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Embajadora ecuatoriana conversa con gobierno británico sobre pedido de asilo de Assange

El fundador de WikiLeaks, detenido en Gran Bretaña con posibilidades de extradición a Suecia, se refugió en la sede diplomática de Ecuador en Londres el martes. El gobierno británico dijo que iba a trabajar con las autoridades ecuatorianas para resolver la situación, y la embajadora de Ecuador dijo que en esta primera reunión hubo conversaciones 'cordiales y constructivas'.

Miércoles, 20 de junio de 2012
AFP / El Faro

Londres, junio 20. La embajadora de Ecuador en Londres, Ana Albán, anunció que tuvo conversaciones 'cordiales y constructivas' este miércoles con representantes del gobierno británico sobre la solicitud de asilo político del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refugiado en su legación desde este martes.

'Esta mañana mantuve una reunión con representantes del gobierno británico en el ministerio de Relaciones Exteriores para hablar sobre la solicitud del señor Julian Assange de santuario diplomático y asilo político. Las conversaciones fueron cordiales y constructivas', declaró Albán en un comunicado publicado después de la reunión.

El australiano, de 40 años, se refugió el martes en la embajada de Ecuador en Londres, donde presentó una solicitud de asilo político que el gobierno de la nación sudamericana debe examinar, para evitar su próxima extradición a Suecia como sospechoso de cuatro supuestos delitos de agresión sexual.

'Aproveché la oportunidad para explicar que la decisión sobre la solicitud de Assange será evaluada por el ministerio de Relaciones Exteriores en Quito y tendrá en cuenta la larga y bien establecida tradición del gobierno en respaldar los derechos humanos', agregó.

'Enfaticé también que no era intención del gobierno ecuatoriano interferir con los procesos de los gobiernos británico o sueco', señaló.

En su primera declaración oficial la noche del martes, el ministerio de Relaciones Exteriores declaró a través de una portavoz que buscaría 'trabajar con las autoridades ecuatoriana para resolver esta situación.

La embajadora, que agradeció el comunicado, señaló por su parte que comunicó a sus interlocutores británicos su disponibilidad para reunirse 'con los representantes del gobierno en cualquier momento para que podamos encontrar una solución justa a esta situación'.

La acción de Assange se produjo días después de que la Corte Suprema, que dio luz verde a la extradición a partir del 28 de junio, desestimara una última petición de los abogados del fundador de Wikileaks para que reabriera el caso, con lo que agotaron sus recursos legales en el Reino Unido tras 18 largos meses de batalla judicial.

Fugitivo y cada vez más aislado, Julian Assange enturbió un poco más su imagen de ciberguerrero de la información y paladín de la transparencia tras refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres.

Desde que se entregó a Scotland Yard en diciembre de 2010, el fundador de WikiLeaks, una web especializada en filtraciones, siempre se presentó como víctima de 'persecuciones' en su combate para 'liberar a la prensa' y 'desenmascarar los secretos y abusos de Estado'.

Se declaró 'amenazado de muerte', denunció un 'boicot económico', habló de un complot urdido por las autoridades estadounidenses para deportarlo a Guantánamo, vía Estocolmo.

¿La razón? WikiLeaks es la pesadilla de Washington desde la difusión de cientos de miles de documentos estadounidenses, mensajes militares secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán y cables diplomáticos confidenciales.

Assange, de 40 años, se dice 'abandonado' por su país de origen, Australia. Critica la constancia de los tribunales británicos en querer enviarlo a Suecia para responder a las acusaciones -infundadas según él- de violación y agresión sexual denunciadas por dos mujeres.

Desde hace tres semanas, sin embargo, el carismático comunicador parecía haber dejado el primer plano.

No asistió a la vista en la que la Corte Suprema británica rechazó su última apelación el 14 de junio, perdiéndose de paso una cita con la prensa y un puñado de admiradores.

Su última aparición pública se remonta al 25 de mayo. Extrañamente, apareció con la cara oculta bajo una máscara de Anonymous. Con este comentario sibilino: 'Más vale que os acostumbréis. Es tal vez mi última aparición pública'.

La primera que aplaudió su solicitud de asilo fue su madre, Christine. 'Buen trabajo chaval', dijo desde Australia, tildándolo de 'prisionero político'.

Assange también puede contar a priori con el respaldo del presidente ecuatoriano. Cuando lo entrevistó en abril, Rafael Correa, dijo estar ante un hombre 'perseguido, calumniado, linchado mediáticamente' después de haber puesto 'en jaque' a Estados Unidos.

La entrevista se enmarcaba en una serie de programas políticos polémicos en la cadena de televisión internacional rusa proPutin RT. El primer invitado, el líder del movimiento chiita libanés Hasán Nasralá, aprovechó este espacio para reafirmar su apoyo al régimen sirio de Bashar al Asad implicado en una sangrienta represión.

Los detractores de Assange vieron en esta iniciativa mediática una prueba más de la desnaturalización de su 'combate por la verdad' en su cruzada antiestadounidense. Una crítica formulada por varios 'disidentes' de WikiLeaks, entre ellos el exportavoz alemán de la organización Daniel Domscheit-Berg.

Recluido en la embajada de Ecuador, el australiano de pelo blanco y sonrisa a menudo sarcástica vuelve a una cierta clandestinidad. Como cuando evitaba dormir dos noches consecutivas en el mismo lugar, o cambiaba continuamente los 'chips' de su teléfono para borrar su rastro.

Fue 'Hombre del Año' para la revista norteamericana Time, y recibió premios de defensores de los derechos humanos. Pero hoy, el hombre que presume de haber inventado 'el primer servicio de inteligencia del pueblo al mundo' parece estar un poco solo.

La mayoría de los medios que lo apoyaron difundiendo sus primicias tomaron distancias. Cambió varias veces de abogados, se enfadó con su editor, que terminó por sacar una autobiografía 'no autorizada'. 'Tal vez sea un falócrata, pero no violador', dice Assange en el libro.

En su combate para existir mediáticamente, llegó a poner voz a su propio personaje en la serie de dibujos animados estadounidense Los Simpson, en un ejercicio de autocrítica poco habitual en él.

Gracias a WikiLeaks el mundo pudo conocer cómo algunos gobiernos que en público mantenían cierto distanciamiento respecto de la política exterior de Estados Unidos, en realidad eran colaboradores plenos de Washington. Las guerras en Iraq y Afganistán han significado un importante cúmulo de información sobre el alineamiento de administraciones tanto de países de Europa como de América Latina con Estados Unidos.

En una entrevista con El Faro publicada en mayo de 2011, Assange describió el impacto de WikiLeaks de esta manera: 'Estamos cambiando lo que la gente acepta que es la verdad'.

En el caso de El Salvador, WikiLeaks permitió conocer cómo el gobierno del presidente Mauricio Funes, que en julio del año pasado anunció su intención de enviar tropas a Afganistán, en realidad desde 2009 había comprometido la participación del país al final de un plan de cortejo finamente urdido por la administración de Barack Obama desde el mismo momento en que Funes ganó la elección presidencial el 15 de marzo de ese año.

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