Los muertos caen en silencio en el Bajo Aguán, ocultos entre interminables filas de palmeras. La lucha por el preciado aceite de palma que produce esta región ha convertido el valle más fértil de Honduras en una tierra repleta de torturas, amenazas y asesinatos sin resolver.
Lunes, 13 de agosto de 2012
Edu Ponces
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.