Hace exactamente un año, durante la celebración del Día del Policía, el presidente Mauricio Funes respaldó públicamente la labor de la inspectora de la policía, Zaira Navas, y habló orgulloso de la necesaria depuración en las filas policiales. No era la primera vez que lo hacía.
Aún cuando Navas estuvo sometida a las críticas de la derecha política que la acusaba de 'atacar' a mandos policiales provenientes de las fuerzas de seguridad del Estado, Funes destacó la importancia de su labor en el combate al crimen organizado.
'Comenzamos por nuestra propia casa, limpiando las instituciones que, como la Policía, han sido presa de la corrupción y de la compra de voluntades', dijo el mandatario en su primer informe de gobierno en 2010. 'Ya han sido destituidos 237 funcionarios y aproximadamente mil más están siendo investigados. Son funcionarios que deshonraron su posición de servidores públicos y se pusieron al servicio de la droga, los asesinos y los extorsionadores'.
El trabajo de Navas se convirtió en referente internacional, sobre todo en Centroamérica, Estados Unidos y en la Unión Europea. Su nombre se escuchó en el Congreso estadounidense en los informes de senadores y congresistas como ejemplo de combate a la infiltración del crimen organizado y de trabajo ejemplar, en contraste con otras áreas como la fiscalía o el sistema judicial.
La semana pasada la inspectora renunció a su cargo, después de que el nuevo director de la Policía Nacional Civil ordenara varios cambios al interior de la PNC, entre ellos uno que coloca en el Centro de Inteligencia Policial a un oficial a quien se le abrió expediente por vínculos con el crimen organizado; y en la región occidental a otro a quien se le abrieron dos expedientes.
La inspectoría juega un papel clave para garantizar el buen funcionamiento de la Policía Nacional Civil. La inspectora que se ha ido, Zaira Navas, desempeñó su cargo con valentía, resistiendo incluso al ataque de sectores poderosos que vieron amenazados sus intereses, protegidos por agentes corruptos a los que la inspectora persiguió.
Su salida es una gran pérdida para un país amenazado por el crimen organizado, y una interrogante sobre el devenir de la policía. Y sobre la vigencia del compromiso del presidente con la urgencia de depurar la policía.