Norman Quijano por fin pudo celebrar su candidatura. La fiesta arenera que tuvo que suspenderse el fin de semana antepasado se realizó hasta este lunes por la tarde. El alcalde de San Salvador salió de su despacho con tiempo de sobra para llegar a la cita en la sede principal del partido Arena, en la colonia Flor Blanca. Vestido con camisa de botones blanca y discretos colores azules y rojos, esta vez sí lo esperaba una marea tricolor. Esta vez sí había casa llena a punto que el estacionamiento y las calles aledañas no daban abasto. De oriente, del occidente y de la zona paracentral habían llegado alcaldes y diputados para escuchar el “anuncio importante” que la máxima dirigencia daría a las 3 de la tarde.
El Consejo Ejecutivo Nacional (Coena) había apurado las últimas reuniones con la estructura del partido. Una sesión tras otra, los dirigentes hicieron pasar a diputados y alcaldes, que en algunos casos también tienen el cargo de directores municipales y directores departamentales del partido. La cúpula quería informar sobre el resultado de las negociaciones en Casa Presidencial por la Corte Suprema de Justicia pero además comunicaron los resultados del proceso interno para definir candidato. Ahí se les dijo lo que ya habían comunicado el jueves de la semana pasada a los otros contendientes: que a Quijano, dentro del partido, nadie lo superaba.
Faltando media hora para el acto, todos los asistentes en el salón de usos múltiples interpretaban el papel del arenero desentendido, el de aquellos que fingen no saber quién es el candidato oficial. Pánfilo Santos, alcalde de Jayaque, en La Libertad, siguió ese juego. “Todo el mundo está esperando que sea la mejor carta del partido, y esperamos que así sea. Como alcaldes tenemos nuestra elección”, dijo, mientras sonreía, como quien admite una broma inocente. Un diputado por San Salvador, Ernesto Angulo, también jugó su papel: “No, supuestamente no sabemos quién es... ¡pero claro que ya sabemos!”
Los mariachis siguieron interpretando las infaltables tonadas de cualquier serenata, como invitando al alcalde a salir al balcón. Los militantes y periodistas se preguntaban por qué no aparecía Quijano y se aglomeraban a la entrada del salón de usos múltiples a la espera de cualquier señal.
Fue Jorge Velado, el segundo al mando en el partido, quien a las 3:18 p.m. intentó aplacar la ansiedad de quienes tenían simplemente la expectativa de que el vicepresidente arenero confirmaba lo que ya todos sabían. Desde su cuenta de Twitter, Velado subió una foto en la que se observa a Norman Quijano sentado, como alumno obediente, en una silla de plástico en actitud de escuchar a alguien. No lo parece, pero el alcalde está escuchando las palabras que tanto ha esperado escuchar desde que comenzó la carrera por la candidatura presidencial en Arena el 11 de marzo pasado. La imagen, en la que se observa a la diputada Margarita Escobar tomando una foto del alcalde con su iPad, va acompañada de un breve texto: “En este momento Coena informando a Norman q el es la persona q se propondrá a Asamblea Gral a candidato a Presidente” (sic). El mensaje circula como el viento en las redes sociales, 50 tuiteros lo replican y uno hasta lo marca como un tweet favorito.
Velado, que el viernes también utilizó las redes sociales para desvirtuar las filtraciones que indicaban que Quijano ya era la carta oficial, subió una segunda imagen. En ella se observa a Norman Quijano de pie, con una versión ampliadísima del logotipo del partido de fondo. “Norman Q dando sus palabras de agradecimiento y compromiso”, escribió Velado.
Y a unos metros de ahí, en el salón de usos múltiples Mayor Roberto d'Aubuisson en el que Arena tuvo que tragarse la primera derrota electoral en las presidenciales hace tres años, la gente siguió impaciente. Unos hasta estaban asustados porque las cosas no estaban saliendo como las planearon. “¿Por qué hay tan poca gente?”, preguntaba alguien del equipo del alcalde, mientras salía disparado a hacer más llamadas telefónicas.
Pero la espera terminó a las 3:30. La puerta del salón se abrió y se observó a Alfredo Cristiani, presidente del partido, junto a Norman Quijano. La unción es más que obvia y es difícil imaginar a alguien que no sea el alcalde capitalino en esa exacta posición en ese preciso momento. La dirigencia entra al salón como si fuera un equipo de fútbol, en fila india, entre vítores y aplausos y con la pegajosa marcha arenera de fondo. La fila es larga: en ella aparecen otros políticos a los que Quijano dejó atrás en la búsqueda de la candidatura presidencial, entre ellos Francisco Laínez, excanciller, y Gloria Salguero Gross, expresidenta del partido. Ambos fueron de los pocos que anunciaron en público sus aspiraciones presidenciales.
La fila india se abre paso entre la muchedumbre y por fin llega a la tarima. Quijano, a la cabeza de la fila, tiene que quedarse al pie de las escaleras del entarimado, como a la espera del momento cúspide del proceso: su nominación. Cristiani toma la palabra. “Superada la crisis (en la Corte Suprema de Justicia) ya podemos regresar a estos temas que son más alegres, por eso los hemos invitado a todos”, dice.
La espera por fin ha terminado. No más momentos amargos, como cuando el fin de semana pasado ocurrió un amago de proclamación y la unidad de comunicaciones del partido tuvo que aclarar que aún no había un candidato elegido. Las negociaciones en Casa Presidencial también atrasaron el proceso, tanto que un grupo de detractores del alcalde capitalino aprovecharon el tiempo muerto para intentar frenar su candidatura.
Y por eso es que Cristiani es el primero en llamar a la unidad del partido y a no descalificar a los contendientes que quedaron relegados. “Esto no era una carrera de caballos, en este proceso nadie ha perdido”, dice Cristiani, y el salón aplaude. Laínez y los diputados Ana Vilma de Escobar y Edwin Zamora, que han preferido camuflarse entre las banderas y chalecos del público, también aplauden como si el asunto no fuera con ellos.
A las 3:56, Cristiani por fin anuncia: “Arena va a a proponer a la asamblea general que el candidato presidencial sea el doctor Norman Quijano”. Sonrisas, flashazos de cámara, gritos de júbilo, aplausos y abrazos al alcalde, de parte de sus hijas, Norma y Lisette, que lo flanquean. Es hora de que tome el micrófono y lea el discurso que alguien ha preparado. Entre toda la muchedumbre, vestidos con camisa azul, también están empleados del Grupo 5 de Comunicación Estratégica, la firma contratada por la municipalidad capitalina para su propia publicidad.
“Arena ni se compra ni se vende”, “el nuestro será un gobierno ciudadano”, “nuestra candidatura surge para devolverle la dignidad a la presidencia de la República”, “la de la Corte es una de las tantas luchas que libraremos en los próximos 20 meses”... Son frases que Norman Quijano recita y que bien podrían enmarcarse. A un lado de la tarima, al mismo nivel de los miembros de la dirigencia, miembros del concejo capitalino de este hombre de 65 años de edad lo escuchan atento. Ahí están Manuel Arrieta, expresidente de Anda; Julio Gamero, exdiputado y exjefe de asesores de Arena en la Asamblea Legislativa; Benjamín Cestoni, exdirector de la Academia Nacional de Seguridad Pública, y Mauricio Chavarría, exviceministro de Transporte.
Más adelante, durante la conferencia de prensa, Quijano dirá que aún no tiene definido quién será su compañero de fórmula ni mucho menos los miembros de su gabinete, ni tampoco quién lo sustituirá al frente de la comuna. “Para eso falta mucho”, dice. Habrá alcalde, al menos hasta el otro año. En los próximos días, retomará las giras de la Agenda legislativa y municipal de Arena (Alma). Esos encuentros con alcaldes llevaron a Norman a recorrer el país con las estructuras, lo que despertó más críticas dentro del partido.
Lo que parece claro es que el presidente del partido seguirá siendo Cristiani, contrario a la dinámica arenera en las últimas dos elecciones en las que el candidato presidencial se convirtió en el máximo líder tricolor. “Me veo forzado a decirles algo. Le he pedido al presidente Cristiani que él continué en el cargo, y también he pedido que se aprueben las reformas de estatutos para que no haya dobles cargos en el gobierno y en el partido”. “Es que eso de los dobles cargos quedó satanizado con la administración de (expresidente Antonio) Saca”, dirá Armando Calderón Sol, expresidente salvadoreño, minutos después.
La conferencia termina sin que los periodistas logren apuntar o grabar el nombre del candidato a vicepresidente. Es muy temprano para saber, explica la dirigencia. Lo que no puede esperar es la fiesta de proclamación, esa que por fin llegó después del 12 de junio, día en el que se anunció el proceso. Los mariachis siguen deleitando a los asistentes y afuera, en la calle, la banda de guerra provoca el baile de las vendedoras de chicles y fruta. Las camisetas que un empresario taiwanés, amigo del alcalde, mandó hacer, se reparten como dulces en una fiesta para niños. Ahora, el eslogan es más sugerente: 'Norman, El Salvador'.
Para que la candidatura de Quijano se selle en piedra, solo falta que llegue el domingo 30 de septiembre. El Coena presentará ese día a la asamblea general del partido –la máxima autoridad arenera- su carta presidencial. Si los más de 500 militantes levantan la mano en señal de aprobación o aclaman a Quijano, el alcalde entonces podrá estar más tranquilo que nunca. Hasta ahora, nunca la asamblea general arenera se ha salido del guion.
A Quijano ya lo espera en la pista de carreras el vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, candidato a la presidencia por el FMLN. Además, un tercer personaje tiene meses de estar amagando con lanzar su candidatura: el expresidente Antonio Saca. Quijano intentará recuperar la presidencia del país que su partido perdió en 2009, después de cuatro triunfos consecutivos.