El FMLN ratificó durante su XXIX Convención Nacional a Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz como su fórmula presidencial para las elecciones del 2014. Ante un estadio Cuscatlán abarrotado de militantes, el candidato a la presidencia, Sánchez Cerén, se comprometió a continuar con los cambios iniciados por el Gobierno del presidente Mauricio Funes, pese a que hace siete meses criticó que el gobernante no había impulsado los cambios que el pueblo esperaba.
“El país está esperando más cambios, no ha visto lo que se prometió del proceso de cambio, no se ha llevado adelante (el cambio)”, dijo Sánchez Cerén el pasado 16 de abril, cuando su nombre ya sonaba fuerte para la candidatura a la presidencia, pero la cúpula del partido no lo había confirmado.
El domingo, durante la convención, el actual vicepresidente elogió y pidió a los asistentes palmadas para el Gobierno de “nuestro presidente Funes” y enumeró algunos logros de la actual administración que se compromete a continuar de ser electo presidente. El primer cambio del que habló Sánchez Cerén el domingo pasado es el combate a la corrupción. Reprochó las obras inconclusas que dejó el Gobierno del presidente Antonio Saca como la construcción del Boulevard Diego de Holguín y la reconstrucción de hospitales de la red pública. “No debemos permitir el retorno al pasado. Los que critican los cambios se olvidan de cómo dejaron estos ministerios”.
Sánchez Cerén también resaltó la entrega de 30 mil títulos de propiedad, la entrega de paquetes escolares, y aunque no se refirió directamente a la tregua de pandillas que el Gobierno propició el pasado mes de marzo, el candidato dijo que continuará con la política de prevención y represión de la delincuencia que ha permitido el desplome de los homicidios.
“Me comprometo a continuar con la política integral de seguridad pública”, enfatizó Sánchez Cerén, olvidando que hace siete meses criticaba al Gobierno porque tomaba decisiones sin pedir opinión al FMLN. Esa fue una de las principales razones que llevó al principal partido de izquierda a buscar un candidato de sus filas porque “este gobierno y este presidente no toma en cuenta los intereses del partido”.
La respuesta de Funes no fue diplomática. Unos días después de las críticas del FMLN, el mandatario dijo: “El FMLN quiso hacer del gobierno su patrimonio particular y no pudo. Vendió la idea, por razones electorales, que los cambios se podían hacer de la noche a la mañana”.
El enfrentamiento entre Funes y el FMLN surgió un mes después de las elecciones municipales y legislativas, en marzo del 2012. El resultado de esos comicios dejó al partido Arena como la primera fuerza legislativa –con 33 diputados, dos más que los conseguidos por el FMLN-. El FMLN también había perdido, por segunda vez, la alcaldía capitalina frente a Norman Quijano, ahora candidato a presidente por Arena.
En ese contexto, las críticas al gobierno no solo llegaron de parte de Sánchez Cerén. El coordinador del FMLN, Medardo González, por ejemplo, también reprochaba que Funes no buscó socios estratégicos para aliviar los efectos negativos de la crisis económica y los altos precios del combustible. El dirigente le reprochaba la falta de gestiones diplomáticas para ingresar a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), una iniciativa impulsada por el presidente venezolano Hugo Chávez, de quien Funes ha marcado distancia.
“Me comprometo a impulsar la adhesión al Alba”, dijo Sánchez Cerén en su proclamación, pero sin referirse a las críticas que su partido lanzó contra Funes por no buscar esos acercamientos durante la actual gestión.
El candidato a presidente, durante su discurso, también destacó la reciente relección de Chávez, en Venezuela; y de Barack Obama, en los Estados Unidos. “Hay que seguir el camino de Venezuela, Nicaragua, Cuba y los Estados Unidos (…) Me comprometo a incrementar las relaciones con China, a mantener las relaciones con Taiwán”.
La fórmula presidencial del FMLN anunció el inicio de una consulta nacional para formular su plan de gobierno y pidió un acercamiento con la empresa privada. “Queremos discutir, debatir con los sectores empresariales, dialogar para concertar una política económica”.