Opinión /

Augurios para el 2014


Martes, 11 de septiembre de 2012
Ricardo Ribera

Voy a intentar un despropósito: analizar el futuro. Lo que, se nos dice, nunca debe hacer un historiador. Lo nuestro es el análisis del pasado. Lo cual tiene ya su propia dificultad. Más difícil resulta analizar el presente. Es más arriesgado, pero hay que acometerlo si uno está haciendo historia contemporánea e historia del tiempo actual. La actualidad siempre se aboca hacia delante y siempre presenta una tendencia. De ahí la tentación de incluir el próximo futuro en la proyección y en el análisis.

Haciendo caso omiso de la advertencia que hacía Hegel: “la ciencia debe centrar el análisis en lo que ha sido y en lo que es, no pretender  incluir lo que aún no ha sido”. Vamos a contravenir al filósofo, pero aceptándole que en tal caso  nuestra palabra no podrá tener más valor que el de la simple opinión. Por tanto, nos moveremos en el nivel de la subjetividad, de lo indemostrado, útil sólo en la medida que incite a otros a realizar su propia reflexión y a participar del debate de las ideas y de las opiniones.

En este nivel de lo opinable, del “a mí me parece que”, me arriesgaré a decir algunas cosas. Por ejemplo, que ante la larguísima campaña electoral que da la impresión de haber empezado ya, estamos ante una lucha política que a mí me recuerda la guerra de desgaste en que se tuvo al país durante la década de los ochenta. Si aquella produjo un “cansancio de la guerra” que motivó a la población a distanciarse de ambos bandos y presionar por la solución política negociada, la actual campaña permanente producirá asimismo un desgaste que bien pudiera acentuar el “cansancio de la política”.

Si se da, bien puede provocarse en el electorado lo contrario de lo que se pretende y que gran parte de los votantes termine dándoles  la espalda a los partidos y les niegue el voto a todos. Sería fatal. Porque si bien es cierto que una democracia sin partidos no es posible, tampoco lo es sin electores. No tenemos a los políticos que quisiéramos y éstos tal vez tampoco cuentan con el pueblo que ellos desearían. Tal vez terminemos en un divorcio tal que pueblo y políticos terminen cada cual por su lado, como esas parejas mal avenidas, ignorándose mutuamente. Para tal resultado salen sobrando las campañas, sean o no adelantadas.

En segundo lugar quiero decir que, vistos los candidatos presidenciales seleccionados por los dos institutos políticos principales, se acentúa mi escepticismo y desencanto. Me parece que ambos partidos, FMLN y Arena, se equivocan.

Salvador Sánchez Cerén, en mi opinión, pudiera llegar a ser un buen presidente, pero me parece un mal candidato. Se mira sensato y afable, tiene control de su partido, posiblemente sea capaz y tenga habilidad, vista su larga biografía como dirigente. Pero carece de carisma y no es buen comunicador. Se ve difícil que levante su imagen más allá de la militancia partidaria. Su principal fortaleza es a la vez su flanco débil: su pasado guerrillero, haber sido miembro de la Comandancia General del FMLN y máximo dirigente de las FPL. Todo esto, sin duda, será explotado por sus rivales. Después del precedente de 2004, cuando el FMLN llevó a Shafik Hándal de candidato, logrando una importante votación pero quedando medio millón de votos por debajo de Tony Saca, el candidato arenero, postular de nuevo a un “histórico” resulta incomprensible. A no ser que el Frente, por alguna razón, haya renunciado a ganar en el 2014.

En cambio el otro, Norman Quijano, creo que puede ser buen candidato, pero sería mal presidente. Es peleador e ideológico, pero ha aprendido a moderar su discurso y utiliza con bastante habilidad el escaparate que supone estar en la alcaldía de la ciudad capital. Si alcanza la presidencia, me temo, se demostraría que le falta talla para tal investidura. Ser Presidente de la República requiere de más méritos y capacidades que ser “militante de pura cepa” y haber “sudado la camiseta”. Posiblemente, me atrevo a pronosticar, sería un mandatario controlado por su partido, rehén de las presiones de los grupos de poder, sumiso a las peticiones de los aliados internacionales. Alguien poco concertador, víctima de su propio carácter y del poco control de sus emociones. El país necesita hoy más que  nunca de estadistas, que no sean sólo gobernantes. Pero tal como ocurre con los muebles finos, no se puede moldear y darle forma al candidato si éste “no tiene la madera”, cualquier ebanista sabe que necesita determinada calidad de madera.

Arena apuesta por ganar y no parece preocuparle el problema posterior después del gane. Se trata de recuperar el poder, aunque sea con un gobernante mediocre. ¿A qué le apuesta el FMLN? Dado que no está haciendo todo por ganar, hay que deducir que su jugada es buscar que Arena pierda. Para lo cual resulta entonces estratégico mantener un escenario de división de la derecha. Dicho más en concreto: que Tony Saca presente su candidatura y que le reste suficientes votos a la derecha arenera para impedir su gane.

El problema con Tony Saca, según rumores que uno oye y a los que da la credibilidad que subjetivamente decida darle, es que pudiera ser objetada o impedida su postulación desde la Corte de Cuentas o incluso desde la Fiscalía. No tiene cuentas pendientes con la justicia y posee el finiquito que en su momento se le extendió. Pero no es impensable la apertura de investigaciones si se lanza. Lo perjudicarían incluso sin haber hallazgos.

En tal hipótesis tendría sentido la conveniencia de dejar al frente de la Corte de Cuentas a personeros de GANA, partido afín a Tony Saca, y en la Fiscalía a alguien con la idea de dejar tranquilo el pasado y no hurgar en lo que no tenga buen olor. El impasse actual sobre el nombramiento del fiscal, al igual que el reciente pulso por la composición de la Sala de lo Constitucional y por la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, podrían tener que ver con estas cuestiones. En mi humilde y subjetiva opinión.

“Algo huele mal en Dinamarca”, hizo decir Shakespeare a su personaje, sin duda pensando en Inglaterra y no en los daneses. Tal pareciera que el dramaturgo británico goza hoy de más popularidad que nunca entre nuestros políticos.

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.