Opinión /

Serios candidatos


Lunes, 5 de marzo de 2012
José Mauricio Silva

Qué pena da ver las campañas y presentaciones de muchos candidatos a alcaldes y diputados, aunque hay buenas excepciones. Muy pocos candidatos son los que han escogido temas relevantes para su municipio o departamento y los han vuelto sus ejes de campaña; pocos son los que aprovechan la campaña para formar conciencia, o buscar soluciones, sobre problemas importantes para los ciudadanos. Debemos pedir una campaña de respeto, unos candidatos que respeten a los votantes dándole altura a sus campañas, que respeten a sus contrincantes y a sus pueblos y ciudades, así - poco a poco - iremos mejorando el sistema político.

Las buenas excepciones se dan por varios lados. Un candidato minusválido que hace de su condición una cualidad y promueve los derechos de su grupo. La ciudadanía que pide respeto cuando algunos partidos ocupan a la mujer como objeto para sus propagandas - llegando incluso a extremos como ocupar en sus mítines políticos los bailes de “barra” - y esas protestas ciudadanas obligan a los partidos a reconsiderar su estrategia. Una alta participación de la mujer en las listas de candidatos. Candidatas y candidatos de alto nivel y capacidad. Candidatos que piden se divulguen estados financieros para agregar transparencia a las elecciones. Y lo más importante probablemente, el derecho que se reconoce al ciudadano de poder votar por candidato y no solo por partido.

Pero desgraciadamente son más los malos ejemplos. Candidatos y partidos que siguen enarbolando a personas cuyo pasado es oscuro, lo que significa que ellos – partido y candidatos – siguen defendiendo y apoyando las causas y malas acciones de esos individuos. Candidatos a reelección que, cuando se les pide explicación sobre sus ingresos que han subido vertiginosamente desde que fueron electos, responden acusando a su contrincante de “homosexual”, como si las preferencias sexuales de una persona tienen que ver con la administración pública. Partidos que pintan con sus colores postes y edificios públicos; alcaldes que a media campaña cambian nombres de espacios públicos para reflejar su preferencia partidaria y no la del anterior, hechos que irrespetan el bien público. Estos candidatos deberían ser de temer ya que si hacen eso ahora, que no harán si salen electos.

Irresponsables son muchas de las ofertas de partidos y candidatos, especialmente aquellos que corren para diputados, que ofrecen de todo – transporte gratis para la tercera edad y estudiantes, fondos para becas, microcréditos a tasas subsidiadas, incentivos (no los llaman subsidios pues han atacado al gobierno por su uso) para jóvenes sin empleo, inversión privada, productos básicos, etc. Esos mismos partidos también proponen otras medidas que implican gastos públicos sustanciales como crear reservas de granos básicos, elevar presupuestos en áreas de servicios básicos como educación y salud, etc., y a la vez proponen limitar el gasto y la deuda y reducir impuestos. Esas propuestas son irresponsables pues son inviables desde una perspectiva de finanzas públicas, fortalecen la visión de un gobierno paternalista y elevan las expectativas de lo que el ciudadano puede demandar del estado, a la vez que le ofrecen disminuir sus responsabilidades. Con todo ello justifican los subsidios que critican, haciéndole al estado más difícil el cumplir su responsabilidad fiscal.

Algunos medios de comunicación han realizado el esfuerzo de promover debates entre candidatos de departamentos y ciudades. La gran mayoría de los candidatos han respondido y los debates han sido de cierta altura, ayudando así a la formación ciudadana, el dialogo, y la identificación de prioridades ciudadanas y de respuestas a sus inquietudes. De lamentar es que los candidatos para la alcaldía de San Salvador se niegan, una vez más, a debatir en público. Ellos, por lo que representa la cuidad capital y su población, son los que tienen una mayor responsabilidad de sentar ejemplo. Responsabilidad que les viene también por la historia de los debates anteriores, ya que fue entre los candidatos a alcaldes de San Salvador donde se dieron los primeros y los mejores debates. Al alcalde Quijano le es conveniente no debatir. El consejo que siempre se da a los candidatos es que si estan por encima en las encuestas no se arriesguen en debates. Eso se lo aconsejaron a Silva cuando estaba en situación similar, muy por delante del entonces candidato de Arena - Cardenal, sin embargo, Silva se negó a seguirlo por considerar que los debates eran parte importante del proceso democrático; debatió con Cardenal, se abono al proceso democrático y su ventaja se mantuvo.

Todos los ciudadanos tenemos la responsabilidad de mejorar nuestra democracia y, como parte de ello, el proceso electoral. Mucho se logrará si elegimos a los candidatos que dan el buen ejemplo y rechazamos a los que dan el malo. Los medios de comunicación deben también jugar un papel clave reflejando con imparcialidad la realidad política, lo cual no es siempre el caso en El Salvador. Las ONG que trabajan en el fortalecimiento democrático deben seguir realizando su labor que, aunque de largo plazo, es importante. Los políticos son los que tienen mayor responsabilidad, sobre todo los buenos, que deben marcar la diferencia.

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