El FMLN ha elaborado una propuesta de Ley de Cultura que propone, entre otras cosas, un sistema de protección social para los artistas, la creación de un fondo para financiar un sistema cultural y que un Ministerio de Cultura sea la autoridad estatal en la materia.
El documento está en fase de consulta en momentos en que el gobierno, por medio de la Secretaría de Cultura espera los insumos que la comunidad artística y cultural entregará a finales de octubre, a partir de la propuesta de ley elaborada por el consultor Gonzalo Castellanos.
El liderazgo político del proyecto de ley lo lleva la diputada Lorena Peña, secretaria de cultura y arte del FMLN. 'Entendimos que la misión principal era proponer un marco regulatorio en arte y cultura de acuerdo a los compromisos que el partido adquirió en las mesas de diálogo social abierto”, explica Peña sobre los motivos que mueven esta iniciativa. Al preguntar si el proyecto del partido tiene algo que ver con el del gobierno, solo responde que ya tiene en su poder el borrador de la ley que la Secultura no presentó a los artistas ni a los medios y que espera que llegue como insumo a la Asamblea Legislativa cuando inicie el proceso de aprobación de la ley.
Los principios que justifican el porqué de esta Ley de Cultura tienen su esencia, según el documento, en el reconocimiento del papel de las fuerzas culturales y el arte en la vida y la sociedad, con al afán de que existan garantías de derechos sociales y laborales para que el trabajo de los artistas sea respetado y dignificado. Sirve, además, para crear la institucionalidad que exige el cumplimiento del tratado y legitimar los artículos 1 y 53 de la Constitución de la República, que hablan de la cultura (conservación, fomento y difusión) como una obligación del Estado, y los artículos 22 y 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Entre las propuestas que plantea este borrador encontramos la creación del Ministerio de Cultura al que estaría destinado el 0.60 % del presupuesto general de la nación (Art. 44). Si la ley estuviera vigente para este año, implicaría un poco más de 25 millones de dólares, un incremento de 53.64 % sobre los 16 millones que recibe la Secretaría de Cultura en 2012.
La financiación de la cultura pasaría a ser vista como un gasto público social, que estaría regido por el Fondo Nacional Concursable para la Cultura y las Artes (Foncca). Este fideicomiso administraría y redistribuiría medios, recursos estatales y donaciones para impulsar la creativa cultural en formación, producción, difusión, investigación (Art. 63-75). El Foncca incluiría programas de apoyo a proyectos, de becas de estudio e investigación y de pensiones vitalicias, y sería el encargado del financiamiento de los premios anuales de arte y cultura, el Festival Anual de Arte y Cultura, y el Festival de Cine de San Salvador.
Respecto a la coordinación de la red de Casas de la Cultura, el FMLN plantea dos tipos de reestructuración: la remodelación de infraestructura de las que pertenecen al Estado más la digitalización de la información de la red de casas de la Cultura; y una administración compartida entre el ministerio y una asociación cultural o artística (Art. 123). El ministerio asumiría los costos del local y el pago de servicios, excepto el internet, que será asumido por la asociación civil beneficiada, misma que desarrollará las actividades artísticas y culturales.
La conformación del Registro Nacional de las y los Trabajadores de la Cultura y el Arte es quizá el punto más vindicativo de esta propuesta. Hasta la fecha los artistas no cuentan con ninguna garantía ni beneficios fiscales por las actividades que realizan. Con este registro se extenderá una acreditación a los artistas que asegurará que gocen de los derechos jurídicos, sociales y económicos inherentes a la condición de trabajador. Les permite, además, acceder al Régimen especial de salud y maternidad del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, tanto a los empleados por contrato como a los independientes (Arts. 199, 206, 207).
El plan de elaboración de la propuesta tiene sus orígenes en las promesas que el FMLN presentó en su plataforma legislativa 2012-1015. La presentación a la comunidad artística, en febrero de este año, estuvo a cargo de los diputados Karina Sosa y Yohalmo Cabrera, miembros de la Comisión de Cultura y Educación, Wilfredo Zepeda, asesor de la dirección política del partido, y Breny Cuenca como la consultora y experta en materia. Que Cuenca esté a la cabeza del equipo especializado de trabajo, que durante 7 meses ha recogido insumos de mesas de diálogo con artistas y otros documentos internacionales, no es sorpresa. Desde junio de 2009 a febrero de 2010 se desempeñó como titular de la Secretaría de la Cultura de la Presidencia (Secultura), respaldada por su experiencia académica y estudios culturales.
De hecho, desde su gestión, Cuenca había propuesto la revisión de los aportes de las administraciones de Concultura, informes del PNUD, el Foro de Intelectuales de El Salvador y la Mesa de Diálogo por la Cultura del FMLN para desarrollar una política cultural. En agosto de 2009 presentó al Consejo de Ministros los proyectos del Encuentro de Cultura y Emancipación del siglo XXI, La Ciudad de las Artes, El Sistema de niños cantores de El Salvador y de Orquestas juveniles, que pese a los halagos del Consejo nunca logró ejecutar porque el presidente Mauricio Funes la destituyó en febrero de 2010 por 'pérdida de confianza'.
Respecto al borrador apócrifo de la Secultura, Cuenca se limita a aplaudir los aportes de Gonzalo Castellanos: 'Compartimos fuentes teóricas sobre cultura, trayectoria, conocimientos comunes”, detalla. Al igual que Peña le ve potencial como insumo, 'nuestro proyecto se va a ver muy beneficiado si las otras propuestas, sea la de la Secultura o cualquier otra, llegan consolidadas, consistentes. Porque entonces es muy fácil discutir lo que enriquece o no cada artículo”.
Para articular la propuesta compuesta por 15 títulos, el grupo de asesores asegura haber revisado alrededor de 160 documentos, entre ellos las leyes de cultura de América Latina y los documentos de la Unesco más recientes sobre diversidad cultural y artística.
Ambas propuestas de ley tienen puntos afines y matices que se condensan en los siguientes aspectos:
1. Institucionalidad. Los dos borradores contemplan elevar la secretaría adjunta a la presidencia a Ministerio de Cultura, pero solo el articulado del FMLN define presupuesto y estructura, misma que significa pasar de 5 a 4 direcciones nacionales: Antropología e historia, Artes, Casas de la cultura, y Teatros y espacios públicos culturales; que se complementan con tres institutos que fortalecerán la investigación y el desarrollo de las artes: Estudios superiores en Artes, de Investigaciones culturales, estéticas e históricas, de Cine; y la creación de la red nacional de archivos. Plantean, además, la descentralización de la gestión cultural: delega a los municipios la formulación de la Política Municipal de cultura, el Plan Operativo Anual de cultura de los municipios y la aprobación de una partida especial en el presupuesto de cada ayuntamiento para su ejecución.
2. Educación. La instauración de la formación superior en artes es una realidad en ambos. Pero mientras que en el borrador del FMLN se refiere a la educación pregrado como la impartida por el Centro Nacional en Artes y la Escuela Nacional de Danza, la propuesta de Castellanos establece la educación artística y musical como elemento transversal en los planes de educación preescolar, básica y media.
3. Salud. En su artículo 68, el borrador de Castellanos establece que aproximadamente el 10% del Fondo Nacional de Artes y Cultura serán dirigidos a programas de seguridad social en salud y pensiones para artistas, autores, compositores intérpretes, ejecutantes, y partícipes de los procesos creativos y de interpretación de las artes y la música. La apuesta del FMLN es más arriesgada y crea un Régimen Especial para personas Artistas y Trabajadores de Cultura y Arte y un Régimen Especial de retiro para personas Artistas y Trabajadoras de Arte y Cultura, que además permitirá que el Ministerio de Cultura deposite al fondo de pensiones el monto de cotizaciones que la ley del Sistema de Ahorro para pensiones exige para que obtengan la pensión de vejez al cumplir los 55 (mujeres) y 60 años (hombres).
Ambos borradores carecen, sin embargo, de apartados que legislen sobre ciencia y tecnología, y beneficios que incluyan a los artistas discapacitados.
El proceso de validación
La etapa embrionaria en la que se encuentra el proyecto del FMLN ha incluido consultas con los beneficiados, que iniciaron en marzo semanas después de las elecciones, y se han conjugado con ponencias de la poeta Silvia Matus, la exdiputada del FMLN Margarita Velado, el escritor y ensayista Miguel Huezo-Mixco y el sociólogo chileno Hugo Zemelman.
El primer vistazo al borrador y las observaciones al articulado de los primeros 13 títulos empezaron los sábados 1 y 8 de septiembre. Un aproximado de 40 artistas relacionados al teatro, la danza, el cine y la literatura acudieron a la convocatoria en el Instituto de Ciencias Políticas y Administrativas Farabundo Martí para comprender, analizar y expresar sus inquietudes y disentimientos sobre lo que en la marcha podría convertirse en la Ley de Cultura de El Salvador. La mayoría de los presentes ha ocupado algún cargo al interior de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, en la gestión de Breny Cuenca o posteriores.
El ejercicio emula la consulta que una semana antes realizara la Secultura, con la diferencia, y ventaja, que de entrada cada uno de los presentes obtuvo una copia física sobre la cual ponerse inquisitivo y consultar los puntos de interés, según su área, para luego nutrir el debate por mesas y en pleno.
Las propuestas eran diversas e iban desde las que buscaban reivindicar con la ley la invisibilización de las expresiones artísticas por parte del Estado hasta las que se quejaban de la preponderancia que se le da en la ley al cine en El Salvador, por ejemplo, aduciendo que “no hay industria y es muy caro”. El resto de observaciones versaron sobre la redacción de los artículos, la necesidad de utilizar un lenguaje “más fresco” y la precisión en las definiciones de cultura, artes, artista, entre otros.
En materia de presupuesto los artistas se han mostrado escépticos a que lo presentado sea suficiente para todo lo que plantea el anteproyecto. Peña apela que “si por el miedo a que no hay dinero no hacemos la ley y planteamos la demanda, nunca va a haber recursos. Lo primero es que haya una ley que exija ser aplicada”. Para la secretaria de cultura y diputada del FMLN los plazos ideales a cumplir son entregar los últimos días de septiembre el borrador final para afinarlo con los artistas en el transcurso de octubre, de manera que en noviembre la Comisión de Cultura y Educación empiece a discutir el anteproyecto, integrando otras propuestas de Ley, y luego someterla al pleno.
Peña explica que la prisa por hacerla llegar al órgano legislativo radica en la intención someterla al debate en pleno previo a la campaña electoral, ocasión que algunos diputados aprovechan para hacer proselitismo valiéndose de estas faltas en el aparato de Estado, pero que además podría ahogar la iniciativa tomando en cuenta el concepto de cultura que existe en los partidos representados en la Asamblea.
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