Llevamos una semanas en las que en varios países se han celebrado elecciones, Francia, Grecia y Egipto; en otro país, en este caso iberoamericano no ha habido elecciones pero ha habido cambio de presidente. Si se analizan los procesos caben algunas reflexiones.
En Francia han cambiado la línea de actuar del presidente de la nación y ha subido al poder un socialista, el primero en mucho tiempo en Europa, donde daba la impresión que la socialdemocracia había perdido el norte. Lo primero que hizo Hollande, recién terminado el escrutinio, fue mandar una carta de 12 páginas a la Sra. Merkel diciendo lo que creía que se debía hacer para recuperar el crecimiento, ya empieza a ser moneda corriente el aceptar que sólo con apretarse el cinturón y austeridad no se pagarán las inmensas deudas de la eurozona ni se reactivará la economía, que es la que genera ingresos y crecimiento económico
También es digno de destacar que casi la mitad del electorado francés no se ha acercado a las urnas, clara demostración de que demasiada gente está harta de los políticos, pues ellos siguen sin saber solucionar los problemas de la gente que les vota y el pueblo, allí donde el voto no es obligatorio, al final opta por alejarse de las urnas con lo cual la legitimidad democrática queda en entredicho sin que por ello no sea legal la victoria.
Curiosamente los franceses que han ido a votar han sido coherentes y han decidido que el Parlamento no sea contrario a la ideología del presidente para evitar un colapso, entre oposición y gobierno.
También merece destacarse en las elecciones francesas, que partidos que sacaron en la primera vuelta, entre todos 13 millones de votos, ninguno de los tres líderes de esos partidos, Le Pen, extrema derecha, Bayrou centrista y Melenchon, nueva izquierda, se sentarán en el Parlamento. Eso demuestra que la democracia funciona y que el que vota sabe el cómo, el por qué de su voto y que éste debe ser funcional, obligando a los políticos a ser útiles.
En Grecia, una vez más, el país que fue el inventor de la democracia se ofrece una tregua así mismo. La victoria, justita, pero suficiente, de los conservadores de Nueva Democracia, inclinado al mantenimiento de las políticas de austeridad pactadas con la UE, aleja un “crash” con Merkel que no está por la labor de ceder un ápice a los griegos en sus requisitorias de suavizar el choque de las medidas. Merkel también debe saber que no se puede estirar mucho más la cuerda pues los neonazis están a la vuelta de la esquina y ello no es conveniente para nadie ni para Grecia ni para la UE, y es que seguir cargando impuestos sobre las clases medias cabe el peligro que ocurra lo del cuento del burro, que el amo le enseñó a no comer y cuando ya había prendido, el burro se murió de inanición.
En Egipto ha sucedido lo que estaba cantado, los militares que saben por experiencia que tienen la sartén por el mango pero que el pueblo ha aprendido a pelear por él, ha llegado a un acuerdo con los Hermanos Musulmanes y cortándole bastante las uñas ha dejado que éstos gobiernen, pero siendo ellos los que señalan la dimensión de las uñas para que no puedan agarrarse fuerte ni hacer mucho daño. Veremos cuánto dura el “impasse” y veremos si cuaja.
En Hispanoamérica se abren los caminos para que las elecciones de México y Venezuela puedan ser opciones nuevas a los gobiernos que están en el poder, y los caminos se observan muy abiertos y una vez más, da la impresión de que las redes sociales están siendo esenciales en movilizar a una juventud hasta ahora bastante despolitizada y a una clase media que desea sobre todo seguridad ciudadana, muy amenazada en los dos países y en donde es difícil encontrar una familia que no haya tenido un susto con los delincuentes.
Y por último Paraguay abre una nueva modalidad, el golpe de estado constitucional, veremos si ocurre lo de Honduras o al final se inaugura una nueva manera de sacudirse a los políticos, que sin que sean ejemplo de vida personal, todavía nunca se había dado el caso de que por razones extra políticas a un presidente se le quita su sillón presidencial.
