La voces que faltaban en la historia de la masacre de 1932
El Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI) conmemora el 80 aniversario de la masacre de 1932 en Izalco llevando a esas tierras las exposiciones itinerantes 'Memoria de los izalcos' y '1932'. En ellas revelan nueva información obtenida después del estreno en 2005 del primer documental que recogía testimonios directos de sobrevivientes.
Martes, 14 de febrero de 2012
María Luz Nóchez / Fotos de José Carlos Reyes y cortesía del Museo de la Palabra y la Imagen.
Durante muchos años se ha sostenido la tesis de que el náhuatl se extinguió aceleradamente a partir de la masacre de indígenas en 1932, pero la investigación del historiador estadounidense Jeffrey Gould aporta un matiz: para el año 1930 probablemente solo un 10 o 20% de la población indígena hablaba náhuatl debido a un proceso de mestizaje previo. 'El dominio económico tenía un aspecto negativo sobre el idioma. Por supuesto que la matanza tuvo que ver, pero el proceso ya estaba bastante avanzado', afirma el historiador.
El camino hacia estas nuevas hipótesis se inició hace más de una década. Desde 1998, durante cuatro años, Gould y Carlos Consalvi, director del MUPI, convivieron con la comunidad indígena de la zona occidental del país. Tuvieron de guía a Reynaldo Patriz, un joven líder indígena que favoreció el acercamiento con los ancianos para que compartieran sus memorias. La recolección de testimonios se materializó en el documental '1932, cicatriz de la memoria', y el libro '1932', de Gould y Aldo Lauria Santiago, los cuales se basan en documentación obtenida en otros países y en 200 entrevistas con los sobrevivientes de la masacre.
Posterior al lanzamiento del documental en 2005 y la publicación del libro, el MUPI se interesó en conocer el nivel de impacto que tuvo en la vida cultural de los pueblos la masacre del 32. Para ello realizaron un estudio etnográfico comparativo entre lo que encontró el antropólogo sueco Carl V. Hartman entre 1897 y 1899, y lo que encontraron las antropólogas Ana Mata Parducci y Georgina Hernández Rivas en 2005. Las fotografías y la investigación de Hartman y los hallazgos de las antropólogas salvadoreñas forman parte de la exposición itinerante 'Memoria de los Izalcos' y del segundo número de la revista Trasmallo que se publicó en agosto del 2006.
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