Una invitación que anticipa la presencia de ocho candidatos a la reelección como diputados por San Salvador hacen dudar a cualquiera de las intenciones proselitistas del evento, mismos que el organizador, Carlos Velázquez, Secretario de Organización del Sindicato Gremial de Artistas del Espectáculo(SGAE), califica de 'personas maduras a estas alturas del camino', porque “los he visto a ellos sin colores políticos”.
Bastó con llegar hasta la fachada del teatro para ver esfumarse la ilusión de que el montaje estuviera libre de tintes partidarios, al ver estacionados sus automóviles decorados con banderas y las pegatinas que ilustraban al dueño de cada vehículo, y poder hacerse una idea de lo que podría suceder allá adentro.
En 2005, cuando Velásquez le propuso el proyecto Premios Carbonero al entonces Director del extinto Concultura, Federico Hernández, buscaba otorgar un aliciente a la poco reconocida carrera artística en El Salvador. Sirva el nombre de explícito reconocimiento al compositor Pancho Lara por su composición más emblemática que, según el secretario de organización del SGAE, mientras pasa desapercibida en los centros escolares nacionales en otros países es entonada a todo pulmón.
El sindicato nació en octubre de 1969 con la iniciativa de Eduardo Fuentes, Eugenio Acosta Rodríguez y Adelina de Gumero bajo el título de Sindicato Gremial de Artistas de Variedades (SGAV) y con estatutos basados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cuales les permitían exigir reconocimiento, remuneración digna y puntual por su trabajo. El 26 abril del 2004 tuvo que modificar su nombre y sus siglas a Sindicato Gremial de Artistas del Espectáculo para proteger la Propiedad Intelectual.
Las notas del himno nacional anuncian el inicio de la ceremonia, y la apertura del telón devela a la Orquesta Sonora Salvadoreña lista a inaugurar de forma definitiva el evento. La Gran Sala, que apenas colmaba la mitad de su capacidad, reunía a los galardonados, invitados de todas las edades, los convocados a animar la premiación y los diputados en las primeras filas.
Paradójicamente, el protagonismo de la velada dejó de ser los artistas para ser heredado por los diputados quienes, a cambio del apoyo económico que ayudó a resucitar la entrega de premios, fueron los encargados de anunciar a los ganadores, recibir constantes manifestaciones de agradecimiento luego de las interpretaciones de cada grupo, las que parecían ir dirigidas expresamente hacia ellos.
Las seis ediciones anteriores de los 'Carbonero' fueron directamente organizadas por la Junta Directiva del Sindicato, presidida por Efraín Montoya Paniagua, del grupo los Beat’s. Estas convocatorias, además de ser sufragadas por el entonces Concultura, contaban con el apoyo de los medios de comunicación y artistas externos al SGAE.
Los grandes galardonados de la noche fueron Alejo Campos, Director de Desarrollo y Comunicaciones de la Orquesta Sinfónica Juvenil, y Alcira Alonso, Directora de la Fundación Ballet El Salvador, por su trayectoria artística y el fomento a las artes en el país. El resto de premios fueron repartidos entre las categorías de canción original, artista revelación, artista nuevo, trayectoria artística radial. Además, se reconoció el trabajo de Carlos Avelar por su filme 'Sagre luchadora', que le valió un galardón en la categoría revelación cinematográfica durante el 2011.
La selección de los ganadores es sometida al criterio de un jurado constituido por cinco personas, de las cuales Velásquez solo mencionó a Mario Roberto Zúniga (SGAE) y a César Rivera (YSKL), ya que dijo no querer comprometer al resto a las presiones de los artistas que no fueron seleccionados.
Como en la mayoría de ceremonias, no podía faltar la presentación ícono de la velada. Esta estuvo a cargo de La Súper Chanchona, quienes, además de ser premiados como mejor artista nuevo, hicieron subir al escenario a los diputados areneros Margarita Escobar y Enrique Valdés para bailar con sus compañeros Mariela Peña Pinto y Mario Valiente. Los cuatro buscan la reelección en las elecciones del 11 de marzo próximo.
Cuando la Asociación Artistas Unidos por El Salvador se supo soportada por el apoyo de los ocho miembros de la fracción tricolor aprovechó para manifestar la necesidad de un escenario apropiado (un parque o una plaza) para poder realizar sus presentaciones.
Con esta petición como punto de partida, a medida que iban entregando los premios, los diputados no omitieron manifestar que “nuestro compromiso es servirles”, en palabras de Peña Pinto, y “que lo que podamos hacer como fracción lo vamos a hacer todos juntos de corazón, porque ustedes se lo merecen”, aseguró Valdés.
La promesa más directa vino de parte de Margarita Escobar, quien fuera la responsable de organizar el comité de parlamentarios. La diputada calificó de “ingrato” el abandono de los artistas y se dirigió con convicción a ellos para anunciarles que los iban a llamar a una reunión para encontrar junto a ellos las maneras de poder apoyarlos.
Al respecto, Velásquez dijo a El Faro en una entrevista previa a la entrega de premios “voy a confiar en que ellos van a hacer algo y a esperar, como siempre. Lo único que esperamos es que no pase mucho tiempo”.
Para Eduardo Fuentes, miembro fundador de la gremial, no existe una falta grave por parte del sindicato al haber aceptado el patrocino de un partido político, aunque asegura que va en contra del ideario de este tipo de organizaciones porque podría atar las libertades que se requieren para manejarlo. Su condena va directamente hacia el grupo de diputados: 'no tienen el derecho de usar la camiseta de su partido para hacer propaganda política en un evento cultural. No es un pecado capital, es un pecado de muy alta ética'.
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