En medio de la controversia generada por la Asamblea Legislativa al forzar la instalación de una Corte Suprema paralela a la legal, los magistrados elegidos por los diputados en abril pasado en un nombramiento inconstitucional, se pusieron manos a la obra este lunes, sesionaron y anunciaron que están listos para repartirse oficinas, carros y los agentes de seguridad.
A la cabeza de ellos actuó Ovidio Bonilla, quien en 2009 fue elegido magistrado suplente. Los legisladores de FMLN, Gana, CN y Pes, sin embargo, lo quieren como nuevo presidente de la Corte y lo pusieron a la cabeza del quinteto elegido en abril. Por eso, aunque la Sala de lo Constitucional invalidó su elección y la de los otros cuatro abogados, Bonilla acudió este día a las instalaciones de la Corte Suprema y gracias al auxilio de un cerrajero pudo lograr acceso a una de las salas del palacio judicial, donde se reunió con otros magistrados.
Ahí estuvieron los cinco abogados que aspiran a convertirse en magistrados para el período 2012-2021, y los cinco que fueron nombrados en 2006, cuya elección también es inconstitucional. Por aparte, trabajaron los magistrados de la Sala de lo Constitucional que desde julio de 2010 han estado bajo ataque de los diputados, debido a una serie de sentencias que perjudicaron el poder de los partidos políticos, que eliminaron algunas prerrogativas de que gozaban los medios de comunicación, y la posibilidad del uso discrecional de millones de dólares por parte de la Presidencia de la República.
Cerca de las 10 de la mañana, los “magistrados” irrumpieron con la ayuda de un cerrajero en el despecho de la presidencia de la Corte y en el salón de reuniones de Corte plena, donde se instalaron para sostener una reunión que tardó un par de horas. “No pudimos hacer uso de los despachos respectivos. En vista de esa negativa para entrar al despacho presidencial y de encontrarse con resistencia para dar la llaves se hizo uso de un cerrajero”, dijo el mismo Bonilla tras salir de la reunión. El ingreso y posterior instalación de los magistrados estuvo vigilado por los miembros del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Órgano Judicial (Sittoj), que dijeron que estaban ahí para garantizar que todo transcurriera en orden y no tuvieran problema en ingresar los nuevos funcionarios.
Según la Ley Orgánica Judicial, en la situación actual el presidente de la Corte es Florentín Meléndez. Debido a que Jaime fue elegido presidente en 2009 y a que no le ha sido renovado su nombramiento, él terminó su mandato presidencial el domingo. Y dado que la elección de los cinco magistrados hecha el 24 de abril es inconstitucional, no hay presidente titular. La Ley Orgánica Judicial establece que, en este caso, asume como presidente en funciones el primer magistrado de la Sala de lo Constitucional, que es Meléndez.
En su reunión, los cinco abogados que irrumpieron en la Corte acordaron iniciar la repartición de bienes del Órgano Judicial para adjudicarlos a su servicio. “En este momento van a eso”, dijo el magistrado de la Sala de lo Civil, Mario Valdivieso, cuando El Faro le cuestionó si ya se habían asignado despachos, carros y agentes de seguridad. “Dentro de un momento se les va a entregar a los magistrados (electos en 2012) lo que les corresponde para hacer su trabajo”, añadió.
Valdivieso no detalló las prestaciones, pero el abuso de ellas fue una de las primeras denuncias que hizo Belarmino Jaime después de asumir la dirección de la Corte. Esa fue una razón del choque que tuvo con los magistrados de promociones anteriores, según reveló él en una entrevista con El Faro. Jaime explicó que uno de sus primeros trabajos al asumir el cargo fue reducir la asignación de carros de magistrados. “Yo no veo por qué un magistrado debe tener dos o tres o el número de vehículos que sean. Está bien, es una prestación que la institución le da, pero me parece que con uno es suficiente, un magistrado no puede andar dos carros a la vez”, dijo Jaime en 2010.
Valdivieso también explicó que en la sesión con Bonilla acordaron el reparto de las presidencias de las Salas. Dijo que él estaría a cargo de la Sala de lo Civil, Rosa María Fortín de la Sala de lo Penal y Loly Claros de la Sala de lo Contencioso Administrativo.
Esta mañana también se reunió la Corte que había liderado Jaime. El pleno compuesto por los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional, una suplente de la misma Sala y otros tres magistrados suplentes de la Corte, sostuvieron una reunión en la que, entre otras cosas, el primer vocal de la Sala de lo Constitucional, Florentín Meléndez asumió como presidente interino de la Corte, tal como lo manda la Ley Orgánica Judicial.
Asimismo, los magistrados decidieron no convocar a Corte plena en los siguientes días, mientras se resuelve la controversia entre la Sala de lo Constitucional y la Asamblea Legislativa. “No vamos a convocar a Corte Plena pero sí vamos a seguir trabajando en lo mínimo, firmando los documentos de materia administrativa, garantizando el funcionamiento normal del Órgano Judicial”, dijo Meléndez.
La visión de Valdivieso difiere de la de Meléndez. “No hay duplicidad de trabajo, ellos quieren aparentar que la hay, pero en efecto no la hay”, dijo, cuando se le cuestionó que estuvieran trabajando en los mismos asuntos jurídicos ambas Cortes. “La firma de Meléndez no tiene validez”, concluyó.
Asimismo, Meléndez explicó que esta mañana se comunicó directamente con el ministro de Seguridad, el general David Munguía Payés, en el momento en el que los “magistrados” y los sindicalistas irrumpían en el despacho presidencial. “Le dije que estábamos desprotegidos en la Corte, que la Policía no había brindado ninguna protección. Y le hacía el llamado para que la Policía se hiciera presente en el momento en el que se estaba cometiendo un supuesto delito en un bien público”.
Sin embargo, Munguía Payés, que ya parecía estar enterado de la situación, le explicó a Meléndez que ya se había tomado una decisión en cuanto a ese tema. “Él me dijo que se había comunicado con el presidente pero que requerían un llamado de Corte plena para poder actuar”, explicó Meléndez. El magistrado señaló la responsabilidad evadida por las autoridades de Seguridad Pública. “… Cuando los delitos comunes son graves, como el que se cometió esta mañana, obliga a las autoridades de Seguridad a intervenir de oficio”. Meléndez dijo que enviaría cartas al fiscal general y al director de la Policía Nacional Civil pidiéndoles que actuaran de oficio y que dejaran de un lado los lineamientos partidarios, de forma que garantizaran el acceso de la población y el personal a la Corte.
Ante la postura de Meléndez, la magistrada de la Sala de lo Penal, Rosa María Fortín, retó al presidente en funciones. “Que vaya a la Fiscalía para eso están las disposiciones legales. Ya sabemos que llamaron a la Procuraduría. Pero han escondido las llaves, no nos pongamos como niñitos”, dijo, refiriéndose a la razón por la que solicitaron los servicios de un cerrajero.
El presidente interino también se refirió a la colaboración de la seguridad de la Corte a favor de las actuaciones de los sindicalistas. “Están sirviendo a otros intereses y no a para lo que se les ha contratado”, dijo, y alegó que para esta noche preveían que los “magistrados” con ayuda de los sindicalistas se tomarían la Sala de lo Constitucional.
Después de la reunión, al mediodía, una muchedumbre de simpatizantes del FMLN se había congregado en las afueras de la Corte Suprema. Movilizados en autobuses por autoridades municipales efemelenistas de varios puntos del país, el público había llegado a apoyar a los abogados nombrados por la Asamblea.
En el acto, que se convirtió en un mitin con discursos políticos que hablaban de haber recuperado la institución de manos del partido Arena, aparecieron, entre otros, los diputados Sigfrido Reyes, del FMLN y presidente de la Asamblea; Rodolfo Parker, secretario general y diputado de Pes; Francisco Merino, diputado por CN, y Mario Tenorio, de Gana.
'Este es un hecho histórico que va a cambiar la historia del país', dijo Reyes. Pronto apareció también Ovidio Bonilla. Este subió a la tarima, donde consiguió que las cámaras tomaran una imagen para la historia: Sigfrido Reyes y Francisco Merino alzándole las manos, y Bonilla sonriente ante la multitud. 'Se luchó porque el traspado de mando fuera armonioso, pero no se nos permitió', dijo. Y sus seguidores lo vitoreaban.