Cinco semanas después de concluir la destrucción del mosaico que adornaba la fachada de catedral metropolitana, el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, dijo este domingo que no permitirá la reconstrucción de la obra de Fernando Llort en el templo, porque según él tiene símbolos de masonería y además el artista y su familia utilizaron el mural para hacerse propaganda comercial.
Escobar Alas reaccionó ante un movimiento ciudadano que recoge firmas de apoyo para presentar a la Asamblea Legislativa una solicitud de decreto para que el mural sea reconstruido en la fachada principal de la catedral, tal como había sido montado originalmente en 1997.
Escobar Alas, quien ya ha admitido que fue decisión suya destruir la obra original, se desdijo este domingo de las declaraciones que ha dado anteriormente desde la primera semana de enero, cuando estalló el escándalo por la destrucción del mosaico. Aunque al inicio dijo que el mural podría reconstruirse en una versión reducida para instalarlo dentro de catedral -una de las posibilidades que contemplaba la Secretaría de Cultura-, esta vez dijo que hay tres razones por las cuales la obra no puede ser reinstalada en el edificio. “Según las normas de la Iglesia Católica, ninguna obra que se coloca en el templo puede servir de propaganda comercial para su autor. Todos sabemos que con el mosaico de nuestra catedral, la familia Llort promocionó su firma y su artesanía, y eso la Iglesia no lo puede permitir”, dijo el prelado, leyendo un documento con el que se auxilió durante la conferencia de prensa.
Tras hacer hincapié en que eran las normas de la Iglesia Católica las que prohibían la divulgación de los nombres de autores en las obras que se exponían en sus templos, El Faro cuestionó a Escobar Alas respecto a la aplicación de la regla en el caso de las demás obras de arte que se encuentran en el interior del templo y que en muchos de los casos llevan la firma del autor. 'No estoy al tanto del estado de todas las obras', respondió.
La segunda razón que el arzobispo esgrimió fue que la instalación de los azulejos en la fachada nuevamente supondrían el riesgo de peligro para los visitantes, tal cual argumentó cuando justificó la destrucción los primeros días de enero. El tercer impedimento es que, según dijo, el mural incluye símbolos contrarios a la fe católica. “En la parte principal estaba colocado el símbolo de la masonería, el triángulo con el ojo iluminado”, dijo. Y agregó que una obra de arte así no puede ser colocada en un templo católico.
Esta nueva postura de la Iglesia revoca la oferta que el obispo hiciera a la familia Llort el primer domingo de este año, cuando ofreció recrear una copia a escala del mural dentro de la capilla. Sin embargo, aclaró que están dispuestos, si es que existe un acuerdo a futuro con el artista, a recrear la pieza en el proyecto de museo que la Iglesia está preparando.
Escobar Alas dijo desconocer que el símbolo masón era parte de la obra. “Fuimos sorprendidos porque no sabíamos que contenía ese símbolo”, comentó. La obra fue encargada en 1996 por el entonces arzobispo, monseñor Fernando Sáenz Lacalle. Sáenz, por medio de la Fundación Catedral, solicitó a la familia Llort la colaboración para construir el mural. Escobar Alas añadió que no pretendía poner en cuestionamiento el juicio de Sáenz Lacalle al haber encabezado este el proyecto de dotar a la catedral de esta obra que, según la misma catedral metropolitana en su sitio web, es de lo más representativo del arte salvadoreño actual.
La masonería es una organización de prácticas secretas que dice buscar la verdad y el bien de la humanidad y mediante sus ritos aspira a desentrañar los secretos de la naturaleza y el universo.
Sobre el anuncio que la Secretaría de Cultura hizo el 30 de diciembre, cuando en un comunicado aseguró que los responsables de la destrucción habían violado la Ley especial de protección del patrimonio cultural y que por eso serían sancionados, Escobar Alas reiteró su confianza en que no recibirá castigo alguno. Dijo que ni la Catedral de San Salvador ni el mosaico en su entrada habían sido declarados patrimonio cultural y por lo tanto las acciones legales que fueron mencionadas al inicio del proceso eran inaplicables. En cuanto al decreto legislativo que emitió la Asamblea en 2008 en el que se declaró bajo protección el Centro Histórico de San Salvador, el obispo aseguró que este no aplicaba al caso dado que la declaratoria de patrimonio cultural debía ser para cada uno de los edificios.
En un reportaje que publicó El Faro hace dos semanas se explicó que el proceso de declaración patrimonial que la Secretaría de Cultura aseguraba haber iniciado en agosto, no era cierto. El Faro también reveló que Escobar Alas ya tenía antedecentes de destrucción de obras protegidas, y que al menos 60 temblos antiguos están en manos de la Iglesia Católica.
Hasta la fecha, después de que la Secretaría de Cultura sostuviera pláticas con el prelado para buscar una “salida negociada” se desconoce si existe un acuerdo o si la institución ya inició un proceso legal. Escobar Alas insistió en que él nada tema. “Nosotros no hemos hecho nada, si se dijo que habíamos destruido un patrimonio cultural, no es cierto”.
Al finalizar su intervención, el arzobispo aclaró que las nuevas posturas de la Iglesia respecto al mural eran respuesta a la agresión en contra de la decisión de la Iglesia. “He buscado la manera más suave de tocar las cosas pero ya basta. Esto es una agresión y una difamación contra la Iglesia”, concluyó.
Escuche audio de las declaraciones del 5 de febrero de 2012 de Mons. Escobar Alas acerca las justificaciones para haber destruido el mural de la fachada de Catedral realizado por el artista Fernando Llort.