México celebró hace poco más de un mes elecciones presidenciales, legislativas y municipales. El partido de izquierda, el PRD, llevó de candidato a la presidencia a su viejo líder Manuel López Obrador, quien había perdido las elecciones en el 2006 por 0.56% de los votos. López Obrador no aceptó esa derrota, promovió huelgas y sus simpatizantes bloquearon durante semanas el centro de la capital, hasta que sus protestas fueron quedando en el olvido; simultáneamente la presidencia de su contrincante, Calderón, se consolidó.
En esta ocasión López Obrador perdió con un mayor margen, 6.62% de los votos, aunque obtuvo mayor número de votos que la vez anterior. De nuevo él está disputando los resultados “promoviendo la invalidez por violación de los principios constitucionales”. Muchos han argumentado que la actitud de las protestas del 2006 le costó votos significativos a López Obrador en el 2012. Nadie espera que sus protestas lleguen muy lejos tampoco en esta ocasión. Varios creen que si el PRD hubiera llevado otro candidato habría ganado ahora; un punto de referencia para esos argumentos son los resultados de las elecciones municipales en la capital, el Distrito Federal (DF).
La historia del PRD en el DF es muy diferente. Allí llevaron de candidato a Miguel Ángel Mancera quien había sido síndico del alcalde saliente. Mancera triunfó con el 63% de los votos. El PRD ha gobernado el DF desde 1997 y se le acredita con haber sido artífice de las grandes transformaciones que experimentó esa gran urbe. El DF pasó de ser la ciudad más violenta del mundo a una de las más innovadoras y progresistas; los homicidios bajaron el 12% mientras Mancera fue síndico. Durante los gobiernos del PRD, la contaminación del aire se redujo a la mitad; la violencia disminuyó dramáticamente; la calidad de vida se volvió tema prioritario para el gobierno local y su población; y se abrieron vías prácticas de participación ciudadana en el gobierno local. Es sobre esos resultados que Mancera desarrolló su campaña y a los que le debe el triunfo.
Esos logros los obtiene el PRD enarbolando los principios de tolerancia social, calidad de vida, respeto a los derechos ciudadanos e igualdad de género. En la práctica esos principios llevaron a políticas y acciones creativas. En el tema de medio ambiente se logró la reducción de la contaminación del aire por medio de introducir ciclovías y buses rápidos de baja emisión de carbono, tratamiento integral de basura y reciclaje. En calidad de vida se introdujeron actividades muy diversas que van desde atención a actividades recreativas y parques, atención a grupos vulnerables – incluyendo pensiones para ancianos pobres, campañas de educación ciudadana, legalización del divorcio y abortos, defensa de los derechos gay y medicina social. En seguridad no se dio una confrontación frontal con los carteles de las drogas, más bien estos prefieren evadir la capital porque no tienen “las redes corruptas” que necesitan para garantizar sus operaciones.
Estos resultados llevan a reconocer al PRD como una fuerza política muy importante, incluyendo muchos que opinan que si cambian de estrategia y candidato en las próximas elecciones, pueden ganar la presidencia.
Varios factores explican la victoria a nivel de la capital y la derrota a nivel nacional del PRD, algunos de los cuales son relevantes para El Salvador y en especial para el FMLN. Uno claro es el candidato. Otro es una campaña basada en resultados y en acciones que son importantes para el votante. El pueblo reconoció el cambio, un cambio en el cual el PRD introdujo acciones innovadoras, valientes en muchos temas, especialmente en un país conservador mayoritariamente católico. Para el PRD la confrontación y las posiciones radicales no le son favorables electoralmente.
En ambas campañas el PRD hizo un esfuerzo significativo por llevar su mensaje a las mayorías, entendiendo que para ganar debía ir mucho más allá que sus bases partidarias, consciente de que tenía a muchos medios de comunicación en su contra y que la oposición tenía mucha plata. López Obrador ha alegado la falta de imparcialidad de los medios de comunicación y acusado a las empresas encuestadoras de apoyar a su contrincante, ya que la mayoría de ellas habían pronosticado antes de los comicios una diferencia de 15 puntos porcentuales a favor de este, cifra mucho mayor que la final. Para contrarrestar esto el PRD se basó en la organización social y la partidaria.
Varias lecciones salen de este resumen de las campañas mexicanas para el FMLN. Hay que basar la campaña en los logros obtenidos en el gobierno actual, a la vez que ser propositivo pero realistas. La demagogia es cada vez menos productiva en el país, especialmente con la clase media y el voto indeciso que el FMLN necesita ganar. Logros existen; el gasto social ha tenido resultados positivos a través de los principales programas sociales (vaso de leche, alimentación escolar, útiles y zapatos escolares, apoyo temporal de ingreso, ciudad mujer, comunidades solidarias, paquetes agrícolas, reforma de salud): generación de empleo para pequeñas y medianas empresas, cobertura de salud, atención primaria y preventiva de salud, disminución de la pobreza y la desigualdad, disminución del riesgo ambiental, etc. Otros logros claves son la separación de poderes, tanto entre el Ejecutivo, Judicial y Legislativo, como entre ellos y el partido, aunque para presentarlo como un logro el FMLN debe ser parte de la solución al actual impase de las Cortes; la relativa estabilidad económica a pesar de los presagios tan negativos que se presentaron en la campaña del 2009 y que empiezan a aparecer nuevamente en esta campaña; las reformas fiscales, claves para la estabilidad macroeconómica; el impulso a la transparencia; una forma diferente - a todas las manos duras – de enfrentar el problema de la violencia, la cual ha tenido mucho mejores frutos y, quizás lo más importante, el quiebre de la argolla entre el poder económico, los medios de comunicación, el partido y el Ejecutivo.
La imagen del candidato es clave. Según las encuestas la imagen de Sánchez Ceren no es buena, algunos lo perciben como una persona radical, extremista. Él ha demostrado lo contrario como ministro y vicepresidente. Sus cualidades de persona honrada, humilde, con clara opción por los pobres, y con experiencia de liderazgo no han sido resaltadas. Se cuestiona su independencia del partido, su capacidad de gobernar para todos. La elección de un compañero de fórmula de veras independiente, que de mayor confianza al votante indeciso, es también importante. El que él demuestre capacidad de interlocutor y mediador en sus actuaciones antes de las elecciones, sería también bueno.
Como en México, la izquierda enfrenta poderes muy grandes, además de sus contrincantes políticos - el poder económico y medios de comunicación claves. México enseña que para lograr contrarrestarlos el FMLN debe ocupar, como lo hizo el PRD, la organización social y partidaria y sobre esa base llevar su mensaje a todo el territorio nacional; en un país pequeño como el nuestro ello es más fácil y puede ser más efectivo. Debe escoger muy bien sus mensajes y hacerlos llegar en forma clara y sencilla. Uno de ellos debería ser, como en México, lo malo de volver al pasado, a lo que Arena hizo y significa para el país. Debe traducir sus logros y principales objetivos al lenguaje popular y basar en ellos su campaña, evitando la confrontación y los actos extremos - con lo cual seguramente lo tentarán.
