Cartagena, Colombia, abril 15. Todos los países asistentes a la VI Cumbre de las Américas de Cartagena acordaron este domingo la creación de un centro interamericano contra el crimen organizado que tendrá su sede en México, informó tras el cierre del cónclave el presidente de ese país, Felipe Calderón. 'México propuso, y la cumbre aprobó, crear un sistema interamericano contra el crimen organizado' antes de terminar el año, declaró Calderón en una rueda de prensa en la que consideró un 'éxito' esta cumbre pese a que no hubo declaración final.
El mandatario detalló que la propuesta recibió 'un respaldo unánime' entre 33 países participantes de la cumbre, incluidos Estados Unidos, Canadá y el resto de las naciones que constituyen la Organización de Estados Americanos (OEA) salvo Ecuador, que no asistió a la cita por la ausencia de Cuba. México es uno de los países más afectados del continente por el crimen organizado, en especial los cárteles de la droga, al que se atribuye una ola de violencia que ha generado más de 50 mil muertos en cinco años.
Calderón agregó que serán los primeros en tomar medidas para organizarlo. 'Porque queremos que funcione (el sistema), nosotros vamos a tomar las primeras medidas para organizarlo. Vamos a crear el centro, vamos a estar convocando a los países, vamos a organizar las reuniones y a dar el seguimiento técnico', describió.
El presidente mexicano pretende que este sistema sirva para articular una red: 'El fruto de estas deliberaciones irán configurando una red continental que articule las políticas y las acciones que se pondrán en práctica en el terreno', afirmó.
Esta propuesta se añade a otro acuerdo para desarrollar en las Américas un estudio sobre los resultados de la actual estrategia antidrogas, impulsada por Estados Unidos, y una exploración de nuevos enfoques y alternativas. Calderón valoró la disposición del presidente estadounidense, Barack Obama, a escuchar todas las intervenciones y dijo que esta cumbre ha significado un gran avance en el reconocimiento de la corresponsabilidad de los países consumidores, especialmente Estados Unidos, en la violencia derivada del narcotráfico.
Guatemala ha propuesto que se debata la posibilidad de despenalizar el transporte y la comercialización de las drogas ilícitas, dado que todos los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado, y las economías de los países más perjudicados por el narcotráfico no son suficientemente robustas como para estar desviando recursos hacia ese esfuerzo en lugar de destinarlo a programas de desarrollo humano.
Sobre la falta de consenso en la cumbre alrededor de la invitación a Cuba y el conflicto de las Malvinas, Calderón consideró que 'son temas que se abordan y se discuten pero los medulares y los que generan mayor bienestar para nuestros pueblos están en la discusión sobre el desarrollo'. 'El tema fundamental de la cumbre es cómo asociarnos para desarrollarnos', afirmó el mandatario, que consideró la cumbre 'un éxito' y se pronunció a favor de su continuidad por el valor del diálogo entre todos los gobiernos del continente.
La cita había comenzado con obstáculos cuando, en la víspera de la reunión de los jefes de Estado, los cancilleres también habían fracasado en redactar un borrador de declaración final, debido a que Estados Unidos y Canadá se oponían a que se anunciara que esta sería la última cumbre sin participación de Cuba. La cita del viernes entre los ministros del Exterior concluyó con la resignación de que no presentarían un borrador a los presidentes, y dejarían que estos intentaran acercarse a una propuesta común.
Asimismo, Argentina esperaba que hubiera un pronunciamiento en favor de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas, en poder de Gran Bretaña, pero lo más que pudo obtener fue una expresión de que el conflicto con Gran Bretaña debe resolverse por la vía pacífica.
El presidente anfitrión, Juan Manuel Santos, dijo que se sentía satisfecho de los resultados de la cumbre. Sobre los esfuerzos para combatir el narcotráfico, dijo que el acuerdo de los gobernantes era considerar que todas las opciones estaban abiertas a ser consideradas para el debate.
Centroamérica llegó a la cumbre dividida, porque la iniciativa del presidente guatemalteco Otto Pérez Molina de legalizar las drogas no encontró eco en el presidente salvadoreño Mauricio Funes ni en el hondureño Porfirio Lobo ni en el de Nicaragua, Daniel Ortega. Pérez cree que, tras los fracasos repetidos del enfoque estadounidense de combate frontal al narco, debe discutirse la viabilidad de otras posibles soluciones.