestrado por sus compañeros de organización clandestina, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el 13 de abril de 1975. El estado mayor de esa organización lo acusaba de promover un complot contra la dirigencia por instigar a su compañero Armando Artega a que adoptara una actitud de indisciplina. Con el paso de los días fue acusado de ser un agente de la agencia de inteligencia estadounidense y, finalmente, ejecutado el 10 de mayo de ese mismo año. La familia denuncia que Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez, entonces comandantes, tienen responsabilidad directa en el crimen y alegan que en una entrevista concedida a un medio mexicano Villalobos hizo una serie de confesiones incriminándose a sí mismo e involucrando a Meléndez.
Meléndez ha dicho antes que él no le llama asesinato al homicidio de Dalton, 'porque eso fue un proceso político'. Alega que él no es asesino y que posiblemente un día diga toda la verdad, tal vez en un libro o de otra manera.
Meléndez este lunes se aferró al argumento de la Fiscalía, mismo que aplicó el juez Romeo Giammattei, en cuanto a que el Estado salvadoreño tenía 10 años a partir del asesinato para iniciar la acción penal, y que ese tiempo se cumplió en mayo de 1985. A partir de esto, y bajo el argumento de que El Salvador no ha ratificado el Estatuto de Roma que permitiría considerar que algunos crímenes -cometidos contra la humanidad- nunca prescriben, Meléndez dijo que él queda exonerado de persecución. “Lo que reafirmo es que soy inocente y hoy jurídicamente esto ha establecido mi inocencia (…) Ese delito penal prescribe después de 15 años y han pasado 36 años, a tanto tiempo es difícil encontrar la prueba para declarar culpable, podría ser con prueba no idónea; o para declarar inocente que sería también prueba… o sea que sería más grave porque podría darse un resultado que no es justo”, dijo el funcionario.
De la misma resolución, Juan José Dalton hioz una lectura totalmente diferente: “Lo fundamental es que no ha habido absolutamente ninguna investigación, no se les ha tomado declaración a quienes consideramos responsables, aquí en el juzgado de todos modos no se ha declarado inocente a nadie. El juez no ha declarado inocente ni a Joaquín Villalobos ni a Jorge Meléndez, lo que ha declarado es que el crimen está prescrito”. Los familiares del poeta denunciaron una débil investigación de la Fiscalía, institución que ni siquiera adjuntó al expediente judicial un dispositivo de memoria electrónica (un disco compacto) en el que Villalobos aceptaba su participación en el asesinato.
Pese al sobreseimiento definitivo, Villalobos y Meléndez continuarán como protagonistas de un proceso judicial. El Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca) anunció que presentará un recurso de apelación ante una Cámara de lo Penal por la falta de investigación. Además del disco compacto con la supuesta confesión de Villalobos, Silvia Cuéllar, abogada del Idhuca, dijo que los fiscales solo presentaron fotocopias de los documentos aportados por los denunciantes. “La resolución es histórica en el sentido de que al cerrarle la puerta a la investigación no podrá quitarse de la mente de la familia Dalton, ni de la sociedad salvadoreña, ni de la comunidad internacional que el señor Meléndez y el señor Villalobos sean los probables autores del delito de asesinato porque al no llevarse una investigación por parte de los obligados de investigar, ¿cómo podrá la familia Dalton investigar quiénes mataron a su padre? ¿Dónde está el cadáver?”
Esa omisión de la investigación, dice Meléndez, será un proceso que se irá construyendo paso a paso. “La verdad se viene conociendo poco a poco, pero cuando se dice de manera fraccionada, al final hay interpretaciones, pero por ejemplo una de ellas se dice, de manera irresponsable: este es el asesino. Yo no tengo nada que ver con esa acusación en concreto, verdad, por eso es que a mí me parece realmente fuera de lugar”.
Meléndez también ha argumentado que él no formaba parte de la dirección del ERP cuando esta decidió matar a Dalton, a pesar de la versión contraria de Villalobos en cuanto a que ambos tuvieron parte en esa especie de consejo de guerra. Esto es lo que respondió a El Faro el secretario de vulnerabilidad antes de excusarse diciendo que no quería hablar del asunto:
¿Cuando habla de la verdad se refiere a dónde están los cadáveres?
Mire, la verdad toda. La verdad es la verdad histórica y se va construyendo con una serie de documentos, con personajes; es decir, es un proceso, no es un proceso penal.
¿Está en disposición de contribuir a que esa verdad salga a la luz?
Siempre hemos estado, siempre lo hemos dicho: si eso es parte de lo que va a generar que la familia salvadoreña aprenda de la historia, aprenda lo que sucedió, pero lo del proceso penal se terminó y yo espero que no se continúen afirmaciones irresponsables porque entonces ya estaríamos fuera de la ley.
¿Y el proceso penal no era una buena oportunidad para iniciar ese proceso de búsqueda de la verdad?
El proceso penal lo que habla es de delitos, y la verdad no habla de delitos; la verdad habla de todo lo que ha pasado en nuestro país que incluye, pues sí, que tenemos que aclarar qué pasó con Roque Dalton y no solo eso, qué pasó con muchas cosas. Bueno, yo les pido disculpas, pero hoy no quiero hablar del tema, no quiero declarar sobre el tema…
Fotos: Efren Lemus