Desde una perspectiva cívica y en el marco de la conmemoración de los veinte años de los Acuerdos de Paz, se utiliza la figura del semáforo para analizar si la institucionalidad existente puede lograr que “el vehículo de la democracia pase la intersección 2012-2022, sin ser embestido por el tanque del autoritarismo”.
Luz roja: la corrupción e impunidad se retroalimentan entre si y debilitan la institucionalidad democrática. A mayor corrupción, mayor pérdida de credibilidad en la gestión gubernamental. A mayor impunidad, mayor disgusto ciudadano hacia un estado que no vela por el bienestar colectivo. Adicionalmente, la acelerada desintegración familiar y descomposición social que vive El Salvador contribuyen a que la corrupción e impunidad potencien la economía criminal: tráfico de drogas, trata de personas, secuestros, extorsiones, contrabando y prostitución. En resumen, la luz roja para la democracia se expresa en el descrédito del régimen político (partidocracia) y la creciente desconfianza en las instituciones públicas.
Luz amarrilla: la inseguridad pública y violencia social hacen que la ciudadanía esté desesperada e incluso dispuesta a aceptar el retorno del autoritarismo (aún a costa de sus derechos civiles). Por otra parte, numerosos padres de familia les dicen a sus hijos “mejor váyanse del país porque aquí no hay futuro”, lo que indica que miles de jóvenes han dejado de asociar su plan de vida con el futuro de su terruño. Igualmente, innumerables conciudadanos están hartos de escuchar tantas promesas cada vez que hay elecciones. Todo lo anterior significa que el proceso democrático está en riesgo (es reversible) y que para rescatarlo se requiere de una ciudadanía activa.
Luz verde: la Internet y los medios de comunicación facilitan el acceso a la información, lo cual favorece la participación ciudadana y transparencia. También conviene avanzar en la aplicación de leyes aprobadas recientemente v.g. acceso a la información pública, ordenamiento y desarrollo territorial, lucha contra la discriminación de la mujer, niñez y adolescencia, y otras. Además, los resultados de las elecciones de 2012 les negarán el poder absoluto a todos los partidos políticos. Esta señal será una luz verde al entendimiento nacional. Es decir, el pueblo les proporcionará el mandato a los partidos políticos para concertar un nuevo pacto social.
Conclusión: las perspectivas del actual régimen político son inciertas. La luz roja indica que la partidocracia frena la democracia y estimula la corrupción e impunidad. La luz amarrilla señala que los partidos políticos tienen limitaciones para garantizar el estado de derecho, lo cual hace que se repliegue la justicia y se potencie la anarquía (pérdida del control territorial, descomposición social, impunidad, corrupción y delincuencia económica). De aumentar estas señales, estaría avanzando el autoritarismo sobre las libertades individuales. La luz verde está dada por las capacidades desarrolladas por la sociedad civil organizada, la apertura de los medios de comunicación social y la garantía institucional que ofrece la actual Sala de lo Constitucional. Conviene, entonces, impulsar decididamente aquellas iniciativas y procesos que conduzcan a la consolidación de un estado democrático de derecho.